miércoles, 23 de agosto de 2017

- COMENZÓ LA LIGA DE ESPAÑA DE FÚTBOL, 2017/2018. -




El transistor ya es un hervidero que huele a deporte rey. El fútbol español. La radio sigue con su labor socializando y no entiende de clases. Seas rico o pobre, la radio te dará fútbol marathoniano de varios días a la semana y a muchas horas de la tarde y noche.
La televisión y las imágenes ya son otra cosa. Este nuevo e injusto elitismo tolerado, queda para las raquíticas teles de medio pelo con partidos menores, y quien decide es el abono comodón y asocial de la televisión de pago en donde todo lo ves cada dos horas y sin mover el culo del sillón de casa.
Los Estadios tienen de nuevo actividad cada dos semanas, y aún en pleno calorazo insoportable de Agosto habrá vida en los aledaños y tenderetes. El fútbol es la gran pasión de escape de este país, como el sexo o las cervecitas con los amigos. Nada nuevo.
Antes aún que el fin de las vacaciones o del inicio de las clases de los colegios, la máquina del euro y de la gran tradición se ha puesto a rodar en España. Agosto enlazará y atrapará Abril, en todo un Torneo ancho y regular, que tendrá mucho más mérito del que queramos darle. Serán muchos meses, y eso requiere de atletas contumaces.
Es, la radio. El transistor y los auriculares. Los móviles que discursan información. La vida de los directores de los programas en directo ha vuelto para quedarse. Ya está Paquito González, Lama, Pepe Domingo, Carreño, Castaño o De La Morena. En cada rincón de la casa se oye la voz potente e impostada de la emoción que no parece detener el tiempo y que todo lo penetra.
La voz de los corresponsales y locutores se mete en el cuarto de baño, en la Plaza del Ayuntamiento y en las calles menos transitadas. El fútbol se come los findes, los perfila y los saca de nuevo a la prioridad de los gustos y tendencias. La tradición es una máquina de devorar.
Neymar se fue, y el Barça parece más pequeño y desvalido, mientras clama urgentemente renovación y fichajes. En el universo de las lonjas de los futbolistas se sigue negociando hasta el amanecer. Nadie da su brazo a torcer ni nada por perdido. El Barça será cantera o será millonetis, pero habrá de ser.
El Real Madrid se encuentra con una inmensa alfombra roja por delante en busca de su segundo título consecutivo. Tiene tal equipazo que a veces se piensa que los suplentes aún son mejores que los titulares. Y el culebrón judicial de Cristiano parece sedado.
El Atlético de Madrid deberá esperar a Diego Costa hasta navidades. La sanción que pesa sobre los héroes de Simeone parece descartarles desde la salida. Pero fijo que seguirán sorprendiendo junto al equipo revelación habitual y de turno.
Nada se puede hacer. Todo por evitar. Los bares se animan y las barriadas van recuperando la costumbre popular. El fútbol es una religión y una actitud que asola a los demás deportes aspirantes al mundo de su reino.
La Liga más carismática del mundo aunque se haya emancipado Neymar Jr, ha tomado ya el mando de su vitalidad y de su ritmo. Si eres futbolista puedes ser feliz y olvidarte de la crisis del dinero. Si eres aficionado al balón redondo serás uno entre millones de españoles al que este deporte entretiene y transporta.
Se hablará de los árbitros, del defenestrado Villar, de la emoción de la reunión social, de las rivalidades, de los deseos y de las ilusiones mayoritarias. Porque el fútbol español se rige por esa magia desordenada en horarios pero firme en fidelidad y seguimiento. Y además, que nadie olvide que aquí está Messi, y el Levante que ha vuelto en seguida a primera, o que el Girona debuta junto a los grandes. Y lo mejor serán esos niños y esas familias con la camiseta calzada de su equipo favorito, porque ellos si verán ese pequeño dios de la ilusión de las cosas pequeñas.
-ELLOS SON EL FÚTBOL-

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