Transcripción literal de la presentación de la película "Amador", hecha por el crítico de la Cartelera Turia de Valencia "Vicente".
Han pasado cinco años desde que Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968), dirigió su última película, Princesas (tres premios Goya), aunque en 2007 dirigió uno de los episodios de la película colectiva Invisibles, concretamente el titulado Buenas noches, Ouma, ganadora del Goya en la categoría de Mejor Película Documental. Ahora estrena Amador, que narra las peripecias de una joven (Magali Soler, la protagonista de la premiada La teta asustada) en apuros económicos que encuentra un trabajo para el verano cuidando a Amador (el veterano Celso Bugallo), un señor mayor postrado en cama, en ausencia de su familia. Cree ver así sus problemas resueltos, pero las cosas se le complican.
Fernando León de Aranoa es licenciado en Ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense de Madrid. Debuta en el cine con el cortometraje Sirenas (1994). En 1996, con 28 años, realiza su ópera prima, Familia, que recibe el Goya a la Mejor Dirección Novel, así como premios en los festivales de Valladolid, Houston, Miami y Angers. En 1998 escribe y dirige Barrio, Concha de Plata en el Festival de San Sebastián y un galardón en los Premios Turia , además de obtener tres Goya. En 2002 llega Los lunes al sol, Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, ganadora de cinco premios Goya, entre ellos Mejor Película y Mejor Dirección, y Premio Turia al Mejor Largometraje. Además de la citada Princesas, Fernando León de Aranoa ha dirigido el documental Caminantes (2001), galardonado en el Festival de Cine de La Habana, Cine Latino de Los Ángeles y Nueva York. Escribió los guiones de los films Fausto 5.0 , Insomnio o Corazón loco. En sus inicios, estuvo de guionista en el popular programa televisivo de Narciso Ibáñez Serrador Un, dos, tres, los shows televisivos de Martes y 13 y series como Turno de oficio. En la televisión se fogueó como guionista.
Sobre Amador, su última película, ha escrito Fernando León: "Amador habla antes que nada de la vida, de cómo a veces ni la muerte se basta para detenerla. Todas las decisiones se toman aquí en su nombre. Ella es la verdadera protagonista de esta historia: su motor, su principio y su fin, su necesidad. La vida que llora en las bodas y se ríe en los tanatorios, confundiendo alegría y dolor; la que no entiende de géneros, ni quiere, ni puede. La vida con su poco de muerte,claro; y con su prórroga a veces. Y es que quizá esta película, a ratos oscura y silenciosa, sea la más luminosa que he hecho. Porque busca la vida como la busca Marcela: con desesperación. Porque pone la muerte a su servicio y, al hacerlo, por un instante, la da sentido. Marcela trata de resolver el complicado rompecabezas en el que se ha convertido su existencia. Se enfrentará para conseguirlo a un complejo dilema moral, ese que plantea a diario la supervivencia; entre actuar como nos aconseja la conciencia o como exige la necesidad. La película asiste así a un debate ético, entre lo que somos y lo que las circunstancias nos imponen ser. Entre la vergüenza y la dignidad. En Ladrón de bicicletas, su protagonista, desesperado al haberse quedado sin medio de subsistencia, roba él mismo una bicicleta, revelándose como el ladrón del título: la muerte del individuo como sujeto moral, ante los ojos de su hijo. En el transcurso de esta historia, Marcela va a descubrir que somos, en definitiva, nuestras decisiones. Y que lo complicado no es tomarlas. Lo complicado es vivir con ellas".
Y ya en el plano formal prosigue Fernando León: "Hay una deliberada elegancia y serenidad. En la música de Lucio Godoy, en la fotografía y los encuadres de Ramiro Civita. Procede del personaje de Marcela, de su entereza frente a la adversidad, de la firme serenidad que demuestra mientras el mundo, su mundo, parece venirse abajo a su alrededor. La estructura de la película es casi musical. Abundan en ella repeticiones, elementos que vuelen como un estribilllo, proponiendo siempre una relectura de algo que hemos visto ya. E, inevitablmente, el humor. Un humor acaso un poco más oscuro que otras ocasiones. Más perverso, pero más vital también, por más necesario. Delirante a veces, como sólo puede serlo la realidad".
-CARTELERA TURIA, PRESENTACIÓN DE "AMADOR" POR EL CRÍTICO VICENTE-
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