miércoles, 9 de agosto de 2017

- EL P.S.G. QUIERE LA CUMBRE AL LADO DE NEYMAR. -



EL PSG parece el eterno Poulidor de los grandes éxitos y de las grandes citas internacionales. Pero París ha entrado sin rubores en la globalización económica de los dineros y no se resigna a los fracasos. El eterno dos galo, quiere intentarlo de nuevo y esta vez a través de la cada vez más estrella brasileira Neymar Jr. Desde su adinerado director económico, se lo ha birlado al gran FC Barcelona de Messi y Luis Suárez.
Francia y París siguen teniendo ganas de intentarlo y de codearse con los colosos del fútbol. Quieren ganar la Champions League, ya tienen al crack brasileiro y disponen de un valiente y fenomenal entrenador.
Los aficionados galos debieron conformarse con éxitos a nivel mundial pero a través de su equipo nacional. Aquellos formidables bleus bajitos cuyo centrocampismo era el arte de los Giresse, Tigana o Gengini, y la mestría de su líder y ahora preboste, Michel Platini.
Pero la Champions es muy golosa y no debería ser un caprichito del Bayern, Real, Chelsea o Barça. La France futbolística sabe que debe abrir las expectativas. Los aficionados también tienen derecho a concretar sus sueños como en su día su equipo bandera de La Marsellesa.
Los franceses juegan bien al fútbol, les gusta tocar y tener el balón, siempre han tenido jugadores de talento, pero les ha faltado un escalón de bloque y de competitividad para afrontar con éxito sus loables aspiraciones.
Se les ha acusado de blandos, de demasiado estéticos, y hasta de radicales frente a sus éxitos o fracasos. Al fútbol de club francés, le ha faltado creer en sus posibilidades y equilibrar el músculo adquirido por sus perlas de las Colonias con la contundencia de sus blancos natos.
Por eso han fichado a Neymar. Porque desean deshacerse de todo complejo. Porque Neymar,-y en año de Mundial-, lo que quiere es seguir divirtiéndose y esta vez sin jugadores amigos rivales de entidad.
Neymar  ha emergido tras el dios Messi como el mejor jugador de Brazil. Y es brasileiro puro, de ataque, de virguería y filigrana, de jogo bonito, de querer ganar y cabrearse cuando pierde, de uno contra uno, de dribling inverosímil y de una creatividad bien difícil de encontrar que no sea en el país de la samba.
Neymar es un virtuoso que quiere su aventura solitaria y que no le mezclen con nadie ni vivir a la sombra de un as. Neymar es más que individualista, excelente vividor como su amigo Alves que tiró de él, juguetón, y su edad le acompaña y fortalece. Neymar lo tiene ahora todo para soñar. Otra cosa será si se adapta a Francia, al París Saint Germain, al tacticismo de Unai, y todas esas cosas que se antojan retos quizá salvables.
Neymar quiere darle al PSG su primera Copa de Europa e igualmente al fútbol francés de clubes. Abrir el melón de los sueños, abstraerse del rugby del ancestro, y marcar muchos goles que quiebren el campo de dudas que constituye el mirar escéptico. Hay muchas dudas acerca del éxito del París, y todas ellas de excelente argumentación.
Neymar Junior se la ha jugado. Ha dejado a un club con solera como es el ex Barça de Guardiola, ha renunciado a mucho terreno conquistado y de prestigio, ha tomado otros rumbos, y se ha embarcado en una riesgosa aventura que puede tener final feliz u oler a castañazo espectacular.
Ha sido valiente el menino. Ambicioso y hasta inteligente. Su edad y proyección le permiten prescindir de los sofás de Camp Barça y llegar a una cultura futbolística que aún desconoce. Ahora Neymar deberá compaginar la Liga de Francia con los grandes combates de la Champions imperial. Lo va a intentar. Y para ello se abstrae, divierte y sonríe. Porque para empezar, esto se llama fútbol y es un juego. No habrá que ponerse dramáticos antes de hora.
¡SUERTE, NEYMAR!

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