martes, 27 de febrero de 2018

- CARIÑOSO ADIÓS AL ENTRAÑABLE "BRUJO" QUINI. -




Mucho antes de este consenso que nos lleva al cariño actual que le tenemos a Andrés Iniesta, hubo en nuestro fútbol español de los setenta y ochenta, un precedente de cariño especial.
¡¡ QUINI !! Uno de los ídolos de mi juventud, acaba de fallecer a los sesenta y ocho años por un tema fulminante de corazón. Lo del "brujo" Quini habría de ser siempre de corazón.
Yo, que soy de Valencia, quería al gran "Quini". Porque era modesto, luchador de coraje, extraordinario delantero y jugador de fútbol, y nunca tenía una mala patada o un mal gesto.
Empezó a destacar este chico en el gran Spórting de Gijón del metal astur y de El Molinón entrañable y exitoso. Con Maceda, Joaquín, Abelardo, Morán, Ferrero o Mesa, o su hermano fallecido Castro, este hombre especial se nos ganó a todos. El mejor goleador de la historia de nuestro fútbol. Un cazagoles sensacional.
Valiente, claro y respetado. Noble y en extremo generoso. A veces dicen que era bromista a tope y se calentaba, pero él mismo se daba cuenta, se reía y pasaba página. Un tipo en el fútbol de esos que valían la pena. Y fuera del campo, todavía más. Un número 1 a nivel de persona. El ídolo cariñoso de niños, jóvenes y de todas las edades. ¡Nuestro Quini! ...
Fichó por el Barça, y como era grande triunfó plenamente. Sus goles. Todos recordaremos la resolución y facilidad en Quini para meter el balón en la red. Fue muchísimas veces pichichi de la Liga. Listo y astuto como pocos, y a pesar de no ser muy alto compensaba su límite con una gran lógica y habilidad en el verde césped manejando con personalidad y talento su posición en el campo.
Kubala le llevó a la Selección y todos lo celebramos. Y un día lo secuestraron unos malhechores y lo tuvieron en unas condiciones tremendas, hasta que se logró negociar con ellos y lo sacaron a la libertad.
Fue un tremendo palo. El hampa secuestró a Quini, porque el asturiano tenía un carisma y una bonhomía que sobrepasaba con su humildad todas las sensibilidades. Le eligieron porque Quini era un símbolo demasiado importante para este país. Pobres desgraciados.
Tras su liberación se engrandeció aún más su leyenda. Y por una razón. Porque Quini decidió no usar el rencor, y no dio carnaza con el recuerdo de aquel espanto de su captura. Por todo lo contrario solo nos mostraba desde la pregunta comprometida una su sonrisa pícara y franca, tierna, humana y despreocupada. Quini nunca debió reparar en lo grande que ha sido a todos los niveles. ¡Increíble! ...
Al enterarme de la muerte casi súbita del "brujo", el cual había superado un cáncer, solo puedo llorarle de la emoción. Me cuesta escribir esto porque le quiero tanto que noto el vacío asombrado de que ya no está. Hace muy poco que se fue el lápiz humorístico del maestro Forges, otra ternura.
Sí. Pero hoy el fútbol asturiano, español, europeo y mundial también ha perdido a alguien especial y tierno. ¡Qué buena persona era Quini, coño! ... Las lágrimas inevitables siguen rodando por mis mejillas. Si tuviese dinero cogía un avión y me iba a su entierro, ¡joder! ...
En tiempos de gente de metal y vanidades, sin escrúpulos, en momentos de ultras fachas y descerebrados, de violentos, de fanáticos y niñatos, del fútbol convertido en una suerte de entretenimiento en donde reina Lionel Messi, también en el atrás de la Liga de España yo tuve a un tipo al que quise más que mucho.
Al dejar el fútbol todavía le quisimos más. Porque nunca alardeó de nada ni guardó rencor a nadie. Quini fue un señor de los pies a la cabeza. Un hombre de una pieza que merece un homenaje especial que le debemos y que ha de ser espectacular. Quiero que nuestros niños sepan quién fue Quini y los valores de humildad y ternura que mostró. Quini nos hizo divertidos, ganadores y tremendamente contenidos a pesar de la pasión y caldera de emociones que es el fútbol en España. Mi país. ¡Me siento orgulloso de Quini y de lo que a todos nos enseñó y me enseñó! Por eso tengo que llorar de emoción.
Quini nos mostró la parte humana del fútbol. Que, siempre debe de estar. Y desde aquí, desde mi Valencia de Claramunt o Albelda, propongo la idea de que el mítico campo de El Molinón pase a llamarse Estadio Enrique Castro, "Quini". ¿Qué os parece?
¡¡¡ AHÍ QUEDA MI BESO PARA UN HOMBRE EJEMPLAR!!!

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