sábado, 11 de julio de 2015

- LA CAMA -



Emocionante e histórico. Tierno y enérgico. Me tenía que pasar. Me había trabajado mi vida mucho tiempo para esto.
Por fin ha llegado. Solo es un síntoma potente y necesario. La fructificación. Mi asunción de mi crecer y de mis nuevas perspectivas y de conexión con la realidad.
Sí. Esa cama mía individual, quedaba arcáica y atrás. De otro tiempo y de otra visión nada realista de mi optimismo. Una cama dispuesta casi de cualquier manera. Para una persona sin ilusión ni abanico para compartir. Una cama de ir tirando, de descansar y para mí de cualquier modo, de dejadez y de pesimismo. Una cama defensiva y de abrigo, de no complicaciones y de no pensar demasiado en los demás ni en los buenos tiempos que definitivamente están por llegar.
Vino ella y certifiqué mi inmovilismo y mi autodesconfianza. Ahí pasaba algo raro y a la vez maravilloso. Ella me sonreía con su afecto y su complacencia. Pero yo aprendía demasiado de todo aquello tan maravilloso, y me sentía preocupado y a la vez extremada y justamente feliz.
Salí muy pronto de la duda. La mujer. Yo tenía y había tenido justicia de merecer una mujer. Una mujer merece una mirada concreta de cariño. Un lugar en mi mundo, en mi vivir, en mi acoger, en mi recibir, en mi amar, en mi tiempo, en mis pies en el suelo, en mis vuelos de aventura y en todas y cada una de mis sonrisas y hasta carcajadas.
Esa cama sola e individual era una mierda y una trampa de autocastración. Y mi felicidad encontrada me llevaba a recuperar el norte real de mis grandes ilusiones. Mi ella y mi vida meneaba unas nuevas y más justas sensaciones.
¡Esa cama no vale nada! ¡Fuera y otra! Y le doy gracias a alguien y a mí mismo por darme finalmente cuenta. En la noche mía más bella e inédita surgió la verdad del gran cambio. Por eso quiero más y más a mi sueño. Y me quiero a mí.
Ahora he puesto los ojos y el sentimiento práctico en una cama grande, de compartir, de dos, de matrimonio, o de como demonios se llame. Ahora sé que la nueva cama me es tan necesaria como los besos y las tomas con la mano, o los cuerpos que cada vez se acercan más, o mis detalles para con ella que son igualmente para mí.
Han nacido nuevas necesidades, y nueva idea, y la mejor alegría y disposición. Ha nacido la concreción paulatina y esperada de mi sueño, de mi amor, del sexo, de la intimidad, de mis brazos y los suyos, de su mirada eterna cuando la veo dormitar, y su sonrisa que es toda mía porque la adoro como nunca a nadie.
La nueva cama será un talante distinto y un sello nuevo mío de disposición. Y la mujer verá mi cama, y amará mis esfuerzos, y mi crecer será valorado, y pasearé por ella buscando sus hielos tensos, y la haré familiar y potente, y seguiré haciéndola sonreír, y ella podrá descansar en mi cama grande, y darse la vuelta si quiere, o agarrarse cariñosamente a mi espalda y esta vez no por temor a caerse al suelo.
Porque mi nueva cama será espaciosa y elegida, preparada y gustosa, mi detalle y mi consideración, y mi delicadeza y toda la ternura.
Y el atrás será una sonrisa tierna pero inservible e irreal. El pasado será un papel mojado que secará la nada, y el presente y el futuro se ubicarán con consistencia a mis nuevas estructuras. Y el descanso será el amor. Amor a todo y a todos.
-Y A ELLA-

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