11:47
jose vicente ortí
La política como convicción y pasión hacia su real dimensión. Y desde esta posición, el periodista Antonio García Ferreras se lanza con oportunidad y acierto y desde su medio televisivo "La Sexta TV", a priorizar y situar la substancia política en el lugar que debe ocupar.
Ahora, está muy de moda a causa del conflicto en Cataluña, pero Ferreras siempre ha mantenido su línea similar de actuación. Antonio representa la honestidad y la pluralidad, la crítica democrática y el compromiso del periodista ante el acierto de la realidad.
La política no solo no es un rollo, sino que es el único instrumento capaz de alterar las reglas del juego. Aunque parezca que el timón del Poder ya corresponde indefectiblemente al Mercado y a su money como valor ganador y definitivo, el periodista leonés nos indica que nada de eso es así. Y que solo la fuerza política y de los ciudadanos y de sus representantes podrá ser el verdadero oxígeno de libertad y de autenticidad, y justicia que todos vamos a precisar más pronto o más tarde.
Plural y valiente. Las tertulias de Ferreras son serias y entregadas. No habrá en ellas ni gritones, ni charlatanes enviados a la consigna. No. El periodista abre generosa y justamente el espectro a las mayorías y a las minorías a sabiendas de sus posiciones irreconciliables. Apuesta por el respeto en la opinión diversa. Les de la la mano a unos y a otros, les cede el micrófono; se torna maravillosamente democrático y de admirar su facilidad para lanzarse al ruedo de las pasiones políticas emocionales con unas líneas rojas que nunca se sobrepasarán.
Su mirada que parece vizquear tiene el estilo clásico y atemporal del buen periodista humilde, el cual puede inflexionar la voz en el momento preciso en donde va a hervir la noticia. Ahí, y ante las cosas que están a punto de parirse y de tener lugar, A. García Ferreras nos da las claves de la atención y de la importancia de las hechos. En efecto, la política es el motor más sexy y relevante de nuestras acciones en democracia.
Ferreras es respetado. Salvo por algún oportunista que diga llamarse periodista, siendo mero vocero de intereses espúreos. Ferreras es rigor, y actualidad, y televisión viva y trabajadora, constante, y en donde sus programas merecen la pena por su nivel y porque en ellos se arriesga con audacia sobre la siempre temible pluralidad polémica.
Da igual. Dan igual los horarios. Antonio convierte la tele anquilosada al uso en una cosa similar a la radio ágil, flexibe y actualizada al instante. Con Ferreras no hay que mirar hacia atrás solo sobre lo que pasó, sino seguirle el vértigo de lo inmediato que se sucede a la velocidad real de los movimientos de esa vida política que somos todos.
Está tenso cuando ha de estarlo, baja su voz cuando ve llegar la decepción o el mazazo, pero rápidamente reaccciona y se sitúa. Recompone y avanza sobre más hechos, realidades y opiniones.
Es el mejor periodista de la tele actual. El más plural en cuanto al vivo y al directo. (Évole es reflexión puntual anunciada). Antonio es el que parece sentirse mejor en el cuerpo a cuerpo de la oratoria sobre las mesas pobladas por ágiles tertulianos rivales. Incansable, laborioso, siempre político, abrazando el justo orden de las cosas, huyendo de los aplausos del público recurrente, y desechando para siempre la mediocridad y los efectos especiales fugaces e inanes.
Antonio merece un reconocimiento y no solo porque ahora sea la gran voz veraz de la actualidad política real. Lo merece porque lo demuestra, porque a todos les convoca y les da la oportunidad de expresarse y a nadie le lanzará cara de vinagre. Su periodismo brillante parece descender del gran y postergado Iñaki Gabilondo,y es pura democracia de rigor.
-Y DE RESPETO Y MÉRITO-
1:59
jose vicente ortí
Nada más subir a aquel tren que llevaba a Barcelona, tuve que discutir contigo el asiento. Aquello no encajaba. Tú me decías que ahí a tu lado no era, hasta que finalmente las cosas se aclararon y me dejaste sentarme a tu lado.
No era un tren cómodo y la distancia era larga. Se imponían elementos defensivos para que el trayecto no resultase monótonamente agotador. Pero, no la palabra. Contigo no había que hablar. De modo que coloqué mis maletas arriba, jugueteé chateador con el watsaap y el móvil, y lo simultaneé todo con el sonido de mi transistor que me entraba por los auriculares.
Pero la película que ponían en el tren, no valía nada. No me gustan nada las películas de entretenimiento y relleno mero. Tú habías sido lista y estratega. Te habías puesto las gafas de sol, y movido la palanca para que el asiento se transformara en un efectivo sofá. Pero tu posición en el sofá la pusiste de cara a mí. Cerraste tus ojos, te quitaste furtivamente las gafas a esconder, y me permitiste que mirarse que mirase a hurtadillas tu modo de hacer la siesta.
Quizá fuese tu primera concesión. No llevabas anillo alguno en tus dedos y ni siquiera maquillaje realzador. Pero tus ojos eran serenos y femeninos, tranquilos, imperturbables, rubios y hasta bien atractivos. Tu cuerpo parecía delgado de gimnasio y llevaba alguna bella sorpresa. ¡Vaya senos! ...
Te empezó a aburrir dormir la siesta en el improvisado sofá, y de pronto me miraste sin esbozar ni una sola sonrisa. Cauta, distante, fría, propia, y tú sabrás qué más.
Yo, no decía nada y pasaban los minutos. Hasta que volviste a convertir tu sofá en asiento, y miraste para muchos lados. Y temías que si te alejabas del asiento, alguien incluído yo, te pudiera sustraer algún objeto de valor. Hasta que por fin te la jugaste, y te marchaste al aseo a aliviarte, no sin antes detenerte en la cafetería del tren.
Tardabas mucho en volver. Pero, lo hiciste. A pesar de que ya no cumplirías los cuarenta años, te movías con la soltura de una jovencita. Y quiso el destino que me dirigieras tu primera sonrisa. Esa sonrisa abrió todo un espectro y un caudal cómplice y comunicativo.
Nos contamos casi todo de nuestras vidas, me dijiste que habías sido muy feliz, y que llevabas demasiado tiempo sufriendo. Pero yo te paré y logré llevarte primero a la suavidad, y más tarde incluso a la carcajada sonora. Ahora se estaba demasiado bien en aquel tren.
Yo me quedé en Tarragona y tú te bajaste en tu Barcelona y final estación de Sants. Ambos teníamos los teléfonos respectivos y una cita pactada desde la ilusión y el mutuo deseo de saber qué le pasa al futuro de la vida cuando se hace una apuesta arriesgada.
Dos meses después de vernos todos los findes y de saborear tu cuerpo y tu cariño, decidimos dejarlo. Empezamos a observarnos diferencias insalvables, incompatibilidades insuperables, y todos los defectos que llevan al enfado y al desencuentro. Pactamos el no vernos más.
Hace una semana, tomé otro tren destino tu ciudad. También tuve que discutir con una jovencita exhuberante mi asiento, porque ocupando dos de ellos se vive más placenteramente el individualismo. Cedió de malos modos y en presencia del personal del tren, y estuvimos juntos casi exactamente el mismo tiempo invertido en aquel primer viaje en el que pude conocerte, ex ilusión.
La moza era potente, más que joven, nerviosota, desinhibida, ruidosa, inmadura y peleona. Nunca se giró hacia mí para bien, nunca quiso el destino que a su precocidad le atrayera mi madurez, se aligeró de ropa y casi todo el tren celebró en silencio su corporal demostración. Debía tener calor de hormonas. Pero nunca nada que ver contigo aunque ya no estés en mi vida. Ni por asomo. Nada que ver.
-NI QUE EVOCAR-
3:56
jose vicente ortí
Jugaré al cambio y al Halloween. Carnavalizaré mi yo y lo mutaré en otras cosas que nunca seré. Me pintaré los cabellos y me haré nariz de clown. Y saldré a la calle a lucir mi nuevo look. Y todos mis sueños y fantasías reinarán tranquilas en una tarde de otoño con cambio climático que camina hacia la oscuridad invernal.
Seré un rey y tendré mil barcos y mil puertos con princesas, poseeré un paraíso de placer y de money. Me sumergeré en mi búnker de pasión.
Y ahí meteré al arca de Noé, y a Monica Bellucci, y a Papá Nöel, y a docenas de parejas animales y sapiens, y bucearé a lomos de un submarino enigmático e ilocalizable y sacaré el periscopio a todas horas para cotillear toda la vida de los demás.
Seré tu zombie enamorado, y abrazaré el capitalismo de gángsters, y gritaré con horror los efectos devastadores de tu distancia y de tu olvido.
Optaré por sedar y juguetear un balón como hace Iniesta, machacaré el aro como Lebron James, tendré la furia de Nadal y el glamour de Federer, bajaré de las dos horas en el marathón de Boston, te compraré la lencería más cara de la tienda más prestigiosa y pija, y tú me la aceptarás con un movimiento pícaro de lengua Jagger y con la magia de tus encantadoras sonrisas de mujer eterna.
Y seré cuento, y villano, y cabrón, y marginalizado, y boxeador de acero en Las Vegas junto a cientos de chicas que me acosarán la vanidad. Destrozaré en el ring mandíbulas y sueños, y nunca habrá nadie como yo.
Se pegarán los medios por ofrecerme entrevistas, todo el mundo tendrá mi apellido en su boca, y seré presidente de los gobiernos más poderosos y super jeff de las multinacionales más colosales e influyentes. Y mi reino no tendrá fin.
Nunca seré mayor; siempre un eterno corderillo con ojos chispeantes, y me mediré en retos aparentemente imposibles e inalcanzables. Les diré a los dioses que yo soy más esencial que todos ellos, y luego me iré a tomar unas birras y a hacer unas fiestas prohibidas en el monte de un planeta con docenas de diablos. Y habrá sexo tabú y cañero, y no habrán reglas, y el desnudo será el rey. Mi rey.
El mundo será otro. Y no habrá nadie que pueda detenerme. Solo podré parar cuando mis ojos topen con unas kilométricas piernas de una señora de cualquier edad. Seré tu pelele y tu tirano, tu machista y tu mantenido, tu yin y tu yang, y haremos el amor en el mar y en los montes himalayos sin pasar ni frío ni calor.
Durante unas horas, toda mi locura será franca y posible. Y seré más feliz que una perdiz, y más dictador que el del bigotillo vienés, y demostraré que dos más dos son séis, y haré magia y milagros, y convertiré a los niños en una sonrisa tierna y con chuches rellenos.
Calabacearé el terror como el miembro de una secta de fiesta, y haré un guiño de thriller al mito Jackson, y la sal sabrá a azúcar, y la prohibición se volverá alfombra roja, y la hipocresía en una verdad científica y filosófica.
Las jirafas seran liliputienses como las hormigas, y las mariposas competirán en tamaño y belleza con los flamencos y las gaviotas. Y levitaremos todos sin darnos cuenta camino de un mundo mejor. Y los sustos uhhh de la noche serán estímulos para reírnos y enamorarnos. Sencillamente, para vivir ...
¡UHHHHH!
8:57
jose vicente ortí
A Pilar nunca pretendí conocerla bien, y eso fue un gran acierto. Por eso me tiene en estima. Delgada, fuerte como el acero, diferente, rebelde con todas las causas del mundo, feminista, de familia bien, de izquierdas, de la Universidad, valenciana, y con una pasión hercúlea casi enigmática llamada montaña. Y la bici, y lo que hiciese falta. Pero, siempre la montaña ...
Recuerdo su coche azul y alegre de los domingos, y su amor por el can Perdido, chucho que bautizó de esa manera al encontrarle y adoptarle por esa zona del citado monte. ¡Cuánto cariño le tenía Pilar a Perdido! Y qué fuerte y arriesgado era el pequeño perrito. Recuerdo cuando un día,-con todo nevado-, se caía en los hoyos allá por La Puebla de San Miguel en una excursión preciosa, inolvidable, durísima y hasta significativa. Todo temerario y hermoso.
Inconformista,profesora de Literatura, inteligente, y con una sonrisa de independencia y de autoafirmación en Pilar. La decían que si no era femenina, que si le iban las mujeres, que porqué hacía aquellas marchas y carreras de ultrafondo por la montaña, y que eso era una burrada sin sentido. Pilar, ni caso ...
Cuando terminaba su docencia en el Politécnico, entonces cambiaba el chip. Tiraba el internet al olvido, se unía a su hermano el montañero, o se juntaba con amigas inquietas con ganas de huír de la odiosa ciudad en finde, tomaba su coche azul, ponía el pie en el acelerador, y a la deseada Montaña. A correr, a andar, a hacer lo que le diese la gana, a importarle un pepino si llovía o hacía frío, y a seguir buscándose a ella misma y a sus derechos.
Coincidimos en un momento determinado de mi vida, y no sé por qué logramos simpatizar. Y teníamos a un amigo común vasco, entrañable y también torbellino natural. Una tierna fiera.
Nos aceptábamos con la mirada, pero sobre todo con el subir y bajar los exigentes desniveles de los senderos. Pilar no se juntaba así como así con los demás. Era tímida como yo, y también la aburrían las conversaciones convencionales. Siempre gustaba salirse de la norma sin ánimo de alarde. Pero también siempre abría a su paso caminos pioneros y hasta audaces. La criticaban porque era muy poderosa de energías, y porque eso del placer en la incomodidad del exterior no se lo entendían muy bien. Yo, la entendía más que bien. Pero solo sus actos. Dije antes que yo con Pilar solo era verla marchar, verla su potencia y su resistencia. Eso es lo que yo entendía de ella. Y su posición contestataria. Su genio indómito, pero siempre argumentador.
Pilar siempre me respetó y me quiso en la montaña. Me aceptó a pesar de que yo no era fácil o quizás por eso. Harta de los tipos impecables y previsibles, debía de encantarla compartir experiencias esporádicas con personas no convencionales, extrañas, fuertes y hasta indefinidas. Sus gustos raros, me incluían.
Tuvo varios novios y yo me quedé fuera. Pero no sé si me hubiese gustado ser novio o pareja de Pilar. La hubiese echado demasiado de menos. Su vitalidad y puesta en acción era muy superior a mis modestos planes meditados, y seguramente nada hubiese prosperado a pesar de todos los peses del amor que nunca se sabe ni se tiene certezas.
Fui amigo en la distancia cercana. Hace años que no la veo. La tengo entre mis contactos, los años no pasan en balde, pero el respeto y la consideración nunca son rasgados por Cronos el rey del tiempo. Hay un pacto tácito e insondable entre nosotros de mi timidez y de su respeto. Siempre sé que Pilar me seguirá la peripecia vital, y quizás se extrañe de que no vaya a la montaña a pesar de mis piernas ya caducas para esas experiencias. Pero a ella le gusta la extrañeza para sonreír.
Sí. Pilar y aquel tiempo especial siguen en mi smartphone. Está en el watsaap y no me borra, ni yo a ella. Y miro a veces el horario de cuándo me vino al privado y sigue cerca y presente. Y por si me está leyendo y retiene el nombre de mi blog, ahí tienes un beso para tí, Pilar.
-Y MUCHAS GRACIAS-
9:19
jose vicente ortí
Otoño desnudo del verano. La tierra está densa y envolviéndose en costra en torno a sí misma. Demasiado dura la tierra, demasiado pétrea y abrupta. Reseca y deficiente. Desequilibrada, sola y decepcionada. Necesita, a la par que trata de rechazar el agua. Para la tierra, el agua es su vigía y su masaje, su barco de navegación y su modelado dúctil necesario. Demasiado desierto reseco. Demasiada distancia.
Casi o totalmente de repente, inopinada y hasta clamorosamente, la luz del sol se eclipsa y se reduce. La borrasca cuaja desde el horizonte a la bella y a la vez traicionera velocidad de la sorpresa. La tormenta se prepara y se adoba desde los olores de la humedad, humo del agua.
Relámpagos y truenos. Se acota el desenlace final que orlan la percusión del ruido y de la chispa. La gran tormenta va cerniéndose y descendiendo sobre la ciudad y sobre el campo. Sobre el todo de la tierra.
Baja. Muy baja y explosivamente exhuberante la gran nube negra. Horizonte obscuro. Hasta que estalla y se define la tensión. Hay momentos reacios por las dos partes. Porque el agua parece refugiarse en la casi ausencia de luz, y la tierra demasiado profunda y escasa teme la decepción y que su deseo nunca verbalizado quede ajado tras un hipotético vendaval oportunista que aleje lo previsto.
Hay deseo mutuo. Atracción. El agua y la tierra, viceversa, se precisan aunque son dos elementos bien distintos. Como una polaridad. Como la eterna atracción entre un macho y una hembra. Como algo finalmente inevitable.
Primer aviso. Primeras dudosas gotas. Amagos suaves que rocían con la gran timidez una realidad que va a llegar. Como un juego paulatino de seducción. Como algo tan deseado y a la vez temido y pudoroso. Como un rubor mutuo. Como una prueba y cortejo.
Hasta que la lluvia alcanza potente intensidad. Y la tierra, responde y recibe. Besa ese contacto y se hace unidad con quien la llega y afecta.
Agua a mares. Agua a exceso. Agua a orgía que casi ruboriza y sorprende. Agua inevitable que ahora golpea con fiereza a una tierra que ya no se defiende sino que se abre y acepta. La tierra toma al agua, le da orificio y destensa su fantasiosa musculatura. Ya hay cópula y necesidad.
Y la tierra es otra, y es río, y es removida y revoloteada, terremotizada y manejada como un pelele que se antoja inevitable. El agua acoge en todo su seno la avalancha de agua y la transporta a lomos de sus líneas de desniveles, mientras la acerca a todo y al mar que es donde está la continuidad acuosa.
La tierra cumple su función receptiva, y se torna fértil, y acogedora, y amorosa, y excesiva, y tolerante, y permeable y hasta oportuna. La tierra se pone verde y hace más raíces con sus árboles vegetados. La tierra fructifica debajo de esa masa de agua kilométrica que inunda y purifica. La tierra se adapta al chubasco, le hace charco y se sumerge tras ella vencida aparentemente en inundación siempre sumisa.
El polvo y el resecor pierden sentido y presencia, y el barro muestra el otro extremo de lo denso, y nosotros los humanos solo podemos ver y participar en el gran fenómeno supremo que es la Naturaleza poderosa y abierta.
La tormenta,-explosión de exceso y vida-, descarga todo su azar sobre un espacio de zona receptiva que espera ese torrente líquido que bien conoce y conocerá. Agua y tierra, tierra y agua, son dos elementos distintos, sí, pero que se complementan con la sabiduría y la evidencia de un gigante filósofo y meteoro de la Jonia clásica. Y esa junta de vida es hermosa y especial.
-MÁS QUE SEDUCTORA-
1:35
jose vicente ortí
Camino del calor eterno, camino complicado, camino de decisiones, camino extenso, camino de dudas y de concreciones, camino de nebulosas y de sueños.
Camino personal. Camino de driblings habilidosos, camino del viento y del fresco, camino del cambio y de la duda, camino de la tensión, y de lo que hay, y de la paz y de la esperanza,
Camino ya con los calcetines dentro de los zapatos, camino las piedras de la tierra,y los llanos, y los extraños, y los desniveles exigentes,y las bajadas contenidas a golpe de sonrisa interior y de conciencia.
Camino de un azar inexcrutable, camino casi como un funambulista decidido, camino trampero, camino poco atractivo, camino dual y traicionero. Camino seguro de lo que yo quiero. Camino de belleza femenina. Camino de curvas e inteligencia, camino de aceptación y de prudencia. Y de ese amor que duele cuando se aja.
Camino de mañana, camino cotidiano y aceptador, paulatino, camino de recursos técnicos y propios. Camino de paciencia y humildad. Camino de salud y cuidados. Camino de crecer siempre hacia arriba, hacia adelante, hacia el impuso directo.
Camino de abrirse. Camino de elegir aunque yerre. Camino de atreverse a gozar y a tocar. Camino de admirar unos ojos o un porte. Camino de no quedarse como una estatua de sal mientras los demás la gozan. Camino del tren de la vida, de la estación que bulle, del paso franco y claro hacia todas las partes.
Camino localista y universal, camino de expresión libre, camino de pensar lo que me dé la gana y afrontar ufano y responsable todas las consecuencias.
Camino de sorpresa eterna, camino de escuchar, camino de cantar, camino de actuar como sujeto activo de un vivir más pleno. Camino de cometer muchos más errores pero con el firme afán de levantarme potente y leso nuevamente.
Camino de futuro, camino de otra óptica, de otro tiempo, de otro gol, de otro juego, de otra socialización, de un nuevo coito, de un nuevo puente de ocio, de sacralizar la alegría del placer de vivir, y si pierdo este tren que hay ahí sé que habrán muchos más que me darán confort de destino decisivo y certero.
Camino inevitable de transición. Camino de proyectos, camino de sudar y levantar el culo, camino de medir los límites y huír de los alardes, camino del yantar y del llegar a fin de mes, camino de la coherencia, camino del planificarse aquel que soy y seré, camino de tu magia de señora, de tu fragancia de embrujo, de tu catre silencioso pero archidinámico, camino del deporte y de la naturalidad, camino que le da un corte de mangas a la impostura y a la hipocresía, camino de la tentación y de la bisoñez, camino del cartabón, de la regla, del lápiz y la goma de borrar. Camino de la escuela de la vida.
Camino de esfuerzo y de balance positivo y animoso, camino vigilante contra los canallas, camino presto frente a la incomprensión y la ignorancia, camino hacia el descanso y la risa, camino hacia lo que parece imposible barrera irrompible, camino a que nadie ni yo mismo se interponga entre todo mi derecho y mi aspiración, camino de paciencia y de recuperación, camino de la tarde verde y tranquila. Camino tú de mi y camino yo de ti y exactamente de todo y de tod@s.
-Y SIGO CAMINANDO-
14:22
jose vicente ortí
Su mirada es lenta y amable a un tiempo. Paco está sentado en la silla de la habitación de un hospital para crónicos. Sabe que soy yo, que le cuido a ratos, que le acompaño en ese su otoño personal que no huele a optimismo, está como medio atontado y hábilmente paciente mientras apenas me habla y tengo que ser yo el que tire una y otra vez de su mutismo, sabe lo que le espera porque ya depende plenamente de los otros; Paco sabe mucho más de la cuenta de lo que se cree o puede creer.
Es suave, dulce, guapo, mayor, rubicundo, educado, sabe estar, no cree en el mundo de hoy, y sencillamente nunca esperaba tan pronto su decrepitud. Paco es ahora otoño de la hoja amarillenta que cae, ya no se tiene en pie, y me hace cara somnolienta mientras yo le doy la tabarra con mis cosas de amateur acompañante.
Sí. Paco es la viva estampa del otoño y del ocaso de quien fue. Pero no ha dicho su última palabra. Ahora, está estratega, porque valora su situación y no ve nada claros sus próximos meses o sus próximos tiempos.
Yo prefiero a Paco dando hiriente e irónica batalla dialéctica con su mujer. Me gustaba más cuando sacaba toda su real mala baba de siempre y apuntillaba sus asertos. Cuando era tiernamente cabroncete y poco amante de la vana impostura.
Yo creo que Paco finge entre sedantes. Ha decidido ahora que sea la inercia de los otros quien le sitúe en su futuro indeseado. Paco hace tiempo que me dijo que no quería seguir viviendo, y yo le comprendo perfectamente. Por eso me esfuerzo para quitarle de la cabeza la idea negra y fatal. Aunque tenga argumentos, mi misión como voluntario es regateárselos y distraerlo con mis ocurrencias. Y que cuando quiera darse cuenta, ya sea la hora de la comida, de la cena o del dormir nocturno.
No debo llevarme sus penas a mi casa, sino estar apto en el escenario de su realidad. Paco tiene mucha energía emocional, lo fue todo para su familia, el motor del equipo familiar, sigue teniendo mucha fuerza de cintura para arriba, y una cabeza que le lagunea sus ideas pero que no las seca.
Me gustaría que Paco se siguiera cagando en todo. Porque le aprecio. Y supongo que su actual aspecto envejecido y estupefacto, se romperá positivamente cuando llegue a su casa. Paco nunca será un obediente sino un valiente activo y hasta acelerado. Me gustaría que golpeara con contundencia su mesa,-como de habitual-, y que pusiera inquieto a su derredor más cercano.
Porque Paco finge un tiempo. Es cauteloso hasta la saciedad, se sabe ahora incapaz de plantar batalla, y cuando me ve, mira hacia abajo porque sabe que le conozco y que a mí no me la va a dar con queso. Nos conocemos los dos más que bien. Un año y medio no pasa en balde. Ha habido mucho tiempo para entrar en su mundo y él en el mío.
Si en casa puede estar,-lo van a intentar nuevamente a pesar de que sus piernas le han dicho adiós-, estoy seguro de que a Paco se le irán las sedaciones y volverá a mostrar su potente parcela de poder. Es un padrazo, e intuyo que a mí me ve más como a un sobrino que como a un acompañante desinteresado.
Le soy voluntario porque me acepta y valora. Y porque si hubiesen dudas, hay anécdotas que certifican la cercanía. Acerco mi mano a la suya, y entonces Paco me la aprieta con fuerza y con otra de sus manos me cierra los huesos para quitarme la capacidad de pulso y reacción. Jugamos a esa complicidad.
Eso no estaba cuando le vi por vez primera. Ni pienso cambiarle, sino compartir unas horas de su otoño pactado. Cada vez hablaremos menos, seguramente. Cada vez, será otro. Pero yo espero que no pierda su esencia contestataria. Si lo hace, ya no será Paco sino un mero recuerdo de su verdad.
-ASPIRO A ESA COMBATIVIDAD-
11:47
jose vicente ortí
Me pongo a escribir sobre este triste monográfico en la actualidad. Me siento triste. No quiero que mis hermanos catalanes se independicen de mi país. Siento angustia y una zozobrante sorpresa. Desde que nací, Cataluña había sido también España, y aún lo es, y solo el conflicto vasco con la terrible ETA, me insinuaba la posibilidad de una separación territorial.
España es un país muy difícil de gobernar. Lo componen diferentes pueblos, algunos de ellos con lenguas diferenciadas y señas de identidad distintas. Las llamadas nacionalidades históricas: Cataluña, País Vasco y Galicia.
Las porras. Aunque ya había lío larvado, a consecuencia de una política de Mariano Rajoy faltando el respeto a Cataluña de modo progresivo y a través de sus enmiendas "manos tijeras" en el Tribunal Constitucional, las cosas y las rivalidades se iban manteniendo estables.
El primero de Octubre de 2017, marcó una tremenda herida fraccionadora, que tensó las cosas de un modo tremendo. El separatista President Puigdemont convocó un referéndum ilegal, Rajoy erró en la estrategia y optó por la represión sin miramientos.
Juegos al gato y al ratón. Sangre de porrazo. El caos. Unos intentando votar ilegalmente, y la Policía y la Guardia Civil entrando a saco a parar dichas votaciones. Los Mossos de Escuadra, decidieron prudentemente dejar hacer y se apartaron.
Muchas heridas. Actuaciones policiales contundentes. Con toda dureza. Aunque yo creo que no fueron las heridas físicas lo que más rabia causó en una ciudadanía catalana y general, asombrada. Lo que mas jodió fue ver la soltura de la Guardia Civil y de la Policía, actuando allí en sus calles, plazas, lugares históricos, su desparpajo y su desconsideración. Esa sensación de ser capada su libertad e invadidos sus movimientos, se constituyó en la potenciación de un odio brutal que espoleó siempre hacia adelante en busca de la protesta contundente y del grito. Las calles no se tocan.
Fue un impacto mucho más emocional que físico, aunque hubiesen centenares de heridos por los porrazos y el caos. Esa sensación de límite y de odio desconcertante, precipitó las cosas. Y la gente, herida de corazón sorprendido, se enfrentó a los Cuerpos de Seguridad, y nunca dejó el ágora gritando: ¡Independencia! ...
La estrategia de Rajoy fue una gran cagada histórica. No era conveniente lo que se hizo. Se debía haberles dejado votar, declarar nulas las votaciones, y no dar ni un solo porrazo. Si así hubiese sido, los independentistas hubiesen tenido las cosas mucho más difíciles de lo que ahora las tienen. El odio ha crecido como un hongo gigantesco, legitimándose a sí mismo desde el victimismo, la desazón y la idea de marchar hacia adelante sin importar los porqués o las inoportunas y fallidas porras.
Jamás. Nunca. Nunca una cuestión política se resuelve a golpe de mandoble. No. Los conflictos delicados y en general solo se pueden resolver con toda la paciencia, con comprensión y respeto mutuo de las partes afectadas, y con frialdad. Con toda la mayor frialdad posible.
Porque los nacionalismos siempre son emoción. El español, el catalán, el chino, el ruso o el yankee. Y frente a esos movimientos de hormona política, solo cabe el hacer codos y el mostrar afecto y buena disposición.
No se acabará el mundo si Cataluña se separa. Pero a mí, me dolería. No creo en las fronteras, ni en las banderas, ni en las patrias, ni en las separaciones. Solo creo en el bienestar y en la fraternidad. Por eso quiero que mis amigos y hermanos catalanes no se alejen. Deseo que sigan junto a mí, conmigo, sin malas caras y queriendo seguir en la Unión Española.
Les admiro, les envidio su practicidad y vanguardia, son laboriosos y productivos, aportan mucho humanismo y cultura, su riqueza suma y añade mucho a ellos mismos y al conjunto de España. Si se van, me afligiré mucho. Y echaré de menos el tiempo que han estado y están con nosotros. Es un pueblo tan admirable como todos los demás pueblos de aquí.
-AHORA NO ME SIENTO BIEN-
9:41
jose vicente ortí
La revista Playboy es un fenómeno apasionante. Años 50 en Estados Unidos. Su fundador, Hugh Hefner, y de bien mayor, acaba de morir.
Playboy es diferente. La revista prohibida y hasta prohibitiva. Algo raro y nuevo, excitante; parecido a lo que ahora llamamos icono o impacto de masas, y a pesar de todos los peses.
Había y hay muchas Américas. Muchos Estados Unidos. Mucha gente diferente, diversa, dispar y encontrada. La clave del Playboy está basada en el desnudo exhuberante, en la liberación absoluta del cuerpo de la mujer, en el furtivismo sexual, en el machismo, en el money, en lo pionero y rompedor que epata, en la idea de pecado, y también en la ruptura de muchos corsés antaño moralistas y religiosistas.
Playboy fue la gran tentación. La revista que nunca te dije porque te escandalizarías, las conejitas muchachas de tremendos senos y prietos traserazos con mucha ambición, las sonrisas, las pieles al desnudo integral con un excepcional calidad fotográfica, el glamour, las entrevistas a personajes muy poderosos, la oportunidad de las chicas y de las actrices para triunfar o darse del todo a conocer para la posteridad en el mundo del cine o del espectáculo. O, simplemente, la belleza como seducción excitante para romper y hacer añicos las moralidades al uso.
Playboy nació en Estados Unidos, pero es top en casi todos los países. Y es que en aquellos locos años cincuenta, el mundo evolucionaba y cambiaba a la velocidad del vértigo. Todo se modificaba. Y el escándalo o lo light, alcanzaban una exitosa dimensión.
Aquello no era porno sino tías buenas, una revista muy bien cuidada, y presentada con ínfulas de delicadeza o de prestigio. Abrías tras detenerte bastante en la portada, y te esperaban una sucesión de deseos reprimidos colmados.
El Playboy sería de guarros o de libertinos, pero tenía una fuerza de desarrollo y un éxito imparable. Hasta que finalmente dejó de dar miedo y cobró prestigio. El Playboy era ya una referencia, algo aceptado, caro de comprar, prestigioso, y carente ya de balas de peligro inminente.
Décadas lleva aguantando y aguanta un formato de publicación que se adelantó a su tiempo, o que sencillamente corrió a su ritmo. Al ritmo de ese tiempo en donde la mujer cambiaba y empezaba a mostrar toda su piel.
Esa belleza casi de caricatura, mujeres explosivas y bellísimas, cochazos, lujo, esa idea del conejito de seña de identidad, de complemento y casi de logo que causaba polémicas entre el feminismo e indiferencia ventajerista en el machismo siempre desgraciadamente imperante. Ahí enseñó las bolas Marilyn Monroe, o Barbara Carrera, o todo un torrente de bellezas absolutamente excitantes. El hedonismo y el tiempo que tiende hacia hoy, empezaba a aparecer como un valor en sí mismo y como un modo evidente de poder. Y a su alrededor, un gran márketing tentador: las fiestas, el sexy, la exageración generosa, las chicas, las orgías públicas y privadas del club selecto, pero todo ello con un casi sorprendente sello particular.
Llegó el porno en imágenes, y las revistas explícitas,y el colosal mundo nuevo de internet con esas películas sin fronteras que te puedes bajar sin gastarte un dólar. Y Playboy no se resintió. Sigue siendo hoy en día la revista para adultos más vista de Estados Unidos. Increíble. No muere porque aunque la foto a papel es el atrás, igualmente Playboy es el mundo del 2017. Y además con finura, elegancia y hasta tradición. A veces son mucho más eróticos unos imponentes ligueros que un democratizado y masificado coito sin ambages.
Ahora que murió el astuto jeff y fundador Hefner dejando el mundo millonario del exceso y del placer del éxito, hay que reconocer que más allá de gustos o desagrados Playboy es algo que te llega y te hace dudar o decidir. La carne, el sexo, la señora despampanante, el cuidado de la revista, no dejan a nadie indiferente. Sus años mágicos resisten el desgaste con una frescura que crea el debate.
-COMO TODO LO QUE NO SE ESPERA-
7:12
jose vicente ortí
Estuvo a punto de no seguir en el Real Madrid. Fue discutido y dudado porque el fútbol es una máquina de capricho total. Le pasó algo muy parecido al míster Zizou, cuando todo el mundo le acusaba y prejuzgaba de no tener carácter y de estar verde para las hechuras y riendas de un trasatlántico como es el Real.
Todas las dudas. Y siempre duelen las dudas cuando alguien se sabe y es distinto. Como Francisco Román Alarcón, "Isco". Un artista de los que pocos quedan. ¿Iba a triunfar en la titularidad en medio de la urgencia loca de los éxitos? ...
Y aunque el fútbol siempre es manía y emoción, Isco se ha convertido finalmente en un imprescindible y en un gran defendido. Zidane le ha dado pausa y continuidad. Isco necesita ese cariño de apuesta.
El "Iniesta" del Madrid ha encajado por fin en el equipo y por muchas razones, entre ellas porque la plantilla se ha equilibrado en todas las líneas y eso favorece a Isco, usado antes como una suerte de último capricho final para resolver cosas imposibles.
Malagueño, un poco bajito para el fútbol de atletismo de hoy, y tremendamente creativo. Isco no tiene miedo y es arriesgador al máximo porque su juego es así. Malabarista, genialoide, exquisito, lleno de virtuosismo, valiente y gustoso de caños,fintas o regates imposibles, Isco se ha convertido en el jugador más esperado del Real Madrid cuando tiene el balón en los pies.
Isco procede de una maravillosa generación de España sub-21, que trata en lo posible de hacernos soñar con que la Roja de Luis o Del Bosque en donde estaban Casillas, Puyol, Xavi o Iniesta, puede tener continuidad y hasta regeneración.
Al lado de Luka Modric, Isco elabora y piensa, baja el cuerpo pero no la cabeza, y hace facilísimas las cosas que son muy difíciles de hacer y que te salgan bien. Ahora, Isco tiene toda la autoconfianza y ya le duelen menos los escepticismos que siempre deberá sortear.
Es demasiado buen regateador, ve el pase con nitidez, se proyecta hacia adelante, y en la cabeza ya lleva la jugada bastante antes de recibir el balón. No es director de juego, ni media punta. Es un interior creativo, punzante, más que habilidoso, y capaz de marcar goles en momentos oportunos callando bocas que le tachan de pinturero de salón. Sus goles y su capacidad para dar recitales sin pausa, le sitúan en una posición de privilegio.
Ahora todo el mundo ya cree en Isco y en las tremendas posibilidades de notoriedad y hasta de mejora en el ensamblaje militar blanco. Ahora es soldado de arte y finura, y suda como pocos porque tiene carácter.
Isco se adapta bien al Madrid, y a la selección de Lopetegui, y en el recuerdo del arte y orfebrería quedó el caño que le metió a Verratti en un reciente partido contra Italia y para la clasificación hacia el Mundial del próximo verano.
El artista Isco no debe bajar la guardia. Se le exige cada vez más, y deberá superar la presión. Ahora lleva galones de ganador y encandila a todos. Lo que pasa es que el fútbol es de los exquisitos pero también de los ambiciosos, y eso le genera opositores que temen que su gigantesca creatividad y su excelso talento artístico se estrellen contra los gruesos músculos de sus defensivos rivales sin escrúpulos y dispuestos a todo para derribarle y sacarle del campo y de sus casillas de paciencia.
De no girar el destino,y un Madrid al que el Barça se le ha ido unos cuantos puntos por delante, Isco se afianzará en la selección, y puede ser una de las sensaciones del Mundial de Rusia 2018. E Iniesta podrá despedirse arropado por alguien que no será su sucesor, pero que llevará su marca de maravilloso loco bajito con el canario Silva.
Isco es un jugador español y de la escuela andaluza. Y a mí me gustan los jugadores diferentes y que puedan sorprender. Los que llevan chistera y recursos ocultos. Aquellos elegidos, de los que siempre esperas sueños. De los que aunque no sean directores adustos, puedan ser más que necesarios para el color y la atracción en el regate, en el desborde, en el caño, en el control de la pelota y en el gol que llega de sus botas. Yo creo en Isco y en sus dificultades para encontrar alfombras francas de éxito. Pero el fútbol necesita al malagueño. Porque es más que espectáculo.
-MUCHO MÁS-
1:34
jose vicente ortí
Morena, aparentemente tímida, ojos almendrados, libre, esclava, crecedora, vitalista, llorona, eufórica, niña eterna, y buscadora infatigable desde sus inercias y vitalidad. Lydia ya no tiene treinta años, pero tampoco cuarenta y cinco. Es muy joven aún. Tiene y tuvo amores perdidos, amores futuros, amores in fraganti, y amores que están ahora y otros que ya llegarán.
¿Acaso Lydia es mística? No. Es pija, un día se fue de casa sin decir nada a sus padres a quienes llamó días después desde París en donde se había enamorado de un francés pensador y en donde se afincó y casó, y cuando las cosas le fueron mal regresó a su Madrid y sus padres tras unos días de hacerla morros, la perdonaron y la acogieron en su casa.
Lydia se vino de Francia con lo puesto y con un hijo. Los abuelos hicieron como que se alegraban, pero no. A Lydia no le convenció el postureo. Y decidió abrazar a la familia de las amigas y amigos esporádicos y por supuesto con dudas espirituales.
Lydia es una duda con bonitas y morenas piernas de playa escondida. Pero al entrar en un mundo menor con trabajos que ella considera impropios, empezó a llorar y a preguntarse por demasiadas cosas. Y sintió la necesidad de buscar respuestas casi inmediatas.
Ella cree en algo distinto a los líderes convencionales del espíritu. Lo cuestiona todo aunque trata de ser optimista e independiente. Ellos están ahí, la madre naturaleza, las civilizaciones milenarias que censura la antigüedad de la historia, los sucesos paranormales, el yoga, las meditaciones, las otras realidades o los cursos de milagros.
A Lydia le gusta reñir con chicos de su edad y ver películas distintas y siempre sorprendentes. Sí. A Lydia le encanta desconcertar,y que la mires sorprendido, y dejarte atrás y buscar sus propios caminos. Largos caminos que por ahora no asume en culminar sino en transitar.
Bajo su aspecto de buscadora de verdades, en Lydia hay asertos incuestionables, pompas de jabón, tristeza, y muchas más dudas con las que le encanta merodear, jugar y vivir.
Seguramente es su proceso. Porque Lydia lo pasa mal y no está dispuesta a volver a creer en fármacos o en psiquiatras. Prefiere juguetear con la kinesiología, con los masajes siatsu, y con las afirmaciones de energía que dice que le dan resultado, éxito y hasta vanidad.
¿Madurará Lydia? ¡Pues claro! Es inteligente y aún no ha aprendido a llorar y a aceptar sus mundos inmediatos. Ni es monja ni soldado; solo es una chica normal que todavía no ha encontrado ese nuevo rumbo que se llama amor propio y amor de chico.
Bucea entre un mar imposible, porque todavía no se siente con branquias para salir a la tierra firme y ponerse unos nuevos nombres y apellidos a sus máximas y a sus conductas.
A la risueña e impulsiva Lydia le falta un potente amor. Alguien que la adore y la aconseje y la diga que el mar solo es un abismo de huída, que bajamos como los simios de los árboles, que tenemos oxígeno y no Disney en los pulmones, y que hay que ser honesto y dejarse de ese tremendo postureo que es su miedo vital.
El día que a Lydia se le pasen las heridas y las nostalgias, aterrice y se observe en retrospectiva, entonces sentirá ternura de lo que ahora es. Y reirá seria su traje de cenicienta actual, y le dará igual tener más arruguillas o patas de gallo. Y hasta se sentirá en paz con sus canas incipientes.
Pero por ahora, Lydia es ternura incompleta y contradicción fresca, huídas hacia adelante, todo el individualismo y la mejor y más cómoda ropa interior. Hoy que hoy, Lydia te ofrece distinción y apuros, arrolladora capacidad escurridiza, y un ansia voraz de ser vegetariana y de dejar la carne. A esas sus carnes le faltan músculos, y definición y claridad. Y muchos, pero que muchos besos de cariño sincero.
- ¿O NO LOS MERECE? -
7:39
jose vicente ortí
Abarcando el esplendor. Empoderándose de los cielos de la gloria y el éxito. Caminando por la regia senda del mejor. Del elegido. Del king del tenis.
El destino le dribló a Federer en el Us Open. Su única duda celestial y longeva. Rafa Nadal se merece con creces su excelso reinado de Flushing Meadows y de todas las grandes pistas de los Slams. Aporta mucho. Destruye a pesimistas y euforiza a las ánimas resignadas.
Le habíamos,-yo el primero-, mandado al averno, muerto, sepultado, y condenado al adiós del placer del ganar. Pero Rafa tiene algo que sorprende y que engrandece y mitifica a su deporte y al deporte en general. Es un soldado insaciable.
Rafael Nadal voló muy bajo. Reiteradamente, bajo un Djokovic que ahora se ha ido al tao a distraerse. Nadal estaba como avejentado, sin ánimo, como resignado a papeles segundones, lento, fallón, y casi una caricatura de quien fue y es.
Me imagino aquellos días de dudas y puñetas. ¿Entrenar para perder una y otra vez? ... Esa idea fue machacada. Había que entrenar para volver a ser él y a dar miedo a todos. Y para ello, Rafa cogió su fusil mental.
Competir, luchar, la tenacidad, no dar por perdido ningún punto, entrenar como un espartano, no perder la fe, ganar velocidad y confianza, y afirmarse a sí mismo que su espada podría tumbar cíclopes.
La seguridad. Poco a poco, la seguridad. Nadal volvió a muscular con rotundidad su velocidad y ese talento frío que te hace perder los partidos contra él desde bastante antes de que empiece el partido.
Se fue a por "Nole". No le importaron las estadísticas, sino la ilusión de futuro. Le vio bajo de forma y no esperó. Rafa se atrincheró atrás, pero también se movió como un fondista ágil y más que poderoso. Se centró en el saque. Una de las claves de ésto. No es el saque más potente, pero uno de los más temidos. No hace falta sacar como un salvaje si se es estratega. De lo que se trata es de confiar en que ese juego que le corresponde por saque va a ser para él. Y, lo es. Rafa raramente saca mal. Y resuelve. Y cuando toca restar, entonces sus rivales se ven demasiado desarbolados. Porque nunca jamás dará una bola por perdida. Y como te la pille, vas a sudar ...
No es exagerar el afirmar que Nadal está en el momento más brillante de toda su colosal carrera deportiva. Porque aquel niño melenudo y profundamente precoz y certero de la arcilla, ha dado paso a un tipo orgulloso y competo, pegador y cerebral, pletórico de facultades, y psicoanalista del juego de todos sus rivales. Una máquina casi cibernética.
A veces no ataca porque lo que quiere es desesperar. Juega al ajedrez de la paciencia en acción. La sangre fría. Prepara sus golpes con celo. Les prueba a ver por dónde van. Y si se da que sus rivales responden a su juego, entonces saca otra infalible caja o plan B. Otro nuevo registro.
La furia. Rafa se pone a correr y a arriesgar, y avanza sin miedo hacia la red. Y cuando la bola le entra, le estalla el éxtasis y su alegría de ganador le lleva al éxito. Da leña, no te deja respirar; bolas anguladas imposibles de devolver. Y cuando te das cuenta, te mete el 6 del set y adiós. Se ha paseado por Estados Unidos.
Toda la prensa internacional se hace consenso y alaba y explota sus éxitos. Ganador sin fronteras ni miramientos. Consenso general. Es brillante, espectacular, sabio, rápido, competidor, constante, y con una concentración que acojona a sus rivales. En todos los idiomas.
Y Rafa culmina una especie de éxtasis tranquilo, abriendo los brazos hacia todo lo alto y como una cópula con las alturas y los olimpos del elegido. Nadal se gana a sí mismo y a sus dudas. Rafa no solo ha vuelto, sino que seguramente,-como el bello Federer-, para quedarse aún muchos años en las estrellas. Su sello genial me hace intuírlo.
¡BRAVO, RAFA!