- EL NIÑO SOLO -

Os voy a contar algo real;verídico.Algo que tiene lugar todos las tardes,allá sobre las siete y media o las ocho de la tarde.Se trata de un vecinito de unos diez o doce años,cuyos padres dejan demasiado solo entre ordenadores y muy poquitos amigos.

Y va y resulta que a esa hora, a mí me da por poner música,y ponerme a cantar mientras escucho a los grandes maestros como Serrat,Perales,Sabina,Roberto Carlos,o quien me dé ese día por poner.

Y el niño,se ha acostumbrado a oírme cantar.Y es bastante travieso,porque está demasiado solo.Pondremos que se llama Andrés.Y cuando decido a esas horas guardar silencio y no poner música,entonces el citado Andrés empieza a ponerse nervioso del aburrimiento.Y aprovechando que somos una escalera con muy pocas puertas y pisos,le oigo como cada día me pide con cierto descaro que ponga música y que cante.

Coñe,hasta el punto de,que,cuando no lo hago,parece que me sienta un poco en deuda con él.Lo que pasa es que es muy travieso.Y sobre todo,que apenas está con sus padres o con sus abuelos.Y eso le gana los nervios y se pone pesado.Se enfada y todo.Nos rasca la pared de la escalera contrariado,no sabe qué hacer,me dice todo lo que se le ocurre,me lee con fruición intentando descubrir facetas nuevas que le distraigan el aburrimiento,y nunca nadie sabe ni sabrá que yo le aprecio y siento su desatención,y quizás Andrés tampoco sospecha que me tiene cariño porque le "salvo" sus duras tardes de ocio y tedio.Involuntariamente,claro.

Andrés es capaz de bajar a la calle adrede,y mirar a ver si estoy en casa, fisgando por si me ve luz en donde vivo y saber si estoy.Si estoy,es que existe la posibilidad de que ponga música y cante.Como no esté,Andrés se aburre más si cabe.

Sí.Hay muchos niños como mi vecinito travieso y hasta puñeterete del Andrés.Los niños están muy solos y desatendidos.Y los niños necesitan la sorpresa,o el friki que cante,o el payaso que baile,o la presencia de la compañía del "autóritas", o que exista el sueño de la sorpresa,que haya magos y princesas en sus cabecitas,y que,sobre todo,se dé el caldo de cultivo para que puedan jugar y desarrollar tranquilamente toda la potencia de su niñez.

-NO SEAS TRAVIESO,ANDRÉS-

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