jueves, 24 de mayo de 2018

- ZAPLANA, MUCHOS AÑOS MÁS QUE SOSPECHAS -



Alto, cartagenero, apuesto, bien plantado y con un discurso contenido y sagaz. Hábil comediante, excelente actor, encorbatado, panocho, audaz y más que ambicioso.
Dejó atrás sus timideces juveniles,-si las tuvo-, y se lanzó al poderoso ataque de la supervivencia. Seductor y trilero, sospechado por más de medio país, sobrevivió cerca de viente años a los requerimientos de la bella Justicia.
Creó un magma y una atmósfera de impunidad. Fue a por la pasta pero con talento. Nunca se fió de nadie. Fue un maravilloso lobo solitario con terror a sucumbir. Se hizo grande, poderoso, abrazó a las señoras y señores de todos los poderes fácticos, lo ganó todo en política o lo que fuera lo que hizo, y aparentó elegancia en su paso por la audacia de suave chulería desde su poder.
Acento de escurridizo. De osado. Ministro, Presidente de una Comunidad Autónoma, directivo de enormes empresas, y un decidido lince para esconder el dinero aunque fuera en los calcetines o baldosas.
Eduardo Zaplana fue deseado, imprescindible, con pegada estilizada, alto, grandote, hurtó los cielos y lo que no está en los escritos, dribló a todas las evidencias, y vivió como un dios del Olimpo de la "Honorable Societá" ...
Hizo todas las golferías que un político peso pesado jamás debe hacer. Se saltó todas las éticas y los principios, siguió aparentemente victorioso a lomos del Sistema picarón, y podría formar parte del Lazarillo de Tormes o de la Pícara Molinera.
El PP fue ganador en sus momentos y tiempos, y show, y oropel, y serenidad en las definitivas defenestraciones, y su playa morena de jacuzzi rutilante en el rostro suscitó todos los comentarios. Mucha envidia y admiración cuando formaba parte del equipo titular y blindado de Aznar. Fabricó telebasura en la caja tonta, y fue más que rápido en su tiempo de rapiña dinérico. Estaba aquí para forrarse, y a fe que lo logró.
Se asesoró bien. Tiene el dinero en sucesivas sociedades encubiertas de los paraísos fiscales como hacen los golfos de luxe. Pero nunca perdió la veta práctica de su raíz de inicio. Esconder un dinero en su casa era para él tan importante como la timba del juego del IBEX.
Todo le salía bien. Impecable y hasta sexy. Más lujo. Solo el puto cáncer le desmejoró la imagen. Hizo suya toda la información, y desde su serenidad se mostró capaz de todo y de acojonar enemigos sin perder la dulzura hipócrita de sus sentencias a cumplirse a rajatabla.
Julio Iglesias,el IVEX valenciano, su mal rollo con Camps, su empatía con sus chicas Consejeras y con sus amigotes de Xirivella y de donde hiciese falta.
Las andanzas de Zaplana son las de un tipo misteriosamente brillante para lo mediático y para el trile. Hace poco le hicieron un homenaje y él se quitó aparentemente toda la vanidad. Trató de ser modesto en el discurso, hasta acabar acusando a todos los demás políticos de no estar a la altura de lo que España exige hoy.
Un mago. Un gran prestidigitador de la mentira. Un feriante de la irresponsabilidad, un truhán que dejó el señorío para el aspecto de sus trajes caros e impolutos. Una mentira democrática que algunos quisieron creerse, pero que la gran mayoría sabía que olía a Reggio Calabria.
Lo de ahora, muchos años después de las sospechas, pone en jaque la no celeridad y la gran demora judicial. Y cuando hay demora, la Justicia no puede serlo tanto.
En su detención hay surrealismo y muchos gatos encerrados. Lo más relevante aparte de sus astucias seductoras, es que siempre fue hormigaza que guardó un as.
-NO SE FIÓ DE NADIE-

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