Me levanto por la mañana. Silencio. Oscuridad. Parece que no hay nadie en la casa. Pero, sí. Siempre hay alguien. Yo, llevo uno de sus apellidos. Se trata de mi madre. Me pongo en pie. Ella hace como si duerme. Parece que la vida, se la trae al pairo. Dormita, intentando meter en dicho sueño defensivo, toda su triste y dolorida realidad. Su soledad. Acudo a su habitación y le doy los buenos días. Mi madre, hace al principio como que no me oye. Pero yo, sigo allí. Y me dirijo a ella por segunda vez. Haciéndose la sorprendida y un tanto temerosa, acaba diciéndome que qué pasa. Y yo le digo , que nada. Que si piensa estarse ahí en la cama hasta las siete de la tarde. Y que haga el favor de levantarse de una vez. Que, ya durmió bastante. Ella hace como que a va a ponerse de pie como le digo. Luego, hace ademán de que no puede levantarse por sí misma. Le gusta jugar de buena mañana con mi filial paciencia. Yo la sigo hablando, como si no me diera cuenta de que sus dificultades para ponerse en pie, tienen mucho que ver con su no deseo de vivir ni de ver la realidad. Por eso es que finalmente se espabila, y mientras yo la sigo hablando, ella ya se ha puesto en pie. Y entonces, como una niña aparentemente traviesa, empieza a dictarme órdenes y más órdenes. Empieza a programarme toda la actividad y labor que según ella debe realizarse, efectuarse y cumplimentar. Es como si me dijera: " si quieres que esté en la realidad, ayúdame, y hazlo tú todo y sin rechistar,¿vale?"... Su chantaje emocional es duro de pasar, pero necesario. Los dos tenemos mucho genio, y ambos nos conocemos más que demasiado. Cuando ella cree haberse salido con la suya, y yo fingirme perdedor de la lid, entonces mi madre se pone a sonreír y a decir cosas graciosas. La niña grande, ha ganado... Es duro cuidar a una mujer así. Mucho. Cuatro alemanes no podrían con ella. Y si la mandásemos a una residencia, haría continuados intentos por irse de fuga de un lugar que detesta. Me parece demasiado cruel para mi madre un lugar como ese. Aún, en el caso, de que el Ayuntamiento disponga de recursos para ancianos, que cada vez están más y más endeudados estos señores. Pero, más allá de durezas y penalidades, trato siempre de ver en todo esto la parte positiva. La estoy ayudando, animando, procurándole seguridad, y distrayéndola de sus pesimistas y aburridos pensamientos. Es, mi obligación como hijo. Porque cuando yo me haga viejo y ya no valga para nada, me gustará que allí cerca de mí haya alguien que me hable y conozca. -A TOD@S-
6 comentarios:
Muy bonito, Mago... Es duro el chantaje emocional pero lo cuentas como si fuera un juego, ten paciencia y nada de residencias, como si es rico el Ayuntamiento. Recuerda que tú de niño debiste de ser también un chantajista de primera división. Haz algo más por ella, llévatela de paseo, y a merendar. Hazla feliz.
Un beso y muchos ánimos
¿Yo, Honey? Noooo! Yo fui un niño muy bueno y muy guapetón. Ji,ji.
Ahora en serio, que me alegra que te haya gustado lo que cuento, y creéme que me ha salido del corazón. Esa es la magia por la que te ha llegado.
Y la voy a dar esta misma tarde un beso de tu parte, hala!
Gracias, amiga, por tu bondad de alma y por tus deseos de ánimos.
Esmuakss, Honey!
Maguito dale tambien un beso de mi parte, y cuando la mires por la mañana piensa en que te tiene que durar mucho, porque solo tienes una madre.
A mi ya no me quedan ninguno de los dos asi que sé de que te hablo. cuida mucho a tu mamaita, Maguito.
Muy bien redactado, me ha gustado leerlo
Besitos
Muchas gracias amiga Invisibla, por tus elogios.
Acabo de besarla de tu parte, amiga. Como bien dices, madre solo hay una. y gracias a ella estoy aquí dándoos la tabarra todos los días, DD.
Tus papás, aunque no estén , sabes que siguen estando siempre. Tú eres ellos.
Esmuakssss, invi!!!!!
La mami..tu mami..otro beso de mi parte maguito...
Pa ti hoy nada..
Dulce
Otro beso de Dulce para la mami, y uno del mago para la tuya. Esmuaks!
Pa mí hoy nada, pero pa tí mil besos más, hala!
Pa que aprendas.
Esmuaks!
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