En medio de la sorpresa de la vida, cuando el invierno severo condiciona desde sus garras climáticas el clima y la libertad, aparece casi de repente el mes de Abril. Una rosa enorme en medio del gran páramo de la tristeza y de la desesperación paradójicamente esperada.
Abril es otra cosa, cuando nace un tesoro pequeño y brillante al lado del pino, cuando el calor crece presto y adolescente parejo a la felicidad, cuando se abre el vértigo y la incógnita, cuando el adolescente se pone de pie, y el carmín de los labios de una chica brilla en rojo pasión.
Cuando rebrota la raíz, y el tallo de la planta, cuando las cosas se mueven y renacen, cuando surge el manantial, cuando te pones una nueva ropa y te cambias el pelo, y haces sudor de deporte, y decides que soñar no solo es una hipótesis sino algo realizable que tienes ahí.
Abril es una colonia invasora y llena de fragancia, el color verde, el globo que tu quieras, la París soñada y hasta las alouettes de la Tour Eiffel.
Abril es todo lo que te va a gustar. Tus medias primerizas con las que hechizarías a tu primer chico, la lluvia que nunca importará en un parque de cariño y vitalidad, el agudo trino de un pájaro que anida donde menos te lo puedes esperar, la llamada con la que nunca ya contabas, y hasta las nuevas amistades que has logrado conquistar.
Abril es un paso y un termómetro, y una constatación, y un verso de poeta, y un beso de Rihanna, y una canción de Bruce Springsteen y hasta de David Bisbal. ¡Saludos a Sabina! ...
Abril es lo que ha de venir, y la Semana Santa, y la semana de la playa, y el mes del mar, y la fuerza del runner al aire libre, y el gran motor de la primavera, y lo que hará mágicamente que en Mayo las flores se pavoneen en su apogeo.
Abril es un mes de meteoros y ciencia, de entrar y salir, de yin y yang, de berrinches y alegría, de preparativos ineludibles, de romper a leer un libro, de afrontar valientemente otras aficiones y anhelos nuevos, de atreverse a la aventura del amor, y del sexo, y del placer, y de la intensidad, y de la gimnasia, y de la enorme sonrisa.
Abril es brillo limpio. Los ojos de una mujer serena y enamorada, el salto récord de un atleta, la patera patética que no tiene buena pinta, la realidad de los desequilibrios y el tiempo de decidirse del todo a triunfar o a decaer.
Abril es tiempo de ser optimistas y positivos, y de salir a pasear al campo para releer el tomillo y el orégano, y las zapatillas planas, y marcar body con ganas de mostrar al mundo que eres únic@ e irrepetible.
Abril eres tú. Y tu actitud. Y tu aceptación y tu tolerancia. Abril es el marathón del gran atleta, y tu implicación cívica como ciudadan@, y estar todavía más en el mundo pegado a tu raíz, y el explorar apasionado senderos y hasta pieles desconocidas, y jugarse el pellejo y apostar, y dejar de ser conservador y hacerse con la tierra mojada un cuadro fresco y comprometido. Un barro de ti. Un perfil.
Abril es descanso y proyectos, el reloj de la continuidad cíclica, los colores que tú vas a elegir, tus juegos y deportes favoritos, tus palabras y tus escritos, tu voz y tu imagen, tu casa, tu cine y tu elección. Tu universo revuelto y activo.
Abril es ese deseo imparable de la Naturaleza que te dice que no te lo pienses dos veces y que te hagas presente y notorio, y que aproveches la luz para vivir más que intensamente.
-PORQUE ABRIL ES ESA LUZ-
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