viernes, 9 de abril de 2021

- TONI CANTÓ CONSIGO MISMO. -



Valenciano. Ambicioso y descontento. Tristón y afectado. Su labor actoral no la puede ejercer. Ni tele, ni teatro, ni cine, ¿ni nada? ...

El teatro de la política en Toni Cantó. Tránsfuga y veleta. Estilizado y maduro. Galán sin micro. Triple salto mortal. Buena dicción y oratoria, ampuloso, mirada carismática. Y error conceptual que no sé si Toni domina.

El teatro no es lo que parece. Y el de la política, menos todavía. Y Toni quiere triunfar. Hay que triunfar en el teatro de la vida. Antes muerto que inadvertido. Apasionado.

De modo, que nuestro Toni tira para adelante. Hay que vivir. Que hablen mal de uno, pero, ¡coño, que hablen!... La palabra fracaso no debe entrar en su alma. Porque Cantó quiere estar en el centro de todos los comentarios de actualidad, y aportando también su firma. Su sello y rúbrica.

Me da la sensación de que Cantó se ha equivocado de partitura y libreto. Y cree que labrarse un porvenir y un protagonismo en la política, es como trasladar su método de impostura teatral a la política.

No sospecha que la Democracia es un estadio distinto y de responsabilidad. Y ahí se ha hecho un lío que trata de resolver fingiendo que sabe saltar sin mayores problemas de laberinto en laberinto.

Su palabra también deberá ser matizada e interrumpida por muchos. Y en política le va a pasar a Cantó. Nunca en teatro o en tele. En teatro, Toni Cantó toma la palabra de su guión, adquiere la mejor de sus posturas corporales, nadie le tose, todo está previsto, y por si faltara algo más, sus compañeras de escenario suelen ser jóvenes y muy hermosas.

No. En Política no basta un cuerpo o un beso. Política es convicción en ideas y no libre albedrío. Puedes dar juego para los medios, pero esto puede convertirse en un estilete de fugacidad y relleno.

La credibilidad es muy importante en política. Porque los espectadores no solo deben reclamar el día de la función. El día concreto de las elecciones. Los espectadores son ciudadanos con plena libertad y efervescencia, los cuales opinan libre y le pueden interrumpir a Toni cualquier función, por mucho que se haya dejado ahí los cuernos trabajándola, memorizándola, y dándole el sello direccional que te exigen.

Toni Cantó no está en política para trascender. Está para ver si logra alcanzar altas y soñadas cimas. Vano intento. Si no estás convencido en "Ciudadanos", te vas a casa y te dedicas a ser protagonista y amante del teatro popular y hasta elitista. Pero, dando saltos Partido a Partido en función de los éxitos, es un error craso. La política es una enorme y maravillosa selva de decisiones de responsabilidad. Es imposible fingirse político, porque si eso se hace, las trayectorias se hacen cortas y definitivas.

Nunca Toni Cantó será político de verdad. Porque no se lo cree ni él. Porque le falta humildad y le sobran anhelos. Porque un político de verdad debe utilizar su tiempo de dureza y abnegación para los reflejos, y saber desde el minuto uno que el placer no es tanto el éxito electoral sino la constancia y el entusiasmo en un trabajo bien hecho.

La Política no es la aventura de la mili, ni una autopromoción, ni una plataforma de reivindicación personal, ni la búsqueda de imágenes y más imágenes. Mientras cambia de Partido como de calcetines, Toni Cantó se busca a sí mismo. Vamos a ver si logra encontrarse. Por su bien.

-Y EL DE MUCHÍSIM@S MÁS-
 

miércoles, 7 de abril de 2021

- CINE SOCIAL U.S.A. = "NOMADLAND". -



Desde la dirección magistral de Chloé Zhao, Frances McDormand con su personaje "Fern" realizando una más de sus ya habituales exhibiciones de talento.

El dolor. Caminando sobre ese drama real. Todo auténtico. Nada al azar. El Sistema se ha puesto crítico. Muchísima gente se cae y todo se destruye. Y entonces "Fern" decide caminar. Convivir y coser inevitablemente la tristeza con la dinámica, y siempre apartarse de los interiores. Al revés. "Fern", exterioriza. Con su cara feúcha y sin concesiones. Con su mirada llena de tristeza, dolor, y también resolución.

A veces te pasa que cuando estás jodido votas a Trump y te pones a correr. O coges la moto y creas el ruido que disimula tu dolor interior, o te pones una sudadera y corres, y corres más, y avanzas en el drama, y sigues caminando, y decides tragarte aparentemente los vacíos y las neuras, y entonces tomas tu caravana y tu tradición del western, y asocias la libertad a la curva de la carretera, a la piedra o al paraje rocoso, nevado y abrupto.

"Fern" ha de ser piedra. Y piedra noble, de raíz, y hermosura y deseo, y nieve a cachos inevitables, y sangre de acero y humanidad. Pero "Fern" no es como otras y otros. Es un ser que se mueve bien en la enorme dureza y en la situación desesperada. Y su zen le lleva a suavizar sus facciones y escuchar a quienes pasan por su parecida situación. Y se une a las caravanas de la miseria y de la precariedad.

Fascina la acción, y agorafóbico se muestra el interior de las casas de los otros o el recuerdo del duro pasado. Lo mejor parece que es salir ahí afuera y dejarse probar por el fuerte viento individual, personal y especial. Es como si ese frío en la sangre se calentara o paliase camino de algún sitio. Itinerante. De un sitio para otro. Infatigable e irreductible "Fern".

El silencio y la quietud pueden ser demoledores. Nada de nostalgias ni leches anhelando el pasado. Terrible pasado varado. Durísimas perspectivas. La caravana solitaria es el refugio vital y atávico del mito cowboy.

El mito de "Fern" llevado a la práctica y a nuestros días. Cuando la sonrisa de Frances se torna tan desnuda como amable con los putos infiernos. Es dulce finalmente ante su destino. Y en cuanto puede, ya no espera más. No irá al grupo más que lo cortés, y con ganas de sobrevivir y de aprender. Y es educada "Fern", y está un tiempo con sus excluidos por el dinero y las cosas inhumanas e irremediables del Poder.

"Fern" siempre será rara y caminará sola con su convicción. Quienes la conocen ya saben que nunca va a cambiar. "Fern" es eterna mujer de acción. Vuelve una y otra vez a dicha acción huyendo de abrirse al llanto. Es valiente como una pantera silvestre, inteligente, vivida, y que sabe resignarse a hacer lo que mejor le va a tocar. No perderá el tiempo en discusiones fatuas. ¿Para qué? ...

No es que "Fern" no crea en el amor, y más cuando se le fue su marido y parece que ya no habrá más hombres. Pero es torbellino e instinto de movilidad que la lleva.

Y claro que "Fern" es humana. Como todas y todos. Y nunca se rinde. Y después de un sitio vendrá el otro, pero siempre lugares exigentes y abiertos. Al aire libre de su corazón leso. Herida y fuerte como una Tyson, hermética y habilidosa. Siempre muro de supervivencia.

Porque "Fern" nunca desfallecerá. No se rinde aunque camine y huela la derrota y el desalojo social. Tiene su propia convicción. Le atrae y le complace la adversidad. Se crió en ella. Nunca hizo demasiado caso a las referencias. Y así sigue "Fern". Hasta todos los momentos vitales. Siempre ha de poderse aunque no se pueda. Nunca se sentirá perdedora pues eso es indigno. Y este personaje pétreo y a la vez tierno, abarca todo el film y todo lo que viene y está por venir. Quiere ser ejemplo de ella misma. Guste o deje de gustar.

¡ESPLÉNDIDO FILM!


 

domingo, 4 de abril de 2021

- NO ME GUSTÓ. -



Sucedió, Yanya. Ya está. Puedo volverme atrás. A pesar de que te fui descubriendo mientras tú a mí ya me tenías demasiado descubierto. No, Yanya. No me gusta tu propuesta prolongada.

Nunca debió gustarme tu estilo de vivir. Tu filosofía de mujer. Aunque bien es cierto que nunca nada hay planificado, siempre existen unas líneas que yo jamás voy a traspasar. Porque no van conmigo.

Me colaste muchos goles. Te avanzaste mucho a mí en el marcador de la pantalla telemática de los deseos. Porque, sí, Yanya. Solo fue mi deseo y no le busques más.

Me creo tanto de tí que ya lo descarto todo. La respuesta es no. Porque cuando comenzaste a mostrarte, el primer día, me sentí que iba bastante por detrás de ti. Y supiste generar un marco y una raíz atractivas. Te presentaste detrás de esa pantalla virtual del ordenador, como una señora simpática, aún bonita, agradable, narrándome coquetos detalles de tu vida, y una sonrisa construída y a la vez femeninamente natural. Y comenzó la conversación. Nunca en presencial, porque vives a miles de kilómetros de distancia física y también existencial.

Y me dijiste muchas cosas que ahora me dan el regusto un tanto amargo, errado, y sorprendentemente negativo. Que eres viuda, que cuidas a tu madre ya casi centenaria, que la pandemia lo jode todo, que de joven hiciste ballet, y que eras la más pizpireta de las chicas de tu pandilla, y que cantabas en bares y Asociaciones de carácter benéfico. Y que tus ancestros provienen de Galicia. Y que en efecto, la música forma parte fundamental de tu vida, que no solo te sabes todo de tu chico país, sino que amas la música española.

Sí, Yanya. Amas mucho la buena música española y universal. Y hasta sabes bailar sevillanas o emular al "Eres tú" de Mocedades. Cantar a Cortez, a Sabina, a Nino Bravo o a Camilo. Y tu sabiduría de mujer experienciada y con una audacia que yo no comparto, vi que también sabes dejar la sensatez propia y lanzarte a tu conseguido juego de seducción.

Y me guiñaste un ojo con veteranía, y yo pensé que charlar y verse es venial, y cantar a dúo canciones eternas es bello, y que el internet construye situaciones que a nuestros mayores solo puede generarles entre incredulidad y desinterés. Porque para ellos estas cosas ni existen ni podrán existir nunca.

Me sorprendiste, Yanya. ¿Qué necesidad de éso?, ¿por qué tú ser así?, ¿por qué no seré nunca capaz de conectar con tu ser ni con tu peculiar impronta libertaria y seductora? ¡Llámame pacato si quieres! Pero, ¡no me gusta tu propuesta. No le veo sentido ni la comparto.

No creo que fuera venial. Nada lo es. Me gustó que sacaras tu lengua además de guiñarme los ojos, porque estéticamente eres mujer. Pero el modo con el que sacaste tu apéndice lingual nunca es procedente. Y amagabas con relamerte, como solo una mujer es capaz de hacer. Embrujabas ...

No eres una guarra. Lo sé. Pero al tercer día, ya podía verte tus tirantes, y me decías que quizás al día siguiente ya no podría verlos porque puede que ya no los llevaras. Y me sorprendió tu singular misterio. Y lanzaste todo tu volcán de seducción, Yanya. Y me dijiste que yo era maravilloso y que querías ver todo mi cuerpo encendido. Y lo lograste. Porque nos vimos el cuerpo. Pero yo tengo un alma muy distinta a tí. Y sé que cuando cortes la comunicación conmigo, harás lo mismo con decenas de hombres más aunque lo niegues hasta el llanto, Yanya.

Me has defraudado maravillosamente y lo valoro como experiencia nueva y vital. Pero no me gusta tu exhibición, ni tus halagos dulces, ni tu propuesta de que no todos los días nos quitaremos toda la ropa y nos lanzaremos a las llamas catódicas del deseo y no a todo lo que quieras y me propongas.

¡No, Yanya! Yo soy de otro tiempo. Soy de una libertad distinta. Me parece inoportuno y fuera de lugar toda tu incitación abiertamente sexual, y que parezca que tengas todos los tiempos programados. Y que me adviertas con suma dulzura femenina, que todo estuvo bien, y que variaremos, y me pones en el brete de decirme que seguramente ya no más querré conectarme más hacia tí y hacia tu personal universo.

No es cobardía ni pudor, Yanya. Es algo que nunca podrás entender aunque te lo explicara un filósofo efectivo y de tronío. No, extraña. Sí. En la medida que lo has dado todo frente a una pared de cristal virtual, he descubierto en tí a demasiada frivolidad y a demasiada falta de rigor. No me gusta que hayas llegado a este punto.

Y sí, Yanya. Probablemente nunca más vuelva a conectarte para que pasen los desnudos y todas las confesiones. Me da igual que tu marido falleciera hace mucho, que el virus te tenga atrapada en tu estancia, o que parezca que estés de vuelta de todo el sufrimiento.

Mi mundo será otro. Y si tengo que desnudar mi alma y hasta mi frivolidad, deberá ser con otra mujer y ahora presencial, a la que pueda oler, ver en el exterior, en vivo, en directo, en tiempo real, en persona, al lado de los árboles o en la terraza ahora un tanto castrada de la realidad del virus.

Seguramente, hablas otros idiomas. Y estás insatisfecha hasta las raíces y puntas. Pero yo solo y por azar me acerqué a tu ser, Yanya. Yo no fui y tú tampoco has sido. Y si ha sido, todo da igual.

Cada uno de los dos marca estrategias y sus líneas de pasar y de detenerse. Cada uno es libre de mirar al otro. Pero  tus oídos están sordos de mis palabras y de mis anhelos. Porque tú, Yanya, irás a la tuya, sí. Pero yo también elegiré ciertamente mis momentos y diseñaré mi gusto y mi placer. Y discreparé siempre.

Nunca jamás te llamaré mujer ligera. Porque a mí no me importa que lo seas o dejes de ser. Jamás nunca me meteré en tu libertad que es sacra, y nuestra despedida que nunca tuvo encuentro será un acto de despedida pacífica y sin reproches.

Tú, Yanya, eres una experiencia que no repetiré. No llevas a ninguna parte que no sea al error o a la absurdidad. Pero también soy consciente de que mucha gente hace lo que tú y se alivia y hasta justifica. Hombres y mujeres llenan su tiempo con la fantasía audaz y potente de su seducción y belleza en PC.

Mas todo esto es demasiado fácil, Yanya. Lo puede hacer cualquier niño o cualquier persona que desee bucear en sus neuronas camino de su adolescencia imposible. Por eso debes seguir tu camino y nunca más decirme que eres exclusivamente mi hembra, ni entrar en halagos de caramelo dulzón. Se cayó todo, Yanya. Aunque en el fondo fue una menoridad ilesa en el ordenador.

Ya no me importa el libro de tu vida que saques, Yanya. Yo juego a otras cosas. Y me siento liberado de tus guiños y de la exuberancia de tus aún erguidos senos. Y voy y te deseo lo mejor. Y si quieres y para quedar bien, te seguiré sonriendo. Y quizás a través de esa sonrisa puedas vislumbrar mi porte contundente. ¡No! Esa es mi respuesta a la experiencia de tu sonrisa, Yanya. Y si quieres, sé la mujer más feliz del planeta. Pero, ¡déjame! ...

-LO SIENTO-
 

jueves, 1 de abril de 2021

- POR FIN ES ABRIL. -



El mes en sí de mi ilusión. El tiempo de mis deseos más primos y auténticos. De mi adolescencia desnuda en estado puro. Cuando comienza a hablar el almendro o el cerezo. Cuando triunfa el afuera. Cuando la vida me manda a la acción camino de mis sueños. Porque abril es mi mes y con el que me identifico plenamente. Si tuviera una hija, la llamaría Abril ...

Abril, despierta. Se desprende de los nidos de la timidez de la primavera temprana como lo hace un pajarillo en el campo abierto, y entonces se atreve a volar. Porque abril es el camino. Es la estructura de la vitalidad. El obrero facedor de la belleza que en mayo epatará y maravillará en forma de flores ampulosas de colores de Hollywood. 

Abril es un motor. Un amor. Un desafío. La idea cronológica y luminosa de la renovación que crece y se desarrolla. Abril es lo que puede acaecer para bien. Una inversión de positividad en forma de sangre y de savia. Abril es fortaleza y discreción. ¡Por fin, abril! ...

Abril tiene siempre el misterio necesario que hace pensar. Lo que me impulsa de nuevo a lo novedoso y creativo. Lo siempre cambiante. Porque la semilla ha dado fruto, y aunque no hay árbol ya hay arbusto. O cuando se ve que la planta ya no ha sido devorada por el oscuro invierno, y ahora avanza franca y firme como un pezón salido del mar hacia la realización de su continuidad desafiante y de su concreción. Abril es un semillero de ideas y de proyectos que me nacen desde el corazón camino de la lógica del transcurrir vital. Como el agua del río.

Nunca sabré del todo por qué me identifico y acoplo tan plenamente con el abril tierno de la primavera. Pero la verdad es que abril ya lo perfila todo de nuevo y se lanza hacia adelante a buscar las respuestas y las dudas.

En abril llega un aguacero tormentoso y los adolescentes no se enteran a causa de su mutua atracción y arrobo. Todo está bien en abril. Y los besos ya nunca saben a frío sino a pasión. Y en el monte, y en la playa, y en el asfalto, y en la calle, la vida se pone a borbotones y se revoluciona con miles de efectos evidentes. Ha llegado el momento de atravesar la pereza y de ponernos vestidos ligeros y nuevos, y suaves, y llamativos, y olorosos, y limpios y fuertes. Bailan las hormonas ...

Abril es el gérmen de la fuerza natural. Abril no se entrena. Abril es algo atávico y genético que aparece y que nada puedes hacer cuando llega. Porque abril hace sus deberes, te lanza guiños, y te sugiere mil sitios, proyectos y sensaciones. 

Y abril es mujer. Y hermosa, joven, pícara y fresca. Abril son las primeras medias o el tímido inicial carmín femenino. Abril es  Miley Cyrus, la atracción y la mirada cómplice, y el sexo, y la iniciación, y escaparse y tirar por la calle de en medio, y reivindicarse como ser humano salvaje y libertario, petar las redes, y tirar con elegancia y a la vez estrépito aquello que ahora ya no sirve y molesta a lo más profundo del armario del olvido.

Abril es el mes del correr, del deporte, del pasear, de la chiruca o de la mochila. De abrirse en viajes hacia lugares inéditos e insólitos, de pensar que tres más dos quizás puedan ser siete, o que una señora hermosa es más potente y atractiva que el Everest. Ninguna duda.

Abril es el apuntalamiento eterno y cíclico que rompe aunque no quieras. Quien empalma tus palabras con tus anhelos, quien te sabe sueño; la flor que ya aparece finalmente entre miles de hojas verdes aparentemente anodinas para decirnos que ya está aquí ...

Abril es discreción por adentro y explosividad acentuada por afuera. Abril es cuando tú eres el protagonista de tu novela y ella es tu reina y tu todo. Cuando los dos somos y sóis abril. Cuando un jilguero se posa genial sobre el alféizar de una ventana y comienza su trino. ¿Alguien puede mejorarle? ...

¡PUES ESO ES ABRIL!
 

domingo, 28 de marzo de 2021

- VIRUS, HORA PUNTA. -



Valencia. Nueve y media de la mañana. El metro. Estación Ángel Guimerá. Céntrica y estratégica estación del sub urbano. Andenes abarrotados. Gente joven camino de las universidades. Latin@s hacia sus cometidos de cuidados para nuestros mayores y casas. Varios chicos ataviados con el peto que pone Covid-19.

Llega el convoy. La gente se hace tímidamente a un lado para que se apeen los que llegan. Los tiempos de paso de los trenes son demasiado holgados. Y los horarios, muy uniformes. De espacio, poco se ha hecho.

Me llama la atención de la foto fija o estampa. Los universitarios y los de cuidados clavan sus ojos en los respectivos móviles. Previamente, han acaparado los asientos sin dejar ninguna silla vacía de seguridad. A los trabajadores les espera una dura jornada, y no se lo piensan. Los jóvenes estudiantes ha mucho que han tomado su decisión. Puestos a ir en masa, mejor sentados. Es la vida. Somos muchos y tal.

A los jóvenes les noto confiados. Les siento que no temen nada especialmente. Van a sus centros de estudio porque es lo que han de hacer. Guardan estricto silencio. Eso, sí. Pero normalizan su sentarse y son competitivos en exceso y casi sin saberlo.

Me llama la atención cómo cada uno de ellos trata de defenderse y de buscarse la vida. Una chica lleva a la vista enganchada a su coqueta mochila una botella de gel desinfectante. No se fía aquí mucho la gente del desinfectante común o social. Del que es para todos. Pensarán que eso es seguro y que lo ha tocado demasiada gente, y fijo alguien que tiene el virus. De esa fuente no se bebe el agua.

Se saben las paradas de memoria. Es todo el año yendo a currar y a estudiar a la misma hora. Les veo con sueño. Unos porque creo que acumulan cansancio del día anterior, y otros porque se han quedado demasiado tarde a ver su serie de Netflix.

Es igual. Es gente joven y fuerte. Además, los chicos estudiantes y las cuidadoras, tienen rictus bajo y un tanto penoso. Demasiado tiempo sin juerga o fiesta nocturna, y eso quema y condiciona bastante. Y el gentío del metro quizás les evoque el interior de una superdisco, ahora sola y silenciosa. Y los latinos echan de menos sus fiestas ruidosas y culturales, que aprovechan para sentir que además de cuidar ancianos existe su momento sacro para sus danzas y divertimento.

Voy a Bétera. Por mi voluntariado que practico. El trayecto se vuelve largo, porque además el estar todos ahí adentro y sin remedio, convierte los minutos en sensaciones menos rápidas de tránsito temporal. Los pocos más mayores que vamos ahí, miramos la escena con ojos de película de catástrofes disimulando. Evidentemente, acojonados. Si nos ven física y razonablemente bien, nunca nos cederán sus asientos. Si aparece alguien viejete con evidentes dificultades físicas, pueden desvivirse por acomodarle en los asientos. No sé qué es peor que suceda.

A todo el mundo veo tenso aquí. Chatean y watsapean. Quieren relajarse y desconectar de lo inmediato. Y les noto la sensación de que esto del virus no va con ellos, y si hay mala suerte y te contagias, entonces ellos lo achacan a la situación pandémica. Les veo con cara de resignación hacia sus destinos. Pero me malicio que quieren venganza y compensación.

En realidad, en lo que piensan es en divertirse y reírse a carcajada batiente, y a esperar que suene la música, y que llegue la tarde para despegar sus bodys en los gimnasios o en el deporte en las grandes Avenidas o en el lecho seco del cauce del Turia. O lanzarse a las tiendas de las grandes superficies y abarrotar la calle de Colón y adyacentes.

Creo que les jode todo este ritual cotidiano de la obligación. Para los estudiantes en especial. Su mundo se detuvo en Marzo de 2020. Tienen que hacer otra actitud y otra posición. Tensar sus deseos. Es como si una mierda cósmica les prohibiera plenamente crecer, divertirse y ser libres. Pero seguro que más pronto que tarde se vengarán de este castigo impuesto.

-BAJO SU SERIEDAD ESTÁ LA PLAYA-
 

martes, 23 de marzo de 2021

- ISAAC FOUTO, PERIODISMO DEPORTIVO Y VEHEMENCIA. -



Me sorprendió y me sorprende. El apellido Fouto huele a fútbol extremeño, y concretamente a la romana Mérida. Su campo de fútbol lleva el nombre de José Fouto y huele a aquellos años en los que el Mérida alcanzó los cielos de la Primera División. Aquellos tiempos tan distintos. José Fouto, José María García, otros olores y tiempos.

Isaac Fouto es hijo del que fue presidente del Mérida, y para mí la actual gran revelación del periodismo deportivo en España. Y a pesar del clima cañí que vive y vivió, Isaac Fouto ha hecho su voz vehemente y potente en la radio COPE, y desde ahí se ha puesto de largo para la popularidad. Como buen extremeño, es corajudo, cabezón y valiente defendiendo sus cosas.

Y a pesar de que la tecnología escasea entre las tierras pobres de Extremadura.-tengo todo el tiempo en la cabeza al Presidente R. Ibarra que fue un histórico-, a pesar de que Las Hurdes se hicieron cinematográficas por su hambruna, sale un tipo emeritense y periodista deportivo que ha conectado plenamente con la tecnología de hoy y especialmente con el famoso V.A.R. "¿Un extremeño en el Espacio?" ...

Evidentemente, Fouto ya pertenece a la generación digital, y la defiende a muerte en las ondas de la radio con sus contrincantes de tertulia, con watsaps o con twiters. Sorprende porque renueva a los previsibles. Porque a Isaac Fouto parece que le vaya a ir el mundo defendiendo con pasión los aciertos del V.A.R., entrando a sangre personal con las voces clásicas de los mejores gurús deportivos, y su arrojo merece una mención.

No duda Fouto. Se sabe todos los nuevos reglamentos y su memoria se antoja una máquina. Manolo Lama,-dios de las ondas deportivas-, intenta decirle que eso del V.A.R. no es para tanto y que el fútbol es menos máquina, más libertad, más emoción y más inmediatez.

Pero a Fouto no, ¿eh? A Fouto hay que intentar dejarle, que interrumpa lo que quiera, que precise, y hasta que le tengan que amonestar. Fouto no se va a bajar del burro. Y eso le da mérito. Porque cuando hasta un niño ve que eso no ha sido penalty, o que esa entrada merece tarjeta roja directa, o que ese rebote inocentón y desafortunado que ha dado con el balón en la mano solo es involuntariedad, entonces Fouto va a reaccionar y a argumentar como un volcán en erupción. ¡Allá va! ...

Y entonces dice que, ¡no señor!, ¿vale? Porque en el artículo equis lo dice bien claro, y que la nueva disposición sobre el V.A.R. y las nuevas decisiones a tomar lo cambian todo. ¿Hay estupor general o indignación por tierra, mar o aire? ¡Es igual! El extremeño Fouto no se va a arredrar ni a dar por vencido. Y saca su coraje imparable y sus defensas acérrimas. Se ha convertido en ese gran malo apasionado que hace de la tecnología su apuesta total y definitiva.

Isaac Fouto no parece una fugacidad. Se toma bien a pecho su periodismo técnico y futbolístico. Ha mamado fútbol desde la cuna, pero se ha vuelto ambicioso y 5 G. Y de ahí no lo saques si quieres un remanso de paz ...

Fouto es la polémica, porque el V.A.R. es la polémica. Poco a poco fuimos descubriendo que el V.A.R. solo no arbitra nada, y que en última instancia decide una persona las cagadas o los aciertos del partido. Y a lo mejor no es el árbitro que está en el césped, sino otros mirando arriba en un despacho y trazando unas líneas imaginarias e imperfectas las cuales otro ser humano pergeñó y diseñó. 

Fouto dice escapar de la potentísima polémica arbitral. Pero es astuto y listo. Y sabe que si quiere seguir siendo ese Fouto esperado y esperable, no deberá torcer su camino y continuar erre que erre hacia adelante, y enfrentándose a todo dios si es necesario. Fouto, interrumpidor, tajante, desafiante, personal e intransferible. Inolvidable como malo y cuando la importancia del V.A.R. hasta se satiriza. 

Yo no creo en el V.A.R. Nunca lo hice. Primero me molestó, después no me convenció, y finalmente me di cuenta de que esto no era nada relevante. Pero lo que no pienso es ponerme a rebatir a Fouto o me da la noche, o la tarde, o la una, o las dos o las tres... Porque se hace muy tarde, ¡leñe! ...

-PORQUE, ¡GENIO Y FIGURA ISAAC FOUTO! -
 

domingo, 21 de marzo de 2021

- DEMI MOORE, SEDUCCIÓN EN EL LÍMITE. -



Piel blanca, larguirucha, delgada y corporal. Demi Moore. El cuerpo que sale del tabú y que se muestra generoso y exhibido. Eterno femenino y nada de moralinas.

Pelo largo y ojos inquietantemente seductores. Demi es la seducción, y además la seducción ha doblegado a la sugestiva Demi.

Cuentan de ella que su infancia fue desastrosa, que fue violada de jovencita, y que en los suburbios de Pittsburgh puede soñarse demasiada ambición. Porque Demi Moore avanza sobre Cronos haciendo ruido y belleza sexy majestuosa y sin parecer inmutarse. Ha roto todas las barreras y se come el share con permiso de las "jovencitas" Cyrus o Beyoncé. Porque la Moore gusta y se gusta más que mucho.

Seguramente el pasado fue su lanzadera instintiva hacia una libertad escandalosa, sin freno ni pudor. Sabe que con su cuerpo puede hacer vibrar a varias generaciones, y hay que admitir que el dinero puede que no dé la felicidad, pero te hace las cosas menos difíciles y te lleva a un Olimpo personal que crea carisma y que pasa de indiferencias.

La fama. La popularidad. El escote y el desnudo. La piel y la viveza de la Moore y su pasión por la perfección física. Demi Moore quiere ser una hembra eterna y parar todo lo posible la tiranía de la arruga y la de una discreción que detenga ese silencio que derrota y desdibuja.

Demi no se conforma con la estabilidad. Lo ha hecho todo en esta vida. Hasta es y ha sido una excelente actriz. Y jefa. Y ahora construye un personaje que avanza sobre sí misma en busca de la fama del todo vale menos la invisibilidad.

Demi se ha desnudado a mil. Ha hecho explícito su cuerpo sexy y sin ropa, y se ha aderezado femenina y liberada hasta el reproche pudibundo. Demi representa el reino corporal en su Hollywood de la notoriedad y de la imagen, y de las ganas de atraer. La provocación sale de la Moore y entra en la Moore.

Mostró su desparpajo y su belleza trabajada. Abrió bien pronto la tormenta sexual. Le gusta incendiar las redes aunque tenga cincuenta y ocho años y haya hecho un cuerpazo a lomos de la ciencia quirúrgica y su odio a no epatar.

¿No gustar? Se casó y amó a gente de su edad, hasta que dejó de marcarse límites. Demi afirma y demuestra que le gustan y mucho los hombres más jóvenes que ella. Mucho más. Quizás les quiera proteger dado que ella no pudo ser protegida a tiempo. Y lanza a sus muchachos toda la red de seda de licra y de audacia. Y cuando las cosas no funcionan, bye, que hay muchos más alicientes interminables.

"Cougar". Quizás la palabra cougar se hunde en el machismo y todo sorprende. Demi Moore quiere ser la gran mala que atrae sin remedio a los jóvenes, y que le dan músculo y placer. Y proyección, y sorpresas, y renovación, y energía vampirizante de la que se nutre una y otra vez. Demi es el lujo soñado de una libertad libertina y de mujer.

Ahora dicen que está con una mujer eslava que la gusta. Lo que se sabe es que el mundo de Demi es el del deseo y el del guiño que es práctico y que nunca se acaba ni se da jamás por sentado del todo.

En su última peli, "Inmune", la Moore le da la salvación a un chico porque es guapo, y fuerte, y joven, y porque le gusta, y porque ella hace lo que le apetece. O por lo menos hace ver que todo esto le apetece y se acabó.

Demi lo probó todo, incluídas las drogas. Parece que ahora su droga eterna es hacerse la belleza seductora y el placer, caiga quien caiga. Esto de sufrir del todo, puede esperar. Moore ahora quiere vivir su presente y todo el dinero top que gana. Se ha convertido en alguien adorado por la juventud y carismatizado por much@s. Otros le dicen que no es nada ni nadie, y que solo es carne de superficialidad y de narcisismo. De todo hay. Pero la Moore sabe mover sus ojos delante de un alguien y atraerle.

-POR ESO SE HABLA DE ELLA- 
 

miércoles, 17 de marzo de 2021

- DESCUBRIMIENTOS INTERIORES. -



Desde el cariño siempre, y con su recuerdo todavía vivo e inasumido, ocurre que el pasado me llega desde las piernas a la cabeza y viceversa.

Hace muy poco que enterramos a mi mejor amigo de toda mi vida, como fue Miguel. Su recuerdo sigue hirviendo, y casi hasta calientes sus restos. Un día de estos quiero ir a verle al cementerio yo solo. Cuando nadie lo sepa ni me vea. Porque a veces el pasado puede ser el presente que se queda cojo de cariño.

Otro gran amigo de Miguel, tuvo la idea de hacer una especie de grupo de watsap póstumo de homenaje a su figura, y en el cual solo estamos los amigos más amigos. Los amigos más cercanos a él, y entre nosotros mismos.

Y ahí, al otro lado de mi nombre o nik, hay otro componente que también chatea aunque su nombre no aparezca. Que es otro yo mismo, y descubriendo sensaciones que no tienen que ver con las batallitas de la mili que nos contamos. Ese yo del que hablo, me emociona a mí mismo aunque sea la misma persona. Porque mis amigos tienen mucha más memoria que yo, y recuerdan sucederes que parecen inéditos e insólitos, pero que luego me voy dando cuenta de que existieron. El cariño a Miguel me trae aires de otro tiempo, de otros colores, de mil aventuras, y de mil ángulos siempre emocionantes. Eternos ...

Hablamos sobre todo, de fútbol. De cuando todos los sábados de los años finales de los setenta y principios de los ochenta, sentíamos el deseo de vernos ahí en el todavía no ajardinado Jardín del río Turia de mi Valencia, y de ponernos a jugar al fútbol hasta caernos de culo. Raramente de cansancio.

La perspectiva que da el tiempo, es apasionante. Y la vida dramática de mi amigo Miguel, parecía pasar desapercibida. Pero más allá de darle al balón y de marcar y evitar goles, había una necesidad imparable entre todos de ser felices, ganáramos o perdiésemos esos partidillos sin uniforme ni club. O con el club potente de una amistad real.

No veías nada dramático ni especialmente peor, en aquellas obligadas fechas de la indefinición y de la adolescencia. Queríamos y nos transformábamos en fans de los chicos habituales, y los chavales nos hacíamos amigos. De verdad, bien pocos. Porque mi único amigo verdadero y con el que nunca perdí el contacto, fue Miguel. Y yo, evidentemente, aún no era el amigo de mí mismo que debía estar siendo.

El actual grupo de watsap resulta precioso y duro a un tiempo. Porque saca a Miguel del puto ictus de sus últimos tiempos, y las fotos saben a chico fuerte, a futbolista, y a algunas chiribitas en sus ojos de ilusiones. Estaba empezando a impostar la figura tranquila de un padrazo, o de un hermano mayor para mí y para los cercanos. Cosa que nunca podía ser, pero tened en cuenta que trato de poner los pies en muchos años atrás, y si lo haces, puedes encontrarte con cosas que hoy en día no se sospecharían.

¡Cuánto tiempo interior hay ahí! En esas fotos de color amarillo verdoso como la camiseta de Miguel o sus pantalones azules, o aquella bolsa de deporte que solo la desechaba cuando pasados algunos años se le rompía y ya no tenía más remedio que comprarse otra. Y no era por falta de money ...

Mis amigos y yo, nos decimos unas cosas tremendas. Mi eterno cariño que le tendré siempre a Miguel, se ve reflejado entre mil anécdotas compartidas y vividas. Aunque a veces puedan parecer olvidadas o sorprendentes, aquello fue vivido y más que vivido.

Que si aquel guapo chaval que se trastornó cuando su novia le dejó, que cuando uno de los amigos se rompió el menisco y aún no precisa operación décadas después y si la precisa no le molesta nada para caminar, que si algunos niños eran tan jóvenes como unos nenes, o si uno de ellos era testigo de Jehová, otro el maestro que jugaba dirigiendo al equipo aunque tuviese menos físico, que si había un juguete roto al que apodábamos "el míster" y que nos decía todos los Septiembres que este año íbamos a ser un equipazo, o mil millones de sentires que se disparan al lado de las anécdotas o de los relatos.

No. No quiero que se me escape la idea. A Miguel le quise porque amaba el fútbol y por nuestras circunstancias. Fotos como dije, de color amarillo brasil de los 70, estampas que no tenían la nitidez de las actuales pero sí la gran magia especial de la ternura. Hay un amigo que sigue igual de flaco y de en forma que antes, y la foto demuestra en aquel tiempo que era una muchacho con una condición física incansable, y sobre todo, fiel a nuestra cita sabatina.

Lo mejor de las anécdotas no solo es que las compartamos y bien vividas, sino que las supera el cariño hacia nuestro/mi amigo Miguel. También tengo yo mis batallitas de la mili de aquel tiempo en el río seco. Por ejemplo, cuando en cierta ocasión y viniendo de jugar un partido y una cita amical en la playa y de vuelta a casa a bordo de la furgoneta de un amigo, Miguel golpeó mi nunca con ternura pero también con tanta potencia que mis lentes salieron disparadas por una de las ventanillas de la furgoneta y en plena Avenida del Puerto. Mi cara pasó de la risa a la desolación o el enfado en décimas de segundo, lo cual provocó que otro de los amigos no pudiese evitar reír a carcajadas, y ésto hizo que Miguel reparara en lo sucedido y entonces mandó gritando al amigo que conducía la furgoneta que parara y ¡ya! ...

Yo, debí dar por perdido mentalmente el tema, y me cambió el rostro. Pero mis amigos no sé qué coño hicieron para hacerse a un lado y estacionar ilegalmente el vehículo, saltar a toda carrera y velocidad, andar cientos de metros busca que te busca, y plás, de repente volvieron a la furgoneta con mis gafas intactas. Seguramente, estaban vivas de milagro en la misma calzada de dos direcciones que entonces tenía dicha kilométrica Avenida del Puerto. ¿Es eso lo más importante? ... ¡No! Lo más importante, fue que Miguel pegó un grito y logró solucionar el desaguisado. Aunque lo más destacado aún, es que se hizo la magia y se me pasó el disgusto. Eran todos maravillosos, y por supuesto que en mi casa nunca nadie supo nada. Si llego a contarlo, la bronca que me hubiese echado mi madre hubiera sido de aúpa. Es decir, que yo empezaba, aunque torpemente, a llenar mi zurrón personal de amistad mucho más allá de los asuntos familiares y cotidianos.

El manotazo de Miguel fue perfecto. Tuvo fuerza, vida y the end feliz. Y estoy seguro de que si no se hubieran encontrado las gafas, Miguel hubiese querido pagarme el importe total de unas nuevas. Podéis creerme. La amistad es mucho más grande que el dinero. Y no digamos en aquellos aparentemente maravillosos años. Por cierto que yo me pasé muchos años jugando al fútbol con gafas, y por tanto con algunos incidentes de balonazos que aunque no llegaron a impactarme de plano, me doy cuenta de que expuse hasta bien demasiado. Pero siempre te das cuenta después ... Hubo un pequeño período de lentillas y fue casi peor ...

El otro día metieron una foto, la cual tenía todas las trazas de ser yo. Debía tener unos treinta años y hacía marathón con los fundadores y pioneros de la Sociedad Deportiva Correcaminos de mi Valencia.

Me sorprendió ese alter ego. Ese yo que tampoco soy yo el de ahora, porque entre otras cosas llevo años esperando una intervención de prótesis en la rodilla para sí poder cuando pase el Covid, poder caminar como las personas.

Me di cuenta de que mi sonrisa era bonita cuando yo me sentía a gusto,-que no era siempre ni mucho menos-, que estaba muy delgado y fino como buen fondista y con mi cinta de pelo habitual, y que tenía buenos músculos en unas piernas delgadas y fibrosas. Con ese cuerpo, podía hacer mucho físicamente. Eso explica que en las tardes de primavera y verano, a veces lanzaba el balón largo en autopase, porque sabía que con mi ritmo de corredor de fondo podría sobrepasar a cualquiera de mis amigos, dado que ellos no hacían marathón. Es lo de menos.

Cuando vi esa foto, la guardé rápido. Quise recuperar la belleza y la juventud mía dinámica de ese tiempo tierno e inolvidable. Yo, había sido atleta popular, y esa foto valía un potosí. No sé quién demonios me la hizo aunque lo sospeche. Es lo de menos. Habían fotografiado los míos a un chaval que lleva mi nombre y mis apellidos. Rememorar aquello, está bien. Me sentí rejuvenecido y reivindicado por mí mismo. Y es que a veces el puto paso del tiempo esconde magias que parece que nunca podrían haber ocurrido.

Hace nada que enterramos a Miguel. Aún no me lo creo. Aún no asumo que no le veré más, ni que ya no me quedaré hablando con él hasta la una de la madrugada y de que el destino quería hasta que riñésemos, aunque a los dos o tres días ya éramos los mismos amigos que siempre.

El día del entierro, el chistoso amigo Pepe de Turís, me contó una anécdota que acaeció cuando su padre pegó el bajón, empezó a decir cosas inconexas, y hubo que torear al desconcierto y al dolor, como a mí también me sucedió.

Este tranquilo y valenciano a mil amigo común, me refirió que decía su padre senecto que no comería si estaba él y su familia mirándole. Y que si se alejaban y le dejaban tranquilo, entonces el anciano prometía comérselo todo. Lo que pasa es que al cabo del rato y cuando la familia entró a comprobar si el viejo había cumplido su promesa, nada de éso. No había comido nada. Y mientras con firmeza ya le apremiaban para que comiera y tal, se dieron cuenta de algo que dicho padre de mi amigo trataba de comunicarles y que tenía que ver con los locutores de la la televisión que estaba en su cuarto. Y el anciano dijo: "Pero, ¿cómo voy a comer si están esos ahí que no paran? ¡Así no se puede comer, joder! ..." Sí. Y fue apagar la tele, y el hombre se lo comió todo.

No es bueno que me riese a carcajadas viniendo de un entierro. Del entierro de mi mejor amigo de toda mi vida. O, ¿sí? ... ¡Claro que sí! Porque lo que había generado que este amigo tuviese el deseo de llevarme con su auto hasta la misma puerta de mi casa, no era otra cosa que esa potente amistad que surgió del afecto común hacia nuestro/mi amigo Miguel. Y venía a ser todo como entonces. La amistad entre los más cercanos nunca tuvo hipocresía. Éramos así, y punto pelota.

Es lo más bonito de esas emociones y sucederes que rememoramos en el homenaje a mi mejor amigo de toda mi vida: amistad, amistad y más amistad. Y yo me siento mucho más amigo de mí mismo. Y esa es la mejor de las noticias. La amistad me ayudó todo a crecer. Y lo ha de seguir haciendo.

-LA AUTOESTIMA TAMBIÉN ES AMISTAD-


 

sábado, 13 de marzo de 2021

- PRIMAVERA PRECOZ Y ARROLLADORA. -



Nace en el invierno y decide tomar el relevo. Se ha curtido y pronto será explosividad. Mientras tanto, la primavera va calando en forma de luz progresiva.

Primavera, mujer. Apasionante culo inquieto de variedades. Es el símbolo de la vida activa que se renueva y emerge a borbotones. Las plantas y los árboles lo saben bien. El todo ...

La primavera tiene su olor y su estampa. Es abanico y arco iris, vademecum de sorpresas y toda la inestabilidad. Son los días más traviesos y divertidos del año, el punto de partida de todas las dudas, y placeres y disgustos. La concreción. La vida se define y se pone a bailar y a moverse. Y los pájaros trinan con la fuerza y la libertad de un tenor y con la insistencia de lo imparable.

Sol y lluvias, viajes que miran hacia adelante, las amapolas de rojo vivo como semáforos de orlas en las praderas propicias. La primavera de este año vendrá tapada con manto de esperanza y nos hará pensar que cuando a ella le dé la gana vendrá el verano y podremos finalmente ir viendo con claridad el final del túnel vírico.

La primavera es el color y el cambio, el colorido y el Giro, París y su creatividad, la calle abierta de las compras, el olor a tomillo, la terraza prieta, la mujer hermosa y el terrateniente.

La primavera es potente y de Richelieu. Urde y trama todas las sorpresas. Inicia sendas y senderos, entristece a los anémicos y deprimidos; dan ganas de dar todo lo suave antes de que el brutal estío rompa todos los momentos acogedores y nos meta debajo del aparato del aire acondicionado. 

Los animales ya ven la primavera y salen en busca de sus parejas de supervivencia. Y cuando dos jóvenes enamorados apartan sus bocas selladas entre sí, perciben que las ropas solo tienen remedio para secarse que el amor. Porque está lloviendo a cántaros, cuando veinte minutos antes no había nubes. Pero Sergio descubre a una Lydia diferente con su pelo empapado y su rímmel corrido. La ve mujer y siempre hermosa, unida de su mano de niño que crece.

Solazo. El deporte da gusto camino de los Juegos de Tokyo. Será el abril y el mayo de las vacunas. La sangre de la mandarina sanguina, que está tan deliciosa que te dan ganas de comerte hasta su piel.

La playa despierta desde el tam tam primaveral. Y llega el primer baño furtivo e inadecuado por agua fresca. Piel y más piel de tirantes. Y en el monte, la tierra del sendero se prepara para las pisadas masivas de las chirucas de los senderistas. Es el momento más bello y a la vez arriesgado, más confiado y hasta peligroso, pero todo es la vida y la aplastante lógica que conlleva.

Todavía el invierno quiere pensar que sigue ahí. Y contraatacará al principio de la creativa primavera con nieve y nostalgia. Pero en seguida Su Majestad el Sol crecerá de nuevo para secar pasados y crear futuros. Y la tarde no tendrá fin.

La primavera es como la rosa de los vientos en una sola dirección. Es capaz de hacer ampliar las amistades, o de hacer un suceso trágico en un amor aparentemente consolidado. Porque las cosas más tiernas y hasta carismáticas pueden pasar en primavera.

¿El virus? La primavera juega en otro paradigma. La primavera es la tolerancia que todo lo perdona y comprende. Es pragmática y siempre hace de presente indeclinable. La primavera es un resorte de sueños y de plataformas, de retos y también de desgracias. La primavera es definitiva y toma todas las decisiones. Todo, menos quedarse quieta como hizo ya el viejuno invierno. Nada de eso. La primavera es el brote, lo inesperado, el miedo y la risa, lo presto, lo inmediato, lo fatal y fou, el amor de una hembra o el cláxon de un taxi oportuno.

-COMO TÚ MISM@-
 

miércoles, 10 de marzo de 2021

- IBAI LLANOS Y SUS CONEXIONES INMEDIATAS. -



Veinticinco años. Simpaticote, gordo y con barba. Me interesó su mundo, porque es el futuro. O, el futuro presente. Y su juventud me ayuda a adentrarme en la sociología y modo de ver las cosas de las personas de estas edades. Adolescentes, jóvenes y con el idioma y la tecnología internet como proyecto casi inesperado de conexión muy rápida con el dinero.

Esto dependerá de franja de edad y de mundos. Nada que ver con el mundo de los adultos o carrozas. Ibai Llanos no tiene estudios, pero gana pasta por un tubo. Si tú preguntas a jóvenes chicos y chicas, te dirán que Ibai es genial.

Ni es actor, ni es periodista, ni tiene treinta años, ni parece soñar con cosas imposibles. Y vive el presente de indicativo. Lo mejor es que se desnuda con desparpajo y naturalidad. Y construye su personaje casi sin querer, como improvisando, como haciéndose autodidacta, y dándose cuenta de que el mundo que le propone el capitalismo no vale un carajo.

Mierda. Utiliza mucho la palabra mierda, y lanza tics en frases con las que conecta bien su ser con otros. Lo que hace, tiene que ver con su yo mismo y con su dominio del internet, y con echarse hacia adelante parece que sin mayor miedo a hacer el ridículo.

Ibai, juega a vivir. Y en ese juego inicial se encuentra con trabas y malos rollos. Y entonces descubre a otros "influencers" petardillos como "el Rubius", y entonces Ibai flipa. Y en colores.

La juventud busca sus referentes. Y quiere comerse a cachos el mundo virtual. Por eso Ibai decidió irse a Barcelona. Necesitaba colegas para montar desde una casa espaciosa un proyecto de futuro. La idea puede pasar por negociar con empresas los anuncios de videojuegos y su desarrollo comentado, o hasta narrar partidos de fútbol al igual que Lama, o twitear con más fuerza e inmediatez que un Évole, o inventarse una ocurrencia que tendrá en seguida cientos de favoritos o likes en las plataformas del universo juvenil en las que parece moverse como más facilidad que un pez en el agua.

Si Ibai es el desorden o la velocidad, es porque la juventud es así. Y no les llama mucho el periodismo o la información densa y oficialista.

Ibai parece un buen chaval. No sé muy bien lo que dice, pero no se arruga y va creando una cosa que funciona. No dirá que "el balón ha golpeado con contundencia la base del poste", sino que exclamará " ¡Que hostiazo! ... Y no se detendrá en la corrección de la ortografía, y sus apoyos serán igualmente juveniles y poco escrupulosos con el purismo académico de los mayores. Es ocurrente.

Ibai parece un hermano mayor o un colega simpático que se lo monta bien. Y que se lo pasa bien. Y que es individualista como tantos jóvenes, y además no quiere ser el icono representativo de algunos Bancos o productos que le van tentando  para hacerlo famoso. 

Es como si Ibai quisiera vampirizarse sin que nadie le ayude. Perdiendo o ganando. Y dice entender qué son las respuestas a sus conexiones: "Es gente que ve un futuro de mierda y se caga en lo que sea para desahogarse ..." Sí. Ibai también es como los otros jóvenes. Y no se complica la vida. Es vasco, y presume de su raíz. Pero el dinero es global. Ibai tiene su lógica, y tranquilo que no se va a poner de mala sangre por discutir contigo. Dicen que puede ganar al mes, nada menos que 120.000  dólares ...

Ibai trata de avanzar en lo suyo porque los negocios le suman bien. ¿Será en el futuro un mecenas o un millonario? Él, no lo sabe. Quizás percibe que ésto son modas. Que todo es fugaz. O, que lo atractivo de hoy será otra mierda cuando pasen dos o tres años.

Internet avanzará y evolucionará. Ibai ahora va el 3 con esas cosas de los premios del streaming, del "influencer", y del libertario naturalote que solo aspira a hacer sonreír y a consumir todos los favoritos y likes posibles para así poder rentabilizar. A Ibai ya le llaman el Presidente Sánchez y el ex ministro Illa, al ver que hace cosas sensatas para evitar que la panda no se vaya por ahí a la fiesta furtiva, pandémica, peligrosa e ilegal.

E Ibai muestra su sorpresa porque no quiere ser el ídolo de nadie. Eso dice. Que él, ve las cosas así y no le demos tantas vueltas. Que, es la hostia que le llame el Presidente y todo lo que quieras. Flipante. Pero él lo que quiere es estar en acción y a sus cosas. Superarse. Y si se cambia un poco el estilo de comunicación, pues oye, casi mejor ...

-NO PARECE SU OBJETIVO-

 

sábado, 6 de marzo de 2021

- VILLAREJO "SUPERSTAR". -



Es toda una estrella de la televisión y los medios. El comisario jubilado Villarejo nunca duerme. Como los pícaros tradicionales, los cuales le ponen la sal de la intriga a las tripas o cloacas del Poder.

Villarejo es el chico bueno que se les fue de las manos a todos. Al PP, al Pesoe, y a los diferentes poderes económicos, mediáticos o fácticos.

El poli bueno, era en realidad un urdidor de autoaventuras. Salió de un pueblico de Córdoba, en donde cerca está la carretera que lleva a Madrid.

Absolutamente tentador. Porque en Madrid se asienta la capitalidad y la institucionalidad. Y en esas alturas se pueden esconder las mismas debilidades humanas que en cualquier barrio patrio, pero con la diferencia de que Madrid es una carretera por donde va y viene el dinero. En donde se piensa y se dispone el centro del deseo del dinero. Y de la atención.

La voz de Villarejo ya le delata. Parece un paleto redomado que gusta como los colegas, de denominar con un alias a sus amiguetes y objetivos. Es un colegueo que le hace definido y especial. Es un tipo listo y carece de ética. Y los pícaros son cabrones, pero nunca gilipollas. Y el cordobés Villarejo pensó que eso de ser poli está bien. Y lo de comisario, pues también. Pero él quería más. Mucho más.

Supongo que de niño se debería sentir bastante desplazado y con la sensación de que no le escuchaban. O de que no se quedaba su relato en los demás. Y decidió sutiles venganzas. Y tiene la manía económica de grabarlo todo, con muchos fines pero ninguno bueno. Supongo, que el que graba, lo que en el fondo busca es notoriedad y recorrido. Que la prueba sea larga, mediática, que conecte, y que tenga fuerza. Que sus conversaciones en la sombra aparentemente buena y neutra, puedan generar mucha atención. Y todos los réditos posibles.

Villarejo es un tipo infeliz. Un desgraciado al que parece que lo de los demás,-incluída la credibilidad del Poder Estatal-, le importa una higa.

Aventuras, sorpresas, corinas, eméritos, piratas, lolas, floreros con trampa, bolígrafos, espionaje al por mayor, que le pague quien sea y tendrá el encargo. Da igual realidad que inventos, cordones, souvenirs, caramelos de piedras de rubíes, ratas de cloaca, o verdades trufadas de fantasía obscena. Y así mil etcéteras.

Este mafioso, construye alrededor de sí, una suerte de sociedad paralela. Es capaz de todo. De todo, si le pagan. De todo, si le permiten relacionarse y medrar, de todo si le dejan codearse con jueces, políticos, empresarios, y gente de nivel. Villarejo juega tanto al todo vale, que ya nadie puede tirarle el guante y ha ganado la partida. Lo único que se puede hacer con un pillo como éste, es no darle cancha ni voz. Y dejarle que diga. Ya la ha liado. Y la gente se ha dado cuenta de que no es de nadie, porque es fatalmente neutro.

Se ha colado, porque le han dejado colarse. Porque han aceptado sus métodos y su compañía. Porque los pícaros son astutos y suelen sobrevivir como pocos.

Villarejo, no se conforma. Porque lo suyo es la tele y la notoriedad. El tonto y el lápiz. Y últimamente dice que no le toquen las narices o sacará todas las bombas que tiene preparadas para todos los que le quieran defraudar y llamarle malo y decepcionante. ¡No! Villarejo no ha de ser decepcionante porque es un producto social, el cual tomó carrerilla y se coló en muchos comedores y catres. Sí. Le fascina el fofo encanto de lo visual e impactante.

El fracaso de este país en el Poder, ha sido el caldo de cultivo de este pajarraco de largo recorrido. Por eso su neutralización se halla en el pacto de consensos y en no darle palique. Y es un síntoma evidente de una moral general canallesca y significativa de mi mundo del Poder. Y de todos los poderes.

-DE MI SOCIEDAD-


 

lunes, 1 de marzo de 2021

- J. M. AZNAR, NO, NO Y NO ... -



Mirada dura y calma. Es como si fuera un campeón mundial de los grandes pesos, pero que ya nunca espera rivales.

Como si le diera dos pitos que su rival fuese Foreman, o Frazier, o el propio Alí. Porque José María Aznar es él. El intocable. El emperador. El liberal. El defensor de la libertad individual. Y en donde solo hay un rival capaz de plantarle cara. Él mismo. Si quitamos a este contrincante, ya todo le trae al pairo.

Évole y en la tele, le buscó con astucia y veteranía sus puntos débiles. Lo que pasa es que Aznar no percibe tales puntos débiles. Parece una coraza de kriptonita en un Poder del que nunca está dispuesto a marchar.

Lo más destacado del ex Presidente de España, es su nula autocrítica. Y su blindaje autoconvencido y orgullosamente simplón. Me da la impresión de que cuando Aznar afirma y reafirma con vehemencia, es el momento en el que se siente más vulnerable. Son reflejos paradójicos y hasta sorprendentes. Y esa contradictio actuativa y expresiva, le da complejidad a un tipo siempre serio y escasamente complaciente.

Él, lo niega todo. Niega que robara, que supiese algo de esa cueva de Alí Babá en la que se convirtió su partido, o las aranas de temor a perder las elecciones tras el salvaje atentado yihadista de la estación de Atocha.

Frío Aznar. Muy gris. Con un carisma de ganador evidente, pero en extremo inmovilista. No, no y no ... A Aznar las acusaciones, las justitas. Cuando se le pregunta si pondría la mano en el fuego sobre sus compañeros, Aznar se encogió de hombros. Y dijo que él solo ponía la mano por él mismo.

Tremendo él. Seguramente es su peor enemigo. El ego irreductible. Ha de ser jodido que tras ser dos veces Presidente de toda España, uno se sienta una mierda vulnerable de ETA dentro de un Audi. Porque es evidente que allí pudo morir.

Y siempre he sospechado que el conservadurismo siempre evidente de Aznar, se hizo todavía mayor y definitivo cuando vio que podían eliminarle en un pispás.

Y entonces se puso a vivir. Se sintió absolutamente grande. Abracadabremente grande, y recordando lo que le cantaban en sus mítines al referirse a su rival socialista González: - "¡Aznar, machote, arráncale el bigote! ..."

Aznar ha construído un personaje. Carismático y potente, y gris y duro. Pero, un personaje. Un personaje que parece sentirse injustamente tratado hasta por los suyos y por los otros votantes. Su creencia en el Estado, es distante a pesar de que él representó desde ese Everest del Estado y desde su gobernanza y Presidencia.

Aznar está definitivamente cabezón, irreductible e inmutable. Se limita a defenderse como un muro sin aparentes fisuras, y a largar letanías que dicen pretender unir y aglutinar. Quizás lo logró antes del atentado del Audi, pero ahora eso se acabó.

Ha negado todas las argucias e ignorado todas las irregularidades. Va de honesto y de limpio, de elegante y de internacional, de riguroso y de vencedor. Sí. Aznar siempre va de vencedor. También le pasa a Felipe González ...

Será genio y figura porque ha sobrevivido. Y que no le toquen a la boda de su hija, por que él ahí tienes más ego. Es, su hija. Y si eso estaba lleno de chorizos, y si la clave de los grandes escándalos judiciales estaba en el seno de los asistentes a esa boda, a él eso le importa un sonoro rábano.

Porque para él, la boda fue bien, España iba bien, y él irá bien siempre. Y puso los pies sobre la mesa junto a Bush y Blair, porque la prensa le pilló cansado.

El PP está ahora muy dividido. Y Aznar puede ser muy listo para la oportunidad triunfal. Concede entrevistas para hacerse el grande y el gran Cid Campeador que unía a todos los suyos camino de la victoria. Évole hizo un programa significativo. Aznar no se movió ni se moverá un centímetro de sí mismo.

-ASÍ LO VI Y LO CUENTO-