martes, 7 de noviembre de 2017

- A. GARCÍA FERRERAS, PERIODISMO POLÍTICO Y OPORTUNO. -



La política como convicción y pasión hacia su real dimensión. Y desde esta posición, el periodista Antonio García Ferreras se lanza con oportunidad y acierto y desde su medio televisivo "La Sexta TV", a priorizar y situar la substancia política en el lugar que debe ocupar.
Ahora, está muy de moda a causa del conflicto en Cataluña, pero Ferreras siempre ha mantenido su línea similar de actuación. Antonio representa la honestidad y la pluralidad, la crítica democrática y el compromiso del periodista ante el acierto de la realidad.
La política no solo no es un rollo, sino que es el único instrumento capaz de alterar las reglas del juego. Aunque parezca que el timón del Poder ya corresponde indefectiblemente al Mercado y a su money como valor ganador y definitivo, el periodista leonés nos indica que nada de eso es así. Y que solo la fuerza política y de los ciudadanos y de sus representantes podrá ser el verdadero oxígeno de libertad y de autenticidad, y justicia que todos vamos a precisar más pronto o más tarde.
Plural y valiente. Las tertulias de Ferreras son serias y entregadas. No habrá en ellas ni gritones, ni charlatanes enviados a la consigna. No. El periodista abre generosa y justamente el espectro a las mayorías y a las minorías a sabiendas de sus posiciones irreconciliables. Apuesta por el respeto en la opinión diversa. Les de la la mano a unos y a otros, les cede el micrófono; se torna maravillosamente democrático y de admirar su facilidad para lanzarse al ruedo de las pasiones políticas emocionales con unas líneas rojas que nunca se sobrepasarán.
Su mirada que parece vizquear tiene el estilo clásico y atemporal del buen periodista humilde, el cual puede inflexionar la voz en el momento preciso en donde va a hervir la noticia. Ahí, y ante las cosas que están a punto de parirse y de tener lugar, A. García Ferreras nos da las claves de la atención y de la importancia de las hechos. En efecto, la política es el motor más sexy y relevante de nuestras acciones en democracia.
Ferreras es respetado. Salvo por algún oportunista que diga llamarse periodista, siendo mero vocero de intereses espúreos. Ferreras es rigor, y actualidad, y televisión viva y trabajadora, constante, y en donde sus programas merecen la pena por su nivel y porque en ellos se arriesga con audacia sobre la siempre temible pluralidad polémica.
Da igual. Dan igual los horarios. Antonio convierte la tele anquilosada al uso en una cosa similar a la radio ágil, flexibe y actualizada al instante. Con Ferreras no hay que mirar hacia atrás solo sobre lo que pasó, sino seguirle el vértigo de lo  inmediato que se sucede a la velocidad real de los movimientos de esa vida política que somos todos.
Está tenso cuando ha de estarlo, baja su voz cuando ve llegar la decepción o el mazazo, pero rápidamente reaccciona y se sitúa. Recompone y avanza sobre más hechos, realidades y opiniones.
Es el mejor periodista de la tele actual. El más plural en cuanto al vivo y al directo. (Évole es reflexión puntual anunciada). Antonio es el que parece sentirse mejor en el cuerpo a cuerpo de la oratoria sobre las mesas pobladas por ágiles tertulianos rivales. Incansable, laborioso, siempre político, abrazando el justo orden de las cosas, huyendo de los aplausos del público recurrente, y desechando para siempre la mediocridad y los efectos especiales fugaces e inanes.
Antonio merece un reconocimiento y no solo porque ahora sea la gran voz veraz de la actualidad política real. Lo merece porque lo demuestra, porque a todos les convoca y les da la oportunidad de expresarse y a nadie le lanzará cara de vinagre. Su periodismo brillante parece descender del gran y postergado Iñaki Gabilondo,y es pura democracia de rigor.
-Y DE RESPETO Y MÉRITO-

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