jueves, 12 de abril de 2012

- ¡ EL MAGO ENTREVISTA A "IRENE" ! -




EL MAGO: Veamos, amiga "Irene", ¿qué es para tí la libertad?, ¿te atreves a decirnos lo que piensas de élla?

"IRENE": Libertad es la facultad de determinar los propios actos, la posibilidad de realizar sin trabas, la capacidad de actuar, es la lucha interna y externa de todo individuo, algo buscado y pocas veces hallado por los condicionantes de la propia vida.

P. Imagino que te gustará el cine. Háblanos de una de tus pelis inolvidables de toda la vida. Elige una al azar, y dinos el porqué no logras que el recuerdo se desvanezca, ¿hace?


R. La película (Cartas a Iris), no la tengo presente siempre, recuerdo con agrado el desinterés de las personas que sin conocerse tienden su mano a quien lo necesita.

P. Vivimos tiempos de penurias económicas y de preocupaciones a nivel planetario, "Irene". ¿Qué es lo que más te preocupa de la situación por la que marchamos?

R. Me preocupa la injusticia y el engaño, el interés de los políticos por conseguir su fines sin preocuparse por el débil y cómo manipulan la información para engañar.

P. Si algún hombre desconocido de repente te regala flores, ¿éso es impulso, merecimientos, o que está majareta, "Irene"?

R. Un impulso y de cortesía por agradar.

P. De las mil cosas inolvidables que han pasado por tu vida, ¿te atreves a desvelarnos algún acontecimiento especial que te haya proporcionado la mayor de las satisfacciones?, ¿alguno realmente magno para tí, amiga?

R. Agradable para mí fue encontrar mensaje en teléfono después de treinta años un amigo me recordaba y se tomó la molestia de buscar hasta encontrarme. Me hizo pensar que algo bueno había transmitido en su día cuando no me había olvidado. No todas las personas nos tomamos tiempo en buscar amigo aunque lo recordemos. Realmente me llenó de ilusión volvernos a ver.

P. Se habla del Dios de las pequeñas cosas, y que para ser felices hemos de tener presentes los pequeños momentos que pasan bastante desapercibidos, "Irene". ¿Estás de acuerdo con esa idea, o es igualmente un velado recorte social como esos que se nos presentan en la economía de la vida cotidiana?

R. Fácil respuesta a esta pregunta. Siempre fueron para mi más importantes los pequeños detalles que los grandes.

P. Háblanos de un libro que te hechice o que te haya hechizado, "Irene". Elige, que hay muchos. ¿Te parece bien?

R. Nunca me hechiza un libro. Me hace meditar, aprender y a veces compañía. Recuerdo hace muchos años me hicieron leer el Principito, se ha considerado siempre libro infantil, en realidad se tratan temas como el sentido de la vida, la amistad y el amor. No soy de literatura clásica, me gustan los cambios, podría mencionarte muchos, en la actualidad leo "El sin sentido común".

P. Ahora háblanos si lo deseas de un viaje inolvidable, y al que volverías en cuanto se presentara la ocasión. Pónnos los dientes largos de la envidia, ¿ok, "Irene"?

R. Un viaje que volveré a repetir será visitar de nuevo París, no pongo los dientes largos porque actualmente muchos lo conocen. Nunca será igual, pero volveré.

P. Debí preguntártelo mucho antes, "Irene", ya lo sé. Pero, ¿te sientes bien y cómoda en el medio de mis preguntas, amiga?

R. Me encuentro tranquila y contesto con sencillez a este amigo "curiosillo", sin enfados ehhhhhhh, que después de hacerme unas cuantas preguntas, me dice con humor que tuvo que preguntar antes, jajajajaja.

P. No soy periodista, "Irene", sino un mero curiosón que le da por escribir. Pero, hablando de periodistas, cítanos alguno de ell@s, sea de radio, prensa o tele, que te ofrezca credibilidad y atracción. Adelante, amiga "Irene".

R. Amiguito no serás periodista, te defines cómo un mero curiosón. ¿Qué periodista no lo es? Por lo tanto muchos y buenos hay, pero credibilidad ninguna en su totalidad. Los que realmente escriben la realidad. Suele ser tan dura que no se la dejan editar, la credibilidad periodística atraviesa una crisis cómo la actual.

EL MAGO: Gracias por concederme esta entrevista, y deseo que tu camino vital esté lleno de nuevas bien positivas. ¡ Abrazos del Mago, "Irene" !

IRENE: Saludos para ti...

miércoles, 11 de abril de 2012

- EL TIRO EN EL PIE -



No se habla en estos días en España de otra cosa. Sí. Que si Froilán, el nieto del Rey, se ha pegado fortuitamente al parecer un tiro en el pie. Y abundan los chascarrillos y la guasa. Solo faltaba un nuevo personaje que saltase a la escena: el nieto de Su Majestad. Trece años tiene ahora el jovencito.
Como si un maleficio hubiese sobrevolado y hasta se hubiera posado en el Palacio  de   la  Zarzuela,-hay quienes creen que en las grandes casas antiguas se escuchan pasos, gritos y hasta duendes-, como si un gafe persiguiera a la Familia Real, ahora ha llegado un nuevo incidente que extraña y llama la atención.
Pero nada hay de esotérico en lo que ocurre. En absoluto. Lo que hay, es lógica. La lógica de la realidad. Y con esta lógica de la realidad, la tradición no tiene nada que hacer y se termina estrellando. Sí. Vivir un tiempo que ya no existe y a golpe de personaje, te lleva a caminar por unos vericuetos de Disney que te acaban mareando y haciendo perder el norte.
Yo no creo que ser Rey, o Reina, o Príncipe, sea una profesión. No. Profesión, es otra cosa. Las figuras monárquicas quedan ahora ya obsoletas, sus personajes asfixiados y hasta atrapados, y sus vidas quedan erradas y al borde constante de la peripecia arriesgada. Y en el fondo, nada de cuanto le sucede a las personas de las Casas Reales, es extraño. Lo que es, es actual. Son seres humanos como los no elegidos por la tradición, viven en el mundo que es y no en otro, y no hay que buscar esoterismos sino la sensatez cotidiana.
El marido de la infanta Elena, Jaime de Marichalar, tuvo problemas que le dejaron en silla de ruedas o con mala movilidad, y parece que toma alcohol y drogas, y acabó separándose el matrimonio. Y ésto suele suceder en la sociedad que vivimos. Entraba en el guión, aunque se diga que fue sorpresa. Separaciones y adicciones. Temas de hoy.
El Rey se ha excedido con vehemencia y nerviosismo, en algunas ocasiones, como cuando mandó callar a Hugo Chávez, o cuando hace declaraciones enfadadas a la prensa. No   hay  sorpresas. Hay gente que es así. Lo que pasa es que nos ha dado por pensar que al ser Rey, ha de serse distinto. Vaya arana ...
Se habla de la delgadez o anorexia de la Princesa Letizia, cuando la ex presentadora de la tele vive y es una chica de nuestro tiempo. En un tiempo, en el que la anorexia y la bulimia acechan y son realidad. ¿Qué tiene pues ésto de extraño?, ¿tendría que ser inmune la princesa al oxígeno social? La repuesta es obvia, y que no.
Al parecer, Iñaki Urdangarín, marido de la infanta Cristina, es un chorizo que se ha llevado al bolsillo el dinero a espuertas. ¿Es que no vivimos entre la especulación    y    la    corrupción  cotidianas?, ¿es que no se han rebajado los valores de la decencia y desgraciadamente? Pues que se sepa, Urdangarín es un ser humano como todos.
Y ahora, Froilán, el nieto del Rey, con sus precocidades y el tiro parece que fortuito en el pie. Lo que faltaba. Pero también ha de decirse que tenemos entre nuestros niños, muchos problemas educativos y de la conducta. Nada nuevo. Por cierto, que las     declaraciones exculpatorias de la Reina son de abuela y poco de seriedad. Afirma que éso de pegarse un tiro en el pie, es cosa de niños. Bueno, bueno, señora. Hasta cierto punto, ¿no? ...
Lo apuntado antes. La Monarquía ya está obsoleta, sus libros están llenos de polvo, y superados por la realidad. Y frente a esa realidad, la cual nos dice que los cuentos de hadas solo existen en la mente de seres imaginativos, es darse contra una pared inevitable.
En la corriente contraria a un río imparable, los protagonistas de la película están    más  expuestos al público y más vulnerables. Porque esa tozuda realidad, es la que es. Aunque a la gente ha de reconocerse que le gusta el chismorreo.
-PONTE BUENO, FROILÁN-

martes, 10 de abril de 2012

- EL CARIÑO HACIA MI CASA -



A medida que voy creciendo, puedo valorar aquellas cosas y lugares, los cuales    parecen prosaicos y obvios, pero que en realidad, otrora yo no podía juzgarles por el mismo valor. Su valor auténtico.
Mi casa, la casa donde he morado toda mi vida, sigue ofreciendo aspectos enormemente válidos y básicos. Y a medida que me voy haciendo mayor, os aseguro que tengo a mi casa como un ser silencioso con altos techos y familiares paredes, pero a la que le voy teniendo un cariño y un amor que seguramente nunca pude tenerla.
Mi casa, yo mismo, la casa de mi madre. Sí. Todo viene a ser lo mismo. Es una casa vieja y entrañable, mi madre ya es senil y no puede acceder a ella porque no tiene ascensor. Y yo, ya no tengo veinticinco años. Pero no puede haber lamento en mí. Al revés. Mi casa me quiere, yo aprecio mucho a mi casa, mi madre me sigue queriendo exactamente como yo a élla, y la mejor noticia es que soy más consciente de las cosas y me valoro más. Yo soy más, mi casa. Mi casa de mí, mi patrimonio personal aunque sea heredado, y el lugar que me da seguridad e independencia para afrontar los retos que mi dura vida cotidiana me propone.
Si os digo la verdad, todavía estoy empezando a querer. Empezando a saber lo que significa querer, y apreciar aquello que mejor necesito para mí. Pero, ése aprendizaje, me lleva por senderos y por sensaciones nuevas y realmente certeras y gratas.
Es el camino de la autoprotección, de la conservación de mi dignidad, y de mi    adecuación conveniente. Excelentes nuevas. Ya puedo ir vislumbrando en medio de mi incertidumbre actual, aquello que me va conviniendo para ser realmente más yo. La casa de mí.     Mis  cimientos y progresos, mis anhelos en marcha, que se van concretando que sea con enorme penosidad y esfuerzo. Mas háylos y están.
Mi casa es vieja. Muy vieja. Como mi madre, y como el desierto necesario y del curtirme por el que ahora transito. Hoy me he esmerado en apurar la libertad casi mágica que me da el poco tiempo que me resta de los cuidados constantes a mi progenitora, y he mirado hacia adelante y sin pensar. He sido, nuevamente, sujeto de mí mismo, de mi tiempo y de mis sueños.
Me he cuidado, he desayunado bien, no descuido jamás mi afición por la escritura, la música y la jardinería, y admiro a las mujeres inteligentes y cultas. Como a a todos los hombres válidos o cordiales.
Mi casa aguanta, porque estoy yo y me preocupo por ella. Por su rehabilitación, por su higiene, y por sus cuidados cotidianos aunque apresurados. Me dejo la piel en cada pensamiento, para que las cosas me vayan lo mejor del mundo posible.
Me he vuelto independiente y coherente con mi realidad, y no pienso perder los vínculos afectivos con aquellas personas que sé que me quieren. Y, en éste sentido, hay alguien a quien paulatinamente soy capaz de amar más. Sí. A mí. Soy mi casa de mí, soy un ser humano que sueña con un sosiego y una independencia personal y definitiva. Aspiro y quiero dar todo lo mejor de mí, desde mí, y desde mi mágico deseo de aprender y de aprenderme más.
Sí. Mi casa, como metáfora o síntoma. Me estoy preparando cada día para que mi futuro sea sosegado y sólido, para que mi casa aguante y me dé el cobijo y el confort que preciso, para amar a una mujer buena y de maravillosos ojos de paz, y sobre todo, para abordar mi tiempo del devenir con la mejor noticia. Que cada vez duermo mejor y con la conciencia del deber cumplido.
-NADA MEJOR QUE ÉSO-

lunes, 9 de abril de 2012

- SILVIA VIVE EL PRESENTE TODA ENAMORADA -



Silvia solo sabe que está enamorada de Rober hasta las trancas que la llevan a la felicidad. Y quiere seguir dentro de su real sueño feliz.
El pasado del amor de Silvia, huele a nostalgia y a toda la tristeza del mundo. Su difunto marido, la dejó hace exactamente nueve años. Cuando la madurez de los cincuenta   años circulaba por la naturalidad de Silvia, un beodo inconsciente a bordo de un Ferrari, les chocó el auto, mató a su marido, y élla siguió ilesa de milagro. El destino también es el pasado. Y el presente, y el futuro, y quizás todo ...
Le costó mucho a Silvia salir del lío de su dolor y duelo, y mirando     a    su      dos     hijos  veinteañeros cómo lloraban la desgracia inesperada. Silvia es la mejor madre del mundo. Por éso, su duelo fue escabroso y hasta de espanto. Se acababa toda la posibilidad de sonreír feliz.
Solo un milagro, podría, años más tarde, alejar a Silvia de su ausencia de sonrisa. Lo adivináis. Se llama Roberto. Rober, para élla. De la manera más mágica e increíble, Silvia ha logrado erguirse sobre su felicidad, y sabe soñar como lo harían los cachorros adolescentess del nuevo amor.
Rober, su Rober, es un hombre casado. Sí. Silvia, lo sabe. Pero solo sabe que Rober es tierno, maravilloso, buen amante, inteligente, comprensivo e ideal. Sí. Para Silvia, su Rober    es  impecable, defendible, inatacable y quasi sagrado. Todo lo que el presente le es grato a Silvia, pasa por la idea y el sentimiento que parte hacia Rober.
En el capítulo de su vida, nunca sale la mujer de su Rober. Jamás. La sonrisa, tapa las sombras. Ella acepta, que su amor mo quiera hablar de cosas aparentemente ineludibles con su mujer. El amor le salva y le envuelve.
Silvia no quiere marear a Rober. Rober tiene sesenta años, su vida hecha, sus hijos   casi  enamorados, y toda la libertad. El tema infidelidad, cuernos, o traición de herida a la mujer de Rober, no es tema tolerable en medio de una pasión imparable que destruye toda la crítica y todo el posible desacuerdo situacional. Silvia sabe mucho. Intuye mucho. Saca la perspicacia sutil de mujer, para tapar con un diario aparente el destino del futuro de su relación ideal.
Aunque Rober es el hombre que la hace vibrar, quien la mima, y la quiere con pasión, ternura y evidencia, Silvia no es boba y sí sumamente práctica en su visión de las cosas. Real.
Con cincuenta y nueve años, Silvia no puede mentirse a sí misma. Sabe que     su    relación acabará muriéndose entre distancias, conveniencias y hasta evidencias que pasarán factura. Que todo se terminará, y que su rostro recuperará la sombra ya casi olvidada de la tristeza y de la desilusión.
Pero, éso, será dentro del tren del futuro. Porque ahora solo respira junto a su Rober   el  presente de indicativo. Y Silvia es enormemente feliz, y disfruta de cada momento y de cada contacto con su amor.
Y vibra, y paladea, y se toca su felicidad, y se siente una nueva reina con su hombre actual. Y decide que no se piensa sino que se hace. Y que no se planifica, sino que se transita por la calle del hoy, y que los buenos momentos se aprovechan y ya está. Sí. Solo dos seres existen en este mundo. Élla, y su Rober. El amor mutuo y grato.
-BASADO EN HECHOS REALES -

domingo, 8 de abril de 2012

- TOMÁS GUASCH -



Dentro del periodismo deportivo español, podemos encontrar a un personaje heterodoxo, excesivo, desdramatizador, gamberro en el buen sentido, y con un humor provocador  y sensato a la par que ruidoso. Su nombre es el de Tomás Guasch. Que no es el padre de Susana Guasch, sino que es simplemente, Tomás. En todo caso, Susana será su hija. Pero él, es algo antes.
Guasch, "El gran Guasch", es un hombre que ama el fútbol y el deporte en general, y que no se anda con rodeos al expresar todo aquello que piensa. Lo que sucede, es que Tomás   es tremendamente humano, y este factor es para él, fundamental. Tomás, es un amigo. Un  maravilloso payaso, hincha del Real Madrid y del Español, el cual sabe perfectamente que lo único que hay al hablar de fútbol, de deporte, y de todas estas cosas menores, es que nunca ésto ha de ser motivo de enfado. ¡Jamás el enfado!
Tomás Guasch, es el desenfado. Y cuando está cabreado,-raramente-, su obligación   será   demostrar que no lo está. Oye, ¿cabreado por ésto del fútbol? ¡Por favor! No, y no. El fútbol solo es una bella pasión que solo es una excusa para hacer familia de simpatía y amistad. ¡Nada, oye! Que, ¡no! Que, ésto del fútbol, es para el buen rollo y para pasarlo bien. Para hacer un periodismo con la dimensión real y rigurosa. Sin concesiones a los grandes dramas ni a las euforias de Disney.
Es decir, que si toda la pasión de este negocio del fútbol, sirve para hacer risas y buen punto, entonces bienvenido sea el fútbol. Pero si el fútbol para lo único que va a servir es para que la gente se encabrone, se enfade y diga disparates, entonces que no se cuente con el bueno de Tomás.
Pero, ojo, que si Guasch se pone guerrero y se lanza a ese ataque de genio heterodoxo, que se preparen los ruidosos, que para chulos, él. Sí. A Tomás que no le vengan con cuentos ni dogmas, y que no le hagan hablar, porque sabe tanto que no se le ocurrirá decir todo lo que realmente sabe. ¡Cuidado! ...
Cuando Guasch se pone demoledor,-casi nunca lo hará-, entonces te dirá que no se exagere ni se mitifique, ¡coño! Que no es así. Que toda la realidad es mucho más sencilla y humana, y que todos tenemos teclas y cometemos errores, y que todos los personajes tenemos partes blandas y cometemos errores, y que muchas veces los personajes aparentemente olvidados esconden entre su su silencio auténticos tesoros por descubrir. Sí. La Pinacoteca Nacional está muy bien, pero si la gente pinta bien y encima no es vanidosa, entonces también es válida y capaz.
Tomás Guasch te dice que no somos dioses y que no digamos cosas extrañas y exageradas, ¡chato! Que todos estamos dentro de una coyuntura que se mueve en direcciones diversas y siempre azarosas. ¡Nada de sentar cátedra! La cátedra siempre ha de sentarse, pero en broma. Sí. Las grandes afirmaciones deben ser dichas para que siempre esté la duda y que nada ande totalmente cerrado.
Y, al revés si hace falta. Las cosas simples pueden ser tremendamente complejas, y    las  complejidades, provenir de las simplezas y sencilleces más obvias.
Tomás Guasch sabe que todo ésto puede ser un rollo, y que menos solemnidad, ¡joder! Que él solo es un periodista deportivo, y que la verdadera realidad es triste y jodida. ¡Nada de hablar de vez en cuando del paro o la crisis! ¡Viva el fútbol! Y, el ocio. Y el desenfado y el momento grato, y la vida, y el humor hasta excesivo y de personaje. Tomás es un personaje creado, que huele a tremendamente llano y real. Es un tipo que me cae bien y que hace sonreír.
-GRACIAS, CHATO-

sábado, 7 de abril de 2012

- MIS PLANTAS RUDAS -



Hacía tiempo que no me acercaba a las plantas de mi balcón. Sí. Mis plantas del balcón son  mucho más que unos simples tiestos caprichosos, nacidos de mi afición quasi insólita por la jardinería pequeña y minimalista. Me encanta la planta de las pequeñas cosas, la planta chica que no "estruenda" en alarde cual vanidad de niño.
Era la excusa de mi escasísimo tiempo libre. Ya sabéis. El tiempo que dedico a los cuidados de mi madre, me permitían limitar y hasta casi frenar los cuidados de mis plantas. No afrontaba la realidad como antes. Y cuando yo me acerco a las plantas de mi balcón, como hay conexión y afecto mutuo, éllas tenían ganas de ser reales y severas conmigo, y  de decirme toda su verdad que es mi verdad también.
Veréis. Las plantas de estaban rudas y resecosas, abruptas y poco dulces, casi me miraban seriamente como no queriendo que me acercara a éllas. Exactamente, recíproco. Yo  no había querido cuidar adecuadamente a mis plantas, e iba dilatando el tiempo que habitualmente les dedicaba. Las plantas son para mí el síntoma de mi realidad, y la respuesta de las dudas desveladas de mi vivir.
Lo dicho. Tierra dura, reseca, sin renovar, acusando un invierno sequísimo disimulado con la gran cantidad de botellas de agua que les jarreé hace unos días, aprovechando que a mi Valencia por fin llegaba una enorme tormenta de lluvia. Exceso sin dulzura.
Primavera, vida. Es el tiempo de repararles las energías y la gasolina de su crecer. De vigilar, y acometer bastantes cuidados. Pero, había mucha timidez por ambas partes. Mi tristeza y mis dudas, eran en el Viernes Santo las caras de una misma moneda.
Yo creo, que mis plantas me miraban hasta sorprendidas al verme inconstante y taciturno. Incluso algún tallo o alguna hoja, se estaría preguntando si el tipo con gafas, armado con clavitos de energía, tijeras de poda, y botella de agua para refrescar al anochecer, era yo.
Pero, mis plantas son sabias y perspicaces. Sabían que mi esencia seguía pura,   y   que    mi  indecisión era producto de mi nueva situación de preocupación y realidad.
Y en la medida que avanzaban mis cuidados y mi afán sobre las plantas, éstas volvían a ponerme la cara amable y hasta excitante de siempre. Me daban y me llegaba, la serenidad y la convicción, se iba el miedo y la timidez, y la idea prima y real de mí permanecía: el querer ayudarlas de la misma manera que me estaba ayudando a mí mismo. Ni más, ni menos ...
Crecer. De éso, se daban cuenta mis plantas. De que mi propósito era el mismo de siempre. El estar bien, el volver a mi afición, el acercarme a la naturalidad de la vida, y a seguir creciendo y creciendo sin parar, a la par que yo las ofrecía con mis energías renovadas aquello que van a precisar para seguir hacia arriba y potentes,  dentro del ciclo vital.
Sí. El mensaje de mis plantas, rudas al principio y distantes, estaba claro. Todo lo de mí y lo de éllas, estaba en el guión del dolor de huesos del crecimiento y de la incomprensión. Pero, allí, en mi balcón, reaparecía mi gusto por la vida, mi energía, mi habitualidad, mi vigor y serenidad, y el mensaje era que siguiera y siguiera , sin dudas, con ánimos renovados, sin miedos y hacia adelante.
A punto de concluír los trabajos, las plantas me agradecerían el amateurismo y la intención que me nacía. Mi valentía, mi arrojo, mi decisión al encarar los temores y las distancias, y el profundo deseo de ser muy feliz.
-EXACTAMENTE, ÉSO-

viernes, 6 de abril de 2012

- LA SEMANA SANTA Y EL GRITO PRESENCIAL -



Más allá o quizás antes incluso de los elementos que impulsan los actos de la Semana Santa española, con sus procesiones, pasos, y actos litúrgicos, surgió algo inicial que va mucho con nosotros los españoles y con nuestra identidad e idiosincrasia. Es la idea, quizás incialmente insegura, de la reafirmación y de la identificación personal y social. Como individuos y como grupo.
Yo pienso que la idea de sacar a los santos en procesiones, a los Cristos, Vírgenes, etcétera, tiene que ver con las dificultades que tenemos los españoles para esconder aquello    que  sentimos y que nos pasa por adentro. Necesitamos ser cotillas y contar las cosas. Está, -por poner un ejemplo-, aquella anécdota que se cuenta, en la que el torero Dominguín tuvo una aventura con la actriz Ava Gardner, y que lo primero que hizo tras levantarse de la cama de amor, no fue otra cosa que la necesidad de contarlo. Otro placer.
Trasladando la idea a la representación bíblica en donde se muestran en imágenes a través de las procesiones y de otros actos,-con el vivero tradicional de Hermandades y Cofradías-, a las figuras bíblicas, es como si necesitáramos reafirmarnos en que queremos mucho a Dios, que sentimos muchísimo cíclicamente su pasión y muerte, y que no olvidamos lo que aquel hombre/Dios hizo por nosotros. Por los españoles, y por todos ...
Nos aburrimos. Es decir, que no sabemos ser cristianos en silencio, y es como si tuviéramos la necesidad de hacernos los dueños de las calles nuevamente, y contar a los cuatro vientos que estamos ahí, que siempre hemos estado y estaremos en esa misma sintonía social, que somos así, que se ha de respetarnos en nuestros ancestros de creencia y cuna, y que al que no le guste ésto, que se aguante ...
Sí. Más que únicamente un gran negocio, o Semana Grande, o una potente influencia eclesial, lo que hay es una forma de ser. Queremos gritar lo que nos pasa, aunque sea una vez al año. Queremos hacer el deber de ser esforzados y laboriosos porteadores de imágenes de un peso descomunal, queremos portar sobre nuestro esfuerzo exhausto y límite, la idea de obediencia, lealtad y penitencia. Queremos decir y decimos a nosotros mismos que hemos de respetarnos entre todos en estos días, y que entre nosotros debe haber una ética de consenso y unas reglas a seguir. Es decir, que aquel hombre de la Biblia murió por nosotros, y es de nuestra obligación salir cada Abril a la calle a agradecérselo, y si es necesario a sufrir por quienes nos dieron la vida. Y la vida nos la damos los unos a los otros. La sociedad, se construye así ...
Tenemos calor, calle, exterior, clima favorable y propicio, extraversión y todas esas cosas, pero también sabemos ser soldados obedientes y formales, niños grandes y sinceros,   y  españoles y cristianos de bandera, trazas, pintas y hasta reinvindicación de grupo peculiar, étnico y social. En Semana Santa, sale mucha España eterna a pasear por las calles. Es el grito de la presencia, de la identidad, de la tradición, del barroquismo y del exceso.
En las procesiones no andaluzas, como las de Castilla y otros muchos lugares, se impone el silencio. Un impresionante silencio, el cual es homónimo en significado     con       los      estruendosos tambores de la turolense Calanda, de la tradicional algarabía española, o de la pasión por la pólvora, el ruído, o los potentes decibelios en general.
Sí. La expresividad evidente y colectiva. Eso es en mi opinión la Semana Santa española. La calle y el bullicio, la solemnidad compartida y la tradición familiar de la conveniencia social y de la hermandad.
-SOLO FUE MI SUBJETIVA Y ATEA OPINIÓN-

jueves, 5 de abril de 2012

- LLUVIA, LLUVIA, MI LLUVIA ... -



Lluvia sobre mi Valencia. Lo siento. Me gusta. Sí. Mi lluvia. Mi lluvia de vida que saca del tedio una sequía aparentemente imposible.
Aguas mil en el abril de mi sana Valencia. Llueve de forma absolutamente feliz y democrática sobre las cabezas de todos los ricos y los pobres. Veo que llueve, y se mueve dentro de mí la sensación personal de cambio y crecimiento. Crezco, luego llueve.
Lluvia. Lluvia necesaria para un campo sediento, y no para una vacación exótica    y    hasta pintoresca. Llueve porque tiene que llover y se acabó. Llueve porque la naturaleza salvaje, hace lo que le da la gana, cuando le da la gana y como le da la gana.
La lluvia cae con conviccción y fuerza sobre los tejados, limpia el polvo perezoso y de lapa que se mimetiza en una hez, y pone al descubierto toda la verdad. Como la humedad de un llanto de alegría o de summa decepción. Dualidades.
¡Oh, lluvia! Me gusta que llueva, que lo dije antes. Me da la manía por ahí. Me place   y complace ver la verdad descarnada y real, entre una población poco dada a la aparición del elemento que nos da agua para beber y lavarnos. Hoy en día, que llueva es un lujo. Los no hipócritas, lo saben ...
Tenía ganas de gastar el paraguas y de ver a las chicas refugiándose nerviosas, bellas  y  pizpiretas, en el interior de sus portales. Y luego, las imagino cambiándose femeninamente sus ropas mojadas, con el encanto femenino y con toda su eterna belleza sin igual.
Piel desnuda. El frescor. La verdad sobre el pelo. Lluvia que nunca desanima      a    los   enamorados, y que por todo lo contrario les confiere creatividad y potencia a su amor necesario y deseoso.
Lluvia sobre mi balcón. Sobre mis plantas. Sobre todas las plantas resecadas por el cambio climático, y que esbozan una sonrisa al cielo. Las plantas tienen sed. La Tierra tiene sed. La vida, necesita la arteria llena de un manantial exhuberante que regala la gran nube amiga.
Coches al canto, refugio de acomodados, fastidio de vacaciones, nervios irritados que se aferran a su contradición, la ciudad vacía en el exterior, las goteras que amenazan a las casas pobres y a las que los especuladores han puesto un Damocles en su intemperie de cuidados.
Mendigos sorprendidos y preocupados, ¡Lluvia! Lluvia que cala, que moja, que hurga y se mete por la ropa y te la pone perdida, lluvia que nunca es a gusto de todos y que lleva   la  polémica al interior de un debate emocional.
Lluvia que baila, gota traicionera en la pluma de la paloma rendida, planta enamorada que es acariciada por el agua incesante, tus ojos que se quejan de rímmel, la libertad de Arquímedes, primavera que prepara las últimas superproducciones y cosechas de color, flores     que   aguardan su estallido, citas furtivas, seres osados en busca de un colmado amor, y la idea general de la vida que desborda perspectiva y horizonte. ¡Oh, Abril!
-LLUVIA EN LA MAGIA-

miércoles, 4 de abril de 2012

- EL BARÇA SUPERA CON CLARIDAD LA DIGNIDAD DEL MILAN: 3-1. -



Tras la idea del suspense de la ida en San Siro con el empate a cero, el acceso a las semifinales de la antigua Copa de Europa tanto del Barcelona como del AC Milan pasaba por su conducta definitiva en el segundo round y en el Camp Nou catalán.
El partido, resultó poco mediático, pero muy educado, profesional y digno. El fútbol    del  Barcelona no fue una masa compacta y entera de magia, de esas que te aplasta y que te hace menor. Hubo ratos y ratos.
Cada escuadra puso al desnudo todo lo que tenía. Sin remilgos ni embustes. El Barcelona salió alegre y al ataque, pero el Milan no se limitó a defender atrás, y también supo abrir peligro ante la meta de Víctor Valdés.
Bastante pronto, el Barça abrió la vía. Messi se encontró dentro del área un rechace bisoño, y antes de encarar a Abbiati, fue derribado. El argentino, abrió el marcador. Pero, no importó. El Milan no se descompuso, y siguió con su fútbol obligado y digno. Y un sensacional pase de Ibrahimovic, sirvió para que el bajito y elegante Nocerino igualara el marcador. Lo que pasa, es que en una jugada inocente y antes del descanso, los italianos cometieron un penalty absurdo, y de nuevo Leo no perdonó. Fin del primer tiempo.
En la segunda parte, siguió el intercambio de activos entre los dos equipos. Pero el partido se partió del todo, cuando Iniesta cazó un rechace en el área para hacer el definitivo 3-1. La paz y la serenidad. La profesionalidad y la no sorpresa. El Milan no bajó los brazos y nunca perdió la seriedad, pero mentalmente comenzó a asumir que jugaba ante un rival superior. Y empezó a no creerse nada. Fin del choque.
Era uno de los partidos más comprometidos de la temporada, para un Barça que   acusa nostalgias y ausencias. Afortunadamente, la idea milanista de jugarle al fútbol y no al cerrojo, le facilitó claramente las cosas. Cuando el Barcelona toma el cuero y lo pierde poco, tus acciones en la bolsa futbolística se acaban volatilizando.
Mas es igual. Gana el fútbol. El Milan jugó al fútbol y no al miedo. Los italianos jugaron al coraje, y no utilizaron violencias ni estratagemas. Perdieron, porque jugar contra el Barça de Messi, es casi como jugar con un jugador menos. Contra doce.
Pep Guardiola apostó por la frescura del joven Isaac Cuenca, y la idea le salió prometedora. Este chaval es rápido, prudente, maduro y frío. Y al Barça le viene bien la tila joven para desarrollar su fútbol de red agobiadora y magna.
Mascherano supo ayudar más que bien a Piqué y a Puyol atrás, y éso da también acierto y confianza. El pequeño argentino, es un enfermero brioso y serio de posibles sustos. Mala suerte la lesión muscular del popular novio de la cantante Shakira. Temas musculares de nuevo.
El italiano del Barça, fue Sergi Busquets. Dominador, inteligente, etrusco, y con la utilización sabia de los espacios, rechaces y recuperaciones. Escudero de lujo. Extraordinario.
Y así, colocando relevos oportunos que lograban hacer no pensar demasiado en algunas carencias, el fútbol brasileño del Barça y de la tiranía del dominio del esférico, los de Guardiola se llevaron,-y con menos apuros de los esperados-, el gato al agua y camino abierto hacia las semifinales de la Champions League.
Nueva demostración de humildad y de seriedad blaugrana, con Xavi director y maestro como siempre, con un Cesc brillante y eficaz, y con un Iniesta cuco y oportuno en el gol. Como si la Semana Santa y de relax hubiese pasado por el Camp Nou tras el 3-1, sigue de viaje todo el fútbol y la ilusión del gran campeón español.
- ¡A POR LAS SEMIS! -

martes, 3 de abril de 2012

- EL ESCRITO MÁS BELLO -



Voy a escribir para tí el escrito más bello del mundo. Voy a lograr que los pájaros detengan unos segundos su vuelo, y que contemplen absortos y sorprendidos un breve pellizco   de literatura mía y de amor.
Lo voy a conseguir. No lo dudes, mi cielo. Voy a plasmar sobre este modesto papel   mis  sentimientos más grandes, personales, ambiciosos, vanidosos y eternos. Porque este escribir solo puede ser para tí. Como la carta de amor más libre y heterodoxa que tú puedas intuír y hasta imaginar. Es tuya.
Escribo desde la paz y desde el silencio pujante de una primavera llena de    nuevas   y  esperanza. Escribo desde el monte verde, desde las aguas de un mar calmo, o desde el viento que huele a un tomillo femenino que se parece en todo a tus ojos enormes.
Sí. Quiero escribir que te quiero. Quiero atrapar entre las letras que componen estas palabras, toda mi verdad y mi magia. No tengo miedo al exceso o al arabesco. Al revés. Adoro la complejidad y la gracia de todo aquello que me rodea y que se llama vida.
Por eso mi escrito será bello, amor. Porque mi escrito no es otra cosa que un cachito de la vida, del fulgor, del vaivén; de la rama que golpea como un forzudo bailarín el espacio hueco y natural de un trozo de espacio y de tiempo.
Escribir. Escribir. Siempre escribir. Escribir de paraguas y de sol, de medias y de bikinis, de música y de teatro, de esguinces de tobillo y de milagros de amor. Escribirlo todo, ambiciosa, avaramente ...
Quiero vacíar el tintero, gastando una gran dosis de energía fondista, para narrar o decir todo aquello que pueda hacerle cosquillas a mi vida, ¿sabes? ¡Quiero hacer sentimientos! ...
Creo que seguiré escribiendo mientras esté vivo, y que moriré con un bolígrafo en la mano, esperando la musa mágica que los hijos del gran Cervantes sé que me mandarán.
Sí. Ya la veo. A la musa. Y, escogido, a la musa más inteligente y sensible para los dos, amor. Para tí y para mí habrá constantes escribires. Y el día y la noche nunca podrán mandar sobre mi deseo narrativo, e hincarán sucumbiendo ante mis escritos su fuerza en el mundo. Nadie va a poder con mi escribir. Ni siquiera el azar traicionero.
Porque, mi linda, mis letras salen del corazón como un manantial sorprendente en medio de mi montaña mágica. Porque mis lectores son de Méjico, de España, de   Colombia  ,  de  Guatemala, y de todas o casi todas las nacionalidades y regiones traducidas del Cosmos. Y esas letras encadenadasy sumamente tiernas, están escogidas para tí.
Sí. Lo voy a lograr. Voy a superarme hablando con los zapatos, con las paredes, o con los rivales  destructores del diablo cabrón. Voy a admirar la vacación de tu boca, el otoño de tus senos, las matemáticas de tu piel serena, y las mariposas estomacales que siento cada vez, serán   un excitante de goce imparable e inigualable. Lo sabes, mi bien.
Ahora voy a descansar mirando las flores, el firmamento, los fondos abisales, el bailar   de Nureyev, o un triple de Michael Jordan. Siempre lo haré. Haré vivac bajo las estrellas, dentro de la libertad, escuchando la música más inesperada y necesaria, y soñando constantemente con tu presencia de mujer evidente.
Y soñaré, y bailaré mientras escribo, y daré besos a las nubes, y saludaré a los cóndores andinos, y daré abrazos a la estepa rusa. Y por encima de todo, seguiré       escribiendo     imparablemente mi amor auténtico.
-PARA TÍ-

lunes, 2 de abril de 2012

- ABURRIMIENTO POR ORDENAR -



Sigo descubriendo y experimentando. Desde mi cometido amateur y amoroso de cuidar a mi madre mayor y confusa, aparecen nuevos elementos de dificultad. Factores, que surjen en el inevitable camino de conocer mejor las cosas.
Sí. He acumulado muchas horas cuidando hoy a mi madre,-no sé si excesivas-, y me noto que el cansancio pasa por un lugar llamado tedio. Aburrimiento. Mi madre, da guerra porque no solo está aburrida, sino porque nota que yo también lo estoy.
Es un largo camino, y de fondo. Debo seguir aprendiendo. Somos pocos en casa, y hay que espabilar. Tirar de imaginación, y nunca de frustración.
Lo primero que te viene a la cabeza es la sensación de disgusto o de contrariedad.    La   paciencia se hiergue en límite, y entonces te mides a tí mismo y a tu resistencia mental. ¿Cómo ordenar el aburrimiento para que sea abordable y domeñado? Los nervios templados no admiten inyecciones absurdas, sino prevención. Buscar ideas y soluciones.
En ése momento, piensas y reflexionas en muchas e inexactas direcciones. Ves que es un día festivo, que es Semana Santa, y que mucha gente disfruta de un descanso alegre y excitante. Te viene a la mente todo lo negativo. Piensas en que el tedio se te come, y entonces las horas mutan en siglos. El reloj y sus saetas, parecen los grandes enemigos de la situación.
Sí. Los otros. Malditos otros. No están los otros, sino la soledad del cuidador de fondo. Y lo malo es que la cuidada se da cuenta, y entonces se siente desprotegida. Sí. Y entonces mi madre dependiente, quiere ampararme y protegerme a mí. Soy su hijo, y es normal. Pero, ¡peligro! Pueden cambiar los roles pactados. El cuidador no debe ser protegido   por    la  cuidada. Craso error. El reto es mío. A pensar ...
Bajo un rato a la calle a respirar. Lo necesito. Sí. Necesito ordenar mis ideas. Llevo tristeza en el tedio, y ansiedad en el esfuerzo. No logro pensar bien. El aire de la calle, me ayuda a ordenar mis cansadas ideas. Empiezo a comprender.
Cuando subo en seguida de nuevo a la casa, me  doy cuenta de que estoy teniendo  drama de bisoño. Estoy haciendo la mili de cuidador. Debo urdir estrategias. Identificado.     El   aburrimiento es un potentísimo enemigo. Si me dejo arrebatar la capa de la paciencia, mi madre se verá defraudada y preocupada.
Solo es la sensación de soledad. Ordeno ideas. Se ha hinchado la pelota. Me vuelve el chiste, el humorismo, y un mejor enfoque de la realidad familiar. Todo da igual que sea festivo   o  laboral. Solo son sensaciones psicológicas. Los temas de mi madre y su guión, no saben   de laborables o festivos. Élla, es élla y su circunstancia.
No. Nada es drama. Mi moral sigue lúcida y arriba. La idea, es que ésto es temporal y superable. Rigurosidad. El aburrimiento, es un punto débil y muy común en el cuidador audaz pero no profesional. Incluso en el bien profesional. Depende de la persona. De mí, o de cualquiera.
Sí. Mi vida no está capada. La gente, también existe. Llamo por teléfono a  alguien, y lo menos es lo que me cuenta. Reaparecen los amig@s y la puntería afectiva. El reloj me hace un guiño, y la tarde me dice que se vuelve pronto noche bella. He sabido tener fondo y regatear   al  enredador tedio, bobo y de largas pinzas.
Habrá muchos mas episodios de ideas de aburrimiento. Lo sé y soy consciente. Pero será un placer el reto de luchar contra él. Siempre fuí un guerrero. El tedio solo es un pensamiento que emana del cansancio y de la inexperiencia. Pasará. Pasa. Mi madre se va dando cuenta. Ya vuelve a sonreír con renovado ánimo. Ya soy yo otra vez. Solo fueron unas horas siglos. Falsa alarma. Más experiencia. Necesaria.
-EL CAMINO, SIGUE FRANCO-

domingo, 1 de abril de 2012

- EL SEÑOR ELEUTERIO -



Alto, brioso y eterno, a pesar de sus cerca de ochenta años. Para el señor Eleuterio, fue un verdadero fastidio éso de la modernidad y del progreso. Y, lo es. Y lo seguirá siendo, hasta que doble y abandone el mundo.
El humor del señor Eleuterio, es amargo y de objetivos. Conseguidor y machista. Eleuterio se deja llevar por la coartada de la vejez , para poder tirar por una cierta calle de en medio, la cual de antemano a él mismo le sabe a falsaria.
El señor Eleuterio aún tiene mujer, y no está viudo. Pero, como lo fuera. Porque su mujer está físicamente muy cerca de él, pero de lo auténtico está lejísimos. Ojos que no ven ...
Eleuterio es un solitario insatisfecho que solo cree en la Virgen del Remedio, patrona de  su Utiel natal. Pero no cree en la Iglesia ni en los curas. En bien poco cree el señor Eleuterio.
Apoyándose en un potente bastón verde y de madera, Eleuterio camina dos horas cada mañana en busca de su sueño imposible y reprimido. El sueño de la derrota y de lo que  no puede ser.
Cuando ya no puede más y está cansado, entonces viene a buscar su extraña realidad   e  impulso. Le gustan las mujeres. Pero lo que le gusta de las mujeres no es su persona, sino su cuerpo y la idea del placer. Le gustan jovencitas, maduritas, exhuberantes, y esas cosas. Las viejas, no le hacen tilín. Quizás sea porque lo que huele a viejo y a su edad, le hace recordar que está casado y vigentemente casado, con una mujer.
¡Coño! Donde estaría bien el señor Eleuterio sería en su Utiel natal, y no en mi   Valencia de la grandiosidad deslumbrante de los efectos especiales. Sí. Valencia confunde mucho a Eleuterio. No se adapta bien.
En cuanto ve mozas capitalinas, pierde el oremus. Tiene las manos demasiado largas, y  las cuidadoras de los ancianos que acuden todos los días al Jardín Botánico, temen el descaro del viejo señor Eleuterio. Que,-con la excusa de la amabilidad-, las toca los brazos, y en cuanto puede, sus viejas manos buscan pícaramente partes más suculentas. Es mejor que el señor Eleuterio no se te siente al lado. Podrías reñir con él. A veces, tiende a pasarse bastante.
El señor Eleuterio, y su derrota. Su soledad y su sexualidad insatisfechas,   su     gracejo   estratégico, y su natural timidez hasta que coge demasiadas confianzas.
Sí. Todos los días son lo mismo para el viejo señor Eleuterio. Andar sin rumbo fijo ni amigos claros, despedirse de su mujer hasta la hora de comer, y cogerle comida a los gatos y tirarla  a los estanques del Jardín, para que acudan los peces y pueda divertirse viéndolos cómo salen.
Demasiado poco bagaje para el señor Eleuterio. A veces, confiesa que odia a los curas porque afirma que no trabajan, y que se quita el sombrero para los que marchan realmente a África a ayudar a los pobres.
-GENIO Y GAFAS NEGRAS, EL SEÑOR ELEUTERIO-