martes, 23 de marzo de 2021

- ISAAC FOUTO, PERIODISMO DEPORTIVO Y VEHEMENCIA. -



Me sorprendió y me sorprende. El apellido Fouto huele a fútbol extremeño, y concretamente a la romana Mérida. Su campo de fútbol lleva el nombre de José Fouto y huele a aquellos años en los que el Mérida alcanzó los cielos de la Primera División. Aquellos tiempos tan distintos. José Fouto, José María García, otros olores y tiempos.

Isaac Fouto es hijo del que fue presidente del Mérida, y para mí la actual gran revelación del periodismo deportivo en España. Y a pesar del clima cañí que vive y vivió, Isaac Fouto ha hecho su voz vehemente y potente en la radio COPE, y desde ahí se ha puesto de largo para la popularidad. Como buen extremeño, es corajudo, cabezón y valiente defendiendo sus cosas.

Y a pesar de que la tecnología escasea entre las tierras pobres de Extremadura.-tengo todo el tiempo en la cabeza al Presidente R. Ibarra que fue un histórico-, a pesar de que Las Hurdes se hicieron cinematográficas por su hambruna, sale un tipo emeritense y periodista deportivo que ha conectado plenamente con la tecnología de hoy y especialmente con el famoso V.A.R. "¿Un extremeño en el Espacio?" ...

Evidentemente, Fouto ya pertenece a la generación digital, y la defiende a muerte en las ondas de la radio con sus contrincantes de tertulia, con watsaps o con twiters. Sorprende porque renueva a los previsibles. Porque a Isaac Fouto parece que le vaya a ir el mundo defendiendo con pasión los aciertos del V.A.R., entrando a sangre personal con las voces clásicas de los mejores gurús deportivos, y su arrojo merece una mención.

No duda Fouto. Se sabe todos los nuevos reglamentos y su memoria se antoja una máquina. Manolo Lama,-dios de las ondas deportivas-, intenta decirle que eso del V.A.R. no es para tanto y que el fútbol es menos máquina, más libertad, más emoción y más inmediatez.

Pero a Fouto no, ¿eh? A Fouto hay que intentar dejarle, que interrumpa lo que quiera, que precise, y hasta que le tengan que amonestar. Fouto no se va a bajar del burro. Y eso le da mérito. Porque cuando hasta un niño ve que eso no ha sido penalty, o que esa entrada merece tarjeta roja directa, o que ese rebote inocentón y desafortunado que ha dado con el balón en la mano solo es involuntariedad, entonces Fouto va a reaccionar y a argumentar como un volcán en erupción. ¡Allá va! ...

Y entonces dice que, ¡no señor!, ¿vale? Porque en el artículo equis lo dice bien claro, y que la nueva disposición sobre el V.A.R. y las nuevas decisiones a tomar lo cambian todo. ¿Hay estupor general o indignación por tierra, mar o aire? ¡Es igual! El extremeño Fouto no se va a arredrar ni a dar por vencido. Y saca su coraje imparable y sus defensas acérrimas. Se ha convertido en ese gran malo apasionado que hace de la tecnología su apuesta total y definitiva.

Isaac Fouto no parece una fugacidad. Se toma bien a pecho su periodismo técnico y futbolístico. Ha mamado fútbol desde la cuna, pero se ha vuelto ambicioso y 5 G. Y de ahí no lo saques si quieres un remanso de paz ...

Fouto es la polémica, porque el V.A.R. es la polémica. Poco a poco fuimos descubriendo que el V.A.R. solo no arbitra nada, y que en última instancia decide una persona las cagadas o los aciertos del partido. Y a lo mejor no es el árbitro que está en el césped, sino otros mirando arriba en un despacho y trazando unas líneas imaginarias e imperfectas las cuales otro ser humano pergeñó y diseñó. 

Fouto dice escapar de la potentísima polémica arbitral. Pero es astuto y listo. Y sabe que si quiere seguir siendo ese Fouto esperado y esperable, no deberá torcer su camino y continuar erre que erre hacia adelante, y enfrentándose a todo dios si es necesario. Fouto, interrumpidor, tajante, desafiante, personal e intransferible. Inolvidable como malo y cuando la importancia del V.A.R. hasta se satiriza. 

Yo no creo en el V.A.R. Nunca lo hice. Primero me molestó, después no me convenció, y finalmente me di cuenta de que esto no era nada relevante. Pero lo que no pienso es ponerme a rebatir a Fouto o me da la noche, o la tarde, o la una, o las dos o las tres... Porque se hace muy tarde, ¡leñe! ...

-PORQUE, ¡GENIO Y FIGURA ISAAC FOUTO! -
 

domingo, 21 de marzo de 2021

- DEMI MOORE, SEDUCCIÓN EN EL LÍMITE. -



Piel blanca, larguirucha, delgada y corporal. Demi Moore. El cuerpo que sale del tabú y que se muestra generoso y exhibido. Eterno femenino y nada de moralinas.

Pelo largo y ojos inquietantemente seductores. Demi es la seducción, y además la seducción ha doblegado a la sugestiva Demi.

Cuentan de ella que su infancia fue desastrosa, que fue violada de jovencita, y que en los suburbios de Pittsburgh puede soñarse demasiada ambición. Porque Demi Moore avanza sobre Cronos haciendo ruido y belleza sexy majestuosa y sin parecer inmutarse. Ha roto todas las barreras y se come el share con permiso de las "jovencitas" Cyrus o Beyoncé. Porque la Moore gusta y se gusta más que mucho.

Seguramente el pasado fue su lanzadera instintiva hacia una libertad escandalosa, sin freno ni pudor. Sabe que con su cuerpo puede hacer vibrar a varias generaciones, y hay que admitir que el dinero puede que no dé la felicidad, pero te hace las cosas menos difíciles y te lleva a un Olimpo personal que crea carisma y que pasa de indiferencias.

La fama. La popularidad. El escote y el desnudo. La piel y la viveza de la Moore y su pasión por la perfección física. Demi Moore quiere ser una hembra eterna y parar todo lo posible la tiranía de la arruga y la de una discreción que detenga ese silencio que derrota y desdibuja.

Demi no se conforma con la estabilidad. Lo ha hecho todo en esta vida. Hasta es y ha sido una excelente actriz. Y jefa. Y ahora construye un personaje que avanza sobre sí misma en busca de la fama del todo vale menos la invisibilidad.

Demi se ha desnudado a mil. Ha hecho explícito su cuerpo sexy y sin ropa, y se ha aderezado femenina y liberada hasta el reproche pudibundo. Demi representa el reino corporal en su Hollywood de la notoriedad y de la imagen, y de las ganas de atraer. La provocación sale de la Moore y entra en la Moore.

Mostró su desparpajo y su belleza trabajada. Abrió bien pronto la tormenta sexual. Le gusta incendiar las redes aunque tenga cincuenta y ocho años y haya hecho un cuerpazo a lomos de la ciencia quirúrgica y su odio a no epatar.

¿No gustar? Se casó y amó a gente de su edad, hasta que dejó de marcarse límites. Demi afirma y demuestra que le gustan y mucho los hombres más jóvenes que ella. Mucho más. Quizás les quiera proteger dado que ella no pudo ser protegida a tiempo. Y lanza a sus muchachos toda la red de seda de licra y de audacia. Y cuando las cosas no funcionan, bye, que hay muchos más alicientes interminables.

"Cougar". Quizás la palabra cougar se hunde en el machismo y todo sorprende. Demi Moore quiere ser la gran mala que atrae sin remedio a los jóvenes, y que le dan músculo y placer. Y proyección, y sorpresas, y renovación, y energía vampirizante de la que se nutre una y otra vez. Demi es el lujo soñado de una libertad libertina y de mujer.

Ahora dicen que está con una mujer eslava que la gusta. Lo que se sabe es que el mundo de Demi es el del deseo y el del guiño que es práctico y que nunca se acaba ni se da jamás por sentado del todo.

En su última peli, "Inmune", la Moore le da la salvación a un chico porque es guapo, y fuerte, y joven, y porque le gusta, y porque ella hace lo que le apetece. O por lo menos hace ver que todo esto le apetece y se acabó.

Demi lo probó todo, incluídas las drogas. Parece que ahora su droga eterna es hacerse la belleza seductora y el placer, caiga quien caiga. Esto de sufrir del todo, puede esperar. Moore ahora quiere vivir su presente y todo el dinero top que gana. Se ha convertido en alguien adorado por la juventud y carismatizado por much@s. Otros le dicen que no es nada ni nadie, y que solo es carne de superficialidad y de narcisismo. De todo hay. Pero la Moore sabe mover sus ojos delante de un alguien y atraerle.

-POR ESO SE HABLA DE ELLA- 
 

miércoles, 17 de marzo de 2021

- DESCUBRIMIENTOS INTERIORES. -



Desde el cariño siempre, y con su recuerdo todavía vivo e inasumido, ocurre que el pasado me llega desde las piernas a la cabeza y viceversa.

Hace muy poco que enterramos a mi mejor amigo de toda mi vida, como fue Miguel. Su recuerdo sigue hirviendo, y casi hasta calientes sus restos. Un día de estos quiero ir a verle al cementerio yo solo. Cuando nadie lo sepa ni me vea. Porque a veces el pasado puede ser el presente que se queda cojo de cariño.

Otro gran amigo de Miguel, tuvo la idea de hacer una especie de grupo de watsap póstumo de homenaje a su figura, y en el cual solo estamos los amigos más amigos. Los amigos más cercanos a él, y entre nosotros mismos.

Y ahí, al otro lado de mi nombre o nik, hay otro componente que también chatea aunque su nombre no aparezca. Que es otro yo mismo, y descubriendo sensaciones que no tienen que ver con las batallitas de la mili que nos contamos. Ese yo del que hablo, me emociona a mí mismo aunque sea la misma persona. Porque mis amigos tienen mucha más memoria que yo, y recuerdan sucederes que parecen inéditos e insólitos, pero que luego me voy dando cuenta de que existieron. El cariño a Miguel me trae aires de otro tiempo, de otros colores, de mil aventuras, y de mil ángulos siempre emocionantes. Eternos ...

Hablamos sobre todo, de fútbol. De cuando todos los sábados de los años finales de los setenta y principios de los ochenta, sentíamos el deseo de vernos ahí en el todavía no ajardinado Jardín del río Turia de mi Valencia, y de ponernos a jugar al fútbol hasta caernos de culo. Raramente de cansancio.

La perspectiva que da el tiempo, es apasionante. Y la vida dramática de mi amigo Miguel, parecía pasar desapercibida. Pero más allá de darle al balón y de marcar y evitar goles, había una necesidad imparable entre todos de ser felices, ganáramos o perdiésemos esos partidillos sin uniforme ni club. O con el club potente de una amistad real.

No veías nada dramático ni especialmente peor, en aquellas obligadas fechas de la indefinición y de la adolescencia. Queríamos y nos transformábamos en fans de los chicos habituales, y los chavales nos hacíamos amigos. De verdad, bien pocos. Porque mi único amigo verdadero y con el que nunca perdí el contacto, fue Miguel. Y yo, evidentemente, aún no era el amigo de mí mismo que debía estar siendo.

El actual grupo de watsap resulta precioso y duro a un tiempo. Porque saca a Miguel del puto ictus de sus últimos tiempos, y las fotos saben a chico fuerte, a futbolista, y a algunas chiribitas en sus ojos de ilusiones. Estaba empezando a impostar la figura tranquila de un padrazo, o de un hermano mayor para mí y para los cercanos. Cosa que nunca podía ser, pero tened en cuenta que trato de poner los pies en muchos años atrás, y si lo haces, puedes encontrarte con cosas que hoy en día no se sospecharían.

¡Cuánto tiempo interior hay ahí! En esas fotos de color amarillo verdoso como la camiseta de Miguel o sus pantalones azules, o aquella bolsa de deporte que solo la desechaba cuando pasados algunos años se le rompía y ya no tenía más remedio que comprarse otra. Y no era por falta de money ...

Mis amigos y yo, nos decimos unas cosas tremendas. Mi eterno cariño que le tendré siempre a Miguel, se ve reflejado entre mil anécdotas compartidas y vividas. Aunque a veces puedan parecer olvidadas o sorprendentes, aquello fue vivido y más que vivido.

Que si aquel guapo chaval que se trastornó cuando su novia le dejó, que cuando uno de los amigos se rompió el menisco y aún no precisa operación décadas después y si la precisa no le molesta nada para caminar, que si algunos niños eran tan jóvenes como unos nenes, o si uno de ellos era testigo de Jehová, otro el maestro que jugaba dirigiendo al equipo aunque tuviese menos físico, que si había un juguete roto al que apodábamos "el míster" y que nos decía todos los Septiembres que este año íbamos a ser un equipazo, o mil millones de sentires que se disparan al lado de las anécdotas o de los relatos.

No. No quiero que se me escape la idea. A Miguel le quise porque amaba el fútbol y por nuestras circunstancias. Fotos como dije, de color amarillo brasil de los 70, estampas que no tenían la nitidez de las actuales pero sí la gran magia especial de la ternura. Hay un amigo que sigue igual de flaco y de en forma que antes, y la foto demuestra en aquel tiempo que era una muchacho con una condición física incansable, y sobre todo, fiel a nuestra cita sabatina.

Lo mejor de las anécdotas no solo es que las compartamos y bien vividas, sino que las supera el cariño hacia nuestro/mi amigo Miguel. También tengo yo mis batallitas de la mili de aquel tiempo en el río seco. Por ejemplo, cuando en cierta ocasión y viniendo de jugar un partido y una cita amical en la playa y de vuelta a casa a bordo de la furgoneta de un amigo, Miguel golpeó mi nunca con ternura pero también con tanta potencia que mis lentes salieron disparadas por una de las ventanillas de la furgoneta y en plena Avenida del Puerto. Mi cara pasó de la risa a la desolación o el enfado en décimas de segundo, lo cual provocó que otro de los amigos no pudiese evitar reír a carcajadas, y ésto hizo que Miguel reparara en lo sucedido y entonces mandó gritando al amigo que conducía la furgoneta que parara y ¡ya! ...

Yo, debí dar por perdido mentalmente el tema, y me cambió el rostro. Pero mis amigos no sé qué coño hicieron para hacerse a un lado y estacionar ilegalmente el vehículo, saltar a toda carrera y velocidad, andar cientos de metros busca que te busca, y plás, de repente volvieron a la furgoneta con mis gafas intactas. Seguramente, estaban vivas de milagro en la misma calzada de dos direcciones que entonces tenía dicha kilométrica Avenida del Puerto. ¿Es eso lo más importante? ... ¡No! Lo más importante, fue que Miguel pegó un grito y logró solucionar el desaguisado. Aunque lo más destacado aún, es que se hizo la magia y se me pasó el disgusto. Eran todos maravillosos, y por supuesto que en mi casa nunca nadie supo nada. Si llego a contarlo, la bronca que me hubiese echado mi madre hubiera sido de aúpa. Es decir, que yo empezaba, aunque torpemente, a llenar mi zurrón personal de amistad mucho más allá de los asuntos familiares y cotidianos.

El manotazo de Miguel fue perfecto. Tuvo fuerza, vida y the end feliz. Y estoy seguro de que si no se hubieran encontrado las gafas, Miguel hubiese querido pagarme el importe total de unas nuevas. Podéis creerme. La amistad es mucho más grande que el dinero. Y no digamos en aquellos aparentemente maravillosos años. Por cierto que yo me pasé muchos años jugando al fútbol con gafas, y por tanto con algunos incidentes de balonazos que aunque no llegaron a impactarme de plano, me doy cuenta de que expuse hasta bien demasiado. Pero siempre te das cuenta después ... Hubo un pequeño período de lentillas y fue casi peor ...

El otro día metieron una foto, la cual tenía todas las trazas de ser yo. Debía tener unos treinta años y hacía marathón con los fundadores y pioneros de la Sociedad Deportiva Correcaminos de mi Valencia.

Me sorprendió ese alter ego. Ese yo que tampoco soy yo el de ahora, porque entre otras cosas llevo años esperando una intervención de prótesis en la rodilla para sí poder cuando pase el Covid, poder caminar como las personas.

Me di cuenta de que mi sonrisa era bonita cuando yo me sentía a gusto,-que no era siempre ni mucho menos-, que estaba muy delgado y fino como buen fondista y con mi cinta de pelo habitual, y que tenía buenos músculos en unas piernas delgadas y fibrosas. Con ese cuerpo, podía hacer mucho físicamente. Eso explica que en las tardes de primavera y verano, a veces lanzaba el balón largo en autopase, porque sabía que con mi ritmo de corredor de fondo podría sobrepasar a cualquiera de mis amigos, dado que ellos no hacían marathón. Es lo de menos.

Cuando vi esa foto, la guardé rápido. Quise recuperar la belleza y la juventud mía dinámica de ese tiempo tierno e inolvidable. Yo, había sido atleta popular, y esa foto valía un potosí. No sé quién demonios me la hizo aunque lo sospeche. Es lo de menos. Habían fotografiado los míos a un chaval que lleva mi nombre y mis apellidos. Rememorar aquello, está bien. Me sentí rejuvenecido y reivindicado por mí mismo. Y es que a veces el puto paso del tiempo esconde magias que parece que nunca podrían haber ocurrido.

Hace nada que enterramos a Miguel. Aún no me lo creo. Aún no asumo que no le veré más, ni que ya no me quedaré hablando con él hasta la una de la madrugada y de que el destino quería hasta que riñésemos, aunque a los dos o tres días ya éramos los mismos amigos que siempre.

El día del entierro, el chistoso amigo Pepe de Turís, me contó una anécdota que acaeció cuando su padre pegó el bajón, empezó a decir cosas inconexas, y hubo que torear al desconcierto y al dolor, como a mí también me sucedió.

Este tranquilo y valenciano a mil amigo común, me refirió que decía su padre senecto que no comería si estaba él y su familia mirándole. Y que si se alejaban y le dejaban tranquilo, entonces el anciano prometía comérselo todo. Lo que pasa es que al cabo del rato y cuando la familia entró a comprobar si el viejo había cumplido su promesa, nada de éso. No había comido nada. Y mientras con firmeza ya le apremiaban para que comiera y tal, se dieron cuenta de algo que dicho padre de mi amigo trataba de comunicarles y que tenía que ver con los locutores de la la televisión que estaba en su cuarto. Y el anciano dijo: "Pero, ¿cómo voy a comer si están esos ahí que no paran? ¡Así no se puede comer, joder! ..." Sí. Y fue apagar la tele, y el hombre se lo comió todo.

No es bueno que me riese a carcajadas viniendo de un entierro. Del entierro de mi mejor amigo de toda mi vida. O, ¿sí? ... ¡Claro que sí! Porque lo que había generado que este amigo tuviese el deseo de llevarme con su auto hasta la misma puerta de mi casa, no era otra cosa que esa potente amistad que surgió del afecto común hacia nuestro/mi amigo Miguel. Y venía a ser todo como entonces. La amistad entre los más cercanos nunca tuvo hipocresía. Éramos así, y punto pelota.

Es lo más bonito de esas emociones y sucederes que rememoramos en el homenaje a mi mejor amigo de toda mi vida: amistad, amistad y más amistad. Y yo me siento mucho más amigo de mí mismo. Y esa es la mejor de las noticias. La amistad me ayudó todo a crecer. Y lo ha de seguir haciendo.

-LA AUTOESTIMA TAMBIÉN ES AMISTAD-


 

sábado, 13 de marzo de 2021

- PRIMAVERA PRECOZ Y ARROLLADORA. -



Nace en el invierno y decide tomar el relevo. Se ha curtido y pronto será explosividad. Mientras tanto, la primavera va calando en forma de luz progresiva.

Primavera, mujer. Apasionante culo inquieto de variedades. Es el símbolo de la vida activa que se renueva y emerge a borbotones. Las plantas y los árboles lo saben bien. El todo ...

La primavera tiene su olor y su estampa. Es abanico y arco iris, vademecum de sorpresas y toda la inestabilidad. Son los días más traviesos y divertidos del año, el punto de partida de todas las dudas, y placeres y disgustos. La concreción. La vida se define y se pone a bailar y a moverse. Y los pájaros trinan con la fuerza y la libertad de un tenor y con la insistencia de lo imparable.

Sol y lluvias, viajes que miran hacia adelante, las amapolas de rojo vivo como semáforos de orlas en las praderas propicias. La primavera de este año vendrá tapada con manto de esperanza y nos hará pensar que cuando a ella le dé la gana vendrá el verano y podremos finalmente ir viendo con claridad el final del túnel vírico.

La primavera es el color y el cambio, el colorido y el Giro, París y su creatividad, la calle abierta de las compras, el olor a tomillo, la terraza prieta, la mujer hermosa y el terrateniente.

La primavera es potente y de Richelieu. Urde y trama todas las sorpresas. Inicia sendas y senderos, entristece a los anémicos y deprimidos; dan ganas de dar todo lo suave antes de que el brutal estío rompa todos los momentos acogedores y nos meta debajo del aparato del aire acondicionado. 

Los animales ya ven la primavera y salen en busca de sus parejas de supervivencia. Y cuando dos jóvenes enamorados apartan sus bocas selladas entre sí, perciben que las ropas solo tienen remedio para secarse que el amor. Porque está lloviendo a cántaros, cuando veinte minutos antes no había nubes. Pero Sergio descubre a una Lydia diferente con su pelo empapado y su rímmel corrido. La ve mujer y siempre hermosa, unida de su mano de niño que crece.

Solazo. El deporte da gusto camino de los Juegos de Tokyo. Será el abril y el mayo de las vacunas. La sangre de la mandarina sanguina, que está tan deliciosa que te dan ganas de comerte hasta su piel.

La playa despierta desde el tam tam primaveral. Y llega el primer baño furtivo e inadecuado por agua fresca. Piel y más piel de tirantes. Y en el monte, la tierra del sendero se prepara para las pisadas masivas de las chirucas de los senderistas. Es el momento más bello y a la vez arriesgado, más confiado y hasta peligroso, pero todo es la vida y la aplastante lógica que conlleva.

Todavía el invierno quiere pensar que sigue ahí. Y contraatacará al principio de la creativa primavera con nieve y nostalgia. Pero en seguida Su Majestad el Sol crecerá de nuevo para secar pasados y crear futuros. Y la tarde no tendrá fin.

La primavera es como la rosa de los vientos en una sola dirección. Es capaz de hacer ampliar las amistades, o de hacer un suceso trágico en un amor aparentemente consolidado. Porque las cosas más tiernas y hasta carismáticas pueden pasar en primavera.

¿El virus? La primavera juega en otro paradigma. La primavera es la tolerancia que todo lo perdona y comprende. Es pragmática y siempre hace de presente indeclinable. La primavera es un resorte de sueños y de plataformas, de retos y también de desgracias. La primavera es definitiva y toma todas las decisiones. Todo, menos quedarse quieta como hizo ya el viejuno invierno. Nada de eso. La primavera es el brote, lo inesperado, el miedo y la risa, lo presto, lo inmediato, lo fatal y fou, el amor de una hembra o el cláxon de un taxi oportuno.

-COMO TÚ MISM@-
 

miércoles, 10 de marzo de 2021

- IBAI LLANOS Y SUS CONEXIONES INMEDIATAS. -



Veinticinco años. Simpaticote, gordo y con barba. Me interesó su mundo, porque es el futuro. O, el futuro presente. Y su juventud me ayuda a adentrarme en la sociología y modo de ver las cosas de las personas de estas edades. Adolescentes, jóvenes y con el idioma y la tecnología internet como proyecto casi inesperado de conexión muy rápida con el dinero.

Esto dependerá de franja de edad y de mundos. Nada que ver con el mundo de los adultos o carrozas. Ibai Llanos no tiene estudios, pero gana pasta por un tubo. Si tú preguntas a jóvenes chicos y chicas, te dirán que Ibai es genial.

Ni es actor, ni es periodista, ni tiene treinta años, ni parece soñar con cosas imposibles. Y vive el presente de indicativo. Lo mejor es que se desnuda con desparpajo y naturalidad. Y construye su personaje casi sin querer, como improvisando, como haciéndose autodidacta, y dándose cuenta de que el mundo que le propone el capitalismo no vale un carajo.

Mierda. Utiliza mucho la palabra mierda, y lanza tics en frases con las que conecta bien su ser con otros. Lo que hace, tiene que ver con su yo mismo y con su dominio del internet, y con echarse hacia adelante parece que sin mayor miedo a hacer el ridículo.

Ibai, juega a vivir. Y en ese juego inicial se encuentra con trabas y malos rollos. Y entonces descubre a otros "influencers" petardillos como "el Rubius", y entonces Ibai flipa. Y en colores.

La juventud busca sus referentes. Y quiere comerse a cachos el mundo virtual. Por eso Ibai decidió irse a Barcelona. Necesitaba colegas para montar desde una casa espaciosa un proyecto de futuro. La idea puede pasar por negociar con empresas los anuncios de videojuegos y su desarrollo comentado, o hasta narrar partidos de fútbol al igual que Lama, o twitear con más fuerza e inmediatez que un Évole, o inventarse una ocurrencia que tendrá en seguida cientos de favoritos o likes en las plataformas del universo juvenil en las que parece moverse como más facilidad que un pez en el agua.

Si Ibai es el desorden o la velocidad, es porque la juventud es así. Y no les llama mucho el periodismo o la información densa y oficialista.

Ibai parece un buen chaval. No sé muy bien lo que dice, pero no se arruga y va creando una cosa que funciona. No dirá que "el balón ha golpeado con contundencia la base del poste", sino que exclamará " ¡Que hostiazo! ... Y no se detendrá en la corrección de la ortografía, y sus apoyos serán igualmente juveniles y poco escrupulosos con el purismo académico de los mayores. Es ocurrente.

Ibai parece un hermano mayor o un colega simpático que se lo monta bien. Y que se lo pasa bien. Y que es individualista como tantos jóvenes, y además no quiere ser el icono representativo de algunos Bancos o productos que le van tentando  para hacerlo famoso. 

Es como si Ibai quisiera vampirizarse sin que nadie le ayude. Perdiendo o ganando. Y dice entender qué son las respuestas a sus conexiones: "Es gente que ve un futuro de mierda y se caga en lo que sea para desahogarse ..." Sí. Ibai también es como los otros jóvenes. Y no se complica la vida. Es vasco, y presume de su raíz. Pero el dinero es global. Ibai tiene su lógica, y tranquilo que no se va a poner de mala sangre por discutir contigo. Dicen que puede ganar al mes, nada menos que 120.000  dólares ...

Ibai trata de avanzar en lo suyo porque los negocios le suman bien. ¿Será en el futuro un mecenas o un millonario? Él, no lo sabe. Quizás percibe que ésto son modas. Que todo es fugaz. O, que lo atractivo de hoy será otra mierda cuando pasen dos o tres años.

Internet avanzará y evolucionará. Ibai ahora va el 3 con esas cosas de los premios del streaming, del "influencer", y del libertario naturalote que solo aspira a hacer sonreír y a consumir todos los favoritos y likes posibles para así poder rentabilizar. A Ibai ya le llaman el Presidente Sánchez y el ex ministro Illa, al ver que hace cosas sensatas para evitar que la panda no se vaya por ahí a la fiesta furtiva, pandémica, peligrosa e ilegal.

E Ibai muestra su sorpresa porque no quiere ser el ídolo de nadie. Eso dice. Que él, ve las cosas así y no le demos tantas vueltas. Que, es la hostia que le llame el Presidente y todo lo que quieras. Flipante. Pero él lo que quiere es estar en acción y a sus cosas. Superarse. Y si se cambia un poco el estilo de comunicación, pues oye, casi mejor ...

-NO PARECE SU OBJETIVO-

 

sábado, 6 de marzo de 2021

- VILLAREJO "SUPERSTAR". -



Es toda una estrella de la televisión y los medios. El comisario jubilado Villarejo nunca duerme. Como los pícaros tradicionales, los cuales le ponen la sal de la intriga a las tripas o cloacas del Poder.

Villarejo es el chico bueno que se les fue de las manos a todos. Al PP, al Pesoe, y a los diferentes poderes económicos, mediáticos o fácticos.

El poli bueno, era en realidad un urdidor de autoaventuras. Salió de un pueblico de Córdoba, en donde cerca está la carretera que lleva a Madrid.

Absolutamente tentador. Porque en Madrid se asienta la capitalidad y la institucionalidad. Y en esas alturas se pueden esconder las mismas debilidades humanas que en cualquier barrio patrio, pero con la diferencia de que Madrid es una carretera por donde va y viene el dinero. En donde se piensa y se dispone el centro del deseo del dinero. Y de la atención.

La voz de Villarejo ya le delata. Parece un paleto redomado que gusta como los colegas, de denominar con un alias a sus amiguetes y objetivos. Es un colegueo que le hace definido y especial. Es un tipo listo y carece de ética. Y los pícaros son cabrones, pero nunca gilipollas. Y el cordobés Villarejo pensó que eso de ser poli está bien. Y lo de comisario, pues también. Pero él quería más. Mucho más.

Supongo que de niño se debería sentir bastante desplazado y con la sensación de que no le escuchaban. O de que no se quedaba su relato en los demás. Y decidió sutiles venganzas. Y tiene la manía económica de grabarlo todo, con muchos fines pero ninguno bueno. Supongo, que el que graba, lo que en el fondo busca es notoriedad y recorrido. Que la prueba sea larga, mediática, que conecte, y que tenga fuerza. Que sus conversaciones en la sombra aparentemente buena y neutra, puedan generar mucha atención. Y todos los réditos posibles.

Villarejo es un tipo infeliz. Un desgraciado al que parece que lo de los demás,-incluída la credibilidad del Poder Estatal-, le importa una higa.

Aventuras, sorpresas, corinas, eméritos, piratas, lolas, floreros con trampa, bolígrafos, espionaje al por mayor, que le pague quien sea y tendrá el encargo. Da igual realidad que inventos, cordones, souvenirs, caramelos de piedras de rubíes, ratas de cloaca, o verdades trufadas de fantasía obscena. Y así mil etcéteras.

Este mafioso, construye alrededor de sí, una suerte de sociedad paralela. Es capaz de todo. De todo, si le pagan. De todo, si le permiten relacionarse y medrar, de todo si le dejan codearse con jueces, políticos, empresarios, y gente de nivel. Villarejo juega tanto al todo vale, que ya nadie puede tirarle el guante y ha ganado la partida. Lo único que se puede hacer con un pillo como éste, es no darle cancha ni voz. Y dejarle que diga. Ya la ha liado. Y la gente se ha dado cuenta de que no es de nadie, porque es fatalmente neutro.

Se ha colado, porque le han dejado colarse. Porque han aceptado sus métodos y su compañía. Porque los pícaros son astutos y suelen sobrevivir como pocos.

Villarejo, no se conforma. Porque lo suyo es la tele y la notoriedad. El tonto y el lápiz. Y últimamente dice que no le toquen las narices o sacará todas las bombas que tiene preparadas para todos los que le quieran defraudar y llamarle malo y decepcionante. ¡No! Villarejo no ha de ser decepcionante porque es un producto social, el cual tomó carrerilla y se coló en muchos comedores y catres. Sí. Le fascina el fofo encanto de lo visual e impactante.

El fracaso de este país en el Poder, ha sido el caldo de cultivo de este pajarraco de largo recorrido. Por eso su neutralización se halla en el pacto de consensos y en no darle palique. Y es un síntoma evidente de una moral general canallesca y significativa de mi mundo del Poder. Y de todos los poderes.

-DE MI SOCIEDAD-


 

lunes, 1 de marzo de 2021

- J. M. AZNAR, NO, NO Y NO ... -



Mirada dura y calma. Es como si fuera un campeón mundial de los grandes pesos, pero que ya nunca espera rivales.

Como si le diera dos pitos que su rival fuese Foreman, o Frazier, o el propio Alí. Porque José María Aznar es él. El intocable. El emperador. El liberal. El defensor de la libertad individual. Y en donde solo hay un rival capaz de plantarle cara. Él mismo. Si quitamos a este contrincante, ya todo le trae al pairo.

Évole y en la tele, le buscó con astucia y veteranía sus puntos débiles. Lo que pasa es que Aznar no percibe tales puntos débiles. Parece una coraza de kriptonita en un Poder del que nunca está dispuesto a marchar.

Lo más destacado del ex Presidente de España, es su nula autocrítica. Y su blindaje autoconvencido y orgullosamente simplón. Me da la impresión de que cuando Aznar afirma y reafirma con vehemencia, es el momento en el que se siente más vulnerable. Son reflejos paradójicos y hasta sorprendentes. Y esa contradictio actuativa y expresiva, le da complejidad a un tipo siempre serio y escasamente complaciente.

Él, lo niega todo. Niega que robara, que supiese algo de esa cueva de Alí Babá en la que se convirtió su partido, o las aranas de temor a perder las elecciones tras el salvaje atentado yihadista de la estación de Atocha.

Frío Aznar. Muy gris. Con un carisma de ganador evidente, pero en extremo inmovilista. No, no y no ... A Aznar las acusaciones, las justitas. Cuando se le pregunta si pondría la mano en el fuego sobre sus compañeros, Aznar se encogió de hombros. Y dijo que él solo ponía la mano por él mismo.

Tremendo él. Seguramente es su peor enemigo. El ego irreductible. Ha de ser jodido que tras ser dos veces Presidente de toda España, uno se sienta una mierda vulnerable de ETA dentro de un Audi. Porque es evidente que allí pudo morir.

Y siempre he sospechado que el conservadurismo siempre evidente de Aznar, se hizo todavía mayor y definitivo cuando vio que podían eliminarle en un pispás.

Y entonces se puso a vivir. Se sintió absolutamente grande. Abracadabremente grande, y recordando lo que le cantaban en sus mítines al referirse a su rival socialista González: - "¡Aznar, machote, arráncale el bigote! ..."

Aznar ha construído un personaje. Carismático y potente, y gris y duro. Pero, un personaje. Un personaje que parece sentirse injustamente tratado hasta por los suyos y por los otros votantes. Su creencia en el Estado, es distante a pesar de que él representó desde ese Everest del Estado y desde su gobernanza y Presidencia.

Aznar está definitivamente cabezón, irreductible e inmutable. Se limita a defenderse como un muro sin aparentes fisuras, y a largar letanías que dicen pretender unir y aglutinar. Quizás lo logró antes del atentado del Audi, pero ahora eso se acabó.

Ha negado todas las argucias e ignorado todas las irregularidades. Va de honesto y de limpio, de elegante y de internacional, de riguroso y de vencedor. Sí. Aznar siempre va de vencedor. También le pasa a Felipe González ...

Será genio y figura porque ha sobrevivido. Y que no le toquen a la boda de su hija, por que él ahí tienes más ego. Es, su hija. Y si eso estaba lleno de chorizos, y si la clave de los grandes escándalos judiciales estaba en el seno de los asistentes a esa boda, a él eso le importa un sonoro rábano.

Porque para él, la boda fue bien, España iba bien, y él irá bien siempre. Y puso los pies sobre la mesa junto a Bush y Blair, porque la prensa le pilló cansado.

El PP está ahora muy dividido. Y Aznar puede ser muy listo para la oportunidad triunfal. Concede entrevistas para hacerse el grande y el gran Cid Campeador que unía a todos los suyos camino de la victoria. Évole hizo un programa significativo. Aznar no se movió ni se moverá un centímetro de sí mismo.

-ASÍ LO VI Y LO CUENTO-
 

sábado, 27 de febrero de 2021

- EL CAMINO Y EL CIEGO. -



¿Aquel fardo mugriento sería acaso un ser humano, o una extraña sombra corpórea en movimiento?, ¿de verdad un hombre trataba de erguirse metido entre el barro encharcado tras una impresionante tormenta de lluvia y viento? Se irá viendo ...

Identificado por el destino. Sí. Un hombre. Difícil saber la causa por la que se hallaba en aquellas penosas circunstancias intentando zafarse con enorme esfuerzo de una muerte probable y olvidada.

Lo cierto es que aquel tipo de ancha espalda y absoluta decisión, logró ponerse en pie. Pero no veía nada. Su ceguera era total. Mas su tesón y deseo de comenzar a caminar hacia donde fuera, una evidencia ...

Le llamaremos inicialmente, "Man". Ciego y sin referencias, atravesando la ausencia e indiferencia de los demás seres, sin visión ninguna, comenzó a caminar. A marchar sin saber nada, pero teniendo el espíritu de un superviviente guerrero, capaz de no rendirse y no sucumbir definitivamente.

"Man", tropezó con unas piedras, y cayó al suelo. Se hizo daño, y no lograba recuperarse de sus lesiones generadas por su caída anterior. Pero el hombre pasó sus manos sobre la superficie de la tierra, y alcanzó algunas ramitas minúsculas que tendían a crecer a pesar de la característica árida y desértica del terreno por donde deseaba avanzar a toda costa. "Man" comió todas las hierbas de las que se sintió capaz a pesar de los dolores, y de súbito se desvaneció y volvió a caer. Inerte. Como ausente o finado.

Hasta que un tremendo rayo rompió el cielo en la noche, y el estruendo hizo reaccionar a "Man". El hombre se removió en el suelo, se sintió malherido de frío, y logró la proeza de no morir de debilidad. Al revés, volvió a levantarse y a seguir caminando.

Además, "Man" tomó mucha moral y aliciente. A pesar de que la noche cerrada impedía apenas bien pocos alardes visuales, "Man" sintió que lograba ver sombras. Aunque fuesen lobos o enormes roedores. Y "Man" escuchó aullidos, pero no hizo el menor caso al miedo. Y siguió y siguió caminando ante la sorpresa de sus depredadores. Y un lobo se acercó con sus colmillos a "Man". Pero, éste, empleó una fuerza hercúlea que logró sorprender al cánido. "Man" le golpeó con tanta dureza en el lomo del lobo, que éste se detuvo aturdido. Y en vez de solicitar estrategia o colaboración de su manada, el citado lobo escuchó la amenaza incesante de más rayos y truenos, y entonces los animales huyeron del lugar para refugiarse. Y "Man" siguió caminando hacia adelante con potente convicción y cada vez menos frío y más optimismo ...

Algunas horas después, "Man" volvió a desvanecerse sobre el suelo a pesar de que ahora ya podía distinguir mejor con la mirada, y no dejaba de alimentarse de vegetales salvajes que brotaban y aparecían en su camino.

Y cuando despertó, recuperándose, un potente sol secó sus ropas, y "Man" comprobó que ya veía perfectamente de uno de sus ojos. Y podía ver al fondo un amago de arboleda que para poder alcanzarla se necesitaría caminar más de una hora. Y, "Man", volvió a hacer camino. Y se alimentó esta vez de animales muertos. De carroñas de carne, las cuales le proporcionaban proteínas y energía. Salud. Y bebía de charcas. Y descubrió un riachuelo en donde se bañó. Y el sol mandó la temperatura hasta los treinta grados. Y al salir del agua, "Man" ya veía perfectamente por los dos ojos. Había recuperado plenamente toda la visión. Pero esa euforia no le detuvo. Y siguió caminando, ¡y caminando sin parar! ... Y mientras caminaba, empezó a recordar quién era. Recuperó que él era James Bircher, director de Banco, que estaba ya bastante cerca de su casa, y que su mujer hacía un año que había muerto de cáncer. 

Pero él, ¡seguía vivo! ... Y alguien le gritó al verle con mal aspecto; - "¡Señor Bircher! ¿Está usted bien? ..."

"Man! James Bircher asintió con la cabeza y le hizo un gesto con la mano para indicarle que no se preocupara por él. Y al llegar a su casa recordó que le habían secuestrado e intentado matarle dándole una monumental paliza y abandonándole al creerle muerto. El móvil era el dinero. Él se había negado a darles ni un centavo a sus captores ...

Y James Bircher, sonrió, porque ¡seguía vivo! ... Y al día siguiente y sin ánimo de venganza acudió a la comisaría de policía a relatar lo sucedido. Y un tanto atónito pudo ver cómo uno de los policías formaba parte del grupo que le había agredido y secuestrado. Finalmente y tras hacer su declaración de denuncia, llamó a su abogado para que le defendiera e informándole de lo que había visto en comisaría. Nada le dio temor a James Bircher. 

-Y SIGUIÓ CAMINANDO CON CONFIANZA IMPARABLE.-
 

martes, 23 de febrero de 2021

- "SABATÉN". -



Sabatén no es un paleto. Ni se siente así. Lo que está, es enfadado consigo mismo. Pero no lo sabe. Ni lo sospecha. Al menos, por ahora.

Sabatén es delgado, larguirucho y marcado por un padre que adora a Franco y por una madre de la que apenas habla y eso es revelador. Aunque marca una prudente distancia, porque su progenitora ya no está. Ni le puede comprender ni proteger.

Sabatén es feo. Pero podría serlo menos si se gustara algo. Su padre no es muy atractivo. Y de Iglesia. Y tradicional. Y cariñoso si le tratas bien. Se le parece en casi todo a su hijo Sabatén. Quizás haya choque generacional soterrado ...

Porque el flaco Sabatén no es que no existiera cuando era joven y adolescente para los otros, pero en casa había demasiado orden y poco oxígeno. Y el cambio generacional ha sido una inercia más que una modificación. Casi de repente, Sabatén se hizo espadachín de ideas propias. Y al hablar, se vuelca mucho y lo da todo. Su lengua golpea en tic nervioso su paladar. Dulcea su discurso y se aja fonéticamente.

Nunca confesará Sabatén que está profundamente enfadado, porque un día la lió en su puesto de trabajo, y allí no le vieron maldad sino extrañeza. Por eso es que le remitieron a psiquiatría, y el bueno de Sabatén pronto recibió una fría carta en la que se le comunicaba que no estaba apto para el ejercicio de la menor función laboral.

Su padre, miró a Sabatén. Que, ¿su hijo estaba loco? ¡Coño!, ¡no lo parecía! Una cosa es que fuese raro y poco agraciado, pero lo de majara nunca lo entendió. Y lo que nunca falta en la mesa del viejo padre de Sabatén es una potente copa de vino tinto, a la cual disimula con un tanto de gaseosa. El vino es cultura y tradición, presencia y hombría. El vino es valor y protege de los fríos. Y tiene muy buena tolerancia si se está curtido.

¿Ciego, Sabatén? No. Solo es que lleva gafas de rencor. Y se siente que sobra bastante. Y ha decidido que su pasión para llenar su tiempo, será la política individual. Porque Sabatén no cree en lo social ni en la fuerza del conjunto. Y eso que sabe que Sancho le dijo al Quijote que no espadachineara a las aspas de los molinos de viento ...

Sabatén piensa que hay mucho cabrón. Y mucha lealtad en el continuismo. Y que la dureza hace fuertes. Y que quejarse es de homos. Y que la mujer ha ido demasiado lejos en sus reivindicaciones. Y que eso del progreso es una filfa. Y decide esconder la verdad de su vida entre los libros monótonos y a la vez profundos de su biblioteca favorita. Le gusta la Historia ...

Sabatén va por la vida con vendetta. Sabe que si se le acerca una moza que le guste, habrán preguntas que difícilmente podrá responder sin fracasar y perderá el posible amor. No se hace ilusiones.

Sabatén vive al contraataque. Se siente tan mal que lo acaba asumiendo como parte de la normalidad. No lucha por cambiarse a sí mismo. Cree que a los cincuenta ya ha podido llegar al final de su vida, y prefiere hacer sus historias y que no le hablen claro.

Sabatén sacó su libro de censuras y lo utiliza en una tablet. Y se va a Twiter a buscar los errores de sus odiados. Le gusta estar informado y meterse en las radios y teles que no traga. Y entonces se reafirma contra todos sus enemigos y aparece una verborrea imparable. Fuerte ruído, el cual solo puede detenerlo su padre al decirle: "¡Coño, joder, déjalo ya y no des tanto por saco, leches!" ...

Sabatén entonces hace que prefiere sonreír y se calla. Tampoco su padre jamás va a creer en él. Tiene noventa años y apenas se ve. Él le ayuda por el qué dirán y porque es generoso cuando quiere, y prefiere no pensar cuando la vida se mueva y todo pueda variarle su cotidianeidad. 

¿Variarle? Será difícil que a Sabatén le varíen. Para eso ya está él. Para ir a cambiar las cosas si es necesario, o para llamar infames a morir a los del coletas y a lo que suene a rojo. Sabatén tiene cara de pellizco por debajo de la mesa. Y es hombre.

-Y SABATÉN NO SE INMUTA EN APARIENCIA-
 

viernes, 19 de febrero de 2021

- ARANCHA S. VICARIO. -



Desmejorada. Así la vi el otro día en la tele. Yo recuerdo que no me gustaba cómo jugaba al tenis Arancha Sánchez Vicario. Y en aquellos momentos yo tampoco me gustaba a mí mismo. Y entonces me sentaba a ver la televisión, y lo que veía eran muñequitas. Una era la genial Nadia Comaneci. Niña y asombrosa. La mejor gimnasta. Una galáctica histórica a la que trata de seguir hoy la estadounidense Simone Biles.

Vuelvo a Arancha y a mi televisión. Arancha era una niña. Seria y decidida. Parecía imposible que abordara a las enormes ases de su época, como a la genial Steffi Graff. Y yo la miraba con la ilusión de que era española, niña prodigio, y quién sabe si lo lograría. Y yo me admiraba ver que por lo menos aquella niña tenía resistencia y no se cansaba nunca. Poseía un motor prodigioso. Muy bajita, pero luchadora y tenaz.

Yo por entonces no sabía que le estaban robando la niñez. Y que no hacía otra cosa que jugar al tenis y muy poca vida social. Y menos mal que le gustaba jugar al tenis. Dicen que le encantaba su deporte. Y parece que se refugiaba en el tenis para sentirse algo.

Tuvo demasiada presión militar y disciplina espartana. La apartaron de los demás y ella se apartó casi inconscientemente del mundo. Y Arancha se exigía tanto del tenis, que recuerdo sus tremendos enfados cuando perdía. No se permitía concesiones. Ella estaba allí para ganar. La muñequita tenía genio. Y en un potente Rolland Garros triunfó y explotó en lo deportivo. En su tenis. Se cepilló a la colosal alemana Graff. Triunfó y levantó a todos los españoles de los asientos. Y ganó dos Garros más, y dos Open Usa. Y muchos más torneos. Y fue finalista en Wimbledon. Y toda una ídola de mi adolescencia y juventud. Hasta ahí todo bonito. Lo que pasa es que la infancia le marca muy bien a la vida de futuro, y comenzó a soltarle pashings y emociones e impactos no deseables.

Recuerdo la cara de su madre. Dura expresión. Un tanto fría y distante. Y al parecer chocaron dos trenes. La madre y la hija.

Porque Arancha se sintió muy herida y se puso el mundo por montera. Le llegó el declive físico de la alta competición, y comenzó a llorar por la calle de en medio. Y se dejó llevar hacia adelante y sin barreras éticas. Quería volver atrás y devolverse el tiempo perdido. Y decidió que, ¡hasta aquí! ...

Errores consigo misma, con sus chicos, con sus padres, con su familia y con los dineros. Aquella muñequita mágica perdía mi soñada sonrisa. Estaba de mala leche, de uñas con todos, extraviada, y demasiado mal aterrizada en el tiempo real. Fue madre, fue esposa, y trató de serlo todo.

Pero el otro día, no la vi bien. No parece Arancha. Dice que solo vive por y para sus hijos. Hacienda la ha apretado, y la sombra penal es alargada.

Su relación con sus hermanos, no existe. Y me apena verla sin rastro de aquella chica muñeca brillante y ganadora, admirada y triunfante.

No me gusta ver juguetes rotos o desordenados. Y me apena verla sin rastro de aquella chica eterna que nos enamoró. Y volver de nuevo a esa adolescencia mágica de expectación e idolatrías. Me hace daño verla tan insegura y fallona. Me gustaría ver de nuevo a Arancha rehaciendo su dolor y haciéndose piña familiar. Quizás porque yo nunca la tuve. Y en aquellos momentos, el ¡vamos! de Arancha era comparable a un hachazo de Perico en el Tour o en la Vuelta a España de abril. Prefiero pensar en lo positivo y ser optimista. Afortunadamente, Rafa Nadal nos protege a todos con su maestría dentro y fuera de las pistas. No va a los líos, sino a la plena realidad. Y en seguida me viene a la memoria su tío Toni, todo un personaje esencial para su persona y tenis. Y me gustaría que también pudiese ser el tío Toni de Arancha Sánchez Vicario.

-LA FAMILIA SIEMPRE EMPERO ES UN AZAR.-
 

domingo, 14 de febrero de 2021

- MALESTAR. -

 



Silencio, mucho silencio. Me siento muy parecido a cuando pasé por lo que aquí se llamó la Fase 0, o principio del confinamiento. Es realmente duro para mí.

En realidad no siento lo de la Fase 0, porque aquello fue una inédita, extraña y acojonante sorpresa. Ahora es una Fase distinta. Ahora ya tengo mascarilla, distancia social, y gel de manos. Pero no consuela aunque ya se camine por un suelo pisado.

Soy vital, ¡coño! Necesito hacer cosas fuera de mi humilde y vieja casa. No tengo tanto miedo como el que pasé cuando todo se precipitó el año pasado, pero le falta seguridad y convicción a mi peripecia cotidiana. Me falta distraerme, reírme, juntarme con unas y con otros; empiezo a odiar lo telemático y lo telefónico. Porque yo soy exterior.

Nunca he aguantado bien el interior. Necesito moverme por las calles, y reír, y jugar a juegos distractivos, y sentir que todo vale más.

Es como un vacío obligado. Como que me estoy portando bien socialmente, pero perdiendo el tiempo. Me llamó la atención que no me daba por escribir y por sacar de mí mis cosas. Eso es revelador. Estoy como hechizado o varado dentro de mí mismo, jodidote, como si no valiera la pena decir mis cosas habituales; como si me estuviera imponiendo un autosilencio extraño y nada saludable.

Hoy he roto esa inercia. Tengo mil millones de cosas de contar y de expresar, las cuales parece que prefieren aparecer constreñidas ahí adentro de mi misterio. Porque escribir también puede ser a veces un misterio revelador, y un termómetro de dinámicas y de emociones. Cuando suena el teléfono, lo cojo para quedar bien o para desahogarme con los del márketing invasor. Pero son días que casi no me nace que me llamen.

Me quedo con la idea de la pereza en el escribir. Creo que no tengo las ganas de soñar de antes, y que bastará con que todo esto se haga menos severo, para poder ser yo ese ingenioso espadachín que no escribe bien pero que llega.

Es una pereza preocupada. Como si quisiera tapármelo todo y apagar la luz. Como si me hiciese cómplice de ese demoledor silencio que pudiera envolverme. Como si tuviera la osadía de contraatacar las cosas imposibles. Como si hubiese pasado algo demasiado raro como para poderlo identificar con dos brochazos simplones.

¡Ésto, pasará! ... Pues, ¡claro que pasará! Pero soy soldado ansioso al que le gustaría ganar bien pronto las guerras, y no esperar demasiadas órdenes de arriba. Es como si estuvieran censurados los enfants terribles, o como si mi iniciativa andara varada a una decepción. Como si las cosas fueran demasiado previsibles. 

Los sueños parecen escondidos en cajas blindadas, y demorados con una lentitud excesiva. Me he acostumbrado a un modo de vivir que ahora no puedo desarrollar como antes. Voy contra mi naturalidad de José Vicente, ese que escribe. Y como decía antes, ésto se me pasará. Con poco, se me pasará ...

Es una tarde calcada a otras, de calor en invierno, y con muchas cosas extrañas a mi alrededor como los contagiados y los muertos. La película es monótona desde el minuto inicial. Pero mi obligación dentro de la obediencia y de la salud, es cambiar esa tendencia.

Me necesito a mí mismo en plenitud. Necesito la necesidad. Que el escribir me devuelve la sangre de mi vida, quererme más, tenerme la paciencia del montañero que no quiere coronar a pesar de estar a nada de la cumbre. Pero yo sé que volveré a la montaña. Al lugar feliz. Al encuentro grato y también inesperado. Y que la ciudad me tomará la temperatura y yo a élla.

-Y ENTONCES NOS DAREMOS UN ABRAZO.-

jueves, 4 de febrero de 2021

- EL PERFIL HUMANO DEL GRAN IÑAKI GABILONDO. -



Junto a su amiga y compañera de la radio, Mamen Mendizábal, el mejor periodista de este país, se veteraniza y abre en la tele su faceta más personal.

Emocionó a much@s. A mí, también. Porque le creía mucho más jefe o pétreo, y resultó que su seriedad no era más que la sonrisa de un padrazo.

Iñaki Gabilondo es actualidad y dignifica al talento del periodismo. Y nos contó muchas cosas de él, dejando a un lado el pudor.

Eran "los Gabilondos", familia numerosa que regentaban una carnicería en el Mercado de la Bretxa de su Donostia natal. Iñaki me impactó porque siempre es verdad talentosa. Y profundamente vasco. Fue la voz de la izquierda aglutinadora en su deseosa y mágica CADENA SER. Y ahí lo ha dejado.

Dice que ya debe ir dejándolo y apartándose, incluso a pesar de sí mismo. Gabilondo ha sido un gudari cordial y comunicativo, marcado por su tiempo cruel y bárbaro, tenso e injusto.

Lo vio todo con su agudo talento de lince. La ETA pasó por en medio de su labor, y también el puto franquismo. Nada fue fácil en su vida. Pero a Iñaki le gusta el análisis y la realidad. Nada de esconder y todo o casi de mostrar.

Iñaki es vasco. Y eso no hace falta que lo jure. Y sabe como nadie lo que es Euzkadi. Y también ese gigante de apogeo muscular y realizador que es Madrid. Adorable, pero "hostil con los vulnerables", definía el periodista a la capital de la Villa y Corte.

Su madre. El matriarcado y la prudencia. Su padre, pillado entre muchas fugas de valor. Marcado por una exquisita educación en la responsabilidad, Iñaki nunca defraudó a nadie. Porque esas cosas nunca van en él.

Iñaki es y será periodismo incisivo, pero nunca entrará en el juego actual del fuego fugaz y futuro, porque eso no vale la pena. El show es una cosa menor y americana de entretenimiento, e Iñaki es profundamente verdadero porque adora su profesión denostada, la cual ya va dejando.

Iñaki parece sentirse mayor y hablar a carne abierta. Su trayectoria profesional es la de la España moderna que caminó hasta nuestros días. Toda mi vida, yo ponía la radio cuando salía la voz fenomenal de Iñaki. Era y es mi referencia de la verdad de las cosas, y después ya sacaba yo mis propias conclusiones.

Este hombre, sufrió mucho. Y veo siempre noblezas en sus palabras. Perdió a su esposa más que pronto, y años después encontró a su nueva mujer, la cual hoy le acompaña.

Pienso en la familia. En todas las familias de los personajes brillantes y destacados como Iñaki. Y entiendo que la familia es un gran termómetro para resistir adecuadamente los embates o embites de la vida.

Iñaki Gabilondo salió de su Donosti, pasó por Sevilla y coronó Madrid. Tenía claro que adoraba todo esto del periodismo. Ayer me miré en su mirada. Tiene cara de inteligente, de haber sufrido, y de responsable. Todo a la vez. Y de haber vivido. Y eso es un éxito descomunal. Porque esto de la vida pasa volando. Y el periodismo es un combate constante y militar.

Se autollamó "vejete" y al lado de demasiado joven que llega. Y teme no estar en conjunción con su nuevo tiempo. Y no parece cansado. Sino que la vida marca etapas.

Iñaki quiere el mar. Siempre quiso el mar cuando estuvo en la cumbre que es siempre. Porque él es cumbre. Y la cumbre siempre desea ver el viento y el sueño de ese mar de su raíz. La vocación y la raíz familiar. Su profesión y su yo. Sus ansias y su presente en el tiempo. Iñaki Gabilondo y mi admiración profunda por su faceta profesional  y humana.

¡CHAPEAU!