miércoles, 8 de septiembre de 2021

- ESE GENUINO OLOR A LA VALENCIA DE RAÍZ. -



Hay otro olor a Valencia. Otro sabor. Hay quien puede creer que Valencia es solo la costumbre capitalina, y el modo refinado de las gentes del asfalto de la gran ciudad del Turia. Pero yo puedo aseguraros que Valencia es muchísimo más que esa palmaria notoriedad que confunde el turista.

Sí. Existe ese olor de aquí. Otro mundo menos sofisticado. Los pueblos son otra cosa. Y el añejo sabor de barrios capitalinos y castizos, que van perdiendo sin saberlo su hermosa y pura identidad.

Un trinquete. Un frontón. Como la pelota vasca, otra característica que aparece como localismo y dice mucho de allí. Aquí existe la pelota valenciana y en sus diferentes modalidades. Y si entras en la psicología y en el modo de ser de la gente que va a las gradas de un frontón o trinquete, se acaba sobrecogiendo el ver lo que vamos perdiendo con el famoso vanguardismo que se divorcia de la esencia del lugar y lo transporta a un mundo extenso y difuso.

A finales de Julio, falleció uno de los cinco mejores jugadores de pelota valenciana de la Historia. De nuestra Historia valenciana. Se llamaba Paco Cabanes, y su apodo era imperial e imbatible: "El Genovés".

"Genovés", fue un genio de la pelota valenciana. ¡Les ganaba a todos! Era tan bueno, que le obligaron a jugar contra varios adversarios a la vez, porque era la única forma de tratar de batirle. Cabanes golpeaba la pelota con fuerza, clase y precisión. Parecía haber nacido para este deporte tan de aquí. Fue un héroe. Comparable al futbolista Puchades el mito "Genovés". Ganó en todas las modalidades de pelota. Y todos le recuerdan con admiración y valencianía. Y le recordamos en valenciano, porque es nuestra lengua madre. Porque fuimos y seremos nuestra lengua. Porque aunque cada vez el idioma valenciano es más inexistente y muere, algo se resiste. Y en muchos pueblos va aguantando, y no se plantean pugnas abiertas absurdas politicistas e ideológicas.

Vuelvo al interior de un trinquete, de un pabellón con gradas, a un frontón, o a la calle abierta de un pueblo. A nuestra normalidad. A devolver la dura pelota, protegidas las manos para evitar lesiones. ¡Oh, el "Genovés"! Valencianía sin forzarla. Valencianía que sale, que está; que sigue.

En los pueblos, siempre es otra cosa. Hasta a los nuevos ricos de aquí se les nota el pasado huertano y popular. Y os aseguro que toda esta atmósfera, existe. "Nel de Murla", "el xiquet de Quart", "Juliet", "el Rovellet", "Álvaro", "Francisco Soro", y por supuesto "El Genovés". ¡La gran élite de la pelota valenciana!

Os aseguro que el tejido natural de la gente de nuestra tierra valenciana, de habla  y sangre, comparte casi sin querer ese mismo sentir. La valencianía. Una valencianía natural y sin darnos cuenta. Una impronta. Un sello que pervive a pesar de todos los peses.

La pelota valenciana sigue ahí. Y parece que es cosa de generaciones de gente mayor y en extinción. Y no sé qué pasará, porque no me importa el futuro, pero els "xiquets" y les "xiquetes" siguen ahí.

Y cuando te integras en ese magma de valencianía y labor, de luz y de campo, de lengua valenciana, mediterraneidad y sosiego, entonces sientes cosas nuevas y diferentes. E incluso puedes percibir que la lengua castellana del mago Cervantes es incapaz de definir ese sentimiento localista y a la vez magno.

Me gusta la gente llana de aquí de Valencia y de sus pueblos. Me puede su humanidad, practicidad y nobleza. Y me enamora ese deporte que solo sale aquí. Y me lleno de "pilotaris" y de gente que sabe mucho de este deporte expresivo y de calle. Un deporte aparentemente sencillo, pero suculento de técnica y de matices. En donde nadie se hará millonario, pero lo sabrá desde un principio.

-LA PELOTA ES UN JUEGO-
 

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