domingo, 31 de enero de 2016

- CINE: "LA CHICA DANESA". -



Se abre el azar de la vida y toda la verdad. Lo complejo a veces termina resultando más sencillo de aprehender. La naturalidad. Esta excelente película que acabo de ver tiene mucho que ver con lo natural y lo auténtico. El sentir y el ser.
Algunos se preguntan que cómo es posible que una persona que nace con cuerpo de varón se sienta mujer. Y esa no es la pregunta sino el cierre de la cuestión. En realidad y más allá de lo aparentemente asumible e inamovible, siempre puede estar la libertad. La auténtica libertad. Por eso admiro a las mentes abiertas y trato de apartarme de los sermones y de las moralinas.
¿Lo insólito?... No. Lo pionero o lo inédito son el gérmen del proceso del saber y del conocimiento. Sentirse mujer no es algo corpóreo sino interior y anímico.
En el caso del personaje que interpreta espléndidamente Eddy Redmayne, ocurre que un transexual se define no como alguien homosexual sino como una absoluta mujer como todas las otras demás mujeres.
El proceso, fue tremendo y hercúleo. En esta película abunda la ternura y siempre está la dulzura. El éxito de lo femenino. De la mujer que asoma al mundo rompiendo el tabú religioso y varón.
"Lili Elbe", es profundamente valiente y natural. Avanza camino de sí misma y teniendo en cuenta con dolor pero con arrojo y en su contexto de lo que se nos dice que está bien y de lo que se nos concluye como que está mal. Lo que no va a querer "Lili" es engañarse a sí misma. Con a.
Primero tiene desconciertos y dudas, le sabe mal por su tolerante y sufrida esposa, llora a mares pariendo el derecho de su libertad, pero al final sale y brota radiante su ahora femenina sonrisa. Se apoya en su status económico, y se zafa de galenos peligrosos que ven en ella a un ser enajenado y de manicomio a descartar y cerrar.
Alcanza la libertad y se sabe mujer. Y cuando ha de modificar su cuerpo no rehúye los embites. Le da igual lo que digan todos los demás. Necesita sentirse ella y realizada. Se somete al raquitismo tecnológico y sufre el dolor de modo brutal. Se siente incompleta y ha de tener vagina y coherencia personal.
También hay médicos raras avis arriesgados y valientes en su contexto y tiempo. Pero el tema de la vagina no sale bien y el final no es ese bienestar lo que en última instancia el espectador mal acostumbrado ha de esperar.
Porque no hay malos o buenos. Sino más bien ideologías avanzadas y mentes carcas y asustadas.
El azar es un pájaro que se mueve en el trono del aire y que no admite imposiciones ni condicionantes. El viento de la libertad libera las menoridades y les da el rigor de la autenticidad.
Paisajes hermosos, sentimientos profundamente humanistas, búsqueda y más búsqueda, limpieza de zapatos y profilaxis de mentes con dudas.
El ave de la libertad y de la sorpresa aparecerá pronto en el horizonte individual y colectivo, y entonces tendrá que haber decisión. Moverse y resolver asuntos. Nunca practicar la pobre resignación que pueda abrazar la cobardía.
Los primeros transexuales nos trajeron la buena noticia de la verdad y de la esperanza. Los de ahora, agradecen a los héroes y heroínas de antaño. Y en un mundo tan terrible y errado, su libertad sigue siendo un oneroso e injusto tabú. Más que oportuno film de reflexión en tiempos de brochazos ramplones y de machistas salvajes.
¡ID A VERLA SI PODÉIS!

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