miércoles, 25 de agosto de 2021

- NUNCA ANTES, ESTO, ASÍ ... -



Años esperando a ser operado. Mi cojera estrepitosa. Demasiados años para mí, que no puedo estarme quieto. Se echó encima la terrible pandemia. Más demora aún. Hasta que afortunadamente la vacuna contuvo al virus y pudieron abrirse los quirófanos no Covid.

A empujones y apremios. Los sanitarios querían irse de vacaciones. Era Junio. Principios de Junio. Una funcionaria me llamó para decirme que si quería operarme el día siguiente. Quedé estupefacto. Le dije que ya tenía cita. Ella me dijo que bien. Fue una anécdota significativa. Aceleremos, que no queremos perdernos las vacaciones ...

Día de la intervención. No quise pensar demasiado. Era lo mejor que mi cabeza podía hacer. Intuía cosas que no me iban a gustar. Los cambios a mí nunca me gustan. Soy así. Y soporto muy mal el dolor.

Nunca sé vestirme bien cuando van a operarme. En esta ocasión, los cirujanos me iban a implantar una prótesis completa en una de mis rodillas. Una rodilla nueva de titanio, creo ...

Fueron todo prisas. Demasiada gente joven en la sala de operaciones. Risas y bromas. Somos un número. Ellas y ellos solo hacen su trabajo. Casi de repente noté que se me dormían las dos piernas, y luego yo me quedé totalmente dormido. Estuve atontado y dolorido muchas horas. Me miré cuando pude la pierna, y ¡estaba! Todo dolor, mucho dolor, nunca he tenido tanto dolor físico en mi vida. Del otro, el que quieras ...

Tres días. Me hicieron levantarme y caminar con unas muletas. Era todo muy raro. Los que me aprecian, estaban allí en el hospital, y entraron  a mi habitación. El alta.

Al cuarto día partí para la casa de un amigo que generosamente me ofrecía su hogar. En la mía no hay ascensor. Este amigo es un hombre mayor. Y yo nunca quise pensar en las consecuencias de aceptar ese ofrecimiento. Más bien, pensaba en las consecuencias de no aceptarlo.

Mi amigo, es un hombre de una edad. No tenía ni idea de lo que estaba pasando y estaba a otras cosas. No fui cuidado. Me di cuenta a los dos días de estar en su casa que la comunicación habría de ser demasiado deficiente. Me sentí muy mal. Muy metido en mi obvia realidad. Tenía pocas opciones de salir de allí. Lo di todo. No me caí de la ducha porque el destino es así. Renuncié a toda comunicación, y la hermana de quien fue mi mejor amigo de siempre, vino a verme y a observar la situación. Más que oportuno lo que hizo.

El médico me dijo que ya podía subir las escalera de mi casa. ¡Gracias! Nunca supe quién me intervino ni sé quién es la doctora que firma los comunicados. Estalló toda la realidad. Y aunque ya estaba en mi barriada cuna,-ya solo quedan en ella los recuerdos de lo que fue-, seguían los dolores y los impedimentos. Me sentía y me siento estupefacto.

Los fisios de mi barriada me han retirado las dos muletas. Y me han dicho que por ahora, ande poco. Esto es muy duro. Parece esperanzador, pero siempre hay un pero. Se me hincha la rodilla. Son ocho meses de recuperación. No es mi tiempo. No me gusta no poder andar inicialmente sin seguridad. No soy yo. Te alteras por cualquier cosa. Lo quiero todo, ya. ¡Recuperación, ya! Son muchos sentimientos removidos. No quiero pensar demasiado, pero es mi obligación hacerlo. Necesito a mis piernas lo mismo o más que el comer. ¿Para Navidades ya olvidarse de esta tortura mental? Sí. Debo, pensar. Porque pensar es vivir.

Es muy duro vivir. Pero no veo alternativa porque no la hay. No me gusta que los sábados los del Súper me traigan las cargas de la compra. Pero es mejor que me joda y que no haga el bruto.

Las cosas, como son. Ahora que irán despareciendo los fisioterapeutas y los médicos, empieza todo. Insisto. El Sistema está mal. Somos la sociedad que somos. De modo que aunque me fastidie, voy a pensar.

Solo solito, daré mis primeros pasos. Solo solito en mi casa, haré los ejercicios de recuperación. Será más que duro porque me conozco. Pero voy a poner toda la carne en el asador. Pensaré en práctico más que en positivo. El futuro debe ser mi caramelo favorable. Mi clavo ardiendo y mi esperanza. Trataré de aplaudirme a mí mismo. Agradeceré los detalles y los consejos de quienes me aprecian.

Seguiré teniendo muy poca paciencia. Eso está en mi gen. Y seré impulsivo y trataré de ser tímidamente pragmático. Me he operado, porque lo otro era mucho peor. Había que abordar esta experiencia. No podía dejarla pasar. 

Quiero seguir viviendo con la conveniente dignidad. Si cojeas, te rechazan. Lo sé bastante. Y si no cojeas, entonces puedes ser mucho más libre y escoger. Caminar es un regalo básico y original. Pasarán muchos meses para que esta experiencia pueda tener una más rigurosa reflexión. Ser optimista es ser inteligente. Partido a partido. Si me duele, paracetamol al canto. Crecer más, es hermoso. Andar de nuevo es un enorme regalo. Afrontar las cosas es un gran ejercicio de solidez. El vértigo no debe dar paso a la resignación sino a la confianza.

Vivir es jugársela, ser honesto, viajar hacia fuera y hacia adentro de uno mismo y dormir con la conciencia tranquila. Vivir es el futuro. Y seguro que ese futuro está lleno de sucederes y sorpresas. Y sobre todo, de acontecimientos que constituyen toda la construcción de lo vital.

Esto que os he contado, solo ha sido un cacho novedoso de mi vida. Que tendrá el tiempo limitado que haya de tener. Pero que también sirve para ponerme en mi sitio.

¿BUEN DESNUDO? ...

 

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