jueves, 12 de diciembre de 2013

- C. MONTORO -


Así con su sonrisita y sus gafitas, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha convertido al igual que su colega Wert, en uno de los personajes más criticados del actual Gobierno.
Montoro, sonríe. Sí. Como, pícaramente. Como desde un río alto que sabe inexpugnable e inalcanzable. Ahí arriba, se está bien. Ayer mismo culpó a los mensajeros de ser los malos de la crisis. ¡La prensa! ...
Montoro, feíllo, con aspecto de funcionario gris, tecnócrata hasta las trancas y sin el menor glamour político. Vocecilla queda, un tanto agudilla, y tratando de ver siempre el lado propio y lógico de las situaciones que el neoliberalismo propone.
Por encima de todos los dramas, más allá de los sufrimientos cotidianos, las tijeras de los recortes de Montoro son de bisturí calculado. Gobierna para la Macroeconomía, para los grandes flujos económicos, para las direcciones de los vientos del Poder, para los suyos, y hasta para la indiferencia.
Últimamente quiere ser más polémico que gris. Y nos preocupan sus decisiones. Porque, ahogan. Dejan a la gente muy atribulada y hasta perpleja. Cada vez hay más desequlibrios. La mayor parte de las personas de este país nos estamos empobreciendo y retrocediendo en esperanzas. Y los ricos no encuentran el tope a sus privilegios. Ése es Montoro ...
Un tipo frío que dice que hace los deberes de Bruselas. Un escribidor de la ideología que tiene a las personas como meras anécdotas, y que parece hacer una apuesta flagrante y expectante hacia los Mercados.
En la prensa y los medios, le dicen de todo. Le hacen parodias, le dicen que no debe andar con mentirijillas, y que por favor se acerque mucho más a los temas sociales. Pero parece que Montoro y el periodismo no se llevan demasiado bien.
Yo, cuando le veo, pienso en seguida en la importancia del brillo y del carisma. No se lo puedes pedir a un hombre que no es de magnetismo o de pegada. Montoro solo es contumacia y sin concesiones. Insistencia.
Te das cuenta de que está a años luz del político que se espera. Y, con él, a tantos políticos del Parlamento que están y son muy lejos, muy a la suya, a sus verdades, a su burbuja, a su atmósfera y a su club selecto.
En Montoro veo a un instrumento más del Sistema. A un peón de esos que se mete en un despacho y te puedes esperar de él cualquier cosa menos que te va a hacer feliz con alguna decisión que guste al pueblo.
Los políticos, son meros utilizados. Unos rostros anónimos, casi fugaces, irrelevantes, y tremendamente esperables. Anodinos, de inercia, que están ahí arriba porque han de estar y nada más, porque las cosas son como son, porque se ha decidido que esto es así y al que le pique que se rasque, y un imperio absoluto y blindado de la frialdad.
Sí. El poder de los políticos decide ser obediente y frío, mirar su euro y sus cifras, sus números y su distancia, y hacer exactamente lo que les dicen.
Están ahí para hacer la labor de otros que nunca veremos. Y para hacer amistades influyentes para luego recalar en sus negocios privados. Pasar un futuro activo y desahogado gracias a los servicios prestados. Un juego de amiguetes y de conveniencias casi pactadas.
Montoro es, además de ministro, todo un síntoma de cómo va todo. Oscurantismo, argucias, jergas, palabras, interpretaciones, ausencia de autocrítica, y mucho esperar y esperar para posicionarse en donde la corriente fluye mejor. Todo un verdadero oportunista.
-Y ECONOMISTA-

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¡ LAS COSAS DE CARLOS !



Ya lo sabéis. Soy Carlos y hace mucho tiempo que no salía en el blog del mago y poeta. Pero hoy no lo he podido resistir y he salido otra vez a la palestra.
Ya os lo voy contando. Estando con mi Lourdes va y me dice: ¡mira éso! ... Y claro, yo me levantado toda la mirada de la obediencia y también me he quedado perplejo. Un inciso: ahora mi Lourdes y yo hemos hecho unos cursillos de escuela en español bien escrito y ya podemos compaginar nuestro escribir en andaluz y en el habitual. Que nadie se sorprenda por el cambio de acento. Pero en la intimidad somos los más andaluces y felices del mundo a pesar de la puñeta crisis esa del mal fario. ¡A fe! ...
Sí. He mirado a la tele y he visto al Emperador Obama. Y,oye, hay cosas que es que te sorprenden y no lo puedes evitar. Y mira que me fijado bien, pero las imágenes ya no sorprenden a nadie. El Obama estaba flirteando delante de tod@s. ¡Pellízcame, Lourdes! ...
Y mira que a mí me cae bien ese muchacho. Es joven, parece un atleta guapo de esos de la NBA, baila como nadie, tiene garbo en las manos y en la danza, es elegante y triunfador, y oye, ¿qué más puede querer ese hombre? Si todo es suyo, ¡leñe! ...
Tiene a Michelle, que es guapa y morenita como él. Hijos, familia, y todo todito. Bueno, pues si hay consenso y todos podemos estar de acuerdo, ¿qué hacía el mismísimo Obama ligando en directo?, ¿alguien puede explicárselo a mi Lourdes y de paso a mí? ...
Estaban tod@s en el funeral del maestro Mandela. Hasta ahí todo perfecto porque es más que merecido el tema. El homenaje, la alegría, el boato y todo el calor. Pero una cosa es la libertad y otra el libertinaje. Y punto.
¡Obama ligaba con una mandataria de Dinamarca y bien rubia! ...
Primero, que si la cortesía y todas esas cosas. Ya sabes, la cordialidad, la diplomacia y el buen rollete. Pero luego mi Lourdes se da cuenta de que ahí pasan cosas. Se ven. Están ahí ...
Yo me veo a Obama muy cerca de la guiri vikinga y guapa rubiaza. Que si una miradita, que si la caballerosidad de una cercanía, que si la invasión cómplice del terreno personal, que si unas buenas piernas, que si la suntuosidad del gran momento, que si una foto compartida, y tal ...
Hasta que saltan todos los fuelles. Michelle mira las escenas con cara lógica de mal asunto. Porque llega un momento de la temperatura cordial, en la que no puedes saber dónde van a ir quedándose las cosas, ¿no? ...
¡Oye, Obama, que es tu mujer! ¿No la ves? Mi Lourdes tiene hoy más razón que una diosa. Éso, no se hace. No se puede jugar con una imagen o con unos sentimientos, chaval. Que tienes un encanto, y una familia, y a una chica morena de rechupete, coñe. ¡Déjala, va! ¡Deja de flirtear, y más en directo, hombre! ...
Yo no sé si los aires exóticos y quizás afrodisíacos de alguna comida le habrán hecho una mala pasada a nuestro apolíneo héroe, pero ese chico quería ligarse a la danesa delante de todas las personas del mundo bien mundial y sin remilgos.
¡Sé que no! Que son manías de mi Lourdes y que solo ha sido un desliz. Pero como bien apunta mi santa, yo estoy seguro de que el Obama ha tenido bronca en casa y bien poco de cenar. ¡Castigado! Sí. Sé que Michelle le habrá dicho las cosas y más que merecidamente. Lo que pasa es que el espíritu de Mandela es concordia y perdón, y éso contagia siempre. Pero, que no lo haga más, ¿no os parece? ...
¿A QUE SÍ, LOURDES?

martes, 10 de diciembre de 2013

- FATANNE -



Fatanne es joven y rabiosamente actual. No se pierde una. Quiere y consigue estar a todas. Porque es vida, deseo, y también mucho derecho y ambición.
Seguro que triunfa. De hecho, ya es una triunfadora de actitud. No le hace falta que le digan que es arrebatadora y sensual, porque ya lo sabe. Y excelente azafata, y pizpireta, y más que liberal.
Fatanne tiene unas largas piernas que luce porque sabe que su poder femenino es grande. Como sus ojos enormes y vivarachos. Ella es lo que haga falta. Nunca rehúye nada ni se detiene. Allá que va y allá que destaca. Sí, azafata. Pero también tiene títulos y carreras, y es traductora de idiomas, y le encanta viajar. ¡Oui, monsieur! ...
Es todo menos una quietud. Porque Fatanne, a sus veintipocos años tiene muchísimo mundo encima. Muchísimos amigos, muchísimos proyectos, y es extremadamente positiva y realista.
Fatanne es femenina y fatal, prohibida y deseada, juega a casi todos los límites, y busca con afán su verdad que es ser feliz.
Exigente y alta, amante de la moda y parisina hasta la médula. Tiene varios teléfonos móviles. Algunos son fáciles de saber, pero otros han de ser trabajados para ser accesibles. Porque Fatanne conoce que sus pretendientes no han de llevar olor a sudor portuario de estibador. No. Ella es selecta y efectiva, y ha de ser estratega y fría frente al amor cuando la ocasión lo reclama.
Fatanne es fuerte y flexible, le encanta la ciudad más que a una tonta un lápiz, y eso del monte está bien para un posado comercial o para unos días de asueto o de pilates de meditación. Pero cuando ella se levanta, se mete de cabeza en su coche y quiere asfalto y gentío. Y los bares, y los pubs, y los lugares concurridos aunque siempre especiales.
Fatanne no quiere ser niña pija, y huye de chichés o sambenitos. Cree que las otras chicas la odian porque tiene muy rivales que la llaman guarra por detrás dado que no son valientes, y porque ella se quedó irresistibleente con algunos de sus novios y hasta prometidos.
Es lo que tiene que seamos muchos. Fatanne camina por el nivel alto y el glamour porque se lo puede permitir. Porque vale. Porque la que no pueda que lo asuma, se arremangue y se ponga a hacer escaleras.
¡Oh, mediocridad! Fatanne pasa de este concepto. Quiere, más. Le gusta el yate y el padre del hijo del patrón de dicho yate. Le gustan los sin edad. Los maduros en todo. Incluso en años. Siente con ellos la estabilidad que quizás no le pudo dar su padre, el cual dejó a su madre yéndose a por tabaco y no regresando jamás.
Fatanne es sexy y lista, sabe lo que no quiere, y apuesta extraordinariamente por aquello que sabe que le gusta demasiado. Los trenes, los aviones, las capitales europeas y americanas, las playas desiertas, y las escapadas permanentes camino de la aventura y de la vacación. Le soleil. El sol siempre es su amigo. Aunque también las nubes ...
Se hablará y mucho de Fatanne. Porque lo que siempre odiará es pasar desapercibida. ¡Ni hablar! Fatanne ha venido para que se hable de ella aunque sea mal y para no dejar jamás a nadie indiferente.
¿En cuanto a Pierre? Pierre est fou. Está loco. Porque lo tiene todo para conquistarla el corazón, y el tonto está a otras cosas y a otras mujeres. Cosas de hombres inmaduros y bobos. Que mire mejor y que se ponga unas gafas de ver más. Porque Fatanne solo hay una y es tontería no ser su amigo. Tiene todo que decir, que sugerir, que indicar, que soñar. El amor es siempre especial.
-ETERNO-

lunes, 9 de diciembre de 2013

¡ SEGUID !



La batalla parece decidida. Los que están siendo derrotados muestran evidente desconfianza en sus posibilidades. Pero hay alguien que no opina así. Súpersoldado está vivo, animado y hasta rutilante. Y es el momento de que demuestre su arrojo delante de todos. Y así, habla Súpersoldado a sus compañeros y hasta a sus superiores: -"Venga. Nos vamos a levantar. Mirad esa colina. Va a ser nuestra. Ya sé que hay muchos soldados y que nos rodean, pero no está todo el pescado vendido ..."
Al principio, los suyos le miran y apenas le dan credibilidad. Quizás sea una suicida, un chiflado o un fanfarrón. Seguro que un iluso. Pero Súpersoldado no se conforma con dar voces y ánimos. Toma su fusil y grita: -"¡Miradme! Yo voy a llegar a ese alto. Mirad cómo es posible. Os lo voy a demostrar. Imitadme... "
Súpersoldado se va con decisión hacia arriba. Le salen séis soldados adversarios. Pero, no se inmuta. Escupe fuego desde su metralleta a una velocidad inusual. Mata a cuatro y hiere a los dos restantes. Y logra un nuevo hito. Accede al alto, y con sus manos ordena a sus compañeros que ya es posible y que le sigan.
-"Vamos, vamos, chicos. Ya tenemos un nuevo lugar. Es más fácil de lo que pensáis. No perdáis ni un solo segundo. Deprisa, deprisa, vamos, continuamos, seguimos. Ánimos, ya estamos aquí. Muy bien, adelante, lo habéis conseguido, estamos, somos más gente que antes, más ánimos, lo podemos lograr ..."
Sus amigos le miran como a un líder. Esta batallita o pugna se ha ganado. Pero creen que sigue estando todo cuesta arriba. Llueven nuevos disparos, silban las balas; una nueva remesa de bombas cae muy cerca de todos ellos. Pero Súpersoldado hace como una mueca clara de resistencia y de que no se rinde. Está mirando con los ojos un nuevo lugar. Está repoblando de esperanzas las ideas derrotadas y temerosas. Y ya lo tiene. Es, bajo la gran cúspide de la montaña. Hay suficiente espacio para intentar posicionarse ahí. Unos recovecos en donde se posarán seguramente los buitres, son los objetivos. El acceso no será fácil. Y lo que hace Súpersoldado es dejarse caer por la montaña como una piedra para así ganar un posible acceso a los huecos o cárcavas.
¡Ya está allí Súpersoldado en dichas cárcavas! No hay que preguntar cómo lo ha conseguido. Lo más importante es que algunos de sus compañeros también han hecho lo mismo y han ganado las oquedades naturales.
Una avanzadilla de valientes trepa por las ramas y la tierra camina de la cumbre abrupta en donde les esperará un infierno hostil. De modo que Súpersoldado manda a los suyos que no se muevan de las cárcavas hasta que él no dé la orden. Todos asienten.
El héroe lanza mil ráfagas de plomo hacia arriba y llena la cúspide de bombazos. Aprovecha los fuegos, se camufla, y accede arriba. Otro éxito. Y en ese momento el brazo de Súpersoldado se mueve a velocidad enérgica y casi paroxística. Está indicando a los suyos de que es el momento de hacer cumbre. Y que disparen por doquier y sin piedad. Lluvia de fuego ...
- "Vamos, ya estamos arriba, valientes. ¡Joder! Esto son unos soldados. Ellos están empezando a hacérselo en los pantalones. Ja, ja, ja. ¡Mirad cómo se repliegan! ..."
Los compañeros de Súpersoldado se lo están empezando a creer. Piensan que hay opciones. En efecto, han visto a rivales recular y volverse atrás. Se puede. Sí se puede.
Dos días más tarde, el ejército que parece capitanear nuestro héroe, ya domina la zona y la geoestrategia. Y cuando llega la noche les de la enhorabuena a los que siguen vivos, y les insiste una y otra vez a los que no hacen guardia, que descansen, coman y duerman. Ya es una autoridad.
-SÚPERSOLDADO SE GANA LOS MÉRITOS-

domingo, 8 de diciembre de 2013

- MI AFECCIÓN DE GARGANTA -



En mi aprendizaje imparable que me lleva hacia la responsabilidad sobre mí, observo con gratitud hechos y sensaciones cuya antesala era la inseguridad y el temor.
Por ejemplo, mi constipado. Mi afección en la garganta. Y mis descuidos hacia mi salud.
Voy regateando el acudir a mi médico, reacciono cuando no tengo más remedio y mal, y luego me entra una desazón impropia. Y allí que voy a las cuatro de la madrugada, y la médica me da unos medicamentos que re revelan con el tiempo como ineficaces.
Me surgen las alarmas y los enfados. El ibuprofeno tiene sus limitaciones y no es el antibiótico que sí hubiese precisado para mis males de garaganta. El curarme de una vez, ¡coño! ...
Por la noche, me empieza la maldita tos, fruto de una garganta seca e incapaz de expeler la mucosidad. No quiero ir al ambulatorio de las urgencias por si sale la enfermera y me vuelve a decir que esto no es urgente y todo ese mal rollo. De modo que tomo un taxi y me voy a una farmacia. El boticario, acierta algo. Me da unas pastillas que me paran la tos. Puedo dormir ...
Van pasando los días. Mi afección de garganta no se termina de ir. El porqué es bien claro. Necesito otra clase de tratamiento.
Llamo por teléfono a una amistad que conservo de la infancia. Me dice que no pasa nada. Yo, le digo mil cosas nerviosas. Finalmente, decido escucharle. Me voy al supermercado, me compro caramelos, limón, miel y mil cosas que suavizan, y tras darle las gracias, me pongo en marcha. A día de hoy, sigo con el rollo de la garganta. Pero estoy más tranquilo y más auténtico. No solo se trata del hecho puntual de un constipado, sino de muchas más cosas.
De lo que se trata es de que yo me voy haciendo cargo de mí mismo. Y de que hace bien poco no me sentía capaz. Ya sé que son las dejadeces personales en temas de salud, que he de cuidarme solo y mucho más, y todos los riesgos que implica el no ser responsable.
Ya me voy familiarizando con paracetamoles, con antibióticos, con ibuprofenos, jarabes, mejunjes, trucos o preparados. Porque me quiero más.
Mañana me iré al médico. No sé si pediré cita o que me atienda ya. Dependerá de mi estado. Y le diré todo lo que me ha pasado. Seguramente, me dará el antibiótico que preciso, y como nuevo.
Mi convicción es fuerte. Como mi toma de decisiones. Mi crecer pasa por tomar las verdaderas riendas de mi salud. Por decidirme a pensar más en mí. Por decidir que con la salud no se juega. Por cogerle el hábito a cuidarme más y a prever las cosas.
Y os confieso que me preocupa mi salud todavía más por el efecto en los cuidados de mi madre que por mí mismo. Craso error. No solo mi madre debe tener al cuidador más sano del mundo. Sino que he de dejarme de fantasías heróicas provinientes de las nostalgias de juventud. Ya no soy un muchacho. Debo espabilar. Soltarme, y hacer.
En esa línea, sigo aprendiendo de mí y de mis errores. Ahora ya me asustan menos los constipados. Porque mi principal rival, soy yo. Y en la medida que gano recursos, palos y experiencias, me curto y me valen las experiencias certeras. Mi salud es la cosa más importante del mundo y tengo que empezar a creérmelo del todo.
-EN ESA LÍNEA ANDO-

sábado, 7 de diciembre de 2013

- YA LLEGA -



¿Qué va a ser? La Navidad, en efecto. Toda una industria en la tradición familiar. Un tiempo de reencuentros y de niños, de regalos y de cenas de esas que te llevan al engordar.
Colores y luces, estrellitas, bombillas, motivos, adornos, compras, mercados, juguetes y sorpresas. Dinero, gastos, azar, loterías, detalles, regalos, Reyes Magos y Papá Nöel.
Gambas, gambones, pesacadería, supermercado, carnes, sopas de verduras y turrón del mejor. La familia. Las comidas y las cenas, la soledad en medio de una dinámica comercial imparable, y el bullicio incesante de unos niños que saben que es su tiempo de obsequios y predominancia.
Ya va llegando la Navidad. Obama ha dado la marcha atrás y se ha encendido el religioso árbol mediático. El espíritu navideño nos acompañará casi más allá incluso de las rebajas del Corte Inglés.
Yo, no tengo familia. Huyo de nostalgias y de recuerdos que acaban por hacer más oscuros los días. Mi navidad será mi futuro. Cuando tenga hechas del todo mis reglas del juego. Pero nunca renuncio a sacar a ese genio y as de la manga que es mi niño interior. Aquellos mis tiempos infantiles y de toda la ilusión. Era bello esperar a los magos de los juguetes. Baltasar nunca me fallaría. Y en la Carta a los Reyes, yo ponía absolutamente todo y sin mirar de clases sociales. Al deseo.
Es bonito y tierno ser inocente. Nunca entendí por qué no me llegaba el scalextrix. Los coches a toda velocidad a pilas sobre la pista construída. Porque mi niñez también existió aunque casi no la recuerde ...
Vuelvo al presente. La gente ya está en las calles a la busca de agradar y de agradarse. Quiere meterse a chapuzón en el medio de la tradición. Bolsas y más bolsas, maquillajes y ropa de estreno. Familia, familia y más familia. Fiesta, fiesta, fiesta, y hasta tirar la casa por la ventana. Que huela a gamba o a algo distinto y sabroso. Comida fresca o congelada.
Villancicos y zambombas, excesos, panderetas, las campanadas dadas por Rato o Cospedal, novios que se miran embobados a la tarde del parque con sus plumíferos blancos, planes y proyectos que se cumplirán. Los octavos, los cuartos, el carrillón, el primer día del 2014, y el champagne con uvas.
El triunfo del exceso y del liguero con escote, de la minifalda y de las piernas a lucir. Se es joven y audaz. Ahora y placer. Al ataque que la vida es fugaz, y cuidado con las consecuencias a veces inesperadas.
Botellón de fin de año, pedal como un piano, pastilleros enloquecidos con sus locos cacharros negros y toda la velocidad. Meadas furtivas en la calle gélida, estar con los amigos, sin tiempo ni horarios en la vacación, sexo y suerte, desinhibición y vida, risa y chistes. Ginebra, cultura del vino, cerveza, champagne, cava, farloppa, porros y paraísos inexistentes y alternativos. Fuera de sí mism@s.
Y dicen que en Belén, en una fría noche de invierno, nació en un portal un niño frágil y a la vez especial. Hace siglos que nos cuentan que el hijo de un Dios estaba ahí y que era el vástago modesto de un carpintero. Y que se hizo la magia y la verdad. Y que una luz llevó a unos reyes a darle amor.
-LA SEDUCCIÓN ES BUENA-

viernes, 6 de diciembre de 2013

¡OH, MY LORD MANDELA!



No soy blanco, ni negro, ni de ninguna raza en especial. Solo soy un ser humano que se emociona con la marcha de un gran padre bueno. ¡Oh, Nelson Mandela! ...
Me congracio con el mundo, con sus diferencias y tonalidades, me siento hijo de hombres como él. De estos hombres buenos. Porque si algo puedo destacar de la magia del gran Padre de África, es que era un hombre bueno en medio de una selva de tipos taimados. Qué bueno era este hombre. ¡Oh, míster Mandela! ...
Noventa y cinco años de ejemplo. Un hombre fuerte e inteligente que tuvo al amor como aliado. Es una historia especial con piernas y encanto, comparable a Ghandi o a tantos hermosos y escasos seres de paz. ¡Oh, my great! ...
Se lo ganó todo en aquel penal de los blancos. En la cárcel, se entrenó y se gestó el mito más colosal de todos los tiempos. Allí. En el infierno y en la privación, el gran Nelson Mandela tuvo tiempo de meditar como un sabio. Al racista blanco había que sorprenderle desde sus mismas leyes. Jugar con sus cartas. Llevarlo a su terreno.
Al opresor había que magnetizarlo con su cerebro de ajedrez. Aquel apestoso "apartheid" había que cerrarlo con la mejor de sus sonrisas y tragándose millones de sapos y de putas culebras. Porque el fantástico padrazo decidió hablar y negociar con los blancos. Su bandera, la de su Sudáfrica y la de su corazón, serían las de la paz. Sí. ¡Peace! ...
Reconciliación. Ese hombre no estaba loco. Le daba igual la cárcel. Sus ideas eran él. Nadie podría convencerle. Era único y líder. Jefe negro y hombre moderno que abría bocas de admiración. Sin disparar un solo tiro. Haciéndose respetar y desde la democracia, fue logrando derechos y más derechos para sus hijos. Nelson es padre de todas las Áfricas habidas y por haber. Nunca un hombre africano tan grande en la Historia. Ni Obama, ni incluso el gran Martin Luther King. ¡Oh, my special lord! ...
Un ganador imparable que nunca tuvo en su corazón la despreciable palabra venganza. Mandela solo era amor en acción. Encanto concreto y eléctrico. Alguien a quien escuchabas, y te daban ganas de darle un beso de emoción.
¡Ganó Mandela! Porque fue un triunfador clamoroso y un poeta admirado hasta por los propios sucesores de Píndaro. Sí. Nelson Mandela era un tipo que se ganaba a todos. Que dialogaba absolutamente con todos, valiente y maravilloso, capaz de asombrar como lo hacen los grandes fondistas en los grandes acontecimientos deportivos mundiales. ¡Oh, maestro! ¡Ángel de ilusión! ...
"Madiba" fue un fondista de la libertad. Asfixió deportiva y democráticamente a todos sus opositores. Y cuando llegó a la meta, no se hizo orgullo ni vanidad. Se dio la vuelta, y tendió su mano uno tras otro a aquellos que no habían podido laminarle o liquidarle. Y el mundo se rindió a sus pies. ¡Oh, yes! ...
Danza, Nelson Mandela. Mueve suavemente su cuerpo y sus pies, gana todas las elecciones y bate todos los récords, libera en justicia a su pueblo negro, y sigue danzando sobre el baile del árbol de la alegría. Todos le quieren, ¡Love, love, happy love! ...
Se ha ido a los 95 años. Pero ha hecho todos sus deberes y con premio de mérito. De nuevo creo por unos momentos en la raza de todos los seres humanos. Era el negro más maravilloso con el que me he topado en toda mi vida. Era el hombre amor. Quien destrozaba todas las distancias, y practicaba la lección alegre y desenfadada del buen cariño. ¡Gracias, señor Mandela! ...
Usted fue un regalo de los dioses, y gracias a su calidad humana sé que fuimos todos un poco mejores. Nos movió las emociones sin distinción de razas y colores. Me hizo vibrar como nadie. La Humanidad despide a un guerrero y político del amor y de la justicia. Se va uno de los más grande hombres de la Historia.
-EL MEJOR DE ÁFRICA-

jueves, 5 de diciembre de 2013

- PABLO IGLESIAS, TERTULIANO JOVEN E INCISIVO -



Que nadie se confunda. No es familia del fundador del Partido Socialista. Nada de parentesco. Solo es mera coincidencia. Es la nueva cara tertuliana e incisiva de la televisión. Se llama Pablo Iglesias, es muy joven y tiene cara de joven, es profesor universitario, y sus ojos son educados y rebeldes. Es atractivo y no sé si mediático. Como un nuevo Jorge Vestringe.
Las televisiones de izquierdas, apuestan por su convicción de rebelión. Arrea bien a los neoliberales y privatizadores de nuestros sueños. Ataca con coraje y valentía a lo que idea por agresivo e inadmisible.
Sus ojos y su juventud, no van solas. Porque Pablo es suave a la par que potente, habla midiendo cada palabra y no rehúye en absoluto el combate. Lleva la universidad en la mirada y la audacia en el verbo. Y hay una línea que nunca traspasa. Se podrá o no poner insistente, pero nunca perderá los papeles. Tiene fondo, y sabe salir de las tormentas bobas o de las paredes que ya no tienen remedio.
Se le entiende todo a Pablo. Habla clarito y con argumentos, y ejerce de profesor sin sentar cátedra. Porque la tele es un medio para la síntesis y para la esgrima oportuna y efectista.
Es el tiempo de hoy. Tiempos de reduccionismos y simplezas en los que Pablo no anda cómodo pero que sabe que desgraciadamente, son sus tiempos. Y sabe que son momentos duros y crudos en los que no te puedes parar ni detener, porque corres el riesgo de que te pasen por encima y sin remedio.
Es guapo, gusta a las mujeres y a los homos, y sabe ser ruidoso hablando suave y enérgicamente a un tiempo. Es un rebelde atractivo y profesional. No parecería tan joven por sus formas, y eso atrae a la atmósfera de los medios. Un chico prodigio entre periodistas consagrados. Y, no se arruga.
El rebelde Pablo, no cree demasiado en los dos grandes Partidos oficiales y poderosos. Se sitúa en posiciones cercanas a Izquierda Unida, aunque se declara constantemente neutral y fuera de líos interesados y partidistas.
A quien no puede aguantar, es al PP. Están en las antípodas de sus ideario. Por eso aprovecha el poder de los micrófonos y de los minutos para hablar severamente de éllos y de sus chorizos.
Y, no digamos, su crítica al Sistema. Domina excelentemente la oratoria, es extremadamente inteligente, y ve los resortes finales que mueven a los actuales sacrosantos Mercados a hacer de las suyas.
Pablo Iglesias defiende a los ciudadanos democráticos, y apuesta básicamente por el hecho social. Los débiles, los que sufren, las personas que son desahuciadas, los que excluímos, y hasta los que pasan desapercibidos y nunca cuentan. Esa es su sensibilidad.
Extraña que siendo tan joven tenga tan fuertes las convicciones. Es un superdotado con reflejos que no puede estarse quieto. Adora la actualidad, y siente lo verdaderamente trascendente y el jugo real en las cosas. Por eso parece más mayor. Sus formas son más de maduro que de joven. Ha escrito muchos libros de ensayo y crítica. Se nota en su discurso que es leído y escribidor.
Cuando veo a Pablo Iglesias en los medios, me viene a la cabeza esa juventud adormilada que no se ve apenas por ahí. Esa juventud que aguanta en silencio, y que parece tener la ineficacia de la presencia y de la expresión. Esos jóvenes que un día salieron a la calle, pero que se ve que hoy andan en otras cosas.
Pablo Iglesias es un indignado puro que es irreductible y que se afana en demostrarlo. Intuye que las modas en la tele son fugaces y que su fuego no gusta. Y aprovecha el entretiempo para atizar duro y sin concesiones. Que siempre se recuerde su paso por las cámaras.
-SE TRABAJA BIEN LOS IMPACTOS-

miércoles, 4 de diciembre de 2013

- AYER DESCUBRÍ UNA SOLEDAD -



Fue casi como una ráfaga. Como un relámpago. Como algo inesperado a la vez que necesario. Ayer me sentí solo es mi casa. Pero había trampa. Porque no era del todo así.
Por unos momentos sentí celos y envidia de los vecinos, de sus presencias y de sus solideces. Hice nostalgia de sus compañías y de sus individuales situaciones. Me comparé con ellas y con ellos, les busqué, y traté de acercarme cuando en realidad me estaba alejando.
Sí. Ayer tuve un esbozo de mí y de mi realidad. Me sentí aparentemente solo, pero contradictorio. Porque me estaba exigiendo demasiado a mí mismo. Lo que en realidad hacía, era evocar otros tiempos que ya no están y que ya no volverán.
Me sentía airado por mi situación personal. Me semejaba intolerable mi posición en la vida. Necesitaba llenarme del ruído y de la música, y que viniera alguien para llenar vacíos, y que cual trompeta celestial sonaran acordes de calor, y que mi casa se llenara de otros que me hiciesen más grato el estar en mi lar de toda la vida.
Por eso me sentí mejor al recepcionar mi nuevo hallazgo. No pasaba especialmente nada. Había tenido un larvado ataque de fantasía. Había delegado en el azar y en los sueños imposibles. Había pensado sobre otras y otros, cedido a ell@s mi felicidad y hasta mi actividad. Había sentido por mí un victimismo irreal. La Navidad me había jugado una mala pasada. Porque todo eso que me estaba sucediendo era mentira y el lastre de otro tiempo.
Yo. Esa era la palabra: yo. Yo había tomado la decisión de tomar todas las riendas de mi vida. Yo había asumido la completa realidad de mi responsabilidad. De modo que debía ser consecuente. En un aparente desierto-, que no es más que una etapa que en su momento no pude disputar-, debía seguir hacia adelante. Ya era un adulto, un mayor constituyéndome una individualidad y una nueva perspectiva. Y con ese nuevo yo, era más que suficiente que sucumbieran todos los fantasmas. Mandaba la realidad.
Decidí apagar la radio trampa. Probé. En efecto, la radio cumplía una labor suplementaria y de delegación. No había puesto el transistor por placer y esas cosas. No. Lo había puesto como un substituto o un ayudador de mí. Y entonces detuve todo mi hacer, y me senté en silencio sobre una silla.
Silencio. Había un estrepitoso vacío de silencio. Era como si mandara la casa sin mí. Como si yo fuera poco allí. O, un huésped fugaz. Me sentía mal y raro. Incompleto en mi casa dentro de mí. Pero entonces, sonreí finalmente. Solo era tiempo de espera y de confianza.
El silencio y el temor, eran y son superables. En el silencio más profundo de mí también se podía estar con paz y con alegría. Sin decir ni una sola palabra, también se podía estar muy bien. Lo que pasaba es que el niño tenía miedo a no conseguirlo y a no crecer. Que mis huesos me dolían, pero todo era crecimiento y libertad. No había otro modo de ser feliz que ponerme a llorar y a exteriorizarme a mí mismo. Nadie debía llenar mi sitio. Ser adulto era pasar el rubicón del silencio y de la coherencia.
Me había podido la ansiedad. Quería estar completo ya, que me llamaran por teléfono en seguida, que hubiera alguien más, que me substituyeran mi ser aunque fuera por unos minutos, que necesitaba replegarme en mi cuna y delegar.
Seguirá pasando. Pero sé que cada vez, menos. Fue una lección dura, pero agradecida. Mi yo se comería a esa soledad. Es necesario que yo haga desaparecer esas sensaciones. Y cuando lo consiga, seré el hombre más auténtico de la galaxia. Y sin que apenas se me note.
-COMO SUENA-

martes, 3 de diciembre de 2013

- SÍGUELE, SÍGUELE, ¡ES ÉL! -



El asesino. El de Valencia. El de las niñas de Alcácer. Los medios lo saben. De la leña del árbol caído se extrae la audiencia y el dinero. Se ha abierto la veda Parot. Estrasburgo ha movido y reabierto muchos sentimientos. La emoción ha de estar a flor de piel.
Allá que sale del portal el asesino. Las televisiones, le esperan. Y no solo le esperan para filmarle e irse. No. Aquí hay tomate. La noticia es indagar qué hará el león acorralado. Da morbo verle todo tapado, sin vérsele salvo filtración su actual rostro, y todo vale para el gran negocio.
"¡Sigue al asesino a ve qué hace y a dónde va!, ¡corre! ..." Ricart monta en un tren. No tiene planes. A donde le lleve la ruleta rusa de la vida. Le molestaron cuando le dijeron desde Estrasburgo que había que dejar la cárcel. Era su cárcel. Allí estaba guarecido y acostumbrado durante veintiún años. ¿Qué hacer ahora?, ¿a dónde va ese tren? ...
Los periodistas no se dan por vencidos. Algunos quieren verle en el suelo llorando. Ricart, implora. Quiere poco. Solo desea que se vaya todo el mundo y que le dejen en paz. No parece posible. Le preguntan, le inquieren, le zarandean, le acosan, y le hacen un Gólgota presumible y esperado, ¿se baja aquí?, ¿se baja allá?, ¿lo echa a suertes?, ¿qué va a hacer?, ¿queremos saber qué va a hacer a partir de ahora? ...
Todo rebosa morbo. Pocos están de acuerdo con Estrasburgo. Le ha sorprendido hasta al propio Ricart. Está y se siente rodeado como un toro furtivo enmarañado de enemigos y de extraños. Finalmente, interviene la policía. Le meten en un hotel. Por lo menos no acosarán a la policía. Y Ricart podrá depositar sus nervios y su cuerpo en una cama y caerse rendido unas horas.
Es valenciano, de Catarroja, y mató en Alcácer. Dice que no quiere venir a Valencia. Lo malo es que todo aún es pronto. Cuando aún no tiene planes todo es extraña aventura. Demasiado de sopetón ...
La vida, sigue. No me imagino a Miguel Ricart en la cola del paro. Podrían reconocerle y montarse la gorda. No. La estrategia ha de ser otra. Su conducta y su acierto. Nunca va a ser aceptado. Dicen que debería haberse podrido en una cárcel. Que, las niñas que mató nunca podrán salir de nuevo a la vida.
¿Rehabilitarse?, ¿reinsentarse? Ricart parece desmoralizado y sorprendido. La cárcel es un lugar habitual para él. Pero la libertad puede ser una tremenda trampa. Si quiere dinero fácil, la televisión le espera, pero su futuro tendrá menos pinzas a la larga que el actual.
Ricart no necesita dinero. El justo. El hombre que se esconde tras sus ojos asombrados y temerosos, lo que quiere es convivir y respirar a pesar de sus pesadillas. Tiene una hija. Quizás sea su motor. Todos y todo está muy lejos.
¿Violará y matará de nuevo? No parece. Está escarmentado y domado. Han sido muchos años en off side y mucha vida propia tirada por los suelos. Como lo vuelva a hacer, no podrá soportar más el castigo y el árbol se hará mil añicos. Lo recogerá un sepulturero.
Vivir nunca es fácil cuando estás en todos los negros puntos de mira. Cuando has de remontar en silencio un partido perdido a priori. Lo mejor que le puede pasar a Ricart es que nunca sepamos nada de él. Que salga un brote verde de compasión y le ofrezca la posibilidad de un nuevo ADN, de una nueva identificación, y de mil nuevas actitudes vitales.
Hay gente que no quiere que Ricart lo consiga. Al revés. Quieren que vuelva a liarla para tener la excusa de tirarle encima toda su venganza. Por eso Ricart debe ser listo y tener mucha suerte. Luchar por esa segunda oprtunidad.
-LO DICE LA CONSTITUCIÓN-

lunes, 2 de diciembre de 2013

- CINE: BLUE JASMINE. -



De Woody Allen. Con Cate Blanchett haciendo una excelente interpretación. Ritmo, sin pausas, y casi trepidante como en casi todas las películas del veterano director. No te da tiempo a aburrirte.
Jasmine. La protagonista. La pija ambiciosa y trastornada, culta, contradictoria y desgraciada. Al fondo, su extraña canción romántica ...
Jasmine vuela alto. Siempre se movió por el dinero y la frivolidad. Se siente enorme. No puede soportar no ser enorme. Porque no puede con lo otro que ella llama supermediocre. Por cierto, ¿qué será el amor?, ¿un gran engaño? ¡No puede ser el amor! ...
Jasmine tiene un impresionante físico, y quiere lujo y todo el mejor sexo. Quiere y exige nivel. Y eso de fregar escaleras o acometer determinados trabajos, está lleno de injustos y evidentes peligros.
Su ex marido fue un estafador. Pero, bueno, son riesgos de los grandes inversores. El mundo es una apuesta en la que ir de humilde o de puritana te va a llevar a la menoridad. Y no hay nada más infumable que la segunda división.
Lo que le gusta a Jasmine es la seguridad y la inversión de futuro a través de los millonetis. Y aterrizar su avión en territorio pobre, le produce una asfixia injusta.
Su hermana, no tiene sus genes. Su hermana no parece tan impresionante. No es eléctrica, no tiene glamour, carece de sus modales casi académicos, y todo su mundo es el vulgo previsible y perdedor. Al menos, así lo vive todo Jasmine.
Ese choque personal y contradictorio, lleva a la protagonista del alcohol a los ansiolíticos, pasando por locuras, sufrimiento y desmoronamientos. Su mirada es la de la decepción injusta. Jasmine se pone a mirar como si nada viera, pero sus ojos son directos y demasiado extraños. Se le va la emocionalidad, y mira y mira sin decir nada. E, impresionando. La mirada agresiva del desconcierto impotente ...
En cambio, la hermana de Jasmine ha decidido que ser ambiciosa y hacerse demasiado la boba trepa, solo acaba generando malas situaciones. Todo es actual y claro. El sexo es maravilloso, pero el amor existe aunque sea cuando se halla una aguja en un pajar. Y entonces es otra clase de felicidad. Auténtica y sincera. Y te ríes mejor, y le sabe muy bien al cuerpo, a la estabilidad y a la vida. Lo cotidiano puede ser apasionante. Ha de serlo.
En cambio, Jasmine ... Jasmine no logra ser feliz. Se ha quedado sin dinero, se habla sola a veces, y no puede creer en el amor. No lo puede haber porque no quiere aterrizar en sí misma. En la medida en que su mundo es una fantasía inventada, le pasan cosas desagradables que no logra domeñar ni controlar.
Monumental y rápida la actriz Cate Blanchett. Excelente y complicado papel. Porque Jasmine es como muchas mujeres, que quieren aparentar y moverse eternamente en los clubs selectos. Es compleja, y a la vez vacía. Inteligente, y a menudo fracasada. Lo tiene todo para triunfar, mas no lo logra hacer. Y su vida es una verdadera pena.
Woody Allen juega a su ritmo con esa clase alta y financiera de los americanos del lujo que viven más allá de las líneas de la ley. Gente con corbata y mansiones, con ademanes elegantes y sonrisa especial. Y hurga sobre la falsedad y la realidad de tales huecos inconcretos. No puede serse así. Y si se es así, si se bordea el concierto que huye del fisco, llega la policía y te caen unos cuantos años.
Es lo que tiene Jasmine cuando se agrega al Poder. Que no puede ser feliz en su sueño de superior. Que no logra aclararse. Y entonces Jasmine vive su locura incomprensible y extraña. Porque quiere ser lo que no puede ser. Porque la realidad es aventura hasta cierto punto, pero no toda la aventura es lo mejor. Está mejor la realidad, porque la realidad nunca ha de doler tanto. Nunca tanto.
-ENTRETENIDA PELÍCULA-

domingo, 1 de diciembre de 2013

- "ARCE". -



Fue un día hermoso y juvenil. Caminábamos por la montaña y sus senderos. Y había una chica con ojos achinados y cara de guiri. De, extranjera de piel blanca y amable sonrisa.
Era extrovertida y abierta, se podía hablar con ella sin rodeos o ambages. Se parecía a mi modo de ser. Un niña grande y bonita. Tierna y siempre saltarina y fugaz.
"Me llamo Arce y soy de Canadá", me dijo cuando le pregunté todas esas cosas que se hacen cuando te gusta alguien físicamente de verdad. Y a pesar de ser canadiense y del Quebec, hablaba un español fluído y claro. Era traductora y sabía varios idiomas.
A las pocas horas, "Arce" y yo ya estábamos hablando como si nos conociéramos de toda la vida. Era un bombón alegre y vital. Lista y pícara, muy europea y vanguardista. Y su acento francés era más que delicioso. Charme.
Nos pusimos a corretear por un sendero, como dos jóvenes cómplices que se están bien el uno con la otra. Y nuestros compañeros de grupo nos miraban entre la sorpresa y la aceptación.
Descendimos barrancos y ascendimos puertos y picos, y finalmente nos tomamos de la cintura y de la mano. Y "Arce" me seguía y me sonreía. Nos apartamos del grupo y caminamos totalmente solos ese día élla y yo. Era la mejor libertad. El mejor y más deseado disfrute. Juventud y más juventud.
Hablábamos de cosas intrascendentes, y ella me decía que Valencia y España eran muy bonitas y que la Naturaleza no era su Canadá, pero que ésto también era muy bello. Y con mi mano en su bolsillo posterior de sus pantalones vaqueros, solo sé que se estaba más que bien, y que yo le decía puyas y provocaciones. Porque solo quería que me diera un beso.
"Arce" no me dió un beso, sino un torrente. Se me tiró encima como un conejo de piernas interminables, y me lanzó una música sorpresa a base de sus risas nerviosas pero placenteras. Y entonces nos lanzamos sobre la hierba y sobre la tierra, y comimos juntos, y descansamos con sus piernas sobre mí.
E hicimos el amor como dos enérgicos salvajes. En plena naturaleza, "Arce" adimitió mi cuerpo y me dió todos los vistos buenos del mundo. Estábamos excitados y era la primavera, y hacía un calorcillo romántico y real. Jugábamos a apurar los minutos, y los segundos, y las medias horas. Y nunca pensábamos en romper nuestro hechizo. Pero los ojos de la guiri dulce y juguetona tenían ideas claras y nada dispersas. Solo quería lo que estábamos haciendo. Lo que pasaba aquella tarde. Lo que nos nacía ahora.
Al llegar la noche, pareció enfriarse el fuego de nuestro placer. Nos juntamos con el grupo y ella se alejó. Pero no hubo ni disgustos ni nostalgias. Porque "Arce" siguió su camino y se me despidió con la mano y con su sonrisa magnética.
La vida, siguió. Aquella aventura fugaz e intensa a un tiempo, había concluído. Nadie supo decirme bien quién era "Arce", que hacía en España, por qué había venido con nosotros, ni nada de nada.
De modo, que me senté sobre una roca al finalizar el recorrido y miré hacia lo lejos. "Arce" se despedía también del resto del grupo, nos daba las gracias por la bella excursión, y se iba con una amiga camino de otro lugar y de otro horizonte.
Nunca he sabido más acerca de "Arce", si es que alguna vez supe algo de élla. Pero me hizo pasar una de las jornadas más bonitas y vitales de toda mi vida. Canadá, Quebec, la juventud, la Naturaleza, el placer, la libertad, la complicidad, y los senderos valencianos. Ideal.
-INOLVIDABLE, "ARCE". -