Blanco y negro. ¡Una máquina! Un tremendo acierto del mecenas Bernabéu. Había que fijarse bien y no sacar apresuradas y ansiosas conclusiones. Paco Gento era bajito para ser futbolista, pero solo aparentemente. También han sido bajitos Maradona, Pelé, Puskas o Messi ...
Pero, poca cosa. Igualmente Gento era delgado y con poco cuerpo. Hasta que te fijabas en él y entonces nada de lo anterior importaba. Le apodaron "La Galerna del Cantábrico". Gento nunca paraba, y además jamás fue de fanfarrón o de sobrado. Conectó muy bien con la generación de su tiempo. Fue un señor a ese estilo. Y lo suyo eran las matemáticas. Ganó séis Copas de Europa, doce Ligas, una Eurocopa ... ¿Alguien da más? Y todo eso siendo titular indiscutible. Y marcando muchísimos goles.
A mí, como niño demasiado precoz de aquel tiempo, me destaca una imagen que nunca se me olvidará porque me impresionó. Gento tenía cuarenta años y desbordaba defensas con la facilidad de un joven genio veloz. Aquellos calzonazos ya de mayor, no parecían importarle. Yo destaco siempre de Gento, su genética y su hasta casi esotérica vitalidad. Alguien que no conoceremos, ya sería un portento jugando al deporte que fuera, antes que él. Fijo.
Sí. El mito Gento era velocidad y casta. Y aprendió todo, al lado de tantos cracks como Puskas o don Alfredo Di Stéfano. Y mil estrellas de un Real Madrid histórico y permanente.
Conectó bien con una sociología de gente entristecida que necesitaba de un portento español, como era el ciclista Bahamontes. Y Paco Gento sostuvo y abrió esa bandera de españolidad triunfante y admirada en todos aquellos campos de Dios. Encaraba a sus rivales, les echaba la carrera, se iba de ellos, se daba un autopase, o bien centraba, o bien la metía adentro de la portería. Marcar a Paco Gento no era nunca grata labor para un lateral diestro.
No se puede hablar del fútbol español sin rescatar de aquel tiempo pretérito a Gento. De gente de España. Siempre de España, del Real Madrid y de la Selección nacional.
Su legado, continuó bien pronto. En cuanto su hermana se casó con un tal Llorente y tuvo hijos. El gen de los Llorente/Gento, reapareció como una galerna evidente que llenó de deporte de élite al basket y al fútbol. Ahora mismo, hay otro Llorente/Gento en el Atlético de Madrid y en la Selección de Luis Enrique. Antes, habían desfilado muchos más descendientes. Paco, en la "Quinta de Butragueño". Joe y Toñín en el exitoso Real Madrid de Baloncesto. Y así hasta completar cuatro genéticos más procedentes del cántabro de Guarnizo.
Es un tema a estudiar. Gento no se ha acabado nunca. Es un prodigio de sangre y de gen. Sus sobrinos alcanzaron la élite, y sus nietos. Es el apellido más laureado este de Llorente/Gento, de toda la historia del deporte español.
Paco Gento fue el mejor extremo izquierdo del mundo aún sin tener el perfil técnico del eslavo Dzajic o de tantos jugadores zurdos ingleses killers de banda. Gento representa el carisma sexy del Real Madrid en el mundo. No hay otro club en el planeta fútbol con esa impronta inmediata. No usa el estilismo o la dulzura del jogo bonito de Brasil o del Barça de Guardiola, pero eso nunca importa.
Porque el fútbol siempre tendrá olor a atletismo, y cuando un españolito se coma o deje sentado a un gigantón inglés o alemán, aparecerá la sonrisa y la mítica. Podremos ser pequeños pero matones, guerreros, con raza, con furia, con personalidad, con afán ganador y con gran talento.
Gento representó esa bandera blanca. La del inconformismo y la de la competitividad excelsa y ganadora. Nada le pareció excesivo a "La Galerna del Cantábrico". Y eso es lo mejor en el deporte. Darlo todo, entregar su esfuerzo a una enorme calidad, aburrir y aplastar con una vitalidad de gigante del fútbol, y aprender siempre a levantarse tras una zancadilla rival. Gento fue nuestro gran portento ofensivo.
-Y AQUÍ MIS RESPETOS-
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