Chile. Mineros. Treinta y tres mineros parecen hundirse sin remedio durante algunas semanas. Pero, tienen suerte. Cuando ya nadie cree en sus vidas, finalmente logran hacerse oír por el mundo exterior. ¡Coño, están vivos!...
Pero,¿cómo sacarles de ahí? Alguien siente compasión, y se calienta la cabeza. Y busca, y pide ayuda. Hasta que por fin, parece conseguirse. Pero lo jodido es que tardarán más de dos meses en poder sacarlos. Y hay que evitar que mueran mientras tanto.
Estable. Estacionado. Hurgan con sutileza, y les ofrecen víveres y elementos distractivos. Ahora toca llegar hasta ellos paulatinamente por el corazón de la montaña delicada, y sacarlos de allí. Los treinta y tres mineros tiemblan de ansiedad, alegría, esperanza, y cansancio.
Ha llegado el momento. Doce o trece de Octubre de 2010. Circo mediático. Un guión de película espacial o de catástrofes no hubiera mejorado el panorama de lo que está sucediendo. Decenas de cámaras de televisión, esperan a que la plataforma vaya sacando uno a uno y a cada hora a los vulnerables mineros. La televisión se luce. Parece que alguien les ha puesto una alfombra roja, como hacen con las actrices de Hollywood. Más emociones en directo. Ya van a salir.
Millones de seres humanos ven el rescate de todos los mineros. Los hombres, salen entre cansados, deslumbrados, eufóricos y emocionadamente felices. Sus familias están ahí para besarles y abrazarles. Todos nos sentimos mineros chilenos.
Todo ésto, me recuerda a las naves espaciales, a la Luna y a los astronautas. Riesgo y espectacularidad. Huele a la NASA. Y a llanto de alegría con casco de protección. Y a solidaridad, y a aplauso, y a lucimiento de algunos aprovechados.
Y, de repente, guardo silencio mientras veo al Presidente de Chile subido al carro de la alegría propagadora, como un mantenedor de un evento que sabe mediático y de atracción.
Sí. Hay mucho más, aunque hoy no toque decirlo. ¡Oh, mineros! Puta mina. ¿Qué hacían esos pobres mineros en el hoyo fatal y vulnerable? Maldita pobreza. Ahora dicen que van a cerrar esa mina. Las minas suelen cerrarlas cuando los mineros se mueren, o cuando quedan marcadas o señaladas por un dedo caprichosamente mediático y bobón.
Nunca esto debe pasar. Los mineros han sido nuevamente atrapados por el hoyo de la miseria y de la pobreza. Un rico no baja ahí. No es demasiado bueno hurgar en lugares nada seguros , porque se rompe todo y te vas al carajo.
Mineros chilenos y del mundo. Tratad de recuperar la dignidad y el oremus. Desconectad del circo del espectáculo y de la euforia. Casi todo es mentira. La fatal y letal pobreza ha estado a punto de mataros. Los poderosos de este negocio.
-SOLIDARIDAD DESDE ESPAÑA-
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