11:13
jose vicente ortí
Grande. Dignidad. Superviviente osado. Pionero y valiente. Patriarca de la rebeldía. Con causa. Lo del tirano Batista quitaba raíz y decencia. Era el putiferio de los Estados Unidos. Y para el histórico y muchísimo más que arriesgado Fidel Castro, Cuba no debería seguir siendo ese carnaval inoperante de intereses nada claros ni positivos.
De modo que, finalmente, llegó bajando el "Comandante"de la Sierra Maestra y entró vencedor en la LaHabana ex colonial española.
Fidel venía a ser gallego de orígenes. Como tantos maravillosos aventureros que llegaron a las Américas a buscarse los garbanzos. El habla es el español, y eso siempre es un punto que atrae y expande.
Que no se mienta ahora que se hace balance y le limitan a diciendo que fue un dictador parlanchín comunista. No. Fidel Castro fue el líder mediático número 1 en Latinoamérica, en el Caribe, en un pequeño país; en un lugar maravillosamente inesperado y bello había nacido la semilla de un héroe carismático, grandilocuente, barbudo, colega del icono "Che", grandote y actoral. Maravillosamente gigantesco para representar la causa latina. En Liliput estaba Goliath, y al lado de los talones de Goliath todos los intereses económicos de los Estados Unidos, ya por entonces el país más poderoso de la Tierra junto a la URSS.
Ese fue el brazo del rebelde Fidel. Los rusos le ayudaron geoestratégicamente en el equilibrio de bloques. Pero además, el líder de la Revolución cubana y de tantas novedades que lanzaba al mundo, supo defenderse como un titán y manteniéndose como referencia mundial. A pesar de los peses, Fidel Castro supo hacer credibilidad y ambición exportable de Justicia.
De modo que, no habría Democracia en Cuba, pero había padre, había escolarización y medicina de nivel, había orgullo y dignidad de lo propio, había Cuba, había La Habana, había aeropuerto José Martí de nombre, y habían unos discursos con una convicción tan arrolladora como las horas y más horas verborréicas que empleaba el líder en expresar sus ideas apasionadas.
Un actor político de primer nivel mundial. Un cubano mundialista, internacional, capaz de implicarse con soldados para ayudar a Nelson Mandela el mago, en las agresiones de los blancos racistas a los negros.
Fidel Castro se implicó en las contras. Se lanzó al ataque y al contraataque y los medios tuvieron que tener bien presente al hombretón de la barba y del sombrero de comandante tan propio y peculiar. Menudos puros fumaba ...
Esa es la verdadera dimensión y grandeza de Fidel. Su personalidad especial y efectiva, en tiempos en donde la URSS también era capaz de manejar las reglas del juego mundiales y no solo los yankees del Mercado.
Castro murió cuando se puso malo y dejó de aparecer en la tele. Cuando dio un paso atrás y ya no pudo ser mediático sino una más que extraña duda negativa y permanente.
También la URSS se fue al garete, y todo cedió. Era lógico. Pero Fidel se puso el chándal a juego con la bandera de su País, y deportivo como Beamon o Bolt, o su "caballo" Juantorena, y nunca daba la sensación de que le habían embalsamado a escondidas de sus espectadores y admiradores.
El Siglo XX ha perdido a un hombre excepcional. Y el XXI acabó con el XX. Y la vida sigue. Como la muerte. Tiene mérito un tipo que aparentmente no es nada, pero que es capaz de preocupar a los mismísimos mandatarios americanos por su valor, y a sobrevivir a centenares de atentados.
Fidel Castro tenía algo mucho más que su barba y sus discursos pantagruélicos y hoy fuera de lugar. Fidel atesoraba unas ideas que copiamos y que son válidas. Que son necesarias y que nunca deben perderse. Ahora los cubanos deberán decidir su tiempo de futuro. Y sea cual sea su rumbo de ese futuro, nunca deberán olvidar o dejar de lado al padre que los parió y los ubicó en el mundo. Tuvieron y tuvimos mucha suerte de poder disfrutar de su magna personalidad. Se va un coloso siempre necesario, el cual nunca jamás se arrodilló.
¡EJEMPLAR!
2:32
jose vicente ortí
Pelucón ensortijado, voz grave y definitiva, valenciana de familia acomodada y de franquista olor, con Rita Barberá llegó a mi ciudad la tradición de nuevo y ahora en forma de mujer. Para quedarse.
Porque Rita llegó a la Alcaldía para pasarse ahí veinticuatro años con el bastón de mando. Fue la Manuel Fraga de Valencia, lista y chica bien, carismática imparable con los suyos, pasota, ambiciosa, sagaz, populista de eficacias mil, fan de las Fallas hasta arriba, de habla castellana, y sabedora de que hacer y tener amigos es una de las cosas clave para estarse a gusto en la vida, en la política, en los negocios, en la religiosidad, en lo económico, y en lo que hiciera falta.
Y se podían construír amigos, más amigos, menos amigos, amigotes de conveniencia, amigos invisibles, amigos para siempre, enemigos, enemigos amiguísimos, relaciones incondicionales, fiarse de casi todos los suyos, no fiarse nunca absolutamente de nadie, no tener apenas seguridad amical, ser cebo de buscavidas y de personajes de Berlanga, vivir a mil, tirarse el mundo por montera, no perder las formas en público, blindar sus privados y leyendas, ganarse adhesiones inquebrantables, salir en las mascletàes al balcón y al micrófono de Julio Tormo el megafallero y de gente muy agradecida, y siempre soñar desde el Poder. Rita sin poder no hubiese podido soportarlo. Por eso quizás se despidió sin despedirse en el hotel de Madrid tan joven. Podían venir cosas muy aburridas.
Rita, soñó mucho. Las Artes y las Ciencias, el Paseo al Mar, la Ciudad de la Luz, la Copa América, la ampliación del Turia, los proyectos farragosos y faraónicos, Blanca Nieves y los siete enanitos, Gulliver, el turismo, Correa, El Bigotes, los hermanos Karamazov, las leyendas del Vodka, Agua para Todos, más Berlanga, España, los pérfidos rojos, Alfonso Grau, las facciones, Rus el de Xátiva, Mariano el mejor, el caloret faller, la Musa del Humor, la Feria de Muestras, la Cabalgata del Reino, el Antigor, los Reyes de España, los coches antiguos, el AVE, la Fórmula 1, la mujer de rojo que seducía una y otra vez elección tras elección, la alcaldesa de España, la superseñora poderosa y acostumbrada a habitar en el Himalaya bonancible de su burguesía, y más amigas y amigos.
Y amigotes, y traidores, y semitraidores, y vista gorda, y caricaturizable, y puñaladas traperas, y caídas inesperadas en desgracia meteóricas, y chivatos, y los bolsos de Vouiton, y las entrañables fiestas navideñas, y las luces y las bombillas, y la pólvora fallera en las luces de la Falla de Sueca y Literato Azorín, y más corruptos desapercibidos, y vientos extraños sobre las paredes de su tremendo sillón, y habilidad para regatear hachazos judiciales, y astucia para seguir haciendo amigos en el Cielo y en el Infierno. La vitalidad de una leona aplaudida y encumbrada desde la costumbre y desde el muy atrás lentamente hasta el Senado 2016. Grupo mixto.
Traicionada por sus amigos cagados de miedo, su Ayuntamiento cerrado por haber allí más ladrones que en la cueva de Alí Babá, orgullosa, y genio y figura para siempre, y nunca asumió nada, y dijo que los errores en todo caso los habrían cometido algunos, y se defendió con la contundencia de un central leñero y sin que nadie la enseñara la tarjeta de sanción,elegancia, y los del Valencia club de Peter Lim pusieron ramos y recuerdos junto a su tumba, y los falleros, y sus habituales y afectos hacían colas y más colas para escribir su personal recuerdo en el libro de las despedidas, y otros muchos le decían que la primera dama de valencia había consentido que aquí se robara y a manos llenas. Rita siempre lo negó todo. Estuvo a todas como Busquets o Mangriñán. Y ganó muchos partidos. Como el Madrid de Mourinho. O como Rafa Benítez campeón de Liga con el Valencia. Mi Valencia ahora leso.
-TRADICIÓN E INFLUENCIA: PESO PESADO. -
5:23
jose vicente ortí
Cuando me pongo mis gafas de sol y me encierro en mi coche, es que algo ha pasado entre él y yo. Soy una señora independiente y madura, y nunca voy a olvidar los tirones de mi biología.
Mi amante animal es mi secreto que me llevaré a la tumba. No hay amor, ni somos pareja, ni estamos casados, oficialmente nunca nos conocemos, no me acuerdo siquiera de en dónde le conocí, pero hay ahí un misterio que está y perdura en el tiempo. Es más joven que yo, pero nunca le pregunto ni él a mí. No nos comunicamos nada que no sea el placer. Un placer único, animal, intensísimo y necesario.
Soy muy guapa cuando quiero y él es un diez físicamente siempre. Yo le veo así. Y nos atamos porque la Naturaleza le dio éso y todo es un regalo para mí.
La primera vez que lo hicimos, ni siquiera yo creía que me lanzaría resuelta en sus brazos y sin inhibiciones ni tabúes. Me sonaba su cara de antes pero no recuerdo más ...
Simplemente, caminábamos en compañía de otros perfectos desconocidos, y de repente se alargó mucho el día y nos quedamos juntos él y yo. Todo fue natural y especial. Y la verdad de ambos nos llevó a un beso rápido y a que yo me lo metiera en mi coche y me lo llevara a mi piso de esa playa que nunca nadie podrá saber.
Nos tomamos de la mano, y entonces el deseo nos llenó nuestras miradas. Yo le decidí la ruta y siempre guardamos un silencio entre gemidos. Logramos llegar a mi lar, y nunca nadie pudo sospechar nada. Y si lo sospechan, como que ya somos mayorcitos para que algo nos pueda condicionar. Y a la par, se decidió que un gran atractivo fuese nuestro secreto. Lo nuestro crece y se desarrolla en la medida que nadie puede saberlo.
Acabo estresada por mi labor en una empresa privada de asuntos de Economía, y hasta ahí puedo escribir. Nunca diré si soy la última mona de la empresa, o si soy la que corta el bacalao. ¿Qué más da? ...
Hay un teléfono que solo puede conocer mi maravilloso animal. Sí. Yo le he bautizado como mi amor animal, y él se ríe sin estrépito pero con agrado y complacencia. Complicidad sellada.
Nuestra cama es nuestra. Y sobre todo,-y no soy halagadora-, de él. Porque mi animal ha explorado mi cuerpo y sabe el sitio que me gusta a regañadientes y para quedar cortesmente bien, y el lugar volcán en donde sabe excitarme, electrizarme, y hasta hacerme soltar lava. Mi fiera es muy bueno ahí. Donde las personas volvemos al eterno del tiempo y en donde todos los tabúes se resquebrajan y acaban cayendo a la basura del absurdo.
Me despeina, me pongo taconazos para él, la lencería es mi regalo, voy al gimnasio en gran parte para mi animal y de paso para conservarme bien, le dejo que haga y haga, y cuanto más hace, mejor.
Mi animal maravilloso apenas habla, y cuando habla no parece tener estudios superiores. Da lo mismo. Porque mi rara avis para mí, es exactamente lo que siempre ha buscado mi relax y mi independencia de señora de hoy. Me importa una higa lo que haga cuando no estoy con él. Paso de su estado civil, o de toda su característica personal que es cosa de él. Ya se apañará con su vida de después cuando termina el último trago de nuestro placer inigualable.
Mientras mi animal no haga algo destacadamente malo o hasta bueno, seguirá teniendo en lo hondo de su agenda el teléfono que a mí más me gusta que tenga y que es el mío personal. Y mis amigas me preguntan envidiosamente cosas con la excusa de que se me ve guapa y hasta radiante. Con las ganas de saber se quedan. Que nadie pregunte pues.
-ES MEJOR ASÍ-
12:08
jose vicente ortí
Jóvenes, congoleñas, menos jóvenes, violadas, embarazadas a la fuerza, obligadas a todo, infrasobreviviendo entre la muerte cerca de las minas del Congo del puto y sabroso coltán, negras, africanas, inexistentes, machacadas, objetos de usar e ignorar, lejanas, indiferencia hacia ellas, castigos de leyes y creencias tribales y embusteras, Evas que tuvieron la mala suerte de pertenecer a su sexo femenino. Mueren y son torturadas y violadas todos los días. Pero nunca son redimidas por apariciones estelares en las aperturas de los telediarios. Porque nunca queremos saber la verdad. Porque preferimos vergonzosamente vivir entre las mentiras y la irrealidad.
Tiene mérito ir al cogollo del coltán africano, atravesar los odios machistas y los intereses económicos furibundos, ponerse unas botas y mojarse el culo con agua africana.
Una chica blanca que pertenece a una maravillosa organización humanitaria que acoge y da calor a estas mujeres, nos hace valiente y científica pedagogía. Y nos dice lo que hay. Que ahí cerca de los intereses mundiales y de pernada de ese coltán que permite la perfección de nuestra tecnología pariendo consolas para los niños y smarphones de gran calidad y comodidad para nosotros los mayores, y otros beneficios de estos minerales que sustentan la idea coltán, hay otra realidad preñada de guerras y de guadañas legales que transforman toda integridad física en una saudade inalcanzable. En un muro de sordera colectiva.
Las tripas de África son y están en las mujeres y niños. Nunca mejor definida la selva de la supervivencia. Si pesas menos, mueres. Si no naces varón, tus posibilidades se raquitizan, si no existes para los medios, el todo vale te hace olvidado e inexistente. Te matan y nadie lo sabe. O, nadie parece saberlo. Aquello es un infierno sin reglas y puedes comprender y corroborar ese mito o leyenda que indica que cuando a África llega la noche, entonces el negro siente que le brota una sonrisa porque ha hecho la hazaña de defenderse frente a la muerte acechante y real del día a día. Sin tabúes.
Mujer en África y al lado de creencias, leyendas, guerras, tradiciones y toda la pobreza. Mujer sin derechos, desgarrada a golpetazos de penes casi anónimos, despreciadas por sus propias familias, enloquecidas y tullidas de dolor, desanimadas hasta el espanto, sin el más mínimo horizonte ni futuro.
Los héroes solidarios blancos de las organizaciones humanitarias luchan contra el tabú y las reglas del juego de los intereses económicos mundiales, con la convicción de un sabio. Juegan al a pesar de todo, actúan frente al pese de los peses, están ahí, abrazan a la vencida y tratan de darle sentido y calor que no futuro porque no dejan.
La mujer está maldita allí. De más. Supongo que esos bestias y nosotros los cavernícolas que consentimos las salvajadas, seguimos pensando que todo esto es un sinremedio y tan insoportable que nos ponemos las manos sobre los ojos y oídos y luego afirmamos que nuestro recuerdo prefiere otras cosas menos picudas.
Pues, no. La realidad tiene mucha más fuerza que los Imperios o las leyes. Y los sentimientos humanos de piedad y de justicia, siempre estarán ahí. Yo me paso por la entrepierna todas esas excusas de pobres miserables que nos dicen que las cosas de estas mujeres son inevitables y que nada se puede hacer.
A pesar del panorama escalofriante y demoledor, descorazonador y decepcionante, a pesar del coltán y de su puta madre, al otro lado del aparente visto bueno, hay una verdad que tiene la fuerza de un hércules gigantesco y que se llama sensibilidad.
Y yo maldigo desde este modesto blog a aquellos que creen que esto de las mujeres negras es inevitable e imposible, y a los que afirman hipócrita y lastimeramente que no hay voluntad para acabar con la barbarie. Porque mientras haya un ser humano sobre la Tierra, dicha esperanza seguirá viva.
¡HOSTIA!
3:30
jose vicente ortí
La política, se resiente. Parece dejar paso a formas de simplismo por otra parte electoralmente eficaces. Son gente,-más que descarada-, muy sorprendentemente segura en los olimpos fantasiosos que aparentemente huelen a triunfos.
No obstante, Norteamérica siempre fue otra cosa cultural. Nada de Europa. Sus propias cosas particulares y diferenciales. EEUU siempre fue un gran sueño y un gran deseo. Un gran sentimiento de desesperación lleno de religiones y de dioses, que cohabitan y conviven con sus cotidianeidades y con sus avanzadas tecnologías, militares y de balas. El calvinismo, el neoliberalismo, el postureo, el golfismo, la sensación vanidosa, y la menoridad en la exploración y sensación de lo social. El vivero incesante del individualismo, y el dinero como referencia inevitable y presencial.
Yankeelandia nunca ha sentido lo político como algo cercano, sino como algo localista y mero y sólidamente reivindicativo de su institucionalismo. Sus propias leyes. La Asociación Nacional del Rifle, los intereses económicos, el sexo, el placer, el lujo, la idea maléfica del foráneo, y la sensación en su show de que son los mejores y que siempre lo serán. Son el Imperio de lo mediático y de lo referencial, y desean frenar amenazas o tentaciones de emulación. Son pasionales y definitivos, mantienen la pena de muerte en algunos de sus Estados, y el sexy de la Estatua de la Libertad supone su cebo y su redención más llamativa.
Por eso no ha de sorprendernos nada que en exceso de allí nos llegue. Otra cosa sea que nos indigne o contraríe, pero sorprender me temo que a pocos ya a estas alturas. ¿Democracia en Estados Unidos?, ¿ideologías? Solo hay un marasmo confusional que puede permitir cohabitaciones y costumbres que en Europa vamos intentando que puedan ser progresivamente otra cosa, manteniendo nuestro empeño humanista y cercanía en la unidad. Tolerancia real.
Donald Trump está siempre acostumbrado a hacer lo que le ha dado la gana y desde bien jovencito. Es jefe, empresario, millonario, de estilo chavista refinado cuando le conviene, impostor, padrino de ceremonias, y frikie de habitual. Un verdadero tipo exótico y desahogado para el que nunca existieron éticas, leyes o barreras. ¿Cambiar ahora a los setenta y un años?, ¿cambiar su personalidad porque ahora no es jefe de un emporio sino también el Presidente de algo llamado Nación y cuya bandera oficial es la consabida de las barras y de las estrellas? Sería bien interesante saber qué se le ocurre a míster Trump cuando piensa en el Estado, en las Instituciones, en las representatividades y en las formas. Qui lo sa ...
Ha ganado las elecciones 2016 con la gorra, sin rivales, ha subido al estrado, y ha ido citando y destacando a gran parte de su familia y amigos. No ha hablado de política, no ha hecho referencia a nada concreto, nunca ha perdido la compostura, todos le temen y nadie le cree, se le quiere como al jefe que logra una hazaña conseguidora, sorprendente, no esperada, y luego se habrá ido exactamente a donde le habrá dado la gana. Si no, no sería Donald Trump.
Se quiere ahora burlar de la Democracia y de la diferencia, y sus seguidores,-que son gente masiva de la América profunda y de poco estudio-, le ríen las mofas y faltas de educación, y se lanzan a vitorearle al lado de su gente: "¡U.S.!" ...
Trump, bufón, no tiene categoría ni registros para regir un país tan diverso y complejo. Lo que sucede seguramente es que él se cree que sí, y que el Estado y la política son otra empresa más y con trabajadores que llevan su voto en la mano. Que Dios bendiga a América, porque ahora lo necesita imperiosamente.
-Y DE PASO QUE NOS PROTEJA A TOD@S-
5:33
jose vicente ortí
Me fui haciendo mayor. No lo esperaba. Nunca te esperas las cosas. Porque yo confiaba profundamente en mi tres hijos. Porque a pesar de que se me fue al cielo muy pronto mi marido Ismael, yo lo di todo por ellos. Una carrera, todos los estudios, todos los caprichos y todas las renuncias. Ahora están todos excelentemente posicionados en la vida con sus trabajos respectivos. Pero ... Pero este verano me he dado cuenta de que les estorbo. Me querrán a su modo, pero ya sé que les estorbo ...Ha sido muy duro. Lo más duro. Todo lo demás era experienciar. Que pasara el tiempo y que se concretara todo hacia lo lógico e inevitable de mi situación.
Lloré a mares. A océanos de decepción. Porque cuando una cosa la ves venir, pues es más fácil de asumir. Pero la decepción de la sorpresa negativa siempre es dolorosísima. Terrible ...
Yo, vivía sola. Independiente. Yo me hacía la casa, la comida; absolutamente todo. No parecía necesitar a nadie. Y tenía una idea fija en la cabeza que todavía hoy mantengo aunque desecho ya. Yo no quería ir a ninguna residencia de esas. ¡Éso, jamás! ...
El bastón dio paso al andador para poderme desplazar. Y con el andador, tacataca, o como se llame, yo iba tirando. Y bajaba al parque donde estaba mi amiga Asunción. Y era gestora de mi vida. Y las cuatro pesetas de la pensión mísera que me ha quedado, las administraba como una hormiguita previsora y militar.
Hasta que un día me falló el tacataca. Y muy cerca de la Plaza de la Virgen,me di un batacazo tremendo. Los malditos altos escalones me produjeron un tremendo enfado además del golpetazo que me arreé. Pero lo peor fue cuando vi que la gente apenas me ayudaba en aquel incidente. Y lo más peor fue cuando al llegar a casa, vi que me mareaba y no me tenía en pie. ¡Malditos mareos neurológicos! No me fallaban las piernas, sino el riego sanguíneo de mi cerebro. No me llegaba bien la sangre ahí y al pasar las células hambre se apagaban las bombillitas y perdía la conciencia. Y también la movilidad al levantarme de la cama o de la silla ...
Mis hijos me llamaban de vez en cuando. ¡Hipocresía! Lo único que quieren,-y a pesar de su buena posición económica-, es luchar por la tenencia de mi piso. Yo ya no les importo nada. ¿Alguna vez les habré importado? ...
Levantándome de los lloros, seguí reflexionando. Me tiré todo un mes sin salir de casa. Venía una chica dos o tres horas a la semana, a la que pagaba un precio mucho menor que el de mercado porque no tengo dinero.
Por fin alguien me ayudó a abrir los ojos. Me gestionaron la silla de ruedas, y cuando estuve delante de la trabajadora social ya hacía mucho que me había dado cuenta. Yo estaba en peligro sola en mi casa y no era cuestión de molestar a nadie. No era tema ya de de que mandasen nadie a casa. Mis hijos se desentendían del tremendo peligro que yo corría. Y cuando la asistenta social me soltó la terrible palabra "residencia", yo lloré pero asentí. Era lo mejor para seguir viva. Y además, si yo hubiese continuado en mi casa yo hubiese intentado por segunda vez una cosa muy fea con el objetivo de acabar con mi vida de una vez.
La residencia es una castaña. La comida deja mucho que desear. Mis hijos solo me visitan cuando se equivocan. Los demás compañeros de la residencia están muy mal y muchos de ellos son enfermos mentales profundos cuyas familias esconden ahí esperando el final de las historias respectivas.
Al final me he vuelto positiva. Otro alguien ajeno a mi familia, me gestionó una cosa del voluntariado de personas mayores en residencias, y yo cada vez que viene este chico Víctor, me siento bien. Y suelto toda mi tristeza y mi mal rollo. Pero el chico me escucha, me presta atención, me sorprende por su peculiar sentido del humor, me disuade una y otra vez de que disponga mi piso para él y desherede a mis tres hijos invisibles y desagradecidos. Víctor es diplomático y tiene la sorpresa de su presencia y encanto.
-LE QUIERO MÁS QUE MUCHO-
13:57
jose vicente ortí
España ya tiene Presidente del Gobierno tras muchos meses de espera. El mismo. Se llama pues, Mariano Rajoy. El hombre de las gafas y de la barba. El de los últimos tiempos. Porque la abstención de la habitual oposición, le facilitaba finalmente la esta vez más estrecha alfombra roja.
Pero la gran chicha mediática, el gran sexy de este día de la solemne y sombría investidura a un tiempo, el protagonista verdadero, no ha sido el PP. Porque Rajoy ya se sabía que gobernaría, y Podemos iba a seguir fiel al no diáfano.
La gran noticia, el gran ausente, el foco de todas las miradas, sería un Psoe tenso, convulso, trémulo, fracturado, dividido, y profundamente triste.
Felipe González había soltado el balonazo contra el prestigio de un Pedro Sánchez sorprendido, traicionado, sobrepasado, estupefacto, lloroso, invadido, ausente y profundamente zarandeado aunque prometa volver bien pronto.
El Psoe, con nueva gestora o ejecutiva, con elecciones pendientes y sin catarsis, con consensos irregulares de abstención de fuego amigo, con gente valiente que se jugó el puesto desde su conciencia, sigue siendo un viejote y mórbido barco a la deriva que mostró jornadas atrás. El Psoe es una calamidad caótica y berlanguiana que no logra suturar su ilusión de una recuperación que ahora suena más a fantasía que a autenticidad. Un cadáver con mucha gente y que además discrepan abiertamente entre sí. El tradicional segundo Partido de la oposición olía a difunto, a plena batalla larvada, a esquirlas y a mucha falsedad estratégica.
La gran asignatura pendiente de esta formación se llama, credibilidad. La trifulca y la indefinición siguen ahí y se pasearon las cicatrices por el Parlamento. En lo más alto y difuso. En lo más mediático, carroñero, descarnado e incómodo. Coser y suturar suenan a postureo. Ese ente está muy jodido, y cuanto menos se le ha de diagnosticar una prolongada cura de reposo en un paraje natural y fresco. Reposo al que no le da tiempo llegar, porque el nuevo partido del Congreso acaba de recomenzar, y se apuran las respuestas ante las situaciones que se avecinan.
La nota ruidosa y tabú, la dio el republicano catalanista Rufián cuando les dijo a los socialistas si no les daba vergüenza apoyar al partido de la corrupción y de los recortes sociales, y les remató llamándoles Judas.
Con la tensión ahí, los socialistas le saltaron a la yugular al catalán. Se montó trisca. Nunca sonrisas de ironía cuando a un herido muy grave le metes con uña sin cortar el dedo en el ojo. O, los dos. En un hospital desafortunado, las sonrisas están de más aunque se tenga morfina o sedación. La cosa es demasiado grave para líneas rectas.
Y el Psoe derramó lágrimas mayoritarias en semblantes de discursos contrarios. Los ganadores y los perdedores socialistas tienen demasiadas cosas en común para llorar la desolación general interior. Pedro Sánchez no fue e hizo bien. Todo el pescado estaba vendido y no era ocasión de seguir con más disgustos aunque anuncie que no se rinde y que volverá. Ya veremos.
¡España! España ya tiene Gobierno. Y, Presidente. Y pluralidad, y desigualdad creciente, y hasta un Congreso que merodeó gente indignada de aguantar presuntas y fácticas representatividades, y que no tragan el rollo economicista que es el color del lápiz que escribe siempre.
Será una legislatura peligrosa para la gente pobre, y holgada para los ricos y poderosos. Será un tiempo de dura transición en espera de si Podemos pega la gran crecida o qué va a ser de los socialistas a largo plazo. Serán meses nuevos y potentes, duros y peliagudos, con oposición light y agudos envites de los chicos valientes de Pablo Iglesias. A veces te preguntas si esto es Democracia, o si simplemente nos la cuentan y nos dicen que sí.
-DEMASIADAS DUDAS-
11:49
jose vicente ortí
Wyler Simmons nació en el neoyorkino barrio del Bronx. Blanco, inteligente y ambicioso. Estudió y logró alcanzar diferentes licenciaturas. Y siempre sintió curiosidad por saber y conocer cómo era la gente que mandaba en las grandes empresas y en los gobiernos más importantes e influyentes.
Para éllo, Wyler decidió embarcarse progresivamente dentro del Sistema y status quo de las cosas, y comenzó paulatinamente a hacer amistades y contactos para de ese modo elevarse en la escala social. Solo así podría observar el mundo y desde bien arriba. Estudió idiomas, viajó por todo el Globo, se relacionó con seducción a jefes de altas empresas, y se hizo próximo a ministros de su país y de otros muchos.
Wyler Simmons quería explorar el factor humano. Conocer bien y descubrir in situ y motu propio a las personas que con su influencia rigen los destinos de todos. Nunca le fue fácil. Venía de un estrato muy bajo, su familia carecia de estudios y no tenían la más mínima tradición en el oropel. Simmons se sentía como una especie de espía explorador y neutral.
En la agenda de teléfonos de Simmons había gente de muy distinto pelaje y con un denominador común llamado money e influencia. Y el hombre, con astucia y diplomacia a todos les seguía el juego simulando ser trepa o aventurero.
Se daba cuenta de que el Poder real era como una substancia tóxica que impregnaba,calando y castrando la libertad de las personas. Y lo que más le chocó al hombre fue que no vio excesivas diferencias entre los contrarios y entre los enemigos entre sí. Se parecían todos mucho. Lo que más pudo detectar Wyler Simmons fue que todo era miedo y supervivencia. Era como si el mundo no estuviese educado en valores avanzados o éticos. El mundo de los poderosos era fachada e hipocresía, superficialidad, hedonismo, terror y postureo.
Chinos, rusos, americanos, árabes, europeos, africanos, todos, poseían estos mismos lugares comunes. En especial, el terror. Un mundo acojonado. Un miedo cerval a todo. Unas vidas y modus de huídas hacia adelante para así no pensar. Un tiempo gandul. Unas competencias y rivalidades casi obligadas para mantener de ese modo sus prestigios y oropeles.
Todo, localismos, intereses propios y particulares, contándose los billetes, leyes hechas para su beneficio, y trampas y más trampas de falsedad.
Wyler Simmons se dio cuenta de que el abismo progresivo que separa a los ricos de los pobres se nutre de la fuerza de la ceguera del miedo. Y entre los hombres y algunas mujeres que entran en el Poder, nuestro hombre se sintió incómodo y demasiado molesto.
¿Cambiarles?, ¿cambiar sus reglas y su modo de vivir?, ¿hacerles fructificar desde las anotaciones éticas? Simmons concluyó sus reflexiones con un no rotundo. Desgraciadamente solo podría haber un factor correctivo que se hallaría y siempre, desde afuera y con valentía en una palabra llamada lucha.
El mundo que vio Simmons no iría nunca a cambiar. Solo frescura, renovación y factores exteriores podrían mover el árbol de la modificación de las cosas. De modo que, cierto día, Simmons hizo añicos la agenda en donde se hallaban todos sus contactos con los seres de oro, y decidió volver a su barrio degradado del Bronx.
Ahí abajo se respiraba mejor. Había más verdad y evidencia. Una mayor autenticidad y perspectiva real. El mundo no era una alfombra roja sino una calle mugrienta y necesitada. Y Wyler Simmons ya pudo esbozar una sonrisa de tranquilidad. Se sentía mucho mejor entre necesitados, dependientes, exclcuídos o degradados. Porque ese factor humano de vulnerabilidad y zozobra podía ser mucho más excitante y ubicativo para él.
Nunca nadie de sus amigos del Poder entendieron jamás a Simmons. Decidieron convenir sus dudas bajo la afirmación de que se había vuelto un absurdo perturbado. Necesitaban pensar así de él para poder de este modo intentar despejar balones y redimirse.
- W. SIMMONS DUERME CON LA CONCIENCIA LIMPIA-
11:52
jose vicente ortí
Desconfiados ojos. Rechazadores y exigentes. Extraviados y duros, reivindicativos y prácticos. Los ojos de Luisa son nuevamente prácticos y de hacer, actuales, de un fondo ansioso y bien poco romántico. A sus cuarenta años no juega con sus hijos, sino que les acompaña apoyándose en la tecnología y usos actuales. Luisa no ingenia. Para ella las matemáticas son muy importantes, y la poesía le suena a falsa y a casi imposible utopía anodina.
Tiene estudios, y marido, y padres, y de muchas cosas, pero en sus ojos sigue habiendo una escrutadora competitividad que parece agresiva y desconfiada. Sí. Luisa va de desconfiada, y de estar a la última, y a que a sus hijos nunca les falte nada, y entonces, ¿por qué no les sonríe más o les cuenta cuentos? ...
¿Cuentos? No parece posible. Luisa es rabiosamente actual, e independiente, y guapa y rubia, y con unas lucidas largas e impecables piernas trabajadas en el gimnasio y en la estética. Luisa es del cuento actual; de la sensación de que hay poco que hacer y que los sueños solo se consiguen a golpe de euro y de independencia personal.
Luisa no mira demasiado a los viejos. No le atraen demasiado. Quiere verdades vitales y proyectos de hoy, busca el futuro y huye de sus raíces y de su cuna para inventar la necesidad de su tiempo nuevo y necesariamente desconcertante.
Cuando los ojos de Luisa casi se chocan como en accidente con los míos tímidos, entonces parece que se va la sintonía y el feeling. Me ve rival, foráneo, mayor, debe pensar que tengo menos luces que ella, y que los triunfadores no se dedican a cuidar a nadie, y que dichos cuidadores somos gente con una circunstancia menor y de nivel sub.
Yo miro a Luisa casi a hurtadillas. Y así aumentan todos sus estereotipos y puedo intuírla que tiene pena y hasta pose pesimista y un tanto altanera para defender su almena de orgullo.
Luisa es fuerte, y alta, y vital, y que nada la para, y que tiene todos los proyectos del mundo por delante, y que si tiene suerte pondrá una empresa propia, y vendrán los éxitos, y triunfará sedándose finalmente con su ambición.
Pero yo no creo demasiado en esa fortaleza. En lo que creo es en que Luísa se crió así, con una madre que le enseñó cosas similares, y que no puede entender otro lenguaje ni acoplarme su mirada con un acento nuevo.
Simplemente, Luisa es el producto de una educación recibida, el resultado de un tiempo rapidísimo como el AVE o esos aviones supersónicos en donde cuando aterrizas en territorio sexy siempre sacas la cámara de fotos y te pones a vanidosear y a certificar que estuviste allí y que hay que demostrar que estuviste allí.
Si mi mirada tímida y respetuosa se volviera afectuosa y cercana, Luisa podría empezar a incomodarse porque ella está casada y los hombres ya los tiene los que quiera.
Si me pongo a competir con Luisa, entro casi como en ese hipotético choque de civilizaciones o de visiones de las cosas. Por eso Luisa y yo nunca seremos amigos ni próximos, y solo coincidirán los azares y las miradas porque no haya más remedio pero nunca nada más.
-SOMOS DOS UNIVERSOS INCOMPATIBLES-
4:59
jose vicente ortí
Piqué necesita el ruído. Es una de sus heterodoxias genialoides. Es el mejor central del mundo, y se resiste a ocupar un lugar secundario en el plató de los efectos especiales mediáticos, a pesar de que su condición de zaguero siempre supone traba. En el mundo del espectáculo se focalizan y destacan mucho más los reboteadores que los bombarderos infalibles.
Piqué comenzó joven en todo esto de las grandes alturas y niveles del fútbol. Fue genio precoz, asombrosamente maduro y elegante, rápido, y con una colocación y una clase realmente desconcertantes. Altísimo e infranqueable por arriba, y muy peligroso cuando sube al ataque. En su casa cuna y nata de Barcelona y del FC Barcelona, Gerard Piqué ascendió imparable hacia todas las metas al igual que en la Selección, en donde triunfó rutilante junto con todas las estrellas de su generación.
Pero Piqué carece de la madurez necesaria y de la mesura. Y habiéndolo ganado todo, necesita soltar puyitas impropias porque no lo puede evitar. Le arrea al Madrid, le busca las cosquillas, y entonces los más acérrimos y excitados de su club le idolatran y se identifican.
Los madridistas, eternos rivales, le tienen en el ojo de su irritación. Y además Piqué es catalanista, nunca oculta sus simpatías por una Catalonia libre y autónoma, y no se calla nada ni debajo del agua.
España es choque de pasiones. Y el fútbol, una de esas tremendas calderas en donde todo parece valer. Y ahí, entre los tacones de su Shakira y en medio de sus tweets, Piqué la suelta, polemiza, la lía, rectifica liándola más y manteniéndose en sus trece, y o bien le aceptas como es o le criticarás siempre.
Los pitidos. Los silbidos cada vez que tocaba el balón incluso vistiendo la zamarra de la Roja de todos, aparecieron como surrealistas. No se aceptaba a un catalanista gallináceo y orgulloso, en medio de los colores patrios. Había que lanzarle tweets sonoros de pito todo el tiempo. Era un infiltrado traidor locuelo entre las huestes descendientes de Juanito, Pirri o Camacho. Entre Morientes o Gordillo, o entre tantos sucesores sin fisuras de una Selección única e indivisible, como marca la Carta Magna social general y futbolística.
Piqué no ha logrado escalar muchos más ochomiles que estaban a su alcance, por su carácter temperamental y sus desafortunadas intervenciones y a destiempo fuera del campo. Y dentro, cuando decidió lanzarse un tiempo al placer y a la bohemia, dejó de entrenar, bajó su rendimiento, y estuvo en un tris de ser despedido de su Barça.
Alguien debió entonces aconsejar acertadamente a "Pikenbauer", porque se rehizo, comenzó nuevamente a sudar en los entrenos, y volvió a recuperar la regularidad y el brillo. Piqué ha vuelto con toda su grandeza futbolística y nos ha vuelto a maravillar por su calidad y talento.
Pero su pelo encrespado nunca cambiará. A la mínima, salta. Raramente va a reconocer sus meteduras de pata. Ahora anda enfadado por una maldad menor, y anuncia que se retirará de la Roja tras el Mundial de Rusia. No se lo cree seguramente ni él. Porque cuando se retire, entonces Gerard Piqué echará muchísimo de menos los piques con los otros. Con los del Madrid, con los catalanismos, con todo lo que se mueve, con su orgullo y afán de protagonismo, y con su vida de civil raso y ciudadano más.
En el fondo al gran Piqué le va la marcha. Necesita sentirse dios y mártir, marcar un golazo y no mostrar sorpresa aparentemente, anular a un crack casi sin vacilar, sentirse superior dentro y fuera del campo, ser objeto de críticas y de astillas, agitar el silencio utópico del consenso de la calma en fútbol y azuzar la diferencia y la rivalidad.
Genio y figura, este follonero y excepcional futbolista que es Gerard Piqué. Pasarán muchos años para que aparezca,-y cuento a Ramos-, un titán tan polémico y carismático como el catalán. Es grandísimo.
-Y SIEMPRE REVOLTOSO-
12:05
jose vicente ortí
En aquellas fábricas chinas a las que tuvo acceso la cámara televisiva, pude ver esclavos de hoy.
Era un ambiente aburrido, de infinita laboriosidad, de producción sin barreras, y de semblante oriental siempre preocupado. Aquello eran mazmorras del neocapitalismo, donde todo vale, en donde la sensación de secta superaba ninguna tímida sonrisa.
Aquellas producciones en masa no tenían dulzura ni tao. Demasiado silencio de impotencia. Demasiada ausencia de la dignidad del factor humano, demasiada competencia y demasiada desesperación.
Fue casi una heroicidad meterse en las desnudas cloacas del capitalismo cabrón, y ver mucha demasiada inexpresividad triste y decepcionada en los rostros blanquecinos. Demasiada poca luz. Casi, penumbra ...
Cárceles, campos de concentración en donde la libertad y los deseos humanos parecen una infantil quimera. Aquella fábrica era una subciudad y un subpalacio de tristeza y de injusticia. Un feo muro, una intolerable muralla interior que perfora los hitos de oxígeno y alegría.
Claro que saben que son esclavos. Y los esclavos fantasean con un mañana de aliciente mejor, en que esto es la mili o una coyuntura pasajera, y que quizás algún día puedan salir de esa dinámica y de ese hábito sin que por el camino no se les haya parado el zen de pensar.
Estos trabajadores explotados piensan muy poco. Demasiado poco. Era terrible ver cómo la televisión le servía al jefe de la gran trama de producción inhumana, para tratar de normalizar al mundo su labor y cometido. Era como prostituír la verdad impepinable, y dar paso a ese todo vale y a ese no pasa nada al que siempre aspira el dinero. Nada de humanos y todo el money posible.
Por si alguna duda había acerca del esclavismo, las cámaras mostraron las literas y los habitáculos adyacentes y de miniatura en donde maldescansaban las trabajadoras y los trabajadores. Una soez obscenidad moral.
La civilización china es de lo más antigua. La que más, seguramente. Y aunque aquí damos escasos dos mil años tras la fecha de una deidad occidental, allí en China tienen otros miles de tiempos y de sombras chinescas, y de árboles bellísimos, y de Emperadores suntuosos, y filosofías más que seductoras que han calado en las holguras y burguesías occidentales. Allí estuvo Confucio o Mao Zedong. Ahí también en Tiananmén un joven héroe logró parar un tanque.
Lo que pasa es que la historia no puede frenar en exceso a los avaros y a los salvajes. Parece un imperio industrial y productivo que no anda con milongas ni escrúpulos.
Lo social cede en donde los Dragones son los iconos de unas raíces patrióticas y reconocidas. El capitalismo allí es en extremo letal y silencioso, de ojos tristes y cabeza baja, de mentes reprimidas a golpe de pena de muerte, de pernada amparada entre la más que gigantesca demografía de un pueblo en extremo desconocido y más que carismático.
La China viva es un manantial de cosas que se fabrican y una explosión de frenetismo que busca desesperadamente la competitividad para no decaer ante el gran miedo.
Porque eso es lo que no se expresa que hay. Terror. Miedo cotidiano a espuertas. Miedo a la vida, a no ser nadie, a recibir el castigo o la burla, o la desconsideración o la incomprensión. El capital no le da a China la alegría que sin duda merece.
-MÁS BIEN, SUFRIMIENTO-
4:29
jose vicente ortí
Ojeroso, cansado, agotado, desconcertado, y finalmente triste. Presentó Pedro Sánchez la dimisión, y las balas y los empujones dan paso a una zozobra de silencio latente. La guerra civil en la calle Ferraz no acabó en vencedores y vencidos. Porque a los aparentemente vencedores, no parece esperarles un futuro cierto.
Lo más destacado que puede aparecer es la forma con que todo se lió. Dió igual que históricamente el Psoe tenga bastante más que cien años y que suponga la segunda fuerza política de este país también llamado España.
Ayer se vio la guerra de poder. Clave interior. Lloros, hachazos, invectivas, trepas, profesionales de ésto, y gente con poca ambición a la que dejarle nuevo terreno franco a Rajoy y su derecha no les parece la caída de Pompeya, ni una catástrofe, un apocalipisis o un fin del mundo. Al revés, lo lamentan y les parece coyuntural e inevitable.
La gran batalla de Ferraz fue inaudita y tremendamente convulsa y extraña. Un sismo de la familia Richter les atacó en las entrañas, y fue el desmadre de la gran pena final.
¿Qué es el Psoe? Sin duda, un icono referencial e histórico. Ha sido la oposición al mercado, a los ricos, a los poderosos, a la iglesia, a las injusticias sociales, etcétera, pero ahora lleva otra ropa y otro acento. Es ineficaz electoralmente, viste de pijo, es emocional en Andalucía, y parece prevalecer en el partido del puño y la rosa la idea de que mejor no meneallo y que mejor virgencita como estoy. No creen que otro mundo pueda ser posible. Y cuando va alguien como Pedro Sánchez finalmente a enfrentarse a ese terrible pesimismo, entonces le llueven las hostias en casa y debe apartarse. Conclusión: el Psoe no es la verdadera izquierda.
Por eso mismo saltó a la calle la gente el 15-M y surgió Podemos. Porque los ciudadanos ya no se veían representados en los partidos tradicionales, y clamaban voz en grito un cambio y una siembra nueva y necesaria de esperanza.
Los ganadores de Ferraz prefieren convivir con un neoliberalismo cabrón que desprotege a los que más sufren. Odian a los movimientos nuevos, se creen incuestionables electoralmente, importantes y hasta muy divos. En el fondo creen en el Mercado y en la Troika de Bruselas, y les encanta hacer el victimismo aunque alguna razón les asista.
El mundo y la sociedad avanzan hacia un mercado elitista y excluyente hacia las capas bajas. Es la gran guerra larvada. El poder se llama dinero, y la ética se guarda bajo cuatro llaves de miedo.
Por éso, ahora, cuando el sarao del Psoe les ha hecho casi satirizables de no ser por el dolor y la pena, la definición se mueve y cede el testigo a una izquierda joven y maravillosamente utópica e imprescindible llamada Podemos. El morir de pie.
Pedro Sánchez, muy cansado y seguramente desengañado más aún de lo que lo estaba cuando llegó, se va, acepta que hay otros que no le quieren y que no piensan como él. Porque hay muchos pesoes en el Psoe. O porque ya no exista tal partido.
-EL TIEMPO LO DIRÁ-