4:57
jose vicente ortí
Dura. Durísima película del año 1971 del gran Sam Peckinpah. El otro día la reviví de nuevo en un pase televisivo. Cerca de cincuenta años después, "Perros de Paja" sigue poniendo mal cuerpo y toda la tensión a flor de piel. Todavía te dan ganas de darle al botón y apagar la tele o cambiar de canal. A pesar de que sabes que estás viendo una película excepcional.
Es como si el cine actual se hubiese vuelto demasiado melocotón edulcorado y comodón. Como si el cine de ahora fuera incapaz de mostrarnos los sabores agrios e incómodos que la vida presenta.
"Perros de paja" es un film magistral porque sitúa la extrema violencia de los seres humanos en el primer plato y en el primer plano de un manjar digerible. Porque la violencia terrible y portentosa de esta película no procura un torticero deseo mórbido, sino una reacción tremendamente humana que siempre puede tener lugar por lamentable que podamos pensar.
Ahí hay sufrimiento brutal, y venganzas, y lugares profundos en donde campea la destrucción primaria y el abuso, el machismo, las vendettas, la ignorancia y también la tremenda libertad.
El hombre se puede sentir muy libre cuando se torna salvaje y convencido de unos contravalores que chocan con un sentido común ético y humanamente amable y pacífico.
Lo mejor de "Perros de paja" es cuando decides aguantar y aguantar a pesar de los peses, y quedarte a verla hasta los mismísimos títulos de crédito. Si lo logras libremente y sin que te sobrepase la potente experiencia fílmica, has sido coherente y has aceptado que esa violencia terrorífica que Peckinpah lanza, puede no ser solo de una panda de animales al límite, sino que también tú como espectador puedes verte en un tremendo lío de éstos.
Porque la vida tiene placer y sofisticación, pero también olvido y negatividad. Aunque no nos guste, la violencia está en el mundo de hoy y de nosotros apretando por todos los lados. La violencia escapa a veces fácil y escurridiza, y regatea las leyes, y su negra venganza produce dolor y tensión desagradables.
Cerca de cincuenta años después, (1971-2016), "Perros de paja" es una película que se vuelve histórica y malditamente inolvidable gracias a los puños de Sam Peckinpah, y nos damos cuenta de que los malditos también han sido colosos.
Antes hablaba del cine actual, mucho más considerado en imágenes y más educado en su exposición, pero esa educada domesticación nos arrebata libertad y nos torna flacos y desentrenados.
El cine de evasión trata de apagar los gemidos estremecedores o los golpes sangrientos como los de esta joya orgullosa del director de California. Pero este recuerdo reflexivo de lo "mal" entre comillas que puede pasarse viendo este peliculón, nos recuerda que el cine no nació solo para la risa, el debate o la carcajada.
Y que hay y debe haber cine de miedo, y thrillers psicológicos, y abarcar todos los espectros de la conducta humana, la buena, la heróica, la normal, la maravillosa, pero también la execrable y siempre reprobable.
El hombre se torna salvaje. A veces le pueden el odio y la destrucción. Por eso están ahí siempre las terribles guerras que refrendan el caos y la inquietud. "Perros de paja" nos sigue haciendo dudar cuando la vemos. Nos quedamos pensando en si somos unos masocas o unos excesivos. O si es pecado, o si no es adecuado, y hasta si debería prohibirse tanta violencia. Lo que pasa es que la majestuosa libertad real nos hace finalmente humildes y nos obliga a ser rigurosos. Las tragedias, suceden y tienen lugar.
- FILM A NO EVITAR-
9:12
jose vicente ortí
Luces, bombillas nuevas, tradición que acapara todo el clima del contacto y de la actitud. Estación Navidad. Compras y cenas, comidas y presentes. Y una señora sugestiva alzando su copa y cristalizando en brindis su confesión de agrado a un amigo. Placer y libertad.
Comercios y mercadillos, belenes, abetos, tacones largos y el Niño Jesús. Cenefas, brillos, motivos, estrellas, alfombras rojas, gambones, turrones y todo el abecedario y la enciclopedia de la gastronomía que negocia agazapada entre el calor de las familias que van bien.
La nieve como icono sajón. Como la estrella de la esperanza. Y los protagonistas vistosos y vitales, son los niños que juegan con frenesí a que no tienen cole, a que esa sorpresa conocida que poseen entre las manos ya es solo propia, y todo es inocencia, presencia, ternura, libertad infante, maquillaje, colorido, circo, fiesta y atención. Los niños, los reyes magos ...
Corte Inglés, Armani, capricho, bombón, nueva cazadora, maratón televisivo solidario, Eau de Rochas, publicidad, consumismo magno, campañas masivas de negocio, buenismo, vista gorda, empleos JOB, marisco, reencuentros, gambas, cordero lechal, pavo, exceso calórico y desinhibición del vino, cava o champagne. Los médicos parecen menos severos y la salud frívola y en anarquía.
Vacaciones, desconectar, formalidad, obligaciones de afecto, elección de los detalles, la marcha del villancico español, Radetzky, Nuit de Noël, niños del África, las princesas, los dibujos de animación, el cine familiar, los gorros rojos y verdes, globos y peluquería, esteticiennes y belleza, cortes de pelo y afeitados varoniles, impecabilidad y uniformidad. Todo lo esperado en el poder de este tiempo.
El mundo conocido se paraliza en una actitud reverente y más amable de lo habitual. El mendigo excluído sabe que es su miniagosto, y quien lo pasa demasiado mal siente que le caen unas migajas de pena esperadas. Campeonato del mundo de cosas prevsibles y típicas que van a pasar.
La Navidad tiene Poder. La Navidad es un tránsito colectivo obligado que nos lleva a soñar en un mundo suave y acolchado, esperanzador, calentito y entretenido. La Misa del Gallo es la coartada para fingir el amor a un Niño acogedor que a salvarnos viene. No estamos solos entre nosotros aunque pueda parecerlo.
La actitud general es de escepticismo a lo novedoso o evasivo. Hay que ser Navidad y estar en Navidad, y descorchar un ruído de tapón a toda mecha de Freixenet como un dron sin control pero con risas abiertas. En realidad hay tantas navidades como seres humanos. Vivencias unipersonales.
Hay navidades tristísimas en las que lloramos rozando la depre a aquellos seres a los que tanto quisimos y que ya no estarán en esa puta silla vacía y nostálgica. Es como si la vida se parase a la queja en nuestro dolor, y diese paso a una tremenda catarsis de soledad individual. Sal al parque y camina aunque nieve.
La euforia en la mejilla roja de la cena opípara invita a la verborrea y a decir lo que se nos antoje. El ágape en progresión propicia sincerará encuentros arriesgados, insólitos y casi necesarios.
En los hospitales no esperan al Año Nuevo y a los niveles etílicos porque son realistas y científicos. Tienen preparados todos los métodos antiempacho,y pioneros auxilios que eviten las últimas cenas sin esperanza.
Y placer en otra Navidad. Y lujo, y supervajillas, y exquisiteces, y alardes que los ricos se pueden permitir. Sexo a espuertas, libertad de husos horarios, y costumbres que huyen despavoridas del estrés de la no Navidad.
Lencería inevitable, guiris de ojos maravillosos, rímmel en la Gran Superficie, minifaldas a distribuír, rojo interior con ligas esotéricas y de carne, maduras y en extremo atrayentes.
Al otro lado de tu femineidad hay café, más café, pausa, infusiones, té rojo de las cinco y de las séis de la mañana, el apagado de relojes, suavidad de luces, y tus manos de porcelana eterna que producen todo el deseo bendecido. Porque la Estación Navidad es como es y como se desarrolla cada vez que el invierno coincide en la boca en beso del fin del Año Viejo.
- BON NADAL/ MERRY CHRISTMAS -
8:54
jose vicente ortí
El intrépido Jordi Évole decidió poner su particular y esperado termómetro a uno de los periodistas del grupo PRISA que más poder ha ostentado en España desde que tenía treinta años. Juan Luís Cebrián se llama y apellida el hombre del Poder y de El País.
Habla suave pero vivamente, arrrastra el sonido pero es contundente y peliagudo. Quiere Cebrián cerrar su credibilidad exitoso ante la más mínima sospecha, y su experiencia y veteranía le ayudan a defenderse de modo impecable.
Cebrián es del Pesoe, amigo de Felipe González, ha sugerido ministras y ministros, pero niega sentirse injustamente en las poderosas alturas, y mucho menos, que su País ya no sea referencia o que haya finalmente decepcionado a muchos de sus incondicionales.
El diario El País, ha sido y sigue siendo una referencia clara para los ciudadanos. El grupo PRISA no tanto, porque estas cosas de los grupos y de las reuniones económicas de ejecutivos, no es asunto que llegue al asfalto de las personas. Seguramente, como dice Cebrián, estas cosas pasan en todos los sitios y no se arman zascas. Todo es normal, y los ataques son fruto de envidias y de mucha verdez intelectual y situacional.
En verdad que El País ha sido el periódico español de la credibilidad, y más cuando desapareció su eterno rival "Diario 16", de Pedro J Ramírez y José Luís Gutiérrez.
El País como periódico,-valga la redundancia-, de periodistas, ha tenido una trayectoria muchísimo más que meritoria. Ha sido el rigor, la valentía y la democracia. La protección de los olvidados o de los que carecían de voz, el periódico de las mujeres, el periodismo impecable y puntiagudo, y poco amigo de sensacionalismos o efectos comerciales. Los directivos del grupo, ya ha podido ser otro cantar. Contra ellos iba dirigido el otro día el estilo de Évole. Contra esa pared impasable que parece no entender la mácula.
A El País le ha pasado parecido al Pesoe con sus bonsáis y su bodeguilla de aquella beautiful people de la Época de Felipe o Polanco. Que han cambiado las cosas con este tsunami de lo neoliberal, y ha sido sobrepasado por sus propias contradicciones.
Llevar una vida de líder y aupando la bandera del rigor y de la credibilidad frente al postfranquismo y el Mercado cabrón, implica méritos pero también riesgos.
Como la revolución sorpresa del 15-M que parió a Podemos y a todas las nuevas fuerzas lastimadas y emergentes. Algo fallaba en todo. La cosa que se nos contaba ya no era la de antes. Los periodistas podían seguir siendo excelentes, pero entre investigación e información se les había traspapelado una fuerza latente que nunca supieron esperar ni prever.
Cebrián, fue duro y contundente. Nunca simpático. Cerró filas y se hizo el sueco. Para él nada relevante ha sucedido que no estuviese en el guión de todos. Para mí que ahí se equivoca mucho.
Odia a Podemos. Me extrañó. Porque El País siempre fue la izquierda. Si uno ojea el diario, verá que siempre hay un palo para Pablo Iglesias, Errejón, Bescansa, un error de Podemos, o una estrategia en entredicho hacia el Partido morado del "coletas".
No es de extrañar tanto. Ahora ya se sabe. PRISA va tan a la deriva como el Pesoe. Es lo mismo. Y una lástima. Porque los periodistas son fenomenales, pero las direcciones respectivas ya no huelen a izquierda y ni siquiera a clases medias. El País ya es otra cosa. Y la férrea mano del Poder aparta a gente incómoda sin contemplaciones.
Cebrián sigue hablando quedo, agudo y confiado. La vida continúa, y los arreones de Évole desviados hacia otros agentes. Pero hay un foco en Cebrián que ya no huele a frescura sino a conveniencia. Y eso es malo y fundamentalmente para el periodismo.
-Y COMO LO PIENSO LO ESCRIBO-
5:20
jose vicente ortí
En un episodio histórico y más que inhabitual en mi Valencia del alma, se ha puesto a llover incesantemente durante días y más días, y sobre las plantas que tengo en mi abarrotado balcón.
Es buena época. Pero como ante el cambio climático no pasaba ésto, mis plantas andan como yo, desacostumbradas y perplejas. La temperatura es lo único que se va salvando. Durante todo el temporal no ha hecho frío.
Quien me ve, sabe de mi afición por las plantas de mi balcón. Representan la vida, una vida, una magia que cuido casi con obsesión, me dan paz y relajo, y me descubro en ellas a mí mismo. Yo soy también un poco las plantas de mi balcón.
El agua, a mares, ha estado a punto de encharcarlas. La tierra de las macetas está negra y blanda, ha bajado la densidad y dureza hacia muy abajo, y las raíces se han visto empujadas y hasta favorecidas.
Es otoño y he podado. Podé. Hoy por fin ha vuelto el sol a casa. Las plantas han aguantado bien la desfavorabilidad y además yo he podido ahorrar algunos litros de agua para el riego.
Las plantas están ahora limpias, verdes, pero ya van demandando sol y sequedad. Para ello he introducido un objeto punzante dentro de la tierra con la idea de que el aire penetre en dicha mojada tierra con cuidado de no herir ni desvirtuar el centro de las plantas, que es su motor y timón. Realmente les hacía falta el agua tras una Valencia desértica y turística. Esta sorpresa sin duda que las habrá favorecido. Se ha higienizado toda la verdad de la tierra y ha salido sin ambages toda su realidad. Todo es ahora visibilidad, estructura básica y desnudez en mis plantas. Están, como son. Con su verdad y con su realidad.
Las margaritas han agradecido el constante jarreo de las nubes, y la begonia se ha aprovechado de la ausencia de frío para mantenerse exhuberante y hasta imperial.
El otoño,la estación quieta que deja paso al invierno sin los alardes de otras estaciones, ha estado aquí y ahora más que entretenido. Ha sido un final de otoño de vida y de amenidad, de empeño y riesgo, de mirar y no tocar, que que las palomas se abstuviesen de hacer nocivos viajes de picoteos sobre ellas, y la magia de ese balcón ha estado expectante y más que entretenida.
Me siguen apasionando las plantas de mi balcón. Hay algo ahí que me lleva a ellas, a observarlas, a ver en ellas una vida que sigue perenne y decidida a enfrentarse con los meteoros, los truenos y las centellas. Pero, sin barroquismos, las plantas me representan la fuerza y la esencia de la vitalidad. La presencia, el pasado, el presente, el llenar mi tiempo con un hobbie claro, y siento que mi balcón sin esas plantas sería una cosa funcional y sin riesgo, anodino y diferente.
Mantengo mi tradición de hijo de la huerta. De esa huerta feraz y fértil que parió a mis antepasados y que me hizo la apuesta y la condición de lo natural y de la naturalidad.
Hay un valor y una riqueza, a mi lado de los ladrillos o la tecnología de los móviles u ordenadores. Ahí hay una energía orientadora y clara que expone y me dice que hay que continuar y resistir.
En esas plantas he hecho mis fetiches, mis sueños, mis manías y hasta todas mis virtudes, y nada ahí tiene que ver con el dinero o los intereses espúreos. Mis plantas y yo tenemos un pacto sellado y tácito de mutuo respeto. Ellas me ven y yo las vivo y destaco. Son mis hijas y yo su hijo. Y me siento ser vivo como ellas, y ellas me dan oxígeno y paz. Hacemos trueque.
-EMPATADOS Y EPATADOS-
8:54
jose vicente ortí
Llueve, llueve, siempre llueve sobre tí,
llueven sobre mí tus sonrisas,
jarrean sobre mí tus besos,
aguacerean sobre mí tus abrazos.
Llueve, llueve, llueve,
a cántaros llueven tus lágrimas en mi regazo,
borrasquea sobre tí mi sonrisa enamorada,
llueve sobre nosotros ese cariño.
Porque va y siempre llueve,
llueve, llueve, y llueve la lluvia de la vida,
llueve sobre tus ojos mi mirada tierna,
cae en tus manos el líquido del afecto real.
¿Por qué no llover siempre?,
¿por qué no soñar eternamente nuestros besos?,
¿es que no llueve acaso sobre tus pechos?,
¿o no es verdad que llueve sobre mis labios? ...
-JOSÉ VICENTE ORTÍ-
11:02
jose vicente ortí
El mundo en su conjunto mirando a los dos mejores y más carismáticos equipos de fútbol que hay. La magia del Barça y la pegada del Real. Tablas al final. El fútbol siempre termina por ser equitativo.
La primera parte fue un bostezo de luxe. Tensión, temores y muy poca convicción. El Madrid que es músculo se sentía comodote y confiado, pero nunca clarividente. Deshacía y apenas dejaba hacer. Clos se tragó pronto un penalty a Lucas Vázquez. Son cosas insignificantes del juego en donde pronunciarse en el Camp Nou solo es marathón y esfuerzo prolongado de fondistas. Y al final de esos cuarenta y cinco minutos de bostezo contenido, sosería y menoridad. Cero a cero impropios a las expectativas.
El fallo defensivo que en seguida del descanso permitió a Suárez adelantar al Barça, junto a la salida del mago Iniesta, cambió por completo el panorama. El Barça, se relajó. Y como casi todos sus titulares son cracks, son capaces de hacer lo que los otros nunca pueden. Que es, deleitar, tener el balón, controlar magistralmente las cosas, hacer virguerías, y ser el Barcelona magno y reconocible que siempre marca un tiempo y un sello.
La segunda mitad de los catalanes fue sedación y recuperada sensación de hacer las cosas adecuadas siempre, con un Sergi Busquets majestuoso.
Solo al final, el orgullo del Madrid les echó para adelante al ver que no podían sellar la Liga temprano y largarse a nueve puntos. Y allá que se fueron a por el gol, con velocidad, oxígeno y hasta desesperación. Empezaron a lanzar córners y a buscar no salir de ahí de vacío. Y para ello los de Zidane se apoyaron en sus pegadores más evidentes y hasta históricos. De ahí surgió,-con fallo defensivo al igual que en el gol del Barça-, la nueva cabeza letal de Sergio Ramos que ya amargó la Final de la Champions al Atlético de Simeone e hizo pues el 1-1 final.
Y cuando ves que la literatura del buen juego se ve violada y huera ante el mamporrazo del gol, entonces comprendes mejor y valoras el mérito que ha tenido el equipo madrileño del "Cholo". Por eso Simeone tapa los espacios y entorpece sembrando de peros y minas las certezas rivales sacando petróleo de en donde solo parecen haber piedras de desierto.
¡El gol es tan importante! ... Es el sprint del fútbol. Es esa carrera que en cien metros te pone a todos de pie y que te lleva a la euforia o a la cara de circunstancias en función de simpatías o rivalidades.
Así vi yo este último gran partido del "siglo" y del 2016 que ya nos deja y que nos lleva a las Navidades y a lo comercial. El Barça sigue mirándose casi a la desesperada en el talento individual y en la pausa colectiva, y el Real mantiene su uniforme de boxeador dispuesto a ganar por k.o. y a su estilo personal.
El gol, los goles, nos sacaron del tedio. Y se abrió el deporte, y las armas de los unos y de los otros se cosieron con las respectivas emociones de sus seguidores. Y ya hubo discusión, y polémica, y pasión, y todo fue ya postdivertimento futbolero y apuesta por el calor descarnado, natural y entrañable.
El Barça-Madrid o viceversa, es el día grande de la Liga de España y de otros muchos países que llegan y se nos juntan en esa ilusión común que nos convoca este deporte tan cercano y universal. Por eso hoy ha sido fiesta del fútbol más allá de puntos, resultados, alegrías, agridulces o sonrisas de vanidad. Han pasado cosas bien potentes en el fútbol de aquí.
Y un elogio final para todos aquellos que meten goles. Porque llevan la espada de lo decisivo en su convicción de los remates. Afortunados ellos, pues logran hacer del tedio un recuerdo de olvido.
¡VIVA EL GOL!
11:13
jose vicente ortí
Grande. Dignidad. Superviviente osado. Pionero y valiente. Patriarca de la rebeldía. Con causa. Lo del tirano Batista quitaba raíz y decencia. Era el putiferio de los Estados Unidos. Y para el histórico y muchísimo más que arriesgado Fidel Castro, Cuba no debería seguir siendo ese carnaval inoperante de intereses nada claros ni positivos.
De modo que, finalmente, llegó bajando el "Comandante"de la Sierra Maestra y entró vencedor en la LaHabana ex colonial española.
Fidel venía a ser gallego de orígenes. Como tantos maravillosos aventureros que llegaron a las Américas a buscarse los garbanzos. El habla es el español, y eso siempre es un punto que atrae y expande.
Que no se mienta ahora que se hace balance y le limitan a diciendo que fue un dictador parlanchín comunista. No. Fidel Castro fue el líder mediático número 1 en Latinoamérica, en el Caribe, en un pequeño país; en un lugar maravillosamente inesperado y bello había nacido la semilla de un héroe carismático, grandilocuente, barbudo, colega del icono "Che", grandote y actoral. Maravillosamente gigantesco para representar la causa latina. En Liliput estaba Goliath, y al lado de los talones de Goliath todos los intereses económicos de los Estados Unidos, ya por entonces el país más poderoso de la Tierra junto a la URSS.
Ese fue el brazo del rebelde Fidel. Los rusos le ayudaron geoestratégicamente en el equilibrio de bloques. Pero además, el líder de la Revolución cubana y de tantas novedades que lanzaba al mundo, supo defenderse como un titán y manteniéndose como referencia mundial. A pesar de los peses, Fidel Castro supo hacer credibilidad y ambición exportable de Justicia.
De modo que, no habría Democracia en Cuba, pero había padre, había escolarización y medicina de nivel, había orgullo y dignidad de lo propio, había Cuba, había La Habana, había aeropuerto José Martí de nombre, y habían unos discursos con una convicción tan arrolladora como las horas y más horas verborréicas que empleaba el líder en expresar sus ideas apasionadas.
Un actor político de primer nivel mundial. Un cubano mundialista, internacional, capaz de implicarse con soldados para ayudar a Nelson Mandela el mago, en las agresiones de los blancos racistas a los negros.
Fidel Castro se implicó en las contras. Se lanzó al ataque y al contraataque y los medios tuvieron que tener bien presente al hombretón de la barba y del sombrero de comandante tan propio y peculiar. Menudos puros fumaba ...
Esa es la verdadera dimensión y grandeza de Fidel. Su personalidad especial y efectiva, en tiempos en donde la URSS también era capaz de manejar las reglas del juego mundiales y no solo los yankees del Mercado.
Castro murió cuando se puso malo y dejó de aparecer en la tele. Cuando dio un paso atrás y ya no pudo ser mediático sino una más que extraña duda negativa y permanente.
También la URSS se fue al garete, y todo cedió. Era lógico. Pero Fidel se puso el chándal a juego con la bandera de su País, y deportivo como Beamon o Bolt, o su "caballo" Juantorena, y nunca daba la sensación de que le habían embalsamado a escondidas de sus espectadores y admiradores.
El Siglo XX ha perdido a un hombre excepcional. Y el XXI acabó con el XX. Y la vida sigue. Como la muerte. Tiene mérito un tipo que aparentmente no es nada, pero que es capaz de preocupar a los mismísimos mandatarios americanos por su valor, y a sobrevivir a centenares de atentados.
Fidel Castro tenía algo mucho más que su barba y sus discursos pantagruélicos y hoy fuera de lugar. Fidel atesoraba unas ideas que copiamos y que son válidas. Que son necesarias y que nunca deben perderse. Ahora los cubanos deberán decidir su tiempo de futuro. Y sea cual sea su rumbo de ese futuro, nunca deberán olvidar o dejar de lado al padre que los parió y los ubicó en el mundo. Tuvieron y tuvimos mucha suerte de poder disfrutar de su magna personalidad. Se va un coloso siempre necesario, el cual nunca jamás se arrodilló.
¡EJEMPLAR!
2:32
jose vicente ortí
Pelucón ensortijado, voz grave y definitiva, valenciana de familia acomodada y de franquista olor, con Rita Barberá llegó a mi ciudad la tradición de nuevo y ahora en forma de mujer. Para quedarse.
Porque Rita llegó a la Alcaldía para pasarse ahí veinticuatro años con el bastón de mando. Fue la Manuel Fraga de Valencia, lista y chica bien, carismática imparable con los suyos, pasota, ambiciosa, sagaz, populista de eficacias mil, fan de las Fallas hasta arriba, de habla castellana, y sabedora de que hacer y tener amigos es una de las cosas clave para estarse a gusto en la vida, en la política, en los negocios, en la religiosidad, en lo económico, y en lo que hiciera falta.
Y se podían construír amigos, más amigos, menos amigos, amigotes de conveniencia, amigos invisibles, amigos para siempre, enemigos, enemigos amiguísimos, relaciones incondicionales, fiarse de casi todos los suyos, no fiarse nunca absolutamente de nadie, no tener apenas seguridad amical, ser cebo de buscavidas y de personajes de Berlanga, vivir a mil, tirarse el mundo por montera, no perder las formas en público, blindar sus privados y leyendas, ganarse adhesiones inquebrantables, salir en las mascletàes al balcón y al micrófono de Julio Tormo el megafallero y de gente muy agradecida, y siempre soñar desde el Poder. Rita sin poder no hubiese podido soportarlo. Por eso quizás se despidió sin despedirse en el hotel de Madrid tan joven. Podían venir cosas muy aburridas.
Rita, soñó mucho. Las Artes y las Ciencias, el Paseo al Mar, la Ciudad de la Luz, la Copa América, la ampliación del Turia, los proyectos farragosos y faraónicos, Blanca Nieves y los siete enanitos, Gulliver, el turismo, Correa, El Bigotes, los hermanos Karamazov, las leyendas del Vodka, Agua para Todos, más Berlanga, España, los pérfidos rojos, Alfonso Grau, las facciones, Rus el de Xátiva, Mariano el mejor, el caloret faller, la Musa del Humor, la Feria de Muestras, la Cabalgata del Reino, el Antigor, los Reyes de España, los coches antiguos, el AVE, la Fórmula 1, la mujer de rojo que seducía una y otra vez elección tras elección, la alcaldesa de España, la superseñora poderosa y acostumbrada a habitar en el Himalaya bonancible de su burguesía, y más amigas y amigos.
Y amigotes, y traidores, y semitraidores, y vista gorda, y caricaturizable, y puñaladas traperas, y caídas inesperadas en desgracia meteóricas, y chivatos, y los bolsos de Vouiton, y las entrañables fiestas navideñas, y las luces y las bombillas, y la pólvora fallera en las luces de la Falla de Sueca y Literato Azorín, y más corruptos desapercibidos, y vientos extraños sobre las paredes de su tremendo sillón, y habilidad para regatear hachazos judiciales, y astucia para seguir haciendo amigos en el Cielo y en el Infierno. La vitalidad de una leona aplaudida y encumbrada desde la costumbre y desde el muy atrás lentamente hasta el Senado 2016. Grupo mixto.
Traicionada por sus amigos cagados de miedo, su Ayuntamiento cerrado por haber allí más ladrones que en la cueva de Alí Babá, orgullosa, y genio y figura para siempre, y nunca asumió nada, y dijo que los errores en todo caso los habrían cometido algunos, y se defendió con la contundencia de un central leñero y sin que nadie la enseñara la tarjeta de sanción,elegancia, y los del Valencia club de Peter Lim pusieron ramos y recuerdos junto a su tumba, y los falleros, y sus habituales y afectos hacían colas y más colas para escribir su personal recuerdo en el libro de las despedidas, y otros muchos le decían que la primera dama de valencia había consentido que aquí se robara y a manos llenas. Rita siempre lo negó todo. Estuvo a todas como Busquets o Mangriñán. Y ganó muchos partidos. Como el Madrid de Mourinho. O como Rafa Benítez campeón de Liga con el Valencia. Mi Valencia ahora leso.
-TRADICIÓN E INFLUENCIA: PESO PESADO. -
5:23
jose vicente ortí
Cuando me pongo mis gafas de sol y me encierro en mi coche, es que algo ha pasado entre él y yo. Soy una señora independiente y madura, y nunca voy a olvidar los tirones de mi biología.
Mi amante animal es mi secreto que me llevaré a la tumba. No hay amor, ni somos pareja, ni estamos casados, oficialmente nunca nos conocemos, no me acuerdo siquiera de en dónde le conocí, pero hay ahí un misterio que está y perdura en el tiempo. Es más joven que yo, pero nunca le pregunto ni él a mí. No nos comunicamos nada que no sea el placer. Un placer único, animal, intensísimo y necesario.
Soy muy guapa cuando quiero y él es un diez físicamente siempre. Yo le veo así. Y nos atamos porque la Naturaleza le dio éso y todo es un regalo para mí.
La primera vez que lo hicimos, ni siquiera yo creía que me lanzaría resuelta en sus brazos y sin inhibiciones ni tabúes. Me sonaba su cara de antes pero no recuerdo más ...
Simplemente, caminábamos en compañía de otros perfectos desconocidos, y de repente se alargó mucho el día y nos quedamos juntos él y yo. Todo fue natural y especial. Y la verdad de ambos nos llevó a un beso rápido y a que yo me lo metiera en mi coche y me lo llevara a mi piso de esa playa que nunca nadie podrá saber.
Nos tomamos de la mano, y entonces el deseo nos llenó nuestras miradas. Yo le decidí la ruta y siempre guardamos un silencio entre gemidos. Logramos llegar a mi lar, y nunca nadie pudo sospechar nada. Y si lo sospechan, como que ya somos mayorcitos para que algo nos pueda condicionar. Y a la par, se decidió que un gran atractivo fuese nuestro secreto. Lo nuestro crece y se desarrolla en la medida que nadie puede saberlo.
Acabo estresada por mi labor en una empresa privada de asuntos de Economía, y hasta ahí puedo escribir. Nunca diré si soy la última mona de la empresa, o si soy la que corta el bacalao. ¿Qué más da? ...
Hay un teléfono que solo puede conocer mi maravilloso animal. Sí. Yo le he bautizado como mi amor animal, y él se ríe sin estrépito pero con agrado y complacencia. Complicidad sellada.
Nuestra cama es nuestra. Y sobre todo,-y no soy halagadora-, de él. Porque mi animal ha explorado mi cuerpo y sabe el sitio que me gusta a regañadientes y para quedar cortesmente bien, y el lugar volcán en donde sabe excitarme, electrizarme, y hasta hacerme soltar lava. Mi fiera es muy bueno ahí. Donde las personas volvemos al eterno del tiempo y en donde todos los tabúes se resquebrajan y acaban cayendo a la basura del absurdo.
Me despeina, me pongo taconazos para él, la lencería es mi regalo, voy al gimnasio en gran parte para mi animal y de paso para conservarme bien, le dejo que haga y haga, y cuanto más hace, mejor.
Mi animal maravilloso apenas habla, y cuando habla no parece tener estudios superiores. Da lo mismo. Porque mi rara avis para mí, es exactamente lo que siempre ha buscado mi relax y mi independencia de señora de hoy. Me importa una higa lo que haga cuando no estoy con él. Paso de su estado civil, o de toda su característica personal que es cosa de él. Ya se apañará con su vida de después cuando termina el último trago de nuestro placer inigualable.
Mientras mi animal no haga algo destacadamente malo o hasta bueno, seguirá teniendo en lo hondo de su agenda el teléfono que a mí más me gusta que tenga y que es el mío personal. Y mis amigas me preguntan envidiosamente cosas con la excusa de que se me ve guapa y hasta radiante. Con las ganas de saber se quedan. Que nadie pregunte pues.
-ES MEJOR ASÍ-
12:08
jose vicente ortí
Jóvenes, congoleñas, menos jóvenes, violadas, embarazadas a la fuerza, obligadas a todo, infrasobreviviendo entre la muerte cerca de las minas del Congo del puto y sabroso coltán, negras, africanas, inexistentes, machacadas, objetos de usar e ignorar, lejanas, indiferencia hacia ellas, castigos de leyes y creencias tribales y embusteras, Evas que tuvieron la mala suerte de pertenecer a su sexo femenino. Mueren y son torturadas y violadas todos los días. Pero nunca son redimidas por apariciones estelares en las aperturas de los telediarios. Porque nunca queremos saber la verdad. Porque preferimos vergonzosamente vivir entre las mentiras y la irrealidad.
Tiene mérito ir al cogollo del coltán africano, atravesar los odios machistas y los intereses económicos furibundos, ponerse unas botas y mojarse el culo con agua africana.
Una chica blanca que pertenece a una maravillosa organización humanitaria que acoge y da calor a estas mujeres, nos hace valiente y científica pedagogía. Y nos dice lo que hay. Que ahí cerca de los intereses mundiales y de pernada de ese coltán que permite la perfección de nuestra tecnología pariendo consolas para los niños y smarphones de gran calidad y comodidad para nosotros los mayores, y otros beneficios de estos minerales que sustentan la idea coltán, hay otra realidad preñada de guerras y de guadañas legales que transforman toda integridad física en una saudade inalcanzable. En un muro de sordera colectiva.
Las tripas de África son y están en las mujeres y niños. Nunca mejor definida la selva de la supervivencia. Si pesas menos, mueres. Si no naces varón, tus posibilidades se raquitizan, si no existes para los medios, el todo vale te hace olvidado e inexistente. Te matan y nadie lo sabe. O, nadie parece saberlo. Aquello es un infierno sin reglas y puedes comprender y corroborar ese mito o leyenda que indica que cuando a África llega la noche, entonces el negro siente que le brota una sonrisa porque ha hecho la hazaña de defenderse frente a la muerte acechante y real del día a día. Sin tabúes.
Mujer en África y al lado de creencias, leyendas, guerras, tradiciones y toda la pobreza. Mujer sin derechos, desgarrada a golpetazos de penes casi anónimos, despreciadas por sus propias familias, enloquecidas y tullidas de dolor, desanimadas hasta el espanto, sin el más mínimo horizonte ni futuro.
Los héroes solidarios blancos de las organizaciones humanitarias luchan contra el tabú y las reglas del juego de los intereses económicos mundiales, con la convicción de un sabio. Juegan al a pesar de todo, actúan frente al pese de los peses, están ahí, abrazan a la vencida y tratan de darle sentido y calor que no futuro porque no dejan.
La mujer está maldita allí. De más. Supongo que esos bestias y nosotros los cavernícolas que consentimos las salvajadas, seguimos pensando que todo esto es un sinremedio y tan insoportable que nos ponemos las manos sobre los ojos y oídos y luego afirmamos que nuestro recuerdo prefiere otras cosas menos picudas.
Pues, no. La realidad tiene mucha más fuerza que los Imperios o las leyes. Y los sentimientos humanos de piedad y de justicia, siempre estarán ahí. Yo me paso por la entrepierna todas esas excusas de pobres miserables que nos dicen que las cosas de estas mujeres son inevitables y que nada se puede hacer.
A pesar del panorama escalofriante y demoledor, descorazonador y decepcionante, a pesar del coltán y de su puta madre, al otro lado del aparente visto bueno, hay una verdad que tiene la fuerza de un hércules gigantesco y que se llama sensibilidad.
Y yo maldigo desde este modesto blog a aquellos que creen que esto de las mujeres negras es inevitable e imposible, y a los que afirman hipócrita y lastimeramente que no hay voluntad para acabar con la barbarie. Porque mientras haya un ser humano sobre la Tierra, dicha esperanza seguirá viva.
¡HOSTIA!
3:30
jose vicente ortí
La política, se resiente. Parece dejar paso a formas de simplismo por otra parte electoralmente eficaces. Son gente,-más que descarada-, muy sorprendentemente segura en los olimpos fantasiosos que aparentemente huelen a triunfos.
No obstante, Norteamérica siempre fue otra cosa cultural. Nada de Europa. Sus propias cosas particulares y diferenciales. EEUU siempre fue un gran sueño y un gran deseo. Un gran sentimiento de desesperación lleno de religiones y de dioses, que cohabitan y conviven con sus cotidianeidades y con sus avanzadas tecnologías, militares y de balas. El calvinismo, el neoliberalismo, el postureo, el golfismo, la sensación vanidosa, y la menoridad en la exploración y sensación de lo social. El vivero incesante del individualismo, y el dinero como referencia inevitable y presencial.
Yankeelandia nunca ha sentido lo político como algo cercano, sino como algo localista y mero y sólidamente reivindicativo de su institucionalismo. Sus propias leyes. La Asociación Nacional del Rifle, los intereses económicos, el sexo, el placer, el lujo, la idea maléfica del foráneo, y la sensación en su show de que son los mejores y que siempre lo serán. Son el Imperio de lo mediático y de lo referencial, y desean frenar amenazas o tentaciones de emulación. Son pasionales y definitivos, mantienen la pena de muerte en algunos de sus Estados, y el sexy de la Estatua de la Libertad supone su cebo y su redención más llamativa.
Por eso no ha de sorprendernos nada que en exceso de allí nos llegue. Otra cosa sea que nos indigne o contraríe, pero sorprender me temo que a pocos ya a estas alturas. ¿Democracia en Estados Unidos?, ¿ideologías? Solo hay un marasmo confusional que puede permitir cohabitaciones y costumbres que en Europa vamos intentando que puedan ser progresivamente otra cosa, manteniendo nuestro empeño humanista y cercanía en la unidad. Tolerancia real.
Donald Trump está siempre acostumbrado a hacer lo que le ha dado la gana y desde bien jovencito. Es jefe, empresario, millonario, de estilo chavista refinado cuando le conviene, impostor, padrino de ceremonias, y frikie de habitual. Un verdadero tipo exótico y desahogado para el que nunca existieron éticas, leyes o barreras. ¿Cambiar ahora a los setenta y un años?, ¿cambiar su personalidad porque ahora no es jefe de un emporio sino también el Presidente de algo llamado Nación y cuya bandera oficial es la consabida de las barras y de las estrellas? Sería bien interesante saber qué se le ocurre a míster Trump cuando piensa en el Estado, en las Instituciones, en las representatividades y en las formas. Qui lo sa ...
Ha ganado las elecciones 2016 con la gorra, sin rivales, ha subido al estrado, y ha ido citando y destacando a gran parte de su familia y amigos. No ha hablado de política, no ha hecho referencia a nada concreto, nunca ha perdido la compostura, todos le temen y nadie le cree, se le quiere como al jefe que logra una hazaña conseguidora, sorprendente, no esperada, y luego se habrá ido exactamente a donde le habrá dado la gana. Si no, no sería Donald Trump.
Se quiere ahora burlar de la Democracia y de la diferencia, y sus seguidores,-que son gente masiva de la América profunda y de poco estudio-, le ríen las mofas y faltas de educación, y se lanzan a vitorearle al lado de su gente: "¡U.S.!" ...
Trump, bufón, no tiene categoría ni registros para regir un país tan diverso y complejo. Lo que sucede seguramente es que él se cree que sí, y que el Estado y la política son otra empresa más y con trabajadores que llevan su voto en la mano. Que Dios bendiga a América, porque ahora lo necesita imperiosamente.
-Y DE PASO QUE NOS PROTEJA A TOD@S-
5:33
jose vicente ortí
Me fui haciendo mayor. No lo esperaba. Nunca te esperas las cosas. Porque yo confiaba profundamente en mi tres hijos. Porque a pesar de que se me fue al cielo muy pronto mi marido Ismael, yo lo di todo por ellos. Una carrera, todos los estudios, todos los caprichos y todas las renuncias. Ahora están todos excelentemente posicionados en la vida con sus trabajos respectivos. Pero ... Pero este verano me he dado cuenta de que les estorbo. Me querrán a su modo, pero ya sé que les estorbo ...Ha sido muy duro. Lo más duro. Todo lo demás era experienciar. Que pasara el tiempo y que se concretara todo hacia lo lógico e inevitable de mi situación.
Lloré a mares. A océanos de decepción. Porque cuando una cosa la ves venir, pues es más fácil de asumir. Pero la decepción de la sorpresa negativa siempre es dolorosísima. Terrible ...
Yo, vivía sola. Independiente. Yo me hacía la casa, la comida; absolutamente todo. No parecía necesitar a nadie. Y tenía una idea fija en la cabeza que todavía hoy mantengo aunque desecho ya. Yo no quería ir a ninguna residencia de esas. ¡Éso, jamás! ...
El bastón dio paso al andador para poderme desplazar. Y con el andador, tacataca, o como se llame, yo iba tirando. Y bajaba al parque donde estaba mi amiga Asunción. Y era gestora de mi vida. Y las cuatro pesetas de la pensión mísera que me ha quedado, las administraba como una hormiguita previsora y militar.
Hasta que un día me falló el tacataca. Y muy cerca de la Plaza de la Virgen,me di un batacazo tremendo. Los malditos altos escalones me produjeron un tremendo enfado además del golpetazo que me arreé. Pero lo peor fue cuando vi que la gente apenas me ayudaba en aquel incidente. Y lo más peor fue cuando al llegar a casa, vi que me mareaba y no me tenía en pie. ¡Malditos mareos neurológicos! No me fallaban las piernas, sino el riego sanguíneo de mi cerebro. No me llegaba bien la sangre ahí y al pasar las células hambre se apagaban las bombillitas y perdía la conciencia. Y también la movilidad al levantarme de la cama o de la silla ...
Mis hijos me llamaban de vez en cuando. ¡Hipocresía! Lo único que quieren,-y a pesar de su buena posición económica-, es luchar por la tenencia de mi piso. Yo ya no les importo nada. ¿Alguna vez les habré importado? ...
Levantándome de los lloros, seguí reflexionando. Me tiré todo un mes sin salir de casa. Venía una chica dos o tres horas a la semana, a la que pagaba un precio mucho menor que el de mercado porque no tengo dinero.
Por fin alguien me ayudó a abrir los ojos. Me gestionaron la silla de ruedas, y cuando estuve delante de la trabajadora social ya hacía mucho que me había dado cuenta. Yo estaba en peligro sola en mi casa y no era cuestión de molestar a nadie. No era tema ya de de que mandasen nadie a casa. Mis hijos se desentendían del tremendo peligro que yo corría. Y cuando la asistenta social me soltó la terrible palabra "residencia", yo lloré pero asentí. Era lo mejor para seguir viva. Y además, si yo hubiese continuado en mi casa yo hubiese intentado por segunda vez una cosa muy fea con el objetivo de acabar con mi vida de una vez.
La residencia es una castaña. La comida deja mucho que desear. Mis hijos solo me visitan cuando se equivocan. Los demás compañeros de la residencia están muy mal y muchos de ellos son enfermos mentales profundos cuyas familias esconden ahí esperando el final de las historias respectivas.
Al final me he vuelto positiva. Otro alguien ajeno a mi familia, me gestionó una cosa del voluntariado de personas mayores en residencias, y yo cada vez que viene este chico Víctor, me siento bien. Y suelto toda mi tristeza y mi mal rollo. Pero el chico me escucha, me presta atención, me sorprende por su peculiar sentido del humor, me disuade una y otra vez de que disponga mi piso para él y desherede a mis tres hijos invisibles y desagradecidos. Víctor es diplomático y tiene la sorpresa de su presencia y encanto.
-LE QUIERO MÁS QUE MUCHO-