LA ATALAYA DEL GUARDIAN DE LA FURIA DE AMBERES Crónicas del camino hacia la Reconquista del Campeonato de Europa Madrid/Glasgow, a doce días de los de octubre del año de Nuestro Señor de dos mil y diez .Día Nacional de España y de la Hispanidad. Rompía ya el alba cuando, como todos los ‘docesdeoctubre’ , izaba en mi balcón la que fue la primera bandera que tuvo España y con la que, bajo su pabellón, se dominaron territorios, se sojuzgaron enemigos y se culturizó a salvajes. Según la terminología oficial, se conmemoraba el Día de la Fiesta Nacional. Un término que, para los que puedan andar algo despistados, no tiene nada que ver con que se celebrara algo relativo a las corridas de toros. No. Los últimos acontecimientos políticos acaecidos, han dejado en evidencia que las corridas de toros parece ser que no son ni deben ser consideradas como fiesta ( es espectáculo inculto y cruel donde los haya) y no es nacional (ya que no en todo el territorio se realizan). Tampoco se hacía referencia a que hubiera un único día en el año en el que se celebrara una fiesta en todo el país, ya que bien sabido es que más de uno hay en los que no se pega palo al agua desde el Finisterre hasta el cabo de Gata. ¿Que querrán significar con eso, entonces?, seguirán preguntándose los más inquietos. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Las mías están sacadas y ondean en mi balcón. Hace unos días, leía un escrito de un estudioso de la historia y cultura griegas: concluía que Grecia como país jamás existió; que los únicos elementos que nos podían hacer caer en ese engaño eran el idioma y las olimpiadas Viendo el espectáculo lamentable que nos deparó la parada militar, donde el jefe supremo de las Fuerzas Armadas apenas podía mantener la posición de firmes en el acto en memoria de los caídos mientras una chusma cafre no mantenía el debido silencio en señal de respeto, me preguntaba qué podría decir algún otro estudioso de la cultura e historia española dentro de unos años. Hasta que ese momento llegue, este guardián seguirá velando para mantener viva la llama en el pebetero del altar de la Patria cual olímpica vestal. Al final, es un pelotón de soldados los que salvan la civilización. El encuentro contra Escocia comenzó antes que el árbitro del mismo lo ordenara. Con el fin de amedrentar a los nuestros, una soprano, -con sorprendentemente buena línea-, cantaba el himno nacional escocés para enardecer a la muchedumbre y arengar a la lucha a sus jugadores. Vieja táctica como la misma guerra: ante el inminente momento en el que vas a perder la vida, pensar que los poetas cantarán esa batalla, que los historiadores escribirán las justas causas de la misma y que, de alguna forma, tu muerte no habrá sido en vano, aligera mucho dicho trance. Pero hay batallas rememoradas y otras muchas, no. Hay hérores recordados y otros,los más, caen como tales y apenas son una cruz en un inmenso camposanto en la mejor de las suertes. Eso les sucedió a los escoceses: cayeron sin gloria,-no la merecieron-; cayeron sin honor,- no lo tuvieron-. No les cantarán los poetas; no les recordarán los historiadores. La Furia de Amberes realizó su trabajo. Como lo sabe hacer, como nadie lo hace. Ha convertido ese estúpido juego de pegar patadas a un trozo esférico de cuero para meterlo entre unos palos ,en algo parejo a una obra de arte. Y, como tal, como pueda ser una sinfonía, un libro, un cuadro, sólo será recordado si conmueve mucho y a muchos su espíritu durante el inexorable paso del tiempo. La estrella que llevan en la camiseta ni les pesa ni les ciega: les guía. Les indica el Norte, el camino, el objetivo: la copa de Europa en Ucrania y Polonia. PD:. Villa igualó a Raúl en el número de goles metidos con la selección. No tardará en caer definitivamente el ídolo con pies de barro que sólo el atroz madridismo erigió y apuntaló. Por fin ocupará el sitio que le corresponde: la fría y mera estadística. El Olimpo es sólo para los dioses.
0 comentarios:
Publicar un comentario