sábado, 23 de julio de 2022

- PALOMA "LA LOCA". -



Aquella mi adolescencia mágica, siempre traía sorpresas. Por inusuales y siempre significativas. En mi pasión,- como en la de casi todos los niños de mi generación-, se imponía la práctica del fútbol. Siempre cosa de hombres. Terreno blindado y masculinote. La mujer no cabía en los deportes. Ellas debían disimular bailando en las discotecas, y mostrándose modositas. Las novias de los chicos, iban a veces a animarles. Y se llevaban muchas críticas y miradas poco honestas.

Un día, yo no me creí lo que veía. Y me desagradó lo que vi. Estaba siendo educado como todos los chicos, aparte de las chicas. Por eso ahora, cuando paseo cerca de las Universidades afortunadamente mixtas, no dejo de sentir una cierta envidia de los chicos actuales.

A veces me iba a unos campos de fútbol que estaban en la zona de las Torres de Serranos de mi Valencia, y saludaba a colegas, y muchas veces jugaba al fútbol con ellos. Allí solían estar, Tomás, "Pumuki", Balciskueta, Chimo, Miguel, y mil muchachos más. A todos nos apasionaba jugar al fútbol. Y nos sigue gustando. El que puede sigue ahí, dando patadas al balón.

Y entre esa gente amateur que se apiñaba a veces entre dos equipos en unos campos de fútbol con porterías cutres y campos en donde te jugabas los tobillos por las piedras y algunos metros escasos de hierba, alguien un día me dijo:

- "¡Mira! ¿Ves? Je,je,je,je,je ... Es Paloma. Es, tía ..."

Mujer. Chica. Se refería a una adolescente larguirucha y pelirroja, de largas piernas y cabellos, de poca técnica, rápida, resistente, casi incansable, y que se la notaba en extremo apasionada por nuestro blindado deporte masculinón.

- "¿Te das cuenta, nano? ¡Es chavala! Debe ir a por el "Pumuki". Querrá enrollárselo. Lo que pasa es que es fea. O, igual es de la otra acera. No te extrañe, ja,ja,ja,ja,ja ..."

Yo, pensaba que: "una mujer no me gana a mí jugando al fútbol." Lo digo ahora, cuando Julio de 2022, cuando los partidos de la Selección Española y femenina los televisan en la 1. O cuando Alexia Putellas es considerada la mejor jugadora de fútbol femenino del planeta.

No podía en mis pensares haber una cosa más humillante, que una mujer me ganara a mí jugando al fútbol. ¿Jugando al fútbol?, ¿a lo que hacía Cruyff, o luego Kempes o Maradona? ¡Qué raro era eso! Lo de las chicas no debía ser el fútbol. Ni de árbitras. Ni de comentaristas futbolísticas. ¿Qué podía saber una chica de fútbol? ...

Ahora, lo que pienso es en los condicionantes. Paloma "la loca", aquella chica aparentemente extraña que usaba pantalones cortos como nosotros, y que luchaba por todos los balones con su resistencia física, se enfrentaba a un rechazo social de caballo.

Yo, no la rechacé. Y desde mi hipocresía machista, pensaba que podía chocar con ella y hacerla daño, o golpearla sin querer con un fuerte balonazo, o que ella podría estorbar para poder desarrollar un juego lógico y aceptable, o yo qué sé ...

Paloma, era libre. Cuando ninguna chica se atrevía, ella sí. Y me importa un pito si bajaba a ligarse a alguien, o si bajaba porque le apetecía jugar con nosotros, o si tenía una afición extraordinaria por nuestro deporte más popular.

¡Coño, qué mérito! ¡A cuántas cosas estaba renunciando Paloma por ser libre! Reconozco que Paloma nunca fue colega nuestra, y que ella en cuanto se acababa el partido se largaba, y muy pronto la volvías a ver jugando al fútbol ante el machista asombro general.

En los corrillos pre y post partido, ponías a caldo a Paloma. Necesitaba nuestro machismo masturbarse en estereotipos, para así justificar nuestra distancia ante gente así de rara.

Paloma, era lista. Quizás sabía, que si montaba un equipo con todo chicas, las hubieran corrido a risas, menosprecios, insultos, y todo tipo de descalificaciones. Y uniéndose discretamente con el "enemigo" masculino, podría practicar su deporte preferido.

Afortunadamente para tod@s, la mujer ya va jugando a todos los deportes, incluidos a los tabús por sexualidad de toda la vida.

Han pasado décadas desde aquella adolescencia y juventud tan tierna y de blanco y negro. No sé qué habrá sido de la singular Paloma. Pero me la imagino sentada en el sillón de su casa con la camiseta de la Roja puesta, y disfrutando con los suyos viendo por la tele a la Selección Nacional femenina, y hasta evocando con un cierto regusto amargo sus tiempos de jovencita en los que casi tenía que jugar al fútbol de tapadillo, y con los amigos conocidos y protectores que la defendían de los dedos acusadores y de los insultos del machismo general. Y no solo de la desconsideración de los hombres, sino de muchas mujeres reprimidas e igualmente machistas y convencionales. Las de aquel tiempo, que por cierto también sigue sutilmente en 2022 ...

Dejadme recordar a ese misterio pelirrojo del pelo largo y larga zancada. Con su sonrisa defensiva y sus ganas de jugar a un fútbol veloz y constante. A sus necesidades de disfrutar de lo que más le agradaba. De atreverse a ser distinta, de estar dispuesta a que se la pusiera a caldo, de soportar que pensáramos lo que pensábamos de ella ...

Yo, he evolucionado. Es mejor. Renovarse o morir. Ahora ya me parece absolutamente correcto lo que hacen las chicas con sus deportes. Me da igual que hagan rugby, boxeo, fútbol, el Dakar, o cualquier deporte que me pueda parecer arriesgado o límite. Porque la mujer tiene o debe tener la misma posibilidad deportiva que el varón. ¿Por qué no? ...

Algunos bastantes, siguen en la caverna del rechazo o del tabú. Peor para ellos. El mundo y la sociedad avanzan mucho más deprisa que sus cavernícolas cabezas.

Desconozco si Paloma sabrá que fue una valiente. Pero yo estoy convencido. Solo con ponerse una camiseta y unos pantalones cortos, demostraba el valor admirable y abierto de su deseo.

-LOS LOCOS ÉRAMOS LOS DEMÁS-


 

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