lunes, 25 de abril de 2022

- JULIA OTERO, COMUNICACIÓN Y TALENTO. -



Su mirada frente a una cámara. Veteranía y distinción. Mujer de nivel. Periodista hasta la médula. Gallega. Y catalana. Y maestra de la tele y en la radio de todos los días.

Julia Otero, sin rencor. La tiraron de la radio por decisión política cuando tenía la mayor audiencia de todos. Pero fue Ave Fénix. O, "Ava". Y siguió en la lucha. Y volvió  a ganar en las ondas. En la emisora Onda Cero se la sigue con fidelidad. Es la mejor periodista de radio de mi país.

El otro día la entrevistó Jordi Évole. Julia tiene cáncer de colon. Y lo va superando. Como todo en esta vida. Julia fue muy bonita y ella cree que no fue para tanto. Triunfó en la tele por el oxígeno de libertad que marcó la singular Pilar Miró.

Y vimos a la Julia muy jovencita y coqueteando. Porque Julia sabe ser mujer sin renunciar a la estética. Y en aquella tele mágica del 3x4, se hizo novia de todos nosotros los hombres mozos. Jordi Évole, la miraba admirado.

¡Qué fuerza tiene la ex cartera gallega! Ahí está. Sin complejos. Abriendo camino a las chicas periodistas una y otra vez. Julia es ese empujón permanente, que lanza críticas con la precisión y la oportunidad de una maestra del medio de la comunicación.

Otero, honra al periodismo neutral y de fiar. Es de una pasta especial. Su talento marca el estado de las cosas. Sigue siendo guapa, pero esta vez envuelve sus piernas en unos elegantes pantalones y nunca renuncia a pensar que siempre es joven. Porque la radio es joven, y la tele algo fugaz y hasta caprichoso. La tele es el dinero facilón y los brochazos rápidos. La radio es otra cosa. Donde reposa y se elabora el buen vino.

Julia Otero sigue bien de cerca la actualidad. La suya, y la del mundo que la rodea. Y dice sabiamente que ser feminista es muy bueno para los hombres. Pero que algunos no opinan así y les da rabia.

La voz de Julia es absolutamente singular. Te puede soltar la andanada con la mejor de sus sonrisas y con su clara mirada de pegada a la cámara. Julia es chica y mujer de genio contenido. Y ha ganado todos los premios posibles de la radio y televisión españolas.

A veces se pregunta si ya es mejor dejar la obligación cotidiana, y jugar a la idea del viaje vacacional, dejando atrás todo el trabajo de la comunicación. Esperemos que aguante mucho tiempo su voz en la radio. Y más ahora, cuando están los evidentes fantasmas del neofascismo contagioso y antidemocrático.

Julia nos presentó al sabio Gustavo Bueno, o al antropólogo Manel Delgado, o al pintor e historicista Juan Adriansens. Y a mucha gente lúcida en su gabinete de opinión cotidiana. Me gustaría que Julia siguiera muchos años a pie de micrófono de valía, porque la maestra es imprescindible en una tele y una radio demasiado anoréxicas, bulímicas y raquíticas.

Julia Otero no tiene sucesora. Es imposible. Es un personaje que vino de la calle, que se curró los estudios, y que tuvo ambición hasta lograr su deseada oportunidad. Y entonces suele editorializar con sus frases, casi sin proponérselo, y le gusta jugar con las nuevas generaciones de periodistas que llaman a la puerta y que aprietan fuerte.

Julia conoce las claves del éxito. Es una coach que ya se ha doctorado, y que a pesar de todo labora diariamente con desenfado y entusiasmo.  Otero es un lujo para conocer la verdad del país. Porque sabe mirar a los ojos a los contertulios, y ver qué pueden llevar mucho más adentro de su fachada o verbo.

Hace poco que don Iñaki Gabilondo anunció su retirada. Me temo que pueda pasar algo parecido con la maestra Julia. Y entonces deberán emerger otras personas. Otras, enamoradas del rigor y con olor a talento y a encanto. Ver a Julia siempre es un premio para el buen gusto y rigor.

¡GRACIAS!
 

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