sábado, 14 de abril de 2018

- TRÁNSITO -




Mirada dura. Demasiado dura. Herida evidente en un mirar de dolor. Eugenia engaña mucho. No es la que parece. Ahora no es libre, sino una yegua desbocada  en conflicto sin resolver. Tiene fibromialgia y sus cercanos la rechazan. Ahora se defiende con su pose contundente y su verbo definitivo y sin miramientos.
Eugenia se revuelve y prefiere el terrible silencio de leona. Porque si se enciende, entonces sacará su fortaleza y meterá la pata. Hablará más fuerte de lo que toca hablar, se sentirá muy triste, y entonces contagiará esa su fuerte tristeza de tránsito.
Porque Eugenia seguro que reposa como la paella y el buen vino, y el día de su primavera menos esperado sacará toda su femineidad y pasión y volverá sobre sí misma y sobre su realidad.
Pero por ahora los valores oscuros la asfixian y la condicionan. Demanda masaje y mucha autopaciencia. Salta si le dices algo, y le has tocado los ovarios y su agresividad sin proponértelo. Está tan frágil que muestra ahora su lado contundente.
Busca Eugenia lo que ya tiene. Pero no puede saber que también el amor de los otros es potente y acogedor. Se cree que todo es un camino sin mucha salida y yo sé que no.
Voy conociendo mejor a Eugenia. Está en tránsito y en evolución. Trabajó mucho en Mallorca, y un negligente galeno convirtió parte de su espalda en una rémora. No puede apenas agacharse, ha de tener cuidado con los movimientos, y hoy por hoy no puede olvidar ese pasado ni este presente.
El otro día me miraba mientras jugaba con ella a un juego de mesa en compañía de unos amigos. Y entre mi sorpresa se incorporó al grupo. Yo, la miraba con una mezcla de respeto y temor. Sus nervios son muy potentes y la pueden traicionar. Pero me gustó la espontaneidad de su audacia aunque fuese un poco brusca. Eugenia es inteligente y vivida, pero su impulsividad y sus problemas familiares la agobian. Se siente incomprendida y eso la jode mucho. Por eso intenta incorporarse mil corazas para que no descubran quién es.
Eugenia es alta y muy rubia y guapa. Y si se suelta el pelo y cruza las piernas como ella sabe, tiene pocas rivales estéticas. Ahora la mujer busca no caer en mayores desesperaciones y trata de no comerse demasiado la cabeza en su casa.
Aún es joven. Y tiene muchos retos y muchas metas. Lo vi cuando miraba con decisión y acierto las fichas del dominó. En estos pequeños detalles sociales se puede auscultar una personalidad y una realidad. Y en cuanto vio que yo la sonreía, Eugenia hizo el gran esfuerzo de esbozar una sonrisa. Ya es, dada su situación.
Sí. La primavera de la madurez estará con Eugenia. Y el tiempo de la luz y de la playa hará que los hombres vuelvan a fijarse en su persona y en su peculiaridad.
Su tránsito, su parón actual, sus dudas que lanza como pedradas al aire, dejarán paso a prosas y hasta a poesías que volarán en paralelo a las gaviotas desenfadadas del mar en donde se extiende la gigantesca arena de La Malvarrosa. Y el calor le quitará drama a sus momentos de invierno.
Voy creyendo en Eugenia en la medida en que ella se da cuenta de que puede variar su acento y convivir con sus adversidades. Y ha de saber que puede ser feliz con su fibromialgia, y con los desencuentros,y tirar a la basura toda la violencia amarga de su dolor.
Sin ser explosiva, Eugenia es mujer plena y atractiva. Y su mayor activo será su serenidad y su personalidad. Y con el azúcar del tiempo, yo sé que un día volverá a la noche y aunque no haga un baile salvaje y dinámico eso será lo de menos. Y entonces un beso de lapa y de amor la envolverá.
-SEGURAMENTE-

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