Si escucháis esta canción del maestro Carlos, veréis como de repente hasta el césped se encrespa despertando toda su magia. El embrujo del gran cantante granadino dió para mucho como véis. Este es un pequeño ejemplo.
-DISFRUTADLA, CHIC@S -
Ante una demasiado débil Francia y en el mismo estadio parisino de Saint Denis, España volvió a demostrar el porqué se piensa en nuestra selección como el primer candidato para ganar el próximo Mundial del fútbol, a celebrar en África del Sur.
Esta sección fija de mi blog, la cual intento que la tengáis puntual para todas vosotras y vosotros todos los jueves, es una sección y hasta un guiño sexy de deseos, de anhelos, y en definitiva, de esperanza e ilusión. Es la sección quizás más mágica del blog. Ya sabéis que sobre gustos, no hay nada escrito.
P.Bienvenido,Gonzalo. Tengo entendido, dado que soy mago y tal, que tú conoces mucho el mundo del mar,¿nos hablas al respecto de él?
Ahí les tenéis. A "Don Merengue" y a "Don Barret". Con sus respectivos Real Madrid y Barça, dominan la Liga sin oposición. Y siempre serán eternos rivales. Oigámosles.
Nos contaron, que un hombre bueno, al ver que una mujer estaba siendo agredida por su pareja, se volvió contra el maltratador y que este último le dió tal paliza que casi lo mata, y que tras un tiempo en la UCI, está vivo casi de un milagro.
Sí. Eso nos contaron. Y nos hablaron de una tal Violeta, la compañera del maltratador, que en vez de denunciarlo, salió en las televisiones diciendo que no había sido maltratada y que pensaba seguir con su pareja. Todos asombrados.
Pues va y resulta, que la presentación que hicieron los medios de este suceso lamentable, no fue exactamente así, y que había mucha más complejidad. Como luego se ha ido viendo. Pero los medios parece que deben vender la carnaza para lograr la audiencia. Y este caso, parecía muy goloso de presentar a la opinión pública. Contenía héroes y villanos al parecer.
Ha pasado el tiempo. Ahora sabemos más del tema. El maltratador era drogoadicto y se llama Antonio Puerta. El agredido tenía problemas previos de salud a la agresión y se llama Jesús Neira. Y la novia del toxicómano, está desconcertada,estresada, enamorada, y seguramente muy mal aconsejada.
Y vemos que hay un asunto de fondo. El afortunadamente recuperado Neira, se muestra altanero y se considera superior a Puerta, al que llama "basura". Considera que la toxicomanía no es una enfermedad , sino un vicio que solo afecta a seres menores. Como mucha gente, por cierto.
También sabemos, que Jesús Neira no se fue solo al hospital tras la agresión de Puerta, y que fue de hospital en hospital, y de negligencia médica en negligencia médica, temiendo por sus verdaderas dificultades previas a la agresión y que le sobreviniesen males mayores, cosa que desgraciadamente así le sucedió finalmente. Estuvo a punto de morir tras darle el alta.
Es decir, que finalmente la rigurosidad de la noticia nos lleva a la constatación de varias negligencias médicas, que jamás los medios nos contaron hasta ahora. ¿Misterios de la Santa Trinidad?...
Ahora, Jesús Neira afirma que se va a comprar una pistola al enterarse de que Antonio Puerta va a salir de permiso carcelario. Es decir, que el señor Neira no da señales de aceptar un perdón hipotético de su agresor, y esconde aposta sus dificultades previas de salud que le hicieron pasar por varios hospitales infructuosamente.
Neira se nos presenta como ideológicamente sin compasión, implacable, no parece tener un corazón que no sea de odio para su agresor y familia, y encima habla de justicierismo al querer adquirir un arma de fuego.
Se siente superior a los toxicómanos, llegó hasta a engañar a una lamentable correa periodística sin constrastes, hasta el punto de que el Gobierno hasta le puso una medalla. Poco sabemos de Antonio Puerta. Lo que sí que sé es que socialmente un drogadicto es para esta sociedad, alguien que cava su propio declive y sin matices.
-ASÍ LO PERCIBO-
Y no vienes sola, luna, casi ya de primavera. No. Vienes a toda fuerza, con tu hijo huracanado y explosivo que procede de la tormenta perfecta. Escóndete, luna llena apasionada. que sea por unas horas, que dicen que la ciclogénesis esa será rápida. Pero también, desoladora y hasta preocupante. Puto cambio climático como un piano. Protégete.
En este día de luna llena, la tormenta perfecta avanzará desde el sur por toda la península hacia el norte, rompiendo paraguas y levantando faldas de bombones precoces en flor. Deberás asistir, luna llena, a un espectáculo de frusfrús de melenas al viento atizando los rostros, de árboles dubitativos y temblorosos, de olas de más de séis metros en el mar, y a la recomendación de que no se salga a la calle o se haga lo menos posible, para evitar daños personales desde la furia de un enrabietado Eolo.
Y mientras tanto, tú, luna llena, impotente y agazapada, esperando a que abran los cielos para brillar amor y esoterismo. Reconoce que eres algo enigmático y engañoso. Yo te veo, luna llena, con un brillo que me recuerdas a un espíritu rebelde que se opone a la noche, y que no le da la gana apagarse hasta que llegan las cenizas del alba implacable. Y ni aún así. Con el día en flor, sigues ahí arriba algunas horas, hasta que finalmente te retiras casi por sorpresa de la visita de los que te admiramos, como es mi caso.
Eres mensual, luna llena. Como un salario fijo de un trabajador, o como el ciclo de una mujer fértil. Creces como un budista zen; imperceptible casi, pero segura hasta convertirte en esa suerte de sol noctívago de regalo que haces a los enamorados lanzarse y atreverse a la audacia del amor y del brillo sensual.
Luna redonda y casi roja, esférica y geométricamente inalcanzable. Mito de licántropos y de hombres lobo de películas de terror, presagios de pasiones que no acaban bien, uñas que crecen de repente como el parto de un cactus o una sorpresa en mitad del aparentemente seguro camino en el sendero vital.
Luna llena que iluminas la noche del último invierno. La próxima vez que yo te vea ya será la primavera, y además sin tormenta perfecta ni gaitas amenazadoras.
Y entonces, sí. Entonces, y aprovechando la clorofila de la vida renovada, penetrarás en la sangre de las personas, y harás más que nunca que nos brille el deseo, y que los labios femeninos sean más adorables que nunca.
Pero, de momento, pienso seguir alabándote mirándote embobado y alegre muchas veces al año. Eres ese talismán de sueños que alimenta la fertilidad de los poetas.
Y cuando beses a tu padre el sol, háblale de nosotros que también somos hijos de su luz y del agua, y dile que tú eres la princesa áurea que acompaña a la noche depresiva.
- ¡OH, LUNA! -
Por vicisitudes de la vida, recuerdo que en cierta ocasión me encontraba bastante bajo de moral. Che,eso que ves un agujero y no sabes por dónde salir. Lo veía todo muy negro. Y, llevado por la desesperación, decidí acabar de un plumazo con dicha angustia vital.
Me fui a la Biblioteca Municipal, y me hice con un diario que contenía anuncios de sanadores de esos que cobran la voluntad. Baratito y tal. Hablé telefónicamente con él, y decidimos la cita. Según él, estaba capacitado para sanarme.
De modo que allá que fui a la buena de Dios, y llegué a su casa, la cual estaba ubicada en la calle de Zapadores de mi Valencia, cerca del castizo barrrio de Ruzafa. Llamé a su puerta y me abrió en seguida.
Su rostro era como de extraño, amargado, convencido, y distante a un tiempo. Tendría unos cincuenta años, y era alto y desgarbado;bastante flaco. Creo que se llamba Manuel y vivía con una mujer mayor,que todo apuntaba a que sería su madre. La mujer, recuerdo que me miraba con una cara significativa. Como deseando: entre que me fuera de allí, y entre que quería complacer a las cosas de su hijo el sanador.Como entre dos fuegos.
El sanador presunto me hizo entrar en una sala y cerró la puerta. Y ante mis sopresa, casi no me dejó decir nada, y empezó a discursearme largamente. Asombrado, empecé a escuchar lo que me decía el sanador.
Me hablaba de átomos, de interacciones celulares, de enigmáticos postulados bien difíciles de seguir desde la lógica y el sentido común. Un poco alucinante aquello.
Recuerdo que yo guardaba silencio, y él esperaba infructuosamente a que yo le interrumpiera para entrar en el juego de su discurso sobre los átomos y las células. Y el sanador, seguía y seguía. No paraba su verborrea.
Cuando decidió terminar, recuerdo que yo le dije: -"Y ahora,¿por qué no me cura?"...
El sanador me dijo que tuviera paciencia y que pronto se produciría la curación. Y me convocó para dos días más tarde, tras cobrarme la voluntad. Yo, me fui de allí estupefacto.
Recuerdo que dos días más tarde, intenté infructuosamente localizarle. Pero seguí e insistí, y algunos días más tarde di con él a pesar de sus reticencias siempre negadas.
Me hizo pasar de nuevo a la sala, y comenzó a hincharme la cabeza con su discurso físico de células y átomos. Hasta que ya no pude más, y le volví a pedir que me curara ya.
De repente, el sanador se levantó, volvió con un frasco de colonia, y me pulverizó el pelo con un profundo olor que debía ser el perfume de su propia madre.Y me dijo que ya estaba curado.
Esta vez el que se levantó fui yo. Le volví a pagar la voluntad. Y decidí que no volvería más. Y sobre todo, que lo verdaderamente perentorio era terminar con la tremenda pestuza que me había inoculado en el cabello. No fue fácil lograrlo.
-TOTALMENTE VERÍDICO-