10:26
jose vicente ortí
Bajo una manta de calor agosteño africano y ya casi habitual en mi España, y empujada por la cita final del Mundial de Brazil 2014, la Liga española se despereza prematuramente y se espabila. Ya vuelve la pasión. Nos gusta el fútbol. Necesitamos alienarnos con la ilusión de unos niños y crear liturgias semanales. Los campos de fútbol españoles hacen sonar sus trompetas de convocatoria. ¡Pasen, señores, pasen! ...
A pesar de todo. Sí. Sin que cambie apenas nada. Desde los grandes desequilibrios. El Real Madrid, el Barcelona, y todos los demás a mirarles y a mirarse entre sí.
La Liga sigue siendo cosa de las plataformas de la tele de pago, y partirán dicha Liga entre tres días, y la gente se abonará al fútbol de sillón, y nuestras mujeres acabarán de nosotros hasta el moño. Hombres, hombres ...
Se cargan el músculo de la verdad de la competición. Una Liga con dos trasatlánticos y todo lo demás relleno, no es una competición real ni seria. Y a nivel Champions europeo, lo podemos de nuevo pagar.
La gran noticia de la temporada que se inicia, aparte de la vuelta de los amigos deportivos de las radios, es que ya no está por fin José Mourinho. La bestia parda, Mou, se ha largado a Inglaterra, y sin él las polémicas y las grescas parecen alejarse sanamente y dejar paso a unos tipos y valores que tengan más que ver con el deporte y menos con el ego bobón.
Lo que pasa es que el fútbol no es raciocinio, sino gran pasión que hierve. El fútbol es una locura entrañable que convoca a la gente camino de un sueño de entretenimiento. Es un modo de entender el ocio y hasta la tradición. Un idioma de consenso. Don Fútbol. Todo un personaje ahora y siempre en manos de las empresas del dinero.
Carlo Ancelotti tratará de poner sedante y silencio a las tensiones bravuconas de su antecesor. El Real Madrid será contenido, e intentará recuperar un fútbol técnico de grupo y de conjunto. Su líder, seguirá siendo Cristiano Ronaldo, y por ahora sigue sin saberse si el galés Bale se incorporará al equipo de Florentino Pérez. Es cosa de millonadas y de acuerdos.
Enfrente, el FC Barcelona. El nuevo Barça en el que ya no estará Tito Vilanova, y sí el míster argentino Gerardo "Tata" Martino. El Barcelona ha hecho una mal planificada pretemporada, y con el reclamo mediático del prometedor Neymar pretende mantener la hegemonía de la exquisita calidad. Pronto saldremos de dudas.
Sí. Espera el fútbol, y la televisión de pago, y algún que otro partidete que nos dejarán ver en abierto, y en la medida que el fatal calor desaparezca dejando paso al necesario fresquete, la costumbre ganará fuerza y los bares y las fiestas se llenarán de aficionados en busca de cosas de fútbol.
Y llegarán las tertulias de las radios y toda la pasión. Y "Carrusel Deportivo" con José Ramón de la Morena, y "Tiempo de Juego" con Paco González, Manolo Lama, Pepe Domingo Castaño, Tomás Guasch y compañía, y por las noches se repasará con bisturí todo lo que vaya sucediendo.
Pero lo auténticamente real, serán los aficionados que vayan al fútbol. Los que lo hacen grande, los que hablan y hablan de fútbol, los que se hacen amigos alrededor de unos colores, y los que son siempre fieles en las victorias y en las derrotas. Éso, es lo mejor. Que la gente tendrá un nuevo opio social e inventado para encarar sus tiempos con un excelente y ancho distractivo.
-BIENVENIDOS A LA LIGA-
9:53
jose vicente ortí
Catalana. De Badalona. Es la reina de la natación española a sus veintitrés añitos. Ha logrado varias medallas en los recientes campeonatos Mundiales de Barcelona, y ahora nos sorprende casi cada día con récords mundiales. Como suena. La simpática Mireia Belmonte es capaz de batir récords mundiales y dejarnos a todos con la boca abierta.
Esta tarzana barcelonesa, parece un caso especial. Es de aquí, está con nosotros, tenía un vértigo a no poder que ha superado, y se halla en el momento más explosivo y dulce de su vida. Es la magia competitiva de las piscinas en mi país y desde todos los lugares la llueven los elogios. ¡Fantástica!
Todo ha cambiado. Antes, nuestros nadadores chicos no le decían nada al panorama mundial de la natación. Teníamos que depender o bien de americanos universitarios y de parentesco español, para hacernos alguna ilusión. Como los López Zubero.
Y en chicas, parecido. La rusa nacionalizada Nina Zhivanevskaya, tenía que salvarnos los muebles en las competiciones sobre el agua de piscina y de competición.
La piscina. Las piscinas. La mujer. Tenemos mucha calidad, y ganas. Las mujeres andan reivindicándose claramente y obteniendo espacios que siempre les estuvieron adversos.
La mujer se tira al agua y se esfuerza. Quiere cosas y porfía. Como Mireia, por ejemplo. Es como si nosotros los hombres fuéramos a la piscina a lucir el musculito y a jugar un poco. A ver cosas. La mujer nada, lucha, y tiene madurez en los objetivos. Es como si nuestros muchachos no le diesen importancia a esa idea del sacrificio, y se limitaran a ver pasar las burbujas.
Además de la tradición de los mitos estadounidenses, australianos, alemanes, y de tantos paises como la China que emerge, ahora parece que se abre un nuevo espectro por en donde se cuelan chicas currantes y de enorme calidad.
Parece increíble que podamos ir dibujando al lado de Phelps o de tantas ondinas irrepetibles, a una chica españolita la cual hace añicos todo lo previsible. Mireia nos acerca más a ese horizonte de estrellato, y frivoliza contra los obstáculos y lo imposible. Los españoles podemos ganar a quien sea en natación. Es posible ya.
Es muy grande Mireia Belmonte. Como mi país. Va y sale Severiano Ballesteros, o Manolo Santana, o Ángel Nieto, o Rafa Nadal, o Fernando Alonso, y tantas taifas geniales surgidas casi desde esporas extrañas y cañís.
Somos individualistas y de retos. Y ahora parece el tiempo de las mujeres. Están recortando un terreno perdido e inédito. En el Mundial de atletismo una marathoniana española fue quinta. La mejor posición de siempre.
A Mireia, en la piscina, le salen otras niñas que apuntan igualmente madera de éxito. Pero ahora todo es Mireia. Sus ojos chispeantes y su belleza de chica eterna y en flor. Es su tiempo y su reinado. Y el momento de admirarla, y de loar su extraordinaria y majestuosa progresión. La natación femenina española se ubica con seriedad y en resultados a través de Mireia, en el Olimpo mágico y universal de las elegidas.
Es la chica del verano 2013 y de otros muchos veranos entusiastas pero anodinos. La recogida de la uva y del laurel del éxito se ha adelantado hacia el Agosto genial. Porque eso es Mireia. Admirable, grande, colosal, competitiva, especial, majestuosa, y con todos sus récords que cierran discusiones.
¡OLÉ, MIREIA!
0:00
jose vicente ortí
La leyenda de Rafa Nadal , se hace madrugada. El partido entre los dos mejores tenistas del mundo, se jugaba a las dos de la mañana en España y terminaba sobre las cuatro y media. La noche era feliz para nuestro tenis. Nadal le ha vuelto a ganar y ahora sobre el duro cemento al mejor jugador del mundo "Nole" Djokovic. Por cierto ¿quién de los dos es el mejor jugador del mundo? ...
Enfrentarse al "chacal" y de madrugada, y con una rodilla que le cuesta siete semanas de recuperación, y sobre el demoledor cemento, y desde la aparente idea inicial que olía a derrota, es toda una nueva revolución permanente del mozo de Manacor.
Nadal la ha vuelto a hacer. Ha hecho añicos a todos sus obstáculos, incluído su tenista más rival y directo. Su rodilla había descansado. Nadal podía, y sin apenas ritmo de competición, cargarse al sensacional serbio y plantarse en la final del Torneo de Montreal y en las mismísimas estribaciones del Open USA.
La leyenda del mito, crece. Nadal empieza a superar todos los ya de por sí récords. No solo es el mejor tenista español de todos los tiempos, sin que amenaza bien seriamente el gran trono del "morrosko" Miguel Induráin con sus facultades de gladiador en el Tour à France. Sí. Rafael Nadal sigue incombustible y vivo, y sin mirar en exceso al horizonte. No tiene drama, sino esa cachaza que siempre le adicionan los deportistas únicos a las grandes sorpresas. Nadal empieza a ser uno de los mejores deportistas mundiales de siempre.
En cuanto al partido de esta vez, de esta madrugada, de los límites, sudores y nervios, todo lo previsible e imaginable. Son los dos muy grandes. No puede haber partidos anodinos entre ellos. El Olimpo les pide caña y nada de concesiones. Que se arreen bien si quieren ser dioses únicos e inolvidables.
Conseguido. Nadal y Djokovic se zurraron bien. Se dieron hasta en el carnet de identidad como hacían Alí y Frazier, o Bjorn Borg y John McEnroe. Un set para cada uno, tercer set, juegos diabólicos y psicológicos, y tie break de Alfred Hitchcock. Da miedo y admiración cada una de sus enormes películas que a nadie aburren. Es historia más que tenis lo que producen.
Soy español. Me importa un pito lo que pase en la final. Mi Nadal le ha ganado al gran "Nole". No puedo más que estar emocionado. Empiezo a estar muy mal acostumbrado con esto del tenis. Cuando pierda Rafa, entonces hablaré de que tiene una tara en su rodilla, que es de cristal de bohemia o no sé qué, y lanzaré mi frustración por la tinta de mi crónica de bolígrafo.
Pero ahora Montreal sabe que no miento. Han visto a Nadal en raza pura, con la cabeza más dura que un alemán, con las ganas de siempre; con el deseo genético de pelear todas las bolas como un titán.
El nuevo ejemplo de Nadal. Para la juventud. Si lo das todo, puedes ganar a cualquiera. Si juegas con personalidad, aquí no se rinde nadie.
¡OH, NADAL!
9:36
jose vicente ortí
Era bueno. Muy bueno para la práctica del deporte. Tenía fondo y una vitalidad poco comunes. Y, era demasiado joven para no caer en la ambición y el inconformismo.
En aquel primer equipo en el que estuve y se fijó en mí, era realmente apasionante estar. Yo era top, las chicas estaban ahí, tenía todo cuanto un joven anhela, y llegué a ganar dinero. ¿Alguien da más? ...
Mi inmadurez y juventud sufrieron los ataques y dentelladas de los amigos de la no ética y del todo vale. Y lo que recuerdo de las primeras experiencias, es que era gente culta, cariñosa, y con las ideas más que claras. Muy persuasivos.
Hay que tener en cuenta, que la dureza de los entrenamientos nunca sale ni se ve por la tele. La gente se cree que somos jóvenes y máquinas que nos lo pasamos bomba, pero poco se habla de las exigencias y de nuestras tremendas renuncias. Es un mundo que mediáticamente no tiene apenas relieve ni espacio.
La competición entre nosotros, era feroz. Queríamos ganarnos hasta en los entrenamientos, y cuando allí perdíamos, entonces fruncíamos el ceño. No tolerábamos bien la frustración. Y, en ese momento, venía a nosotros gente a consolarnos. Nos hablaban de los productos recuperadores, y de que si te los tomabas te daban un poquito más para poder ganar a quien hiciera falta. Casi, magia ...
Te lo explican todo con una naturalidad que te convence incialmente. Se le quita el pecado y el vicio, y entonces pareces bobo si no te tomas los citados productos recuperadores como los llaman. Y entonces, como en una secta, se van haciendo contigo.
La primera vez que me dopé, yo noté muchas cosas que me gustaban, a pesar de que habían algunos efectos secundarios y la sensación psicológica de ser un drogotas. Estaba radiante. Hice toda la prueba en cabeza,y aunque no gané, noté al final del recorrido que no andaba fatigado, sino liviano y fácil. Era una trampa fantástica. Te sentías capaz de ganar y de competir contra quien hiciese falta.
Mi novia Norah, me sorprendía siempre. Me decía que no jugase con mi salud y que no engañara a nadie. Y que si no valía para ganar sin aditivos, que tuviera la honradez de dejar todo ese mundo subterráneo y feo.
Norah, me dejó. Se fue. Y yo me seguí dopando. Sin ella. Nunca más la vi. Y eso que la llamé y le prometí abandonar mi deporte, pero Norah me dijo que hacía tiempo que se le había acabado la paciencia.
Y encima vino por esas fechas a mí el director técnico del equipo. Me dijo que eso de quedar al quinto o el sexto, no eran resultados. Que yo, era una atleta apuntado para el éxito y que eso no podía seguir así. Que era poco menos que una nulidad, y que lo único que se podía hacer era que me sometiera a otras pruebas más sofisticadas. Me habló de sangre, de anabolizantes más potentes y enmascaradores para los controles más eficaces, y que si iba con cuentos a algún medio, que me fuese preparando para ser toda mi vida un desgraciado sin un duro y currando como un cerdo encima de un andamio con treinta y cinco grados en el verano. O, en el paro.
Abandoné el deporte en silencio. Mi nueva novia Sharon, me aconsejó que fuese discreto y que no dijera nada a nadie. Tenía razón. Tienen una gran industria B, que es tan tabú como perniciosa. Saben jugar con tus sentimientos, y tienen abogados carísimos y mucha capacidad para escurrirse y defenestrarte. Son muy listos. Aventureramente intrusos y cabrones. Si les hubiera delatado, nadie me hubiese creído y luego me habrían hecho la vendetta de declararme ante el mundo como tramposo oficial y gran chivo. El chantaje ...
No todos se dopan. No puedo ser tan taxativo pues mentiría. Pero bajo la manta hace un hedor insoportable. L@s chic@s quieren ganar dinero como sea.
-Y ESOS TIPOS LES DAN LA PÓCIMA-
11:04
jose vicente ortí
Veinte días escasos después de que saneara el baño y cambiara el plato de la ducha de mi casa, apareció la adversidad.
Esta mañana, bien tempranito, me llamaba al móvil el propietario del piso de abajo. Y me decía que sus inquilinos notaban filtraciones procedentes precisamente de mi sitio de higiene. De, la ducha. Que, me facilitaba el teléfono de sus inquilinos, para que me pusiera en contacto con ellos.
¡Cago en diez! ¿Solo veinte días iba a durar mi paz conquistada a base de sacrificio y de paciencia? Abrevié con el propietario y le dije que sí. Pero por mi fuero interno bailaba el fastidio. ¿Mis esfuerzos en vano? ...
Mas pensé en que una forma práctica de acallar mi malestar interior, podía ser la inmediatez de las cuestiones. Abordar mi realidad, sin miramientos y con claridad. Y, no me lo pensé dos veces.
Llamé al inquilino. A la primera, no me lo cogió. Pero a la segunda, sí. Me dijo que notaba como gotitas que se salían, y que empezaban a confirmarse al dejar un rastro de humedad en las paredes de su techo. Hemos decidido hablar el lunes, ver todo in situ, y tratar de ponerle remedio a la mayor brevedad. Me conviene a mí. Y de paso, a todos ...
Yo, no obstante, había tomado más decisiones. Llamé a la mujer que me asea la casa todas las semanas, y que había sido quien me trajo al obrero. La mujer aprecia al trabajador, y yo quería que ella también estuviera al tanto de las cosas.
Después, he hablado con el obrero. El lunes, vendrá, pasará a casa del vecino, y buscaremos una solución. No sé lo que pasará al final de todo este inesperado avatar, pero creo que la gestión ha sido la más noble y adecuada.
En otros tiempos, me hubiera arrugado. Me hubiese puesto tan nervioso y enfadado, que no sé si hubiese sabido llevar los galones de capitán del equipo o la camiseta de mí mismo que defiende los colores de la coherencia.
Seguramente hubiese buscado puentes, demoras, substitutos, o representantes. Para que otros me hubieran sacado las castañas del fuego. Afortunadamente, crece mi planta personal. Cada vez veo con satisfacción interna que me hago sujeto de mí mismo, con una decisión que parece hasta sorprenderme a mí por la celeridad y acierto para salir de los líos y adversidades.
Aunque estoy contrariado por el tema de mi nueva ducha y de solo veinte días de tranquilidad, hay otro sentimiento que me predomina y marca. Es la satisfacción de pensar en que el pasado me va quedando atrás, y que mi vuelta camino de mí mismo es un hecho.
No hay mal que por bien no venga. Todo esto es un reto y una prueba. Una confirmación casi anecdótica de mi robustez. Un hecho concreto más. Me orgullece y enorgullece ser así. Es evidente que no lo puedo dejar de señalar. Estoy pasando etapas duras del libro de mi vida, y transitando por otras actuales más mías, auténticas y certeras.
Esta noche volveré a dormir con la conciencia más limpia que nunca, descansaré con el lógico temor de los nervios y todas esas ansiedades, pero mañana me acompañará la solidez de mi consistencia labrada a golpe de tesón y de paciencia. La vida. La vida es atreverse a surcar caminos personales de temores y trabas.
¡ADELANTE, ADELANTE!
11:12
jose vicente ortí
Los grandes atletas del mundo, tienen una cita a partir de este fin de semana en la capital del ex Imperio Soviético.
Llega la lucha y el pulso que mantiene el esfuerzo sano con el dopaje facilón. Acaban de descartarse muchos atletas a los que han pillado en una trama de tramposos. Es evidente que hay en paralelo al deporte limpio, toda una tupida red de gente sin escrúpulos para la que todo vale. Una verdadera industria de la mentira, en la que se incluyen doctores, representantes, y vividores sin ética que desean el sí del atleta para ganar mucho dinero.
Y si el veneno del dopaje deja, nos centraremos en las imágenes de la belleza de la televisión, la cual nos ofrecerá las estampas de los jóvenes más superdotados físicamente del planeta.
La chica de Moscú, será la pertiguista Yelena Isinbáyeva, que posee las mejores marcas del mundo en su especialidad, ya veterana gladiadora en esto del atletismo, y que intentará en casa encandilar a los suyos y al mundo en general desde su seguridad y audacia en los saltos.
Y el chico, el rey, el boss, seguirá siendo el jamaicano supersónico Usain Bolt. El negro más mediático. Quien hace que el atletismo suba unos escalones por unos días, y se eleve a superdeporte con glamour y encanto mundiales.
Bolt, vuelve. Ya viene. Sacará su sonrisa, y las cámaras le perseguirán incensantemente. El gran dios del tartán se sabe el mejor. No le preocupan sus rivales. Solo piensa en batir su récord mundial. Récord de récords. Él y solo él, manejan la temperatura de la velocidad cuando suena el disparo de salida. Es como cuando en las carreras de motos o de la Fórmula 1, todo se inicia. ¡La gran salida! ...
Son los nueve segundos largos de Usain. Es, su tiempo. Un hombre alto que coordina su sprint como un bajito, que hace lo que quiere con sus rivales, y que luego sigue haciendo el showman como desea el dinero y el sexy del Sistema. Bolt renueva el atletismo a través de sus zancadas de pólvora, y es el atleta que nos hace soñar y nos transporta a una ilusión que casi huele a infancia. Su proeza es la magia de su naturalidad.
Parece un niño grande y eterno, un Cassius Clay medio loco capaz de electrizar a un autista y sacarlo del hechizo. Tiene el don heredado de Carl Lewis o de Jesse Owens. Galvaniza, y le da iluminación y color a este negocio potente y selectivo.
Y cuando el one Usain deje sus pruebas, llegarán tod@s los demás. Los africanos agarrarán la manija del fondo, y entonces los blancos apretarán los dientes. Los anfitriones rusos darán lo mejor de sí mismos, y los chinos le seguirán diciendo al mundo que son más y que están ahí. Estados Unidos dará buena cuenta de su tradición y de su demografía, al igual que la siempre potente Alemania.
España no anda bien. Está en crisis también en esto del atletismo, y quizás deberemos esperar a nuestras chicas o a algún marchador. Y nos limitaremos a ver un espectáculo de los demás. Y luego bajaremos al parque tratando de imitarles.
-QUE ES BUENA IDEA-
9:58
jose vicente ortí
Cuando nos sacaron del barco en busca del gran objetivo de la Democracia, me sentí un tanto aliviado. Yo era soldado americano, y en Europa nos necesitaban. Un tipo alemán llamado Hitler había secuestrado toda la libertad de los individuos. Debíamos ayudarles.
La noche anterior al desembarco en Normandía, casi no logré conciliar el sueño. En la jornada siguiente, podía morir. Lo valoré todo sin pensar jamás en la deserción, y afronté mi profunda convicción. Alguien tenía que ponerles el cascabel el gato a los putos nazis. Sí. Esa noche pasó más que volando. Miedo, nervios, inquietud, responsabilidad, y ganas de acción. ¡De todo! ...
Lo siguiente que recuerdo es emocional y entrañable. ¡Los míos! Mi mujer, mis pequeños niños, mi familia, mis amigos y mis fieles entrañables compñeros en la batalla. Y, la libertad. Nosotros representábamos la sana idea de la libertad.
Una voz me sacó del marasmo. Mi mando más inmediato nos dijo que: "¡Al ataque!" ...
Y allá que fuimos con las barcazas armados hasta los dientes, y nos aproximamos a la gran playa normanda. Al principio había un tremendo y acojonador silencio. Solo nosotros al movernos provocábamos el ruído. Y en esa audaz y valiente confianza decidimos comprobar el nivel del agua, y cuando hicimos pie, nuestra decisión pareció multiplicarse.
Y en ese momento, el infierno. ¡Los alemanes! Agazapados tras estratégicas trincheras hechas en la misma playa, comenzaron a escupirnos desde sus ametralladoras fuego letal.
Les grité: ¡hijos de puta!. Les lancé todo tipo de imprecaciones y de miradas defensivas de odio. Pero mis compañeros, se caían muertos en el suelo. Oh, Clark, James, Farland, Oxon, Rupps, y tantos y tantos entrañables amigos, se desangraban. El infierno estaba en la playa. Nunca he visto tanto desgarro y tanta muerte. Pero jamás miré hacia atrás. Mi mente me decía que intentara hacer algo por mis amigos, pero también me informaba de que el siguiente en caer achicharrado de sangre podía ser yo.
Varias veces, me hice el muerto. Repté como un herido para disimular, pero yo sabía que los nazis me tenían en el visor de sus nefastas ametralladoras y que todo podía ser cuestión de segundos.
La gente se organizaba bien en melée. Tratábamos de generarles confusión entre los vivos y los muertos. Afortunadamente, notaba que mis compañeros que venían desde atrás me empujaban hacia adelante para darme arrojo y mucho más ánimo y aliento. "¡Seguid, seguid, seguid!", decían.
Cuando mis pies pisaron finalmente la arena, me sentí como indestructible y más que eufórico. Lo íbamos consiguiendo. De modo que me tiré al suelo. Y entonces impulsé mi metralleta hacia adelante y solté decenas de disparos aparentemente infructuosos.
Hasta que finalmente vi a unos alemanes que se replegaban. Corrí hacia ellos, pero un compañero me sujetó. Era una trampa de los nazis. Lo mejor era seguir agachados, hacer grupo y esperar más órdenes.
Ya en mi cara comenzaba a dibujarse la buena nueva de la alegría. Estaba vivo. Y no habían podido con nosotros. Ya estábamos en Europa. Los nazis lo llevaban claro. Íbamos a por ellos, y a devolver a los ciudadanos europeos su derecho a ser plenamente libres.
-NUNCA ME SENTÍ UN HÉROE-
10:33
jose vicente ortí
Es hermoso. Esa metamorfosis que en mí tiene lugar, lleva una gran carga de satisfacción y de cosa grata. Sí. En la medida que voy desembarcando en mí, en mi realidad y en la realidad de los demás, percibo un mundo diferente y cotidiano, inédito para mí, mas extremadamente bello por real.
Nunca imaginé ésto, aunque siempre creí en mí y nunca en la derrota. Siempre estuve ahí dando la paliza sana, porque notaba que no caminaba por un claro sendero. Lo noté casi desde siempre, y lo ratifiqué al ver el desconcierto vital y personal de mis progenitores.
Pero cual irreductible, luché por lo mío. Mis cosas no coincidieron con las etapas a superar que Cronos indica, pero eso no fue óbice para mí. Yo, quería más. Yo, quería mucho más. Descubrirme, y acercarme a mí mismo todo lo posible.
En estos calurosos días de Agosto, dispongo de alguna hora más de reloj para mirarme con más detenimiento a mí mismo y a mi paisaje personal. Aquí está mi casa, el legado de mis padres, apenas sin reformar, y llena de carencias. Pero hay una enorme convicción. La idea de pertenencia y de libertad. Mis conquistas de mi espacio personal acaban imponiéndose a todos los temores elucubrados o reales.
Me doy cuenta de que todo esto es nuevo para mí. Que me falta muchísimo para habituarme a mi cotidianeidad. Pero pasan y pasan los días, y el desierto bello de mi vivir se llena con experiencias y sucederes. Si siempre pasan cosas nuevas, no digamos cómo vivo yo esa bisoñez. Con mil sentimientos que llaman a un cansancio más mental que físico, pero que accedo como superable cual un fugaz muro en el kilómetro treinta y dos de una prueba de marathón. ¡La vida lo es! ...
Me levanto de la cama, raro y desconcertado. Nuevo, y un tanto cansado. Con la cabeza llena de preguntas y de respuestas. A continuación me voy a casa de mi hermano a cuidar a mi madre, y al volver aquí a mi casa mágica y propia vuelve a aparecer similar sensación.
Una vez en mi casa, debo tenerme toda la paciencia. La clave, es ir adaptándome a la nueva situación por mucho que se produzca desgaste en tal tránsito. Pero es un desgaste enriquecido, de los que valen la pena, de los que curten, y son además de necesarios, orgullosos y básicos.
Seguir creciendo no es fácil. Siempre sientes la deuda y hasta la tentación de que sean otros quienes te hagan las cosas. Grave error. Si yo quiero decidir las situaciones por mí mismo, he de tener un cuidado más que necesario.
He de levantarme muchas más veces de esa cama donde descansa mi ternura, y aprender a mirar desde mis ojos mi horizonte más hermoso y real. Mis deseos más posibles, ejercer mi yo sin ambiciones y con summa paciencia. Dejarme crecer a mí mismo sin premuras ni cortapisas.
No evocar a familias inexistentes ni a sueños victimistas. Únicamente, hacerme camino. Sí. Caminar. Dar mis primeros pasos aunque sean balbuceantes, cogerme a las paredes si veo que las emociones me afectan, y nunca perder la sonrisa.
Todo esto es un reto humano y majestuoso. Lo estoy haciendo. Sigo haciéndolo entre torpezas y aciertos, pero pongo toda mi nobleza en mi nueva vida que empezará.
-Y SEGUIRÁ Y SEGUIRÁ -
10:12
jose vicente ortí
Sin miramientos. Africano. Un odio profundo entre los dos hermanos. No se sabe muy bien el porqué se odian. Posiblemente no lo saben ni ellos dos. Mas, nada es casual. El odio que se profesan tiene unas razones que no justificaciones. Todo tiene un origen.
La madre de los dos hermanos, llamada Margret, les mira entre asustada y misteriosa. Adolf ha traspasado los límites defensivos de Robert, y este último se ha defendido. Adolf no se ha amilanado. Todo es un juego de poder. Quiere comerle el terreno a Robert, pero Robert ha crecido y se defiende.
Pero el odio es visceral y no conoce de razón. Es ráfaga e impulso. De modo que los dos hermanos se zarandean buscando la extraña justicia de sus posiciones. No se pegan casi, pero se acosan territorialmente. Se insultan en lo más grave, se increpan buscándose las partes más vulnerables, se amenazan, y el sudor del verano ni siquiera parece existir ni molestarles. Están en lo que están.
Margret, lo sabe todo. También se siente protagonista de la mala relación. El que se lleven a bofetadas y sin miramientos, lo gestó ella. Margret se siente fuerte en medio de la lid, del mismo modo que dicen que sutilmente Saturno devoró a sus hijos. Margret se siente victoriosa en medio de una vida que nunca le gustó.
Margret no quería ser madre. Ni se sentía capaz de darles cariño a sus hijos venideros, ni la llamada de la maternidad le hacía el más mínimo tilín. Más bien era todo adversidad. Un dejar, un dejarse, una derrota, un derrotarse, y un hacer que un maléfico destino se cumpliera.
Además, Margret contó con mucha ayuda para su extraña desesperación. Su difunto marido Artur, se desentendió por completo de sus hijos. Nunca al hombre le preocupó si estudiaban o si se socializaban. Ésto, desató aún más el afán de vendetta de Margret sobre sus vástagos. ¿Preñada y sin ayuda?, ¿dándoles el pecho y sola?, ¿llevándoles a la escuela, e indiferencia por parte de Artur? ...
¡No! Margret pensó que ella también iba a existir en el mundo y que pronto mostraría su sentido del estar aquí. Una forma, un modo, serían sus hijos. ¡No a todo! A estudiar, a callar, nada de confiar en ellos, que se apañaran, y que sobre todo que siempre la libertad de sus hijos Adolf y Robert no fuese sino la respuesta absoluta a todos sus deseos. Sus hijos eran su propiedad, y a obedecer. Le habían jodido la vida. Se iban a enterar ...
Ahí están. Frente a frente. Inaceptándose, echándose todo en la cara, atacándose físicamente, buscándose mutuamente una victoria como sucede en la selva no civilizada.
Adolf y Robert se dicen que se odiarán siempre. Pero no saben que son dos fáciles presas que lloran a cualquier cosa que Margret desea que lloren. Les domina, les marca los tiempos, las emociones y las audacias, les maltrata sin que se den cuenta, les mangonea y les manipula los sentimientos. Les hace daño.
Porque ni siquiera el odio que Adolf y Robert se tienen, es de éllos. No es propio. Es un odio que su madre Margret les fui inoculando desde bien temprana edad. Desde la teta, desde la mochila, desde el competirlos entre sí, desde el hacer que no se aceptaran, desde el no querer nunca darles amor ...
Ahora ya es todo muy tarde. Y la cínica y dura Margret asiste temerosa al enfrentamiento permanente. Ha creado a dos seres que nunca se tendrán amor ni aceptación, que jamás se darán un abrazo ni un beso, y que siempre se mirarán desde la desconfianza y el recelo.
- ¿ES PARA SENTIRSE VENCEDORA? -
10:23
jose vicente ortí
Es la camiseta que más se mira cuando uno se va de compras a un mercadillo o a un gran centro comercial. Sí. La de Neymar. El último y glamouroso fichaje del FC Barcelona. El brasileño indito, con cara de joven, fácil para el gol, y el gran líder de todo Brazil.
Pero, habrá que irle sin mucha prisa. Es bajito, atleta, ambicioso, pero el mundo de aquí es opulento y succionador. Deberá tener extremo cuidado y ser precavido.
Como toda la afición del Barça. Europa y España imponen unas determinadas reglas de juego a seguir. Y todavía no se saben bien las cosas en Can Barça. Aún no se ha abierto el melón. La garantía es el dios Messi, y el tema Neymar es dejar a ver cómo se suelta y qué actitud toma entre las órdenes del nuevo entrenador argentino el "Tata" Martino.
Neymar anda ahora como niño con zapatos nuevos. Es el ídolo de Brazil, y en este momento es el nuevo producto de mercado azulgrana el cual allá a donde va salta toda la pasión y la expectación.
Le persiguen las cámaras y los focos, y ha de ser el centro de todas las miradas. Es, el gran nuevo. La apuesta del presidente Rosell ante la marcha de Villa, para acompañar a Pedro, Alexis y compañía, bien cerca del área. El asunto del gol.
¿Se adaptará? No será fácil, aunque tiene calidad y talento para superar la presión. El Barcelona parece contar con Neymar para sobrarse y bastarse en esto de la definición y de los goles al lado del as Leonel. Pero, hay algunos peros.
Estará el poderoso Real Madrid,-ahora sin el pérfido Mou-, y la exigencia apremiante de los resultados. El Barcelona parece tener resuelto el tema de las individualidades, pero no tanto así la dimensión de su bloque.
A escasas dos semanas de que comience la Liga, todavía no se ha fichado a un defensa central con garantías, y todo sigue quedando entre los achaques del veterano Puyol, algunas inseguridades del gran Piqué, o la laboriosidad susbstitutiva del "jefesito" Mascherano o del animoso Adriano. Ah, y Pinto bajo los palos ya no tendrá a Víctor Valdés, que ha sido uno de los mejores guardametas del mundo. Sí. Sorprende esa falta de iniciativa y de concreción. Quizás fichen a algún central a última hora. Es de esperar.
En el centro del campo seguirá el brillo del mago Iniesta y la salud atlética del poderoso Busquets, pero Xavi Hernández seguirá acusando el paso del tiempo y su maravillosa batuta de director irreemplazable deberá cuidarse y dársele algunos necesarios descansos.
La temporada será bestial y con el Mundial de Brazil 2014 al final del ejercicio. Liga, Champions, Copa, y muchísimos partidos y bien pocos descansos. Buen reto.
Por eso es preocupante alguna planificación. Es bello que Neymar ilusione y haga merchadising, y que aporte goles y energías brasileiras. Pero por ahora el bloque no parece todavía remozado. El oropel del joven Neymar debería ser atornillado desde la llegada de más músculo a la zaga y a la zona de creación del centro del campo. Lo mejor será igualmente observar cómo se mueve entre la prensa el neófito trainer "Tata" Martino.
¡SUERTE, NEYMAR!
9:23
jose vicente ortí
Me llamo Otzu. Y siendo niño, exactamente en 1945, noté algo extraño sobre toda la cabeza de mi pueblo, Hiroshima.
Todo fue como una maldita ejecucíón. De repente se fue toda la luz de los hombres. Oscuridad, oscuridad, y oscuridad. Fuego y humo.
Yo, tenía una fértil imaginación a pesar de mi precoz edad o precisamente por éllo, pero lo que noté no estaba previsto en mi disco duro de extrañas sorpresas. Aquello era un infierno de dolor, todos quemados y muertos. Llegué a pensar que eso no era la guerra contra los americanos, sino que se ve que se había desprendido un meteorito y nos había caído encima.
Aquella bestiada, aquella bomba atómica, cambió toda mi mente. Primero pensé en la destructividad y las venganzas, en mi orgullo del Japón, en mi pueblo de Hiroshima, en todo el rencor, y en toda la furia.
Nos habían frito. Me habían frito el pensar y la piel. Se había evaporado la creación y los míos, y el llanto no podía ser suficiente. Lo que pasa es que no podía caminar, estaba con el cuerpo y la piel quemadas, y el estatismo de la derrota de mi funcionalidad era un horror.
Días más tarde, pasó la cosa más maravillosa que el hombre pudo inventar. Tras tirarse otra bomba sobre Nagasaki, el Emperador decidió dejar la guerra y el combate. Sabia decisión.
Porque aquello fue el germen de un amor necesario. Yo, perdí a toda mi familia al completo, y que nadie me pregunte cómo logré salvarme de aquel bestial tsunami atómico. Nunca lo he sabido. O, mejor, sí lo he ido sabiendo. Me salvó el amor y la fraternidad. ¡El amor! ...
Odié profundamente a los aviadores que habían tirado el pepino nuclear, al presidente Truman por dar las órdenes, a Albert Einstein por descubrir todas esas cosas, e incluso a mi Emperador por su orgullo y extraña tenacidad. Lo odié todo. Odié a mi familia, me odié a mí mismo, y viví cómodo con el odio durante algunos años.
Hasta que el amor me olió a salida. Estuve a punto de convertirme en un matón de ciudad, y de meterme psicológicamente en sucios charcos y asuntos que solo me hubiesen llevado a la cárcel, al alcohol o a la muerte.
Me costó todo lo imaginable superarlo todo. Comprender qué había sucedido, era como intentar resolver una ecuación de sexto grado sin haber pasado siquiera por el colegio.
Mas me ayudó el amor. Supe desde el amor, que la guerra es el error más grande y la salvajada más ridícula que un ser humano puede cometer. Solo vale el amor. Siempre el amor. Eterno amor ...
Nadie es tan vil ni tan santo. Lo fui comprendiendo y con dificultad cuando unas manos amigas me iban curando la piel algunos años después, o cuando lograba volver a caminar, o cuando alguien me dió un beso que no rechazé, o cuando me abrazaban y lo agradecía.
Vi la complejidad y las circunstancias. Y también la maravilla de lo simple. Guerra o amor. Había que decidirse por una de las dos opciones. No se podía coexistir con los dos senderos antitéticos.
Ya voy siendo un abuelito. Se puede decir que hace años que volví a la normalidad. Pero cuando leo en la prensa que hay guerras, me estremezco. He vuelto ya hace mucho a mi maravillosa Hiroshima, pero nunca quiero leer cosas de guerras. Yo, Otzu, soy la víctima de una terrible guerra. Pero hay miles de ellas en el mundo. Yo, las rechazo y las maldigo a todas. Estoy vivo por el amor.
-QUE NADIE DUDE-
10:38
jose vicente ortí
La verdadera razón por la que Inga y yo decidimos ser un dúo musical en los años ochenta, no fue que estábamos profundamente locos por la música. No. La única buena verdad, era que más allá de nuestra pasión artística, estábamos enamorados hasta las mismas trancas.
Inga era de Ibiza, y nos habíamos conocido casualmente en unas vacaciones en Lloret de Mar. Inga era poderosa físicamente, y llamaba la atención de todos los bañistas y los no bañistas. Yo, modestamente, siempre fui atractivo. Élla, me miró. Yo, la admiré. Y a los pocos minutos ya me estaba contando con toda naturalidad que también la apasionaba la música, y que ella actuaba en un pub en solitario tocando su guitarra y su maravilosa femineidad.
Aquella misma noche, pude ver a Inga actuando. Me pareció que su voz era fresca y bien timbrada, pero que le faltaba espacio y soltarse más la rubia melena. Aquel modesto pub le menguaba muchas de sus posibilidades.
Pocos días más tarde, ya éramos una pareja. Le dije a Inga que yo era un excelente compositor y cantautor, y que sugerirle un cambio de rumbo en su hobbie preferido podía ser un excelente consejo cuajado de amor.
La propuse cantar juntos. Todavía recuerdo sus carcajadas de incredulidad. Hasta que de repente se me quedó mirando, y me dijo con expectación en sus ojos: "Oye, ¿tú crees que funcionará lo que me propones?..."
Funcionó. La puse sexy y con un look más en consonancia con su personalidad, le enseñé mis partituras, y me afané en que nos pusiéramos a ensayar juntos y a la mayor brevedad. Inga, me dijo con ironía: "¿Tienes prisa, mi boss? Ja,ja,ja,ja ..."
Reía con ella porque era maravillosa y extremadamente mágica. Hablé con unos amigos que tenía por toda las costa del Mediterráneo, y nos abrieron locales. Llovieron los aplausos y los contratos. Cantábamos todos los registros para que no nos encasillaran, y empezó a correrse la voz de que había dos jóvenes cantantes que brillaban y triunfaban mucho en la noche. Nos llamábamos artísticamente "Inga y Soltz". Éramos capaces de bailar un tango cantándolo, y de seguir con el mejor rock español siempre original y con sorpresa.
Yo, cantaba, tocaba la batería, la guitarra, y lo que me echaran. Inga era capaz de hechizar cuando me hacía caso, se soltaba, y lanzaba al aire todo su talento evidente.
Hasta que un día, un tipo de una discográfica nos propuso grabar nuestro primer disco. Pero no funcionó bien y no se tuvieron las ventas esperadas. Yo, lo intuía todo desde el momento en que la letra de la canción me fue impuesta por otros tipos, y sobre todo cuando dos días antes de la grabación descubrí a Inga no solo con un hombre en la cama. Sino, con dos ...
Yo, era un romántico principito emocional. Y aquello me marcó el final de un ciclo. Inga me rogó que la perdonara, pero yo siempre me negué. Consideré que el amor está muy por encima y es más serio que cualquier veleidad.
Hace mil millones de años que no sé nada de Inga, y solo cuando llegan algunos veranos y me acerco a dicha playa de Lloret de Mar, puedo ser capaz de recordarla.
Tomé tal disgusto, que dejé la música y me dediqué a los negocios. El amor herido me llevaba a mi tiempo de error. La música me supo mucho a Inga, y el éxito a decepción. Allá donde Inga esté, le deseo lo mejor y todas esas cosas que siempre se sienten cuando se es noble.
-MAS AGRADEZCO AL DESTINO QUE YA NO ESTÉ CERCA-