Ha sido Rivera un excelente actor mediático de una película del IBEX, junto a la dulce Inés Arrimadas. Ambicioso, empresario, joven y bien presentado, fue el chico bonito y avispado de la ambición y del oropel mediático.
Saltó al estrellato cuando dejó Cataluña, y se puso español y nacional. Las teles le vieron y le ajuntaron. Coincidió su tiempo de éxito cuando "Ciudadanos" trató de asaltar los cielos del PP , o cuando la Arrimadas estuvo a punto de ser elegida Molta Honorable Presidenta de la Generalitat.
Rápido, echado hacia adelante, atractivo, americano, tremendamente precoz, listo y estratega. Fue de chico bueno de la televisión. Parecía representar el relevo en la política, y el que escondía la caspa del PP transformándola en futuro y presente realidad.
Y el mediático Albert, se dejó seducir por la citada ambición y por la arrogancia. Lo ganaba todo, lo subió todo, y pudo junto con Inés Arrimadas ser la pareja bien y candidata de las nuevas españas. Pijo y dinámico.
Pero la política es muchas más cosas. Nunca se sabe bien qué es eso de "Ciudadanos" y de qué va esa gente. También hay mucho poderío mediático, mucha chica mona y mucho machito con estudios que aspira a todo. Rivera conectó bien con una parte atea de la España del PP. Le creyó nuevo y eficaz; lleno de sorpresas positivas. Era el Pablo Iglesias del otro lado, el que dominaba debates y platós; el joven sheriff con la personalidad de la calle de en medio del western de España.
Gustaban sus modales y brillaba su audacia. Pero Albert, viró y se le dieron cuenta. Insisto en que su "Ciudadanos" corría demasiado y sin poseer un motor de prestigio y tradición. Este 10 de Noviembre de 2019 pasará a la historia porque ha tenido Albert la coherencia y el entierro político del decir adiós tras su brutal descalabro en las Elecciones, y por lo feo del emerger de una tóxica emoción llamada VOX.
Cataluña y Franco, y la xenofobia, han encumbrado a un Partido populachero y ramplón. VOX ha destrozado a Rivera y ha entumorado a la España clásica, que es contaminada por el totalitarismo como ya desgraciadamente sucede en Europa.
Hay que ver la que ha liado Santiago Abascal. Pocas luces y todo el ruído. Acabado "Ciudadanos", en la sede de un algo renacido PP, las grandes seseras trabajan a destajo. No quieren que les pase lo de Albert, ni que la gente perciba que tienen demasiadas cosas en común con el del caballo blanco de la Reconquista.
Pedro Sánchez, la ha pifiado bien. Quería liarla en esta nueva convocatoria y salirse del mapa con mayorías absolutas, pero ahora lo tiene más difícil que cuando le sugirió Ministerios sin contenido a Unidos Podemos.
Otro que se la ha dado bien dada, ha sido Íñigo Errejón, el cual no se ha comida una rosca con su "Más País". Ha hecho un soberano ridículo, desde que Ada Colau le frenó sus ambiciones en Barcelona y le paró los pies de su seducción. En Valencia, el Compromìs de Oltra y Balldoví lamentan la alianza fallida. Hubiera sido mucho más real andar por donde solían.
El suelo fuerte de Pablo Iglesias ha funcionado. Con Garzón, actúa desde la ideología, y nunca por coyunturas. Unidos Podemos es una coalición social y real. Ahora, le exige a Sánchez participación clara, que escuche de nuevo a sus bases, y si se pone tonto, adiós y a hacer oposición para los cuatro venideros años. Todo un reto apasionante. Yo, ¡les seguiré! Pero habrá que ver cómo le iría al Partido morado una gran travesía del desierto con todos los medios y poderosos frontalmente en contra. ¡Valentía inaudita y de mérito, si logran rehacerse en votos y consolidarse los hijos del 11-M! ...
La peor noticia sigue estando en una sociedad española desmelenada, con greñas y emocional. Simplona y de poco pensar. Agresiva. Nostálgica de Franco y sin capacidad de resolver con política la cuestión catalana. Los "CDR" la estaban liando por la frontera y siguen yendo a la suya. Ellos no parecen jugar otro partido que no sea el de la desconexión.
Pero, en general, España está vulgarota y sin verdad. Previsible y mediocre. Con una presión de la Globalización asfixiante, y con escasa capacidad de reflexión.
España está en una especie de UVI del grito y del fardón, de la charanga y el ruido, de la prepotencia y el desencuentro. Mi país sigue a la deriva y sin ser bien gobernado.
¡UNA PENA!
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