Más que un show. All Stars. Todo estrellas. La gran fiesta más que deportiva de los Estados Unidos. La excusa perfecta para ser estadounidense. El gran día. ¡La gran Super Bowl!
Atletas,músculo y carreras. Pide lo mejor. Defensas y ataques. Falcons y Patriots. Fútbol americano. Nada de soccer. Barras y estrellas a toda máquina. Es el día de los amigos y de las coartadas para quedar. Es el deporte propio, el de ahí, el del triunfo, el de los más grandes,la gran convocatoria, todo a la manera americana.
Récords de share. Millones a cientos de fans. El Hollywood del deporte y de la competición. El gran duelo de gladiadores con un balón ovalado entre sus manos buscando las yardas y los puntos. Ese deporte indescifrable en Europa por mucho que queramos fijarnos aunque no sea el inalcanzable béisbol. El rugby de allí con casco y marcas de guerra en las cejas. El siempre genuino sabor americano.
La magia social y mediática de la convocatoria. Los sucesores del gran Joe Montana con su San Francisco 49ers. Y la de tantos héroes. Porque hoy hay heroicidad desde Alaska a Hawai. El espíritu del sueño pasa ahora del fenómeno Trump y se centra en este 2017 de Houston. Patriots-Falcons. Unos van a ganar y otros a llorar. Competir a morir. En Estados Unidos no hay segundos lugares. Allí el que gana pervive en el recuerdo, y el que no lo hace nunca existe. Dureza y realidad. El azar es cruel y justo a un tiempo. Un error te hace víctima, y un castañazo no solo te manda a un hospital sino que puede hacer que tengas que abandonar este deporte nacional de soldados americanos de la épica y de la mítica.
El formato va llegando a Europa. El Imperio sabe jugar como nadie con su cultura y costumbres y cómo difundir la seducción por la tele. Huele a Super Bowl. A superacontecimiento y a superdía, a Súperman, y a evasión, y a reality, y a himno y a cosa autóctona. Huele a América.
Los pizzeros ya tienen trabajo. Llenarán las despensas de las casas con pedidos a mansalva y por doquier, hamburguesas, y toda la comida fast food habitual. Hoy no es día para excusas. Hoy es el día del fútbol, la Catedral de la cocacola y de los perritos calientes, y los Mc Donalds, y los productos comerciales alimenticios al lado de las cervezas. Es el día de todos los estadounidenses y de todas las versatilidades. Es el día comercial y de la tele. Una máquina de millones. Es el momento de no apartar los ojos de la caja de cristal tonta porque todo es a lo grande.
Mujeres hermosas cantarán las canciones más hermosas y en vigor, los anuncios más millonarios se colocarán en melée de dólares empujando para promocionarse. Hoy todos quieren ser vistos. Necesitan ser vistos. Desean ser vistos. Hoy es el día del Sistema, del capitalismo, del deporte así, de los grandes retos y de la gran batalla deportiva. Hoy es la final de la costumbre y de la autorrevindicación, el día de la gloria o del porrazo en el suelo, el día de una Nación que tras la Luna va a por Marte, que tiene un Presidente del que hoy mejor callar, hoy es el día de las palomitas y del cine atlético en casa, el día de la cultura del consumismo y de la sociabilidad.
Día del individualismo y de las estrategias, de las nostalgias mirando firmes al futuro, día de Febrero y de la exaltación histórica, día del Madrid-Barça yankee, día de la final, día del gran concurso, de la gran prueba, día del músculo y el sudor, día del esfuerzo con las cámaras ofreciendo la desnudez de todos los espacios y perspectivas, día magno, día top, día carismático, día de consumo interior, día de ir al baño, día de estar al día, día de gustarte lo que se anuncia a bombo y platillo, día de rock y Gagá, y sexy, y con un poder de seducción crazy e imposible de parar.
-HASTA NOSOTROS LLEGA-
0 comentarios:
Publicar un comentario