martes, 22 de agosto de 2023

- BESOS. -



La televisión nos acerca a unas chicas desconocidas a través del patrocinio económico, y que defienden a nuestra nacional camiseta. Ahora, ya vamos sabiendo que juegan y muy bien al fútbol, que son campeonas mundiales, que es Olga Carmona, o Alexia Putellas. o Aitana Bonmatí, o la negrita Salma, y todas esas cosas.

¡Amarillo y rojo! ¡Banderas en acción! ¡Fiesta! Chicas nuevas y brillantes en mitad de la Canícula en los fríos antípodas. ¡Más fiesta! Furia. El mito de Amberes. Y mil cosas sociológicas más.

La mujer, como plato de segunda categoría. Están muy atrás. Nos ha importado y nos importa poquísimo su libertad. No logramos entenderlas porque el machismo tiene la misma carga cínica que el beso del Presidente de la Federación en la boca de la chica más llamativa y hembra del grupo. El macho del negocio institucional era el Presidente, y lo selló delante de las cámaras y miradas. El hombre, como macho de la tribu en donde ejerce su autóritas sin pensar en la libertad de los otros. Por eso el feminismo siempre es aliado de los varones aunque no lo sepan ...

¡Más fiesta! ¡Chicas fuertes en acción! La Furia de Amberes ¡también podrá ser femenina! ¡Ah, las guerreras! ¡Nuestras guerreras!, mujeres absolutamente cotidianas que tenemos a nuestro alrededor.

Las loamos y las queremos porque nos han regalado un bonito y novedoso domingo, y porque el finde nos ha entretenido con las cosas de las nuevas chicas esas que se pelean como gladiadoras frente a las de la "Pérfida Albion".

¿Una moda todo esto? ¿Qué es todo esto? Es una sorpresa necesaria. Es un paso hacia adelante. Un deseo de equiparación al varón. Mucho camino y mucha paciencia por recorrer. Mucha justicia por hacerse. Mucha conducta social general por corregirse. ¿Lo hará este capitalismo tan denostado? ...

El verano. El final del verano que tanto se desea, para que estas temperaturas de lugares tropicales pierdan el malestar que nos machaca de calor. Esta aventura cual "Verano Azul" debería ser una continuidad en equiparación de sexos. Y para eso hay que tomarse a la mujer en serio y empezar a sacar el dinero de los bolsillos. Una chica "Iniesta" va a necesitar del money para alcanzar la profesionalidad y el prestigio. Y si ganas pasta, la gente te respeta más. Todos admiramos las holguras y la dureza defensiva del dólar.

De momento, ¡más fiesta! ¡Que no acabe la fiesta! ¡Qué fantástica la fiesta! España siempre ha sido la campeona mundial de la risa y de la alegría, de la calle, de la vida o de la terraza de verano a la fresca.

¡Bienvenidas las risas femeninas en medio del neoliberalismo y de los negros nubarrones del fascismo! Que siga todo. Que no se lleven a la sevillana Carmona a la tele de la frivolidad, o que no den por saco con el lesbianismo de las deportistas. De la orientación sexual libre y natural de todas ellas.

Y hablemos con valentía a nuestros niños de sexualidad, para que no la aprendan en la pornografía. Solo es el cuerpo de la mujer. Sin pecados ni falacias. Solo es la libertad de la mujer, presidente Rubiales. Solo es una chica simpática y atleta que juega al fútbol de maravilla. Es su libertad, es su sexualidad, es el derecho de todas y de todos.

Respeto. Es esa la palabra que debería concluír toda esta novedosa sorpresa del verano del fútbol y de la tele. Hacen falta muchos cambios sociales. Una nueva visión de las cosas. Las mujeres, ya no son las sumisas que fueron. Y el Poder no debería ser tan bobo como se mostró Rubiales. El Poder debe pensar en incluír, en valorar, en considerar, y en aceptar unos anhelos más que legítimos que siempre solemos capar. Ese respeto pasa por lanzar las hipocresías a la basura de lo absurdo. Si la mujer avanza, entonces lo hacemos tod@s.

-LO DEMÁS SON BESOS BOBOS.-
 

sábado, 19 de agosto de 2023

- CINE DE ESTRENO: ¡OPPENHEIMER! -



¿Nuclear? ¡No, gracias! ... Avanza la Ciencia. La física se va alzando en su poder de sofisticación. Las cosas son más posibles. El científico está preparado para avanzar. Oppenheimer atisba a crear un impacto potente y prodigioso llamado bomba. Bomba, superbomba, explosividad y magnificencia.

En esta película de Christhoper Nolan, aparece la responsabilidad del científico, y más en un mundo enfrentado por la puta guerra. El monstruo explosivo va a generar en un creador y hacedor de ideas el dilema de la justicia.

¡Guerra! ¡Guerras! No se trata tanto de hacer un artilugio explosivo demoledor y hasta patriótico, como de su posición en donde la Ciencia se tiene que convertir en combate armado.

"Oppenheimer", interpretado por Cillian Murphy, será siempre controlado. Siempre habrá a su lado, poderes que interferirán en su labor de investigación. La Ciencia del nacionalismo o de los buenos, contra un enemigo que sería interior o exterior, el cual mediatizará siempre su espléndida labor del saber y del conocimiento.

Ese malo de afuera. Y entre los malos interiores, estará el Jefe Nuclear de los EEUU. Los sentimientos de "Lewis Strauss", maravillosamente interpretado por Robert Downey, serán de celos y de envidia del eco de la fama y del éxito de Oppenheimer. Le grabará cada paso, la Guerra fría le hará cómplice de los comunistas, y toda una estrategia de profundas emociones negativas y humanas, destinadas a mantenerse siempre en lo más alto del podio del Poder.

El Poder tiene muchas aristas. La victoria sobre los enemigos, y los héroes de la guerra. ¿Héroes en una guerra?, ¿héroes en el veneno nuclear?, ¿éxitos se llama a todo eso inicial? ¡Lucha por la patente y por la cima! El amigo puede ser igual de cabrón que el enemigo. Está McCarthy con su caza de brujas, está la obediencia, la honestidad, la coherencia o aprender de los propios errores.

Oppenheimer no va a ser un alma libre tras lo de Hiroshima y Nagasaki. El genio brillante y vital de los ojos claros y azules, acabará siendo el juguete de las reglas del juego. Y el gran maestro de la Física, será derribado hacia un sitio anecdótico e invisible cuando expresa en voz alta su humana verdad.

Oppenheimer podrá pasar de ser un genio, a mierda cósmica en bien pocos meses. Siente que es la muerte. Un destructor de mundos. Lo va intuyendo todo mientras investiga, y finalmente topa con el mundo del Poder real que le va a decir ciertas cosas.

Héroe y villano. Ganador y despreciado. Día y noche. Amarillo, rojo, azul, negro ... Dolor interior. Impotencia. Puede ser castigado. Es la sospecha total en su país si no se vuelve un borrego obediente. La Ciencia es un arma de desaprensivos mientras no haya consenso mundial. La Ciencia, como destructora del mundo. ¿Cuántos japoneses sucumbieron a la idea de lanzar bombas? ¡Un espanto! ¡El fin no justificaba los medios!

Pero el Poder es quien decide. El físico y el científico recibe un  fenomenal y terrorífico sopapo en su libertad. Abre unos caminos. Pero otros guían esos caminos y errados hacia su propia conveniencia.

-EXCELENTE FILM DE NOLAN. -


 

domingo, 13 de agosto de 2023

- ME HUBIERA GUSTADO TENER UNA HIJA. -



Lo confieso. Ser padre de una niña hubiese marcado y para bien la totalidad de mi vida. Que, me conozco ...

No me he casado ni he tenido hijos, pero siempre puedo soñar. Y si la salud no me hubiera fallado tan precozmente, mil cosas tiernas hubiesen sido posibles. Tener a una niña con mi apellido. No haberla tenido, ha sido un castigo de mi destino. Por lo tanto, me dispongo a soñar acerca de esta ausencia.

¡Una niña! Una niña supone que hubiera consensuado con mi mujer, el modo de mantener y cuidarla lo más adecuadamente posible para procurarla cuidados, atención, educación, protección y felicidad.

¡Los primeros meses de mi niña muñeca! Es tan emocionante, que cuesta describir lo que hubiesen sido los momentos de esas emociones de cariño.

Sí. Lo primero que hubiese venido, es acercarla a mí y darla un suave besito. Hubiese tenido miedo a hacerla daño por el impacto del choque de mis labios hacia sus mejillas, sus cabellos, su toda ella ... Sostener su cuerpo diminuto, mecerla, y asombrarme siempre por ver cómo esa criatura era mía. De su madre y mía. Pero también mía.

Con el paso del tiempo hubiera descubierto el abrir de sus ojos, su crecer suave pero evidente, los pañales y su higiene, el que me despertara con su llorar en el medio de la noche con un calor potente o con un frío amenazador. ¡Nada de amenazador! Si una hija mía hubiese nacido, yo creo que no hubiera habido nada amenazador. Ni para ella, ni para su madre, ni para mí.

En cuanto hubiese terminado mi trabajo de docente en un Instituto o Universidad, se la habría arrebatado a su madre de las manos y me hubiera escapado con ella sin aparente rumbo fijo. No sé qué nombre le hubiésemos/hubiese puesto. Me vale con "María". María es un nombre femenino, con fuerza, con tradición, familiar, un nombre que a pesar de los anglicismos mantiene fuerza de actualidad y de quizás de eternidad. "María" ...

Inolvidables nuestros primeros paseos por la calle. Porque mi niña empezaría a dar sus torpes y maravillosos primeros pasos. Me llamaría papá, y entonces yo le devolvería la mirada embobado y en extremo feliz.

Mi niña "María" llamándome papá, y confiando en mi apoyo por si tropezaba y caía. Aunque los niños rebotan cuando caen, lloran un rato, y al cabo de unos minutos ya pueden estar nuevamente con la sonrisa y con la carcajada.

Cogería a mi niña, y la sentaría alzándola sobre mis hombros, como un trofeo innegociable de felicidad. ¡La hubiese querido como la hostia! Sus primeros regalos de los Reyes o de Papá Noel, hubieran sido lo de menos. Lo mejor hubiesen sido sus reacciones ante los juguetes. Si los hubiese tirado por los aires o inventado con ellos unos juegos personales e indefiniblemente maravillosos.

¡Seguro que hubiera sido una excelente estudiante  la niña mía que no pudo ser! Porque su madre hubiera sido igualmente, buena y valiente. O profesora, o mujer de cuidados sanitarios, o incluso de la pata quebrada y en casa. Pero, de todo el amor sincero ...

Las notas de mi niña serían excelentes. Como las mías fueron. ¿Tratarla con tres, cuatro, cinco, diez, doce años? ... ¡Menudas experiencias para "María" y para mí.

Mi niña que no existió me hubiese ayudado mucho. Sus momentos de calma conmigo, la hora de saltar y de jugar, el adaptarme a su naturalidad de criatura singular que crece con la vida. Yo le hubiese dado la paliza contándole cuentos y ocurrencias, y ella me lo hubiese agradecido de corazón.

Hubiésemos corrido por el río seco como dos niños ante el asombro o colaboración de su madre. Hubiese tenido mi niña todas las comidas sus garbanzos o su comida equilibrada sobre la mesa. Si hoy conservo recursos imaginativos, puedo intuír con treinta años siendo más que feliz con mi niña imaginada.

¿Educar a mi/nuestra María?... Nada fácil. Pero yo hubiese sido muy valiente y clarito con ella cuando la adolescencia, su paso a mujer, la crecida de sus tetas y zonas genitales, y la habría hablado bien claro sobre sexualidad, deseos, placer, libertad, y claves para ser ella misma sin que nadie osara invadir su espacio de nueva mujer.

Mi niña vestiría como le diese la gana, aunque a mí me tocara las narices su cuerpo coqueto exhibido. Se pondría la precoz ropa que se plantan las adolescentes. Su no suje, su tanga, las formas de sus caderas de mujer, la demanda de aderezos o lencería, y finalmente su mundo.

¿Mi niña sería guapa además de inteligente? ¿Quizás alta como una modelo y preciosa como su hipotética madre? ¡Me daría un bledo! Haría todo lo posible para que se comunicara conmigo a través de todas sus demandas de chica que crece y que empieza a mostrarse mujer.

Podrían haber muchísimas cosas. Desde un fatal accidente que acabara con su vida, que le afectara y mucho que yo me separara de su madre, y tropecientas cosas más. Pero mi "María", seguro que no hubiese sufrido nada agorero y que hubiese sido una chica feliz.

Y sobre todo, ¡libre! Libre, gamberrilla, rompedora de las noches de juerga o campeona de Europa de atletismo. Si yo la hubiese visto dotes para la carrera, me hubiera apresurado a apuntarla a un club de atletismo. Y si me hubiera dicho que le encantaba jugar al rugby o al fútbol, me hubiese retirado a meditar un tiempo.

Porque hoy las chicas se liberan con pureza e inocencia. Y le hubiera dicho que,¡perfecto! Que aceptaba que le gustase el rugby o el ciclismo de montaña.

Y si un día llegábamos su madre y yo de sopetón a casa, y escuchábamos gemidos de placer en su habitación y no compartiendo el placer con un chico sino con una chica, entonces ...

¿Un nuevo disgusto?, ¿mi "María" una guarra depravada? ¡Ni hablar! Antes ya hubiese sospechado cosas. O quizás, no. Se hubiera puesto a prueba mi amor por ella. ¿Y qué si era lesbiana? ... ¿Sería mi hija "María" menos importante y menos querida por el hecho de que le gustaran las mujeres? ...

Insisto. Si hubiese tenido una hija, hubiese sido para mí toda una cátedra de saber y de conocimiento nuevos, femeninos, novedosos y reales.

¡Nunca nada debe estar escrito o ser previsible! Estaría maravillado de que la vida me hubiese otorgado a una hija de la condición u orientación sexual que fuera.

No podré demostrar casi ninguno de los deseos y sucederes que he afirmado en este escrito. La vida es un puto azar. La levedad y la vulnerabilidad del ser humano.

Pero intuyo que la presencia humana de mi "María" o "Salvadora", me hubiese sumergido siempre en perspectivas ricas y poco imaginables. Mi hija casi seguro que hubiera sido heterodoxa como yo, y nunca convencional ni esperable.

Sigo soñando. Va y un día me/nos viene "María" y suelta:

- "Papás. Quiero deciros que deseo consagrar mi vida a Dios en el interior de un Convento ..."

Yo hubiera respondido: - "¿No te dije que no debes confundir la creencia con la fe, hija mía? ..."

Y ella me hubiese respondido: -"No soy tonta, papá. Soy libre. Y en mi libertad nadie puede entrometerse ..."

¿Alguien piensa que siendo monja ya no podría querer a mi hija con el terremoto de amor terrenal? Dentro de la hipótesis, todas las apuestas me dicen que la hubiera querido a mares igualmente.

¡COMO SIEMPRE!


 

jueves, 10 de agosto de 2023

¡¡ BAHAMONTES !!



Otra sociedad. Otro contexto. Ninguna libertad. Mucha hambre. La postguerra Civil española. Sobrevivir en el día a día. La ausencia y precariedad como constantes. ¿Qué sería el deporte en esas potentes limitaciones? El deporte en sí no sería nada, a no ser que hubiera dinero por en medio.

La creación de un personaje la daba la vida desnuda y real. El corto plazo, el momento, el día a día, el no poder ir más allá.

"Federico" Martín Bahamontes era un chico toledano que se hizo rarito casi sin querer o sin percatarse. Se sabe que era fuerte, y también que tenía coraje. El coraje que necesita un pobre  para salir adelante. El brío absolutamente imprescindible para no caer en la fatalidad. Éso, le hizo destacar sobre todas las cosas. Su mala leche, para pasar entre la broza buscando sueños.

¿Que fue el primer atleta español carismático de la Historia? E incluyo a Santana, Nieto o a Seve Ballesteros ... Insisto. La genialidad de sus hazañas ciclistas habrían de ser consecuenciales a su situación social.

Se le recuerda como el más grande escalador de todos los tiempos. E incluyo a Gal, Bobet, Coppi, Bartali o Pantani, o al apellido que se quiera. Bahamontes era mucho más y hasta mucho menos que un deportista. Un maravilloso paleto, salvaje, chulito, echado hacia adelante, brusco, impetuoso y sin miedo a la autoridad. ¿Existe algo más peligroso y respetable que no poder comer por falta de alimento? ...  Superada la prueba límite, Bahamontes no atendió a mucha gente.

Le daba todo un pito. En su impulsividad de atleta colosal, no medía las situaciones demasiado. Tenía el genio de la dureza y la fortaleza de los grandes grimpeurs. Fue ciclista como pudo ser otra cosa. No se planteaba ganar o completar el Tour, sino que se centraba en la etapa del día día. Ahí lo daba todo.

¡Héroe en el 59! Ningún españolito había ganado el Tour. Fue el primer ciclista español en muchas cosas. El pionero que nos suena y que se impone a Trueba, Loroño o Berrendero. Fue lo que hoy se llama pionero mediático.

Se firmó con "El Águila de Toledo". Ni siquiera se llamaba Federico. Un día subió las montañas, llegó el primero y esperó a sus rivales tomándose un helado. ¡Mucha mítica! En realidad, le habían tirado piedras y roto los radios de las ruedas. De modo que debía parar a esperar a que llegaran los mecánicos del coche de su equipo.

Bajando, Bahamontes se arrugaba. Y nunca medía las consecuencias de sus actos. ¿Qué era eso de dosificarse?, ¿tener a alguien que decidiera sus deseos?, ¿que los periodistas le tocaran los bajos cuando quien subía la montaña era él y solo él? ... ¡Ni hablar! En el Tour no aceptaba superioridades ni condicionantes de ninguna clase. Como en la vida. Sencillamente, que le pagaran y punto pelota.

El extraño genio era así. Nunca ganó una Vuelta ni un Giro. Solo un Tour. Pudo ganar siete u ocho. Pero a Bahamontes solo le preocupaba la inmediatez y la supervivencia.

El otro día vi un reportaje televisivo, en donde era entrevistado en charla por Perico, Miguel Induráin y el periodista Carlos de Andrés. En un momento dado, el genial toledano, afirmó, mirando a los dos grandes ciclistas:

- "Yo era mejor que tú. Y que tú ..."

No lo decía como boutade de personaje con carisma de generaciones. Bahamontes lo decía todo a la cara. Sin milongas. Lo bueno, lo malo y lo regular. Nunca supo de la suavidad. La vida no le había sido suave. Al revés. La vida le había dado más palos que a una estera, y una fuerza física portentosa. No había podido pensar demasiado que no fuera en los garbanzos del día a día. No es que le costara sonreír o complacer. No. Sencillamente fue la vida que le marcó la supervivencia como camino. Ya había superado con creces los noventa años de edad. ¡Una bomba física!

D.E. P.
 

domingo, 6 de agosto de 2023

- MI GRATO RECUERDO DE PROGRESO DAUDÍ. -



Xirivella/Chirivella. Controversia acerca del escribirse correctamente la letra inicial de este pueblo pegado a mi Valencia. Finales de los años setenta. Mi juventud lesa. Mi enorme dolor inexplicado. Las lógicas de los cuerdos y mi tremenda impotencia funcional y vital. Cuando uno no puede ser dueño de uno mismo.

Mi madre habló con un primo segundo que tenía en un almacén de lámparas en Xirivella/"Chirivella", y le pidió que me enchufara. No en Montserrat, -en donde estaba su Fundación de Metales no férreos-, sino en el almacén con su despacho de dirección.

Yo, no entendía nada. No me interesaba nada. La nada y yo éramos una cosa muy similar. A pesar de sacaba unas notas más que destacadas en mi Instituto Luis Vives, ¿me proponía mi madre meterme en un almacén sin futuro? ...

Y lo jodido, es que podía tener toda la razón del mundo. No me sentía capaz de concentrarme delante de un libro, no teníamos en casa dinero, y ¡había que trabajar, coño! ... ¿Podía ser todo un razonamiento impecable? ...

¿Dónde estaba yo? En el sueño. No quería saber nada de nadie. Ni mucho menos, de mí mismo. Había una confusa lucha de lógicas. Tan válida podía ser mi posición de ostracismo social, como la idea de ponerme a trabajar ...

¿Trabajar?, ¿por qué trabajar?, ¿para qué? El dinero me importaba un pito, todo me daba miedo, mis padres y mi extraña familia no me podían comprender y no me ayudaban ni orientaban, y ...

Solo trataba de que el mundo no se me comiera, que las pastillas de un estúpido psiquiatra no me anulasen, o que llegara el sábado para hacer deportes y sobre todo para que en esas sabatinas tardes pudiese ver todo el deporte que me gustaba y que hacían por la tele. Ni amigos, ni amigas, ni ganas de salir, ni ganas de comprarme una cadena musical, ni de viajar, ni de sacarme el carné de conducir, ni nada. Vuelvo a la nada. Al sueño negativo y al dolor. A la incomprensión. A la ignorancia de aquellos médicos pastilleros franquistas, a la no realidad por mi miedo. Miedo a todo. Miedo a formar parte del mundo. Miedo a que se burlaran de mí. Miedo misterioso pero mucho más que real. Dolor en el alma. Parón vital. Golpetazos brutales que siempre eran invisibles. Y desaparición absoluta de mi sonrisa. Es como si tuviera la lucidez de estar decepcionado con el mundo. Empezando por uno mismo. Por mí.

El tiempo, pasa. No se para a reflexionar demasiado. Y mientras yo recordaba embobado las dulces explicaciones de mi profesora doña Ana del Instituto Luis Vives, sito en las primeras sillas que determinaban la brillantez de mis notas, va y me veo a las ocho de la mañana esperando a mi jefe/tío Ramón el del almacén y despacho de "Chirivella"/Xirivella.

Un cambio, de abismo. El brillante estudiante caía en la dinámica de un almacén menor. Mi enfado contra todo y contra todos, era horrible. Pero más horrible aún suponía aparentar agradecimientos. ¡Iba a trabajar y todo! ...

¡¡Mierda!! ¡¡Todo fue mierda!! En mi estado, solo podía interpretarlo de esa manera. Todos eran unos traidores y unos hijos de su madre. Mi madre, una burra por llevarme a aquel sitio. Y ... Y... Y ... ¡Todo mierda! ...

Nunca quise hablar con mis compañeros, salvo lo justo y ni eso. Por lo que me gané pronto su enemistad. Y la antipatía de todo el mundo. De los de la oficina, de los trabajadores del bar cutre donde íbamos a almorzar allá a las diez, y de todos los mil etcéteras del mundo y de la Galaxia infinita.

Mi jefe, el tío Ramón, era muy zoquete. Conservador, franquista hasta las trancas, egoísta, e indiferente ante los apuros de los obreros. A mí no me hacía ni caso y todo era hipocresía. Se había casado con una mujer que tenía mucho dinero, y solo por ese motivo y por las habilidades de la secretaria Carmen, la empresa iba aguantando. Hoy en día, esa empresa todavía existe.

En medio del malestar, comencé a sacar toda mi fortaleza física que era genética. Mis progenitores y tíos que nunca nos visitaron, eran unas personas grandotas y con una enorme fortaleza. Mi padre, era un tarzán.

Sí y sí. "Chirivella"/Xirivella. Todo aquel vivir mío extraño, era una hez, una oscuridad, un vacío, un dolor brutal. Pura rutina. Me importaba un pito que me pagaran y en mano todos los meses. Y el último día de la semana, al empezar el finde yo salía del almacén como en un acto de protesta, me sentaba en uno de los banquitos de un coqueto jardín enfrente del almacén, y permanecía en silencio. Era como una forma de protestar ante la situación mía y sentida de injusticia y de incomprensión. Pero nadie se detenía ante ese detalle, y yo seguía pasando con ternura y oscuridad, totalmente desapercibido. Cuando me daba, me levantaba, cogía el autobús y me marchaba a casa para no salir de ella en todo el fin de semana. 

Xirivella/"Chirivella". Aún no me cae bien este pueblo. Será difícil que cambien mis sensaciones. Ahí están muchos años que se fueron definitivamente a la basura de la derrota. Es lo que hay. ¡Lo que fue! ...

Entre tanto dolor, solo habían algunos momentos de relax. Los que pasaba con Progreso Daudí. Sé su nombre porque me lo dijo él. Tenía un taller, y cuando andaba mal de trabajo venía al almacén, y con un carrito de mano, Progreso y yo cargábamos aquellas cajas de plástico duro que contenían elementos de lámparas, y nos íbamos a su casa.

Hablábamos en valenciano. Progreso siempre me sonreía. Siempre me tuvo respeto a pesar de que yo estaba en aquel infierno personal. Progreso era un hombre humano y tranquilo. Hijo de una cantante de música popular valenciana, y creo que llegó a ser segundo clasificado en la Vuelta Ciclista a Levante.

¡Siempre! ¡Lo de Progreso fue siempre! ... Con su sonrisa y con su charla, era capaz de distraerme de los problemas de mi dolor, y yo no sabía qué hacer o qué opinar de él al principio de conocerle.

Progreso se me fue ganando. Y su sonrisa significaba: "oye, venga, no estés triste que la vida es más que tu dolor, que tú eres una persona inteligente y que yo te aprecio, ¡joder! ¡Tranquilo!" ...

Ese era realmente el significado riguroso de su tranquila y animosa sonrisa hacia mí. Me comprendiera o dejara de comprenderme, Progreso se ganaba mi aprecio. Yo le caía bien. Y él a mí. Yo le quise mucho, porque además en medio de aquellos nubarrones su sonrisa era oxígeno, sedación y normalidad. ¡¡Por fin algo, coño!! ...

Nunca pude ser feliz en aquel aciago almacén. Y un día me cansé y me fui de allí para no volver. Mas, de vez en cuando, yo iba a ver al bueno de Progreso. No lo había pasado bien en la vida, era un luchador, ¡y me había serenado con su sonrisa! ...

Hace poco alguien me dijo que Progreso había fallecido hacía un año. Yo, me esperaba ese óbito, y más tras la pandemia y que Progreso estaba delicado del estómago y necesitaba una bolsa exterior para orinar. ¡Nunca olvidaré a Progreso Daudí! Sin estudios, sin conocimientos técnicos, Progreso me entendió, cosa que ni los médicos pastilleros, ni mi familia, ni el facha de mi tío/jefe Ramón nunca lograron.

Lo que tenía Progreso era sensibilidad, percepción del dolor ajeno, intuición, compasión y alegría interior que me propagaba y regalaba cuando coincidíamos por los asuntos del trabajo. Yo, entraba en su casa y Progreso me dejaba ver el Tour de Francia. Estaba maravillado. Me decía que Induráin era lo más grande que había visto nunca. Y añadía al acabar la etapa:

- "¿Es que no ves que está entero mientras los demás tosen?" ...

LA TERNURA DE SU RECUERDO SIEMPRE ME ACOMPAÑARÁ.



 

lunes, 24 de julio de 2023

- CHARLA CHARLANDO. -



María habla como una niña grande. Trata de intelectualizar juguetonamente su discurso. Parece, en vacío. Como en caída libre que le pasa inadvertida.

María dice ser libre como el viento. No tiene voz de la edad que afirma tener. Es escurridiza y rara. Mas es bonito el timbre cercano de su voz.

Afirma ser una mujer de Valladolid en Salamanca, y siente placer exhibicionista al saberse escuchada por un extraño. Por mi. A mí puede contarme todo aquello que le de la gana. Manifiesta que ella se da mucho más a los hombres que ellos a ella. Y entonces todo parece cerrarse en una concha de misterio, hasta que la escuchas y la dejas hablar largo tiempo.

El tiempo. El tiempo libre de María puede ser extenso, suave, atenazador, irrelevantemente maratoniano, y sumamente peculiar. ¿Por qué me dice que carece de autoestima cuando ella no parece estar convencida nadita de esa idea?

Cuando aparece la normalidad, María dice que lo suyo con su ex marido fue siempre rutinario y nunca comunicativo. Y que el tema de los hombres ya pasó para sus metas.

María es contradictoria. Todas las noches le da por watsap un buen deseo de saludo a alguien que ya no está en su vida. El hombre, lee su watsap y se limita a devolver su buen saludo de deseo. Ha debido ver por dónde va y no va María, y se ha hecho a un lado.

Pienso en la pandemia. En el daño que ha hecho y en la carnicería mental que ha provocado. María, con voz casi melosa, afirma sus cosas, después dice lo contrario de lo que dijo antes, y sencillamente llena su tiempo de excentricidad. No se habla con sus hermanos, solo tiene una amiga con la que sale los findes a tomar algo, y a apartarse igualmente de los varones. Más que dos amigas, son como dos refugiadas en ellas mismas que se retroalimentan la una de la otra. Así es muy difícil que haya diversidad y que aparezcan bailes o senderismos. María está agazapada en la incomprensión y en el autoengaño. 

Hay gente buena, sí, pero sobre todo la hay muy mala. La que hace daño sin escrúpulos, la que te falla, la que te decepciona, la que está pero no está; la que piensa solo en sí misma.

El mundo es percibido por María como una suerte de decepción tranquila. Y se agarra desesperadamente a su nada, en busca de no se sabe bien qué.

Quizás María pueda reflexionar con ayuda profesional. Ojalá el destino le puede procurar sólidas y reales buenas noticias.

María me dice que no es alta ni baja, ni delgada ni de curvas, ni guapa ni feísima, que no se siente bien consigo misma y que hoy le apetecía llenar su ola de calor con sus medidas expresiones.

Su discurso parece estar de vacaciones. Porque María en realidad tiene buen fondo y dice que se siente bien cuando ayuda a los demás. El fallo es que no sabe ayudarse a sí misma, y entonces precisa casi desesperadamente una oreja que escuche su variable personalidad.

Al acabar la charla, María remata diciendo que a pesar de que no es feliz, no está dispuesta a cambiar nada de su vida.

-NI A ESCUCHAR A OTROS.-

 

viernes, 14 de julio de 2023

- MARÍA DE LAS NIEVES. -



¡ Juventud, juventud y juventud ! María de las Nieves se acerca con decisión a los setenta años. Sus ojos brillan con un aura cosmética y estratégica. Juventud, ¡divino tesoro!

María de las Nieves, necesita lucir. Y no solo tipazo, sino muchas más cosas. Casi todas las cosas. Antes muerta que sencilla. ¿De dónde es Marinieves?, ¿de Extremadura?, ¿más valenciana que yo aunque desprecie nuestra lengua madre?, ¿de todos los sitios españoles y conocidos? Seguramente ...

También su marido se pone de antigua gala, aunque solo sea para la habitual comida de solos en un bar. ¿Se puede estar solo a pesar de estar con su Paco desde que era casi una adolescente? Claro que se podrá. Eso y mucho más.

María de las Nieves llega a su cita de los domingos con un atrevido escote, y con toda la presentación coqueta que toda mujer como ella, precisa. Ella y su marido tienen dinero. ¡Pues, que se note!

Marinieves podría poner una consulta de videncia. Da el perfil. Sus pendientes, pulseras y mil aderezos, siempre irán con ella. Así como las calles tradicionales de un pueblo de Extremadura en el que nació y veranea durante los agostos. ¡Vivan las guapas y los guapos!

Conmigo, la mujer mantiene una prudencial y hasta lógica distancia. Yo, no tengo dinero. Pero soy fuerte, miro aún con curiosidad a las chicas guapas de todas las edades, y nunca entro en polémicas. Marinieves es tradicional como una Pantoja, y no quiere saber nada del dolor ni de las arrugas. Marinieves no tiene arrugas y sí una piel agradable y blanquísima.

Durante toda su vida ha hilvanado una forma de ser, aparentemente sumisa con su Paco, y le dan cosa sus achaques primos de vejete. No creo que le deje por mayor, porque para la mujer las apariencias son activos vitales, y ser viuda de España se valora mucho. Da mucho respeto y prestigio.

Marinieves tiene mártires a los camareros del lugar en donde comemos. Porque quiere las cosas así, y así no, y pónmelo como yo te lo digo, y la semana pasada tenían mucha sal, y aquello por allá flojeaba, ¿verdad, guapo? ...

Acabada la comida, unos amiguetes jugamos la habitual porra o partida de dominó. Y en seguida te das cuenta de que eres lo que haces, y que la actitud es el alma.

María de las Nieves se mosquea cada vez que pierde una mano del dominó. Apela a su mala suerte, apunta con brío y envidia a los que juegan bien y por los que por su culpa pierde, y de vez en cuando le lanza a su marido miradas informativas y estratégicas. ¿Cómo se hará para no perder la partida?, ¿por qué tiene que ser ella la que no gane? ...

Hay que verla menear las fichas. Lo hace con femineidad de adolescente y con mano de meiga. Y finalmente, el otro día me percaté de que jugando hace trampas. Nos pone a prueba. Si la pillamos haciendo sutiles trolas, ¿le tiraremos la bronca?, ¿tendremos cojones? ... Está su marido Paco que calla y ... Y entonces un tal Ángel, compañero de partida, me dice que no la diga que ha hecho trampichuelas aposta, que mejor ...

Nunca creo en la gente que no sabe ni quiere perder. Hay personas, a las que todo les vale. María de las Nieves va por ese camino. Y para mí, ha bajado a segunda y me distancio más. Y, ¿qué más da lo que a mí me parezca ella? ¡Qué importa lo que digan los demás! ...

¡Música y más música! A Marinieves le gusta bailar y ser una eterna chica sin edad que escucha pasodobles y salsa, y que se luce como la mejor de las divas. Siempre fue una diva. Lo querrá seguir siendo. Lo pretenderá hasta extremos risibles.

-MARÍA DE LAS NIEVES-


 

sábado, 8 de julio de 2023

- TOURMALET, SABOR DE TOUR. -



En lo más ciclista de la alta montaña de los Pirineos, el paso del Tour por el Tourmalet te embriaga hacia la razón icónica y la épica histórica. Es difícil entender la cátedra del Tour sin la necesaria propuesta sucesiva de esta montaña carismática, la cual no solo convierte en mito a quien atrapa, sino que te hace recordar tiempos centenarios.

No se puede entender el coloso más famoso de Francia, sin recordar a Merckx, Anquetil, Ocaña, Poulidor, Hinault, Fuente, Contador, Perico o Induráin. Y la magia de esta montaña de prestigio, hace que su carisma no sea otra cosa que un motor de nivel alto que sigue más actual que nunca. El Tourmalet es la vieja montaña más actualizada de la Grand Boucle. Ensalza a quien la toma y la afronta, y ofrece el traje oficial de la mejor carrera del mundo por etapas.

Subes, subes, subes, y parece que sus porcentajes no van a asustar a los grimpeurs. Semeja un caramelo de espectáculo y de doble filo, en donde se inscribe la pureza del ciclismo duro y descarnado. Cuando llegas a la Mongie, puedes ser un deportista afortunado o una caricatura de ti mismo.

Dejaré a Coppi o a Bahamontes, y aterrizaré suave en el Tour 2023. El duelo de disparos sigue vivo,-pronto llegará el Puy de Dôme-, entre el vikingo Vingegaard y el esloveno Pogacar. Y de repente, el Tourmalet. Y el danés que decide acabar con su rival, al ver al esloveno ceder solidez en la coqueta y complicada Marie Blanque en la jornada anterior.

Vingegaard demarró pasando la Mongie, y Pogacar pudo reventar definitivamente. Al danés le acompañaba la brutal fuerza de Van Aert, y el Tourmalet nunca acababa. Ahí estaba la lección para el esloveno que madura. Y en la Mongie "tourmalesca", Pogacar no respondió esta vez a las provocaciones y se impuso la ortodoxia ciclista. Al coronar el puerto, se juntaron los dos ases, y en la subida final de la etapa fue el esloveno el que obtuvo medio minuto de ventaja sobre el líder danés.

Lección de catón. De cátedra. De hechura y solidez mental. El Tourmalet vigilaba expectante a los dos máximos favoritos al amarillo maillot en París y pudo sonreír. Vio otro duelo épico, atractivo e imparable. Y el Tourmalet se alió con el sol y con la expectación y tuvo un nuevo éxito al ser exhibido en las cámaras de la televisión.

Y con ese sabor a Tourmalet, el Tour se autooxigena y se da color y afición masiva en las tardes televisivas de sandía y siesta debajo del aparato del aire acondicionado.

El Tour se fortalece y aplasta, y acaba con excusas y con culpas. Hay para un ciclista un estado de inocencia y otro de compromiso y de responsabilidad. Un antes y un  después de foguearse las fuerzas ciclistas en el rey montañoso del Pirineo.

Ahora, no hay dudas. Nada hay decidido. Las duras y lastimosas caídas ya pasaron, aunque a la vez pueden tener fatídico final en cualquier momento. El Tour ya no decaerá en atractivo a pesar del resucitado pero aún herido Egar Bernal, y con el aliciente de nuestro españolito Carlos Rodríguez que emerge con plenas energías.

Sube, sube, sube y sigue subiendo camino de la Mongie hacia la cima del Tourmalet, en donde todos los dioses de las dos ruedas se ponían antes un periódico en el pecho para no llegar congestionados al acabar la jornada. El Tourmalet, hay que subirlo. Poco a poco, calculando el ritmo individual y saltando al sentido común de los pies en el suelo.

¡¡ ALLEZ !!
 

domingo, 2 de julio de 2023

- UNA NUEVA TEMPORADA DE ÉXITO DE "EL GRAN WYOMING". -



En la televisión de España, y a pesar de todo el enfoque mediático destinado a favorecer a los sectores conservadores, sigue presente y afortunado, un espacio de libertad y de oxígeno democrático. El programa se llama: "El Intermedio".

El "Gran Wyoming" es ya todo un personaje que representa al singular comunicador José Luis Monzón. Su programa acaba la temporada y el "Gran Wyoming" anuncia que él volverá en Septiembre a las pantallas. "Wyoming" es un tipo de profundas convicciones y un enorme talento para la sátira humorística. Las claves de su éxito, son varias. Una de ellas es que tiene dinero. Y otra, que posee un carisma especial.

Monzón fue médico y es músico, pero que nadie busque en él a un tipo convencional. Todos sus demás rivales periodísticos, no le llegan siquiera a la altura de su zapato a pesar del paso de los años.

"Ya conocen las noticias. Ahora, ¡les contaremos la verdad!" ... Wyoming es independiente y tiene claro que la fuerza de su personaje radica en su actitud desenfadada e irónica. En la tele, no hay nadie tan libre como él. Nunca o raramente le vas a ver seriote o enfadado. Le gusta y ama a su show como pocos. Junta la rigurosidad de la información, con la crítica más mordaz y significativa. ¿Hay alguien al que el "Wyoming" no haya satirizado? Él es así. Cree en lo que hace. Respeta tanto a la verdad política y ciudadana, que dice basta todas las noches de lunes a jueves.

"Wyoming" se enfrenta al capitalismo y a la corrupción, intentando nunca perder de vista que delante de los espectadores solo debe mediar la veracidad, la reflexión y el humor.

Pase lo que pase, gane quien gane, caiga quien caiga, sin plegarse a nadie, el "Wyoming" se enfrenta a todos no como un llanero solitario, sino como un maravilloso cínico capaz de seguirles el juego y censurar a aquellos que quieren hacer de la Democracia un juguete fugaz.

El gran payaso o monologuista de la tele, se rodea de la rigurosa Sandra Sabatés, o del "niño" Dani Mateo, de Thais Villas, de algunos jóvenes provocadores, de la graciosa Cristina Gallego, o de la valiente Andrea Ropero.

Monzón es listo. Sabe escoger bien. A veces, ha prescindido de personajes que parecían intocables pero que él sabía que no potenciarían su particular noticiero. Como pasó con las bellas Beatriz Montañez o la coreana Usun Yoon.

Tendremos dos meses, en los cuales la tele perderá fuerza y referencia. Y cuando retorne el "Wyoming" en Septiembre, volverá a la suya. Haya ganado el PP o el Psoe las elecciones, Monzón continuará a su bola y sin dejar títere con cabeza.

Es el carisma y la fuerza de la convicción en las ideas de "El Gran Wyoming". Nunca volverá serio a su sitio de maestro. Porque los maestros jamás han de poner cara de excesiva preocupación. El maestro hace su labor que más le agrada y en la que cree. Algunos le disparan invectivas desde muchos sitios, pero el "Wyoming" solo entra al trapo para sonreír sorprendido y para soltar genialidades de las suyas las cuales nos llevan a la carcajada.

El "Wyoming" conoce bien a la sociedad española y a los mecanismos clave que le explican las dinámicas. Ahí reside gran parte de su más que refrendado prestigio. No odies al "Wyoming", porque tus palabras se volverán como un boomerang hacia ti.

Más que respetado, el maestro "Wyoming" es inabordable. Nadie se le atreve. Hace y dice todo aquello que le da la gana, pero nunca hace ruido ni mete broncas. Los que no le tragan, lo pasan mal con él. Porque el "Gran Wyoming" decide no tomarse la vida aparentemente tan en serio. Porque, en definitiva, nunca queremos ponernos tensos. Las personas queremos pasarlo bien en nuestro tiempo de vida. Y todo lo demás, es un error.

¡ENHORABUENA, MAESTRO!
 

martes, 27 de junio de 2023

- GRAN BATALLA EN MI BALCÓN. -



En ese balcón que es castigado por el calor potente y guerrero, se desarrolla la vida. Y la pugna. El sol demoledor lanza sus rayos alocados sobre mis plantas. Ha llegado la larga época de la resistencia.

Cubro mis plantas con una vieja persiana. Debo protegerlas. Las quiero como si fueran alguien de mi familia, tantas veces extrañada. Mi afición a la jardinería amateur, se convierte en un hobby goloso y relajante. Disfruto con su estar y con su ser, aunque al lado de mi balcón las cosas vayan por otros derroteros y la gente no disfrute con estas cosas.

Una suerte de punzón, abre mi labor sobre la tierra de mis plantas. Hurgo y hurgo, haciendo que la apertura causada introduzca oxígeno en el interior de dichas macetas. Hurgo mucho más ahora en verano, en donde el calor seca y apelmaza la tierra. Por cierto que yo no funciono con grandes riegos, sino que me limito a humedecer fuertemente todos los días. Porque el contraste entre la calor y el agua puede ser demoledor y llevar a la pudrición de las raíces. En este verano feroz e incomodísimo, ese equilibrio será luchado centímetro a centímetro. Será más que difícil ser funambulista con esas condiciones tan desfavorables, pero esto sugiere un reto para mí.

Dónde poner esta planta y dónde ubicar esta otra, se convierte en un elemento fundamental y decisivo, al igual que la ubicación de la persiana de sombra protectora. Es y son momentos de estar bien atentos. Las plantas están sufriendo de día, y apenas pueden descansar de noche, en donde las temperaturas mínimas ya andan por encima de los veinte grados.

El verano en el balcón de mis plantas, es mi cátedra y observatorio de aprendizaje. Trato de recordar qué sucedió otros veranos precedentes, y aplicar sobre mis plantas algunas conclusiones.

Podar ahora, es sumamente peligroso para todas ellas. Vale más dejarlas con buen follaje, porque el verdor es un elemento de conjunto y de frescor, que ellas van a agradecer. Aunque también algunos diminutos insectos, que saben que el exceso es un buen ardid para habitar y esconderse o volar rápidos y libres. Al menos, hasta que yo les diviso desde mi mirada periódica.

Mis flores, son un lujo en verano. Como las de las begonias, las flores de un día, o de alguna especie exótica. Las begonias, de hecho, parecen hasta agradecer el rigor del sol abrupto. Y la gran y hermosa sorpresa, es ver a uno de mis cactus florecer con unas bellísimas flores que lo coronan partiendo de sus bulbos de renovación y vida.

No es época de alardes estéticos en mi balcón. La primavera fue fugaz y no hubo apenas días de flores. Siento que finalmente y con el cambio climático, van a ser los otoños los equivalentes a las ya antiguas y añoradas primaveras que se fueron.

Sí. Mi punzón surca con fuerza y delicadeza la tierra de mis plantas, y mi humedecer constante se convierte en una tarea árdua pero deseosa en mí. Gozosa. Ahora toca esa debida y necesaria protección. Y aunque no me gusta, envuelvo el agua en dosis de abono líquido cada dos semanas. Hay que dar vitamina a mis hijas las plantas. Prevenirlas, contra el calorazo que ataca y devora.

Pero, a pesar de todos los peses, cuidar de mis plantas me gusta y relaja, me produce placer y hasta libertad. Verlas crecer, o mantenerse, o luchar contra el rigor, también estimula a mi persona.

-BESOS RIGUROSOS-
 

sábado, 17 de junio de 2023

- BERLUSCONI, PODEROSO E INQUIETANTE. -



Il Cavaliere. Italia y sus pasiones. Los excesos. Silvio Berlusconi fue un pionero de la banalidad de la política. Le dio unos brochazos de color chillón y modificó la seriedad.

Silvio fue un animal mediático y poderoso. El rey de Italia. El vanidoso echado hacia adelante que durmió en el hedonismo y en el placer excelso que le producían las cúpulas y los lugares de alto poder.

Fue un bon vivant. Un tipo sin escrúpulos, entre el esperpento y la mafia. E hizo de su descaro, carisma. Dio mal ejemplo y la Italia fue virando de nuevo a posiciones ultras. Vivió de la crispación y de la corrupción. Se movió sorprendentemente entre el barro y  se hizo a la política, al populismo, a la tele, al fútbol, y a las chicas jóvenes y hermosas.

Berlusconi fue un personaje que se comió a la persona. Amigo de conveniencia de Putin o Gadafi, en realidad el cappo no debió ser muy amigo real de nadie.

Como el fascio que propuso incluso antes de que a Yankilandia la invadiera Donald Trump. Eso le hizo histórico. Desengañado de la verdad y de la realidad, y negociando todas sus palabras y muecas de expresión.

Las mujeres. Sus mujeres. Sus deseos de eterna juventud y sus operaciones estéticas. Su vida privada unida a la institucional. Sus orgías, su nulo uso de la moral, y el gran desprestigio en el que hundió a su país. Aunque acaba de fallecer, ahí está Meloni en la Presidencia.

Silvio Berlusconi cumplió su deseo de sexualizar a la mujer con su carisma singular. Su desparpajo y su dinero milanés, atrajeron cual mil moscas a la miel.

Frivolizó y fue astuto. Como buen pícaro. Siempre fue pícaro. Luchó por ser pícaro, y construyó ese personaje que se tornó perverso y cuyos modos se ven ahora preocupantemente en medio mundo.

¡Mama Chicho me toca! ... Los tifosis del Milán de Van Basten o Maldini, el gusto por el dinero y lo selecto, y el magma ultraconservador. Berlusconi fue un fantoche brillante, explosivo, goloso de sexo como un jovencito, imparable, viviendo su mundo paralelo en contra de las cosas reales y conjuntas, encelado en ser grande, en ser rey, en ser Rambo, en ser destacado y agudo, en salir en la tele y en la radio; en destacar su imagen por encima de todas las demás éticas.

Lo de Silvio Berlusconi fue una mala noticia para Italia, para Europa y para cualquier persona cabal. Fue funesto, y nunca pidió perdón a nadie por sus fechorías y malos ejemplos. Antes muerto que sencillo.

Hay quien envidia a este engolado del dinero. Quien se deja deslumbrar por su éxito magno y aparente. Italia sufrió mucho con él. Ahora, con Meloni. Hay un gran desencanto. Una suerte de nueva mafia de temor, que blanquea sus barbaridades mostrando chicas contoneando sus caderas.

Sí. Hay muchas cosas imposibles, inalcanzables, éticas, coherentes, sociales, justas, posibles, libres, democráticas, serenas, dignas, contenidas, etc. Y el ejercicio de esas virtudes es mucho más real y placentero que la vida errada de un juguete roto de color.

-COMO FUE EN REALIDAD BERLUSCONI-

sábado, 27 de mayo de 2023

- JARREA. -



La lluvia desnuda toda la fantasía y la hace verdad mensurable. Tras demasiados meses sin llover, el líquido elemento sale a borbotones de la vagina de la vida y se hace agua imparable.

El agua tiene ganas de volver a reinar. Quizás por unos días de Mayo, la fuerza del Planeta Agua exhibe su músculo que desangelamos los humanos con nuestra santa estupidez.

Cae la lluvia, se ríe la lluvia, domina todo lo que alcanza y llena de charcos mi ciudad. Los árboles la miran y esperan escépticos e incrédulos. La lluvia mediterránea y suave se fue para no volver. Y nos dejó en herencia la lluvia del trópico. Ahora todo es tropical y sorprendente, anega los campos y llena con su energía todo lo seco y reseco.

Esa fortaleza, esa hercúlea y puntiaguda forma de presentarse, entre temperatura suave y canto de cotorra que anida, toma el relevo de otras avalanchas de agua irregular, y por otra parte se reconcilia con la gran sequía que rompe sus equilibrios en lo cotidiano.

Amo a la lluvia salvaje y trato de dejar atrás sin conseguirlo a aquella lluvia de aquí y de poesía, que tanto me inspiró y me inspira cada vez que escribo.

Esa maravillosa y definitiva desfachatez, es libertad en acción. Esta lluvia de ahora lo puede todo y se torna rebelde como una adolescente enloquecida o como un rapero sin freno. Y llega el gran charco, y la gente se defiende dentro de los coches tratando de huír bobamente de su dominio.

La lluvia ha venido para meterse dentro de nuestra comodidad, para ser la diva del mambo; la que hace que las sirenas de los bomberos se escuchen por muchos barrios de la ciudad. El tráfico se vuelve caos de cueva y refugio. Y los que no tienen un techo para protegerse, deciden esconderse y arroparse en cualquier lugar y preparar estrategias de supervivencia.

¡Puto polvo! ... Meses y meses de calima. De desierto sahariano. La humedad ha indicado que traía agua escondida entre el viento, y que pronto descargaría un cargamento de energía pluvial sobre la ciudad.

Admiro al agua. Nadie puede mandar sobre ella. Está libre y desnuda, hace la gamberra sobre todo lo que abajo está, y se disfraza en efectos especiales como trozos de hielo inesperado y agresivo.

El agua es creativa y maravillosamente puñetera. Y se hace la dueña y señora porque es la vida que a todos nos parió.

Las gentes guerrean por un vaso de agua o por un territorio fértil y mojado. Necesitamos el agua que sea. A falta de suavidad hídrica, nos iremos adaptando a la nueva forma abrupta del llover. Y seremos obedientes de lluvia, y nos postraremos al lado de sus charcos y coqueteos, y ganaremos la bandera del agradecimiento y de la potencia de su alegría. 

Me da un carajo que se me mojen los zapatos o las gafas, o que el papel se desmenuce cuando se empapa, y hasta doy gracias a la vida porque el agua esquiva aún recuerda cómo son nuestras cabezas, y que existimos porque somos el beber.

En el medio de la gran tormenta agreste, salvaje y mágica, está la música del tiempo eterno. Este jarrear imparable se torna juez supremo y decide todo lo que desea. Y no hay ni habrá manos ni pozales en el mundo que puedan detener su desborde. Y hará fresco, y las chicas se afanarán en recomponer el rímmel de sus ojos y la fresa de pintura de sus labios. Y todos sabremos que llover es uno de los espectáculos más apasionantes que se pueden observar y admirar. La lluvia es musculosa, tierna, infalible, coqueta, maravillosa, reina, señora y madre.

-COMO SUS HIJAS LAS GOTAS.-