domingo, 28 de mayo de 2017

- LEO MESSI LE DA AL BARÇA UNA NUEVA COPA DEL REY -



En el caducado y entrañable estadio Vicente Calderón de Madrid, la temporada española de clubs se detiene por algún mes. Y en este escenario histórico, en su última gran batalla, el Barça ha ganado la final de la Copa del Rey sin mayor dificultad 3-1, al valiente y duro Deportivo Alavés de Vitoria.
Se va mucha gente camino del descanso y de la pretemporada. Se va Luis Enrique,excelente entrenador y un perfecto maleducado ante la prensa. Se hará renovación en un Barça absolutamente desequilibrado desde el medio campo hacia atrás, podría irse Iniesta aunque esperemos que no, y la vida futbolística que espera con avidez la batalla de Cardiff entre madridistas y juventinos seguirá su tiempo y su renovación.
El que sin duda no se irá es Leo Messi. El mejor jugador del planeta se ha despedido de la temporada a lo grande. Un nuevo regalo en el postre de la competición por clubes. Antes de bajarse el telón de la salsa competitiva de los clubes, y huyendo de sus líos con Hacienda, Leo Messi ha sabido olvidarse de sus pesares y relajarse con lo que mejor sabe hacer que es jugar al fútbol. Hoy he de rectificar y a riesgo consciente de que cualquier comparación o descontextualización es odiosa, Leonel Messi ya ha alcanzado y superado al mito Diego Armando Maradona.
La final era una birria táctica y tediosa, hasta que Leo se puso a la faena que no es otra cosa que la excelsitud de cuando se sale a jugar tranquilamente al patio del recreo y con la filosofía en el pendrive de que además de estética hay que ser efectividad o quedas limitado o condicionado.
Leo ha dado el enésimo recital. Mandó parar la birria, hizo una pared herética, y puso un balón más que angulado fuera del alcance del portero del Alavés. Eso no lo para nadie.
Tomó Messi la frialdad y hasta por momentos la manija de todo. Se fue hacia el centro, hacia la izquierda, hacia la derecha, dribló con electricidad, frenó reteniendo el balón cuando la ocasión era de reiniciar jugada, y hasta recuperó y restañó balones como un lujo gladiador.
Asistió magistralmente a Neymar para que la metiera, y se adornó como un torero vistoso y matador con todo tipo de detalles geniales que hacían sonreír y disfrutar a todos aquellos a los que el fútbol apasiona entre otras cosas porque Leo nos seduce a que veamos las cosas que es capaz de hacer sobre el verde césped con balón y hasta sin él.
El Alavés mostró dureza defensiva y de pressing de quien se ve inferior y temeroso. Quien sabe que debe currar se pone necesariamente pesado y reiterativo. Entra dentro de su lógica de protección.
¡Gracias! Eso es lo que hay que decirle a Leo en su nueva lección final de hoy. Y la buena noticia es que el dios Messi seguirá en España y en el Barça, y que en seguida que pasen unas fechas le veremos de nuevo maravillándonos a todos y enseñándonos lo que se puede lograr cuando se lleva la majestuosidad en el gen.
Como todo genio, Leo es diferente y hay que aceptarlo como es. No es mediático ni le van los shows o las loas post partido. En este sentido es la summa antítesis del vanidoso Cristiano Ronaldo.
En la gran final de la Copa del Rey, en la gran cena de empresa futbolística final, en la gran traca, Leo ha vuelto a dictar y a maravillar con sus goles, pases, poses, driblings, y toda su magia, y ha celebrado con la Copa los fastos y las euforias, y después se ha ido a su casa a descansar.
El Lebron James del fútbol se ha divertido en el tiempo de su recreo con una sencillez antológica y sin alharacas, se lo ha pasado bomba y nos lo ha hecho pasar a todos. Itero las gracias a Don Leonel Messi.
¡OLÉ, PIBE!

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