9:55
jose vicente ortí
Ahí está. Desde más que de primera hora de la mañana, mi madre no está dispuesta a escuchar movimientos extraños. Su cabeza tiene fuertes convicciones. En esa casa, no se va a mover ni una mosca a menos que ella dé su consentimiento.
Mi hermano se levanta, e inquietud en mi madre. Inaudito para ella. Eso está muy mal. A pesar de que ya no puede valerse por sí misma, que mi hermano se levante solo y sin ser avisado por élla para que no se duerma, o el hecho de la autonomía de mi hermano para levantarse solo, vestirse, lavarse, prepararse y marcharse al curro, le parece injusto e intocable.
¿Quién queda ahora?, ¿yo?, ¿su otro hijo?, ¿qué estaré haciendo yo, o por qué encenderé la luz y estaré por la casa?, ¿otro que tal baila? ...
Mi madre ya no aguanta más. ¡Se acabó! Ni obediencias, ni dependencias, ni gaitas en escabeche. Se le acabó la paciencia a mi progenitora de ochenta y séis años. De su garganta, sale la voz imperiosa y definitiva: -"¡Jose!, ¡Jose!, ¡Joseee! ...
Comprendo que no está bien y no la puedo querer más, pero eso de llamarme a voces a las siete y media de la mañana, no es de recibo. -"¡Ya voy, mamá!, ¡ya vooooy! ...
Al parecer, tiene una perfecta excusa cuando tras la humedad de Valencia aparecen unos escasos séis grados. Tras decirme que desea ir al baño, lo que mi madre quiere es dominar las cosas y vigilarnos fuerte y estrechamente. Y no digamos a ese tipo con gafas que estará casi todo el día ocupando su espacio propio que soy yo ...
Casi, ni me mira. Me ordena, me dice todo lo que tengo que hacer, me planta cara, no parece creerme, y a manotazos aparta insensatamente sus sábanas y ropa, con el riesgo de que se enfríe. Y en ese momento, se me acaba mi primera paciencia mañanera. ¡Viva Job! ...
Me pongo firme como un ángel soldado, y no permito que el corcel caprichoso se me escape de las bridas. Le digo a mi madre que no tenga miedo, y que de irse al comedor y a la silla, nada de nada. Que no se preocupe si no se puede levantar, que para éso están mis brazos. Pero de la silla del comedor, ¡que se vaya olvidando! ...
Mi madre presenta batalla abierta. No le hables de relevos o de buena voluntad. De modo, que la cito a la realidad y la digo que no juegue conmigo ni con nadie, y que se porte bien.
Mi niña-madre, sigue revoltosa. Pero, por lo menos, ha logrado concitar la atención. Vuelve a reinar de otro modo en la casa. Y la aúpo, le doy la mano, le pongo un bastón en la otra, y la llevo al baño para que no se caiga y para que haga sus necesidades.
Pero no me mira bien. Ella quiere lo que quiere, y no lo que parece de lógica y de cuidados afectuosos por mi parte. Pero mi mami no es tonta. Intuye que me está prejudicando y que éso no se hace.
¡Conseguido! A la cama de mi mano otra vez, y en esta ocasión sin rechistar mucho. Aunque parece no decirlo, de mala gana se acuesta gracias a mí, se relaja, y la digo que ya la llamaré yo, y que no se preocupe ya de nada, y que yo la marcaré el calendario cuando toque, camino del desayuno de las galletas y de la leche calentita y del cambio posterior e higiénico de los pañales.
Será mi apuesta y mi pelea diaria. Me hará el caso que me hará. A veces ninguno, y a veces regular. Incluso en ocasiones, me hará caso. Pocas. Pero yo soy ahora el papá que vela por ella y por su bienestar.
- ¿TE PORTAS BIEN, MAMI? -
6:10
jose vicente ortí
Hacía tiempo que ponía Alberto cara de cansado y hasta de triste. No era él. Me estaba y se estaba engañando a sí mismo haciéndose el duro y el distante. El, extraño ...
Ha poco que le dije que me hiciera una chapucilla en mi casa, y que me tapara unas grietas que da la humedad. Le vi derrotado. El entusiasmo parecía habérsele esfumado. Me decía que no, que había dejado la pintura, y que no de nuevo, que incluso su mono blanco de pintor ya estaba en el recuerdo y en la basura.
Yo insistí, egoísta y sorprendido. Le dije finalmente, que si podía contar con él o si no. Guardó un escaso silencio. Me vio preocupado, y se identificó con esa vulnerabilidad. Afirmó que no me preocupara, y que iba a venir a casa a ver qué podía hacer.
A las pocas horas, ya estaba sito encima de una escalera faenando sobre el techo con la pintura y la preparada masilla en la mano. Se sentía mejor. Pero necesitaba su espacio propio, y que le dejara por unas horas en paz.
Cuando terminó, vino a casa de mi made, en donde ando yo cuidándola. Su cara era otra. Se había sentido útil. Había vuelto a ser pintor. A ser alguien, a sentirse válido, a ser independiente, y a recuperar su personalidad habitual.
Me alegré, pero no me convenció. Estaba muy contento, eufórico y hasta excesivo de bien. Al madrileño Alberto, le estaba pasando algo y no me lo quería decir para no entristecer a nadie.
Esta tarde ha vuelto a casa de mi madre a relevarme durante un rato, como hace casi todos los días, y hasta en el hablar no era Alberto. Estaba enfermo, tenía un enorme catarro, y venía acompañado de una gran afonía. No quiere ir al médico, porque no quiere tratarse en serio a sí mismo. Se sentía y siente, culpable. Estructuralmente, no anda fuerte. Nunca lo ha sido. Pero su bondad y nobleza traía nuevas y sorpresas.
Porque casi de repente, el duro Alberto se ha puesto a llorar intentando que ni mi madre ni yo le viéramos que lloraba. No. Alberto no solo tenía zozobras económicas, o problemas de salud, o problemas de ubicarse en la habitación de una vivienda compartida, o el pesar por no tener una compañera a la que dar amor. Lo que tenía Alberto, era todo lo anterior y demasiado junto. Y aún de esta guisa, había venido a cuidar a mi madre, y no se quería retirar a descansar. Decía, que estaba mejor aquí ...
Alberto, ha llorado. Yo, le he ofrecido unos kleenex para que se enjugara las lágrimas. Mi madre, le miraba entre preocupada y en el deseo de protegerle y de calmarle a través de su silencio solidario de comprensión.
Mañana, Alberto volverá a sonreír. Será otra vez Alberto. Dirá que no se acuerda de nada y que está mejor. Pero su infancia que no tuvo y sus dificultades en el crecer, seguirán de manifiesto.
Y continuará siendo noble y vulnerable a un tiempo, y él habrá trampeado sus problemas y mañana volverá a casa, y le dará sal y juego de parchís a mi venerable y senil mamá.
Mañana, no llorará. No le gusta la iteración, ni que le compadezcan, ni gaitas en vinagre. Lo que quiere Alberto es que le tengan afecto y comprensión. Soltar lastre de dolor, y que se sienta no rechazado desde su intemperie personal. Y entonces habrá que compensar su nobleza, y le contaré un chiste, y le diré que este año su Madrid no coge al Barça.
-Y ASÍ SE REIRÁ-
10:37
jose vicente ortí
Y, cinco goles, le acaba de meter Radamel Falcao al Deportivo de La Coruña. Cinco goles del internacional colombiano del Atl. de Madrid. Impresionante, goleador, tipo de área, convicción en sus movimientos, creador de situaciones de peligro, y enorme olfato y osadía para estar en el sitio adecuado y lograr meter dentro de la portería. Cinco goles como cinco goles.
Ambición, inconformismo, calidad, peligro, resultados, y atemorizador internacional. Con este tío no te puedes descuidar si eres defensa, ni un solo momento. E, incluso, si estás concentrado plenamente. Te coge un balón, se te va cara a puerta y la enchufa adentro. Méritos y admiraciones. Cinco goles. Matemáticas, prestigio y calidad. Enorme rendimiento y acierto en el fichaje. Falcao, resiste. Crece, y se hace grande. Se proyecta, y triunfa en España. Es un elegido del área. Una perla, tal y como están hoy en día de áridos y desérticos los puestos de goleadores.
De, puñales del gol. Y Radamel, es uno de éllos. Cinco goles no los mete un cualquiera. Es una estrella, a pesar de no tener la calidad ni el carisma de muchos elegantes consagrados. Si juega Falcao, sabes que la palabra gol puede gritarse en cualquier momento. En el esperado, y también en el inesperado.
Este escrito, es también un homenaje al gol. Al goleador. Al tipo especial que nace con el don de perforar la portería contraria. Ese jugador que le devuelve la grandeza y el tronío, a la idea de ponerse una camiseta y jugar exclusivamente de delantero. Y, hasta de delantero centro. La dignidad del goleador y la mítica de su grandeza. ¡Su Majestad el gol! ...
No todos los grandes goleadores o kíllers del área de la historia, han sido jugadores técnicos y exquisitos. Hay mil ejemplos. Parecería, sin perfil histórico, que los grandes goleadores habrían de ser y poseer una enorme calidad técnica. No necesariamente.
Más allá de Cristiano o del dios Messi, más allá de Hugo Sánchez o de Butragueño, hubo goleadores mágicos a la par que un tanto rústicos. Hoy he visto a Radamel Falcao hacer una cosa que hacía el tosco y mítico Gerd "Torpedo" Müller. Correr hacia un balón, pugnar con un defensa, revolverse con dificultad, tomar la pausa dentro del área y sin miedo para adentro.
Raúl no fue un dechado de elegancia y ahí quedó, o Rubén Cano, o Caszely, o Dani, o Roberto Martínez, o Santillana, o Iván Zamorano, o mil jugadores europeos y de todos los Continentes que pasaron a la historia por su tremenda y asombrosa eficacia de cara al gol.
Más allá de Maradona, Pelé, Kempes o Cruyff, hubo maravillosos futboleros como Boninsegna, Roger Milla, Grosso o Cantona. Además de Platini, Romario, Ronaldo o Ronaldinho Gaúcho, hubo Quini y Villa, o el polaco Lato, o jugadores de gol que siempre estuvieron causando el miedo de la emoción. De Ibrahimovic a Samuel Eto'o ...
Además del Real Madrid o el Barcelona, el Atl. de Madrid de Radamel Falcao, existe y está ahí para darle exhuberancia y emoción a las cosas. Véase Drogba y su aparente atletismo inesperado. De este modo, la afición del Atlético de Madrid asiste al campo con renovada ilusión. Su colombiano mágico Falcao, la puede liar a goles en cualquier momento.
-MÁS QUE DE DESTACAR-
8:27
jose vicente ortí
No le gustaba la vida, en absoluto. A Joan Rulls, solo parecía interesarle realmente otra cosa bien distinta. Y, entonces, la muerte le abría a Rulls un aparentemente positivo horizonte.
¿La vida? Asco y decepción le poducía al hombre. No le convencía, estaba completamente en desacuerdo con las motivaciones que el proceso vital pudiese depararle, y pensaba que esto era un castigo, un engaño, y hasta una burla para él.
A medida que Joan se hacía mayor, se reafirmaba en esas ideas. No pensaba jamás en el suicidio, pero es que la vida era para él realmente algo a despreciar. Ni sociedad, ni humanidad en estricto senso, ni compasión hacia los pobres, unas castas de ricos mangoneando las leyes y las reglas del juego, las clases sociales, y la gran incomunicación entre los seres humanos.
A Joan le daba igual que hiciera sol, buen clima, lluvias, nevadas, o calores sofocantes. Le era indiferente el gran envoltorio. Solo deseaba que llegara su final. Únicamente esta idea le seducía.
Además, apenas nadie le comprendía. Se sentía un especimen raro y a despreciar, un atacado en sus ideas por los demás, y hasta un estigmatizado por los defensores de las reglas del juego de la mera supervivencia.
Sí. Joan Rulls tenía dinero. Había heredado de sus padres, tierras y bienes de todo tipo. Mas a pesar de su desahogo económico, el hombre nunca quedaba de nada y por nada satisfecho. Sólo, la muerte. Solo otra cosa que no fuera la realidad social cotidiana y el proceso que le mantenía vivo aquí, podría sacarle de su permanente malhumor y de su aspecto hosco.
A los sesenta años, le fue detectado a Joan Rulls un mal letal y sin cura. El doctor no sabía cómo comunicarle la noticia, mas al fin se decidió y con profesionalidad: -"Señor, no tengo buenas noticias, me temo que "...
Le interrumpió Joan: -"¿Quiere decir que finalmente voy a morir?" ...
A lo que el médico se aprestó a matizar: -"Nunca hay que perder la esperanza, y la Ciencia avanza a pasos agigantados, Joan"...
Rulls le dió un fuerte apretón de manos al doctor, y rápidamente se alejó del centro médico. Una enorme alegría interior, le embargó. Ahora, sí. Por fin la muerte. No podía evitar que una tremenda sonrisa le iluminara el rostro. De oreja a oreja. Por fin Joan Rulls comenzaba a salir de la desazón y del pesimismo.
La enfermedad mortal avanzaba a pasos agigantados. Pero había algo en el interior de Rulls que seguía alegre y animado. ¿Se podría llamar felicidad? Solo él, acertaría a definirlo mejor ...
Cuando el hombre entró en la agonía mortal, nadie daba crédito. Era como si estuviese más atractivo y hasta guapo. Sus ojos moribundos, irradiaban empero una evidente felicidad. Euforia.
Consciente de que llegaba su final, su entusiasmo mental se desbordaba en oleadas. Las gentes, llegaban a pensar si Rulls se habría vuelto loco definitivamente. ¿Aceptar la muerte con sumo entusiasmo? ...
El testamento de Rulls, no dejaba sello de duda. Toda su fortuna iba a ir para la gente pobre, dado que esa era su voluntad y que nunca se había casado ni tenido hijos. Su familia sanguínea que le quedaba, no percibiría ni un solo céntimo de él procedente.
Ya en la ceremonia definitiva del ya finado Joan Rulls, a cuyo entierro no asistió nadie salvo algún que otro curioso, su rostro en el interior del ataúd mostraba un aspecto relajado y casi envidiable. Y además, al terminar el acto y tras su enterramiento, sonó la música alegre de una contratada orquesta, y se obsequió a todo el que quisiera con un picoteo de comida y refrescos gratuitos. Rulls alcanzó la muerte plenamente feliz. O eso semejaba.
-COSTABA REALMENTE CREERLO-
10:34
jose vicente ortí
De la casa, goleador, efectivo, dulce, guapo, y tremendamente educado. Ídolo de la afición del Athletic vasco de siempre, y ahora mito derrotado por el desengaño general. Ahora, el gran e intocable Llorente, el goleador internacional y la sorpresa indiscutible, ya no le dice nada a la afición del equipo blibaíno. Adiós, brillo ...
Todo empezó, por la negativa del presidente Josu Urrutia, a que el jugador decidiera mejorar su proyección deportiva, y poder fichar por un club de campanillas que premiara su enorme calidad que parecería que se hubiera ganado con creces en sus partidos exitosos de San Mamés y fuera de él. El mejor, y entre el carisma.
A la negativa de Josu Urrutia a entender que la ambición de Llorente no tenía que entenderse como una traición intolerable al vasquismo futbolístico, se unió la astucia del extravagante y oportuno entrenador argentino Marcelo Bielsa.
Porque en el medio de los partidos históricos del año pasado del Athletic de Bilbao en la Europa League, en donde hicieron un fútbol moderno y de primor, algo le pareció al "Loco" Bielsa que no podía ser tolerable. Por ejemplo, la actitud derrotista de algunos de sus jugadores en sus momentos cruciales de las finales. La manera tan estrepitosa de perder ante el Barça en la gran final, fue localizada hacia el tesoro y bello ariete. Fernando Llorente fue el foco y el iceberg de la crítica.
El público y la afición de San Mamés, ha dudado mucho. Al principio, le perdonó todo como siempre a los suyos, y como una sola voz defendieron a su gran goleador Llorente. Lo que pasa es que el fútbol es fugaz y una desmedida pasión de ambición. Llorente era de los suyos, y Bielsa un foráneo raro, pero el calendario del carrusel imparable del fútbol que nunca se detiene, comenzaba a cambiar las cosas.
El presidente de la entidad, había estallado y seguía haciéndolo: "Lo de Llorente ha sido un enorme golpe inesperado a nuestra línea de flotación..." Y, no lo quiere, y le desprecia, y solo desea que se pudra por ahí. Quizás, porque su humana ambición, con el traspaso del atleta Javi Martínez, le rompe todos sus esquemas de futuro al primer mandatario bilbaíno.
La verdad, es que Llorente es sensible y acusa los golpes. En su rostro hay tristeza y sensación de incomprendido, pero también le sabe mal la humillación que siente que sufre.
Porque, Marcelo Bielsa no le pone, porque lo saca cuando ya no hay apenas opciones, y porque le utiliza como un peón de segundo perfil a pesar de su enorme calidad.
Si Llorente recibe el balón de espaldas, hay pocos defensas que le puedan restañar o robar el cuero, es elegante, marca goles, por arriba es imparable, y posee la fría veteranía de un gran crack. Mas está ahora nervioso y no lo puede evitar. No es él.
Llorente, también ha marcado su sentencia. Nunca le dirá reproche alguno a una afición que le ha idolatrado y querido, pero que no acepta así como así que se vaya. Respeto absoluto, y ni una sola palabra ante la creciente indiferencia. Libertad para todos.
Pero el morbo y la tensión, substituyen a la sonrisa y a la gran alegría. Fernando Llorente casi es un villano en el gran y mítico estadio que le parió para el fútbol de éxito. El nacionalismo deportivo y de gen, no ve con buenos ojos la anunciada marcha de su maravilloso niño prodigio.
La ley del dinero y del mercado globalizado, abraza toda la realidad y acaba con las idolatrías y los apegos sentidos. Si se quiere ir, que se vaya. Que se joda. Que sea feliz o lo que sea, y que haga lo que quiera con el dinero. Vendrán otros, y ya marcarán goles y se apañarán. Al entrenador lo tirarán el día que se tuerza todo, y el presidente gestionará los dineros. Y, a otra cosa.
-CAE EL ÍDOLO Y DUELE LA INDIFERENCIA-
7:49
jose vicente ortí
Ojos y porte, delgadez y originalidad, disparo y sorpresa, hombre de acción y temible, rudo heterodoxo que camina individualista y sin afeitar camino de los dólares de la ley de la supervivencia.
Clint Eastwood, creador y mito, el último maravilloso y gran chulo de Hollywood, sucesor de John Wayne, aunque sin aquella ideología moral y hasta social. Otra cosa.
Áspero Eastwood, audacia, límite, escupitajo, y hercúlea fortaleza fibrosa. Impacto y bala que huelen a música posible de seriedad. Frontera mejicana, y tensiones en lindes imposibles y alejadas de controles aparentes. El pérfido bueno del caballo, mira y hace una mueca de dureza y piensa cerebralmente que no será expresivo, y que el misterio se romperá cuando mueva a velocidad eléctrica sus dedos sobre el gatillo de la pistola final que hace justicia. Y su caballo le dirigirá a más lugares duros e inexplorados, en los cuales vivir cómodo no será nada fácil. Clint, lo sabe y asume el reto.
Barba y sudor, filoso y de temer, broncas, y sin aparentes escrúpulos. Que las masas no cuenten con él. Es actor de sí mismo y capaz de crear un personaje estándar y hasta encasillado que sale valiente desde las cuerdas del ring para dejarte sorprendido y admirado.
Parece que Clint Eastwood será siempre rebelde, y que no cree demasiado en nada. Que no cuenten con él con los buenos modales y con las refinadas formas, y entonces te clavará las espuelas de sus zapatos encima de la mesa menos indicada. Y seguirá mirando sobrado a todo aquello que le rodea.
Lucha y golpes, exceso y justicierismo, duro de roer que siempre se va a salir con la suya, y que cuando llega la cruda realidad va a saber asumir sin lágrimas tal realidad. Y, no te fíes de él. Eastwood siempre podría guardarse como bala, la última gran sorpresa de vencedor desconcertante y final. Es ganador.
La vida y las mujeres. No esperes una dulzura y un romanticismo en el amor ni en sus cientos de damas. Eastwood quiere tipas de bandera que armen gritos desde la belleza brutal de sus senos y largas piernas. Amor y cama, nada de ambages ni remilgos, las cosas a la práctica y sin demasiado miramiento. El gran macho americano que va a la suya, reclama su derecho al reposo del guerrero. Quiere jabón y piel de mujer. Fugaz, breve, pero intensamente. Del todo.
Si buscas a un canalla que pueda levantar a un equipo o grupo derrotado, ficha a Clint. Te garantizará resultados, como una suerte de Mourinho del fútbol de Europa. A Eastwood le va la marcha, y mete sus narices en oquedades plagadas de trampas. Muchos enemigos encaminados van a esperarle. Pero el chico de la película, el bestia bueno, los irá liquidando y neutralizando uno tras uno.
Sacará su lado humano como todo ser de creación, y a medida que se haga viejo nos dirá que es un padre protector, y que ahora defenderá a sus hijas sucesoras y a quien de bien haga falta. Clint Eastwood, se adaptará sin rubor a los nuevos tiempos y sucederes. Ya no todo será trueno y rayo, o desierto picudo e inevitable con cactus, sino que también será capaz de emitir el silencio necesario y humanitario que te sedará y te protegerá. Se pondrá en tu lugar y hasta te dará ganas de darle un abrazo y un beso.
Clint, es el cine. Un cine determinado y hasta mágico, y con una calidad indiscutible que llevará para siempre su marca como un Burdeos o un potente licor. Whisky, sí. Y tabaco, y apuesto varón eterno que rompe corazones a las míticas hijas de Eva la del Paraíso. Terrenal.
Eastwood es un personaje que lleva lo actual y lo cinematográfico hacia la polémica de su éxito. Clint es un modo de cine que te va a gustar o a dejar de hacerlo. Pero de desapercibido, imposible.
-GRAN SELLO E IMPRONTA-
10:00
jose vicente ortí
Todo lo que tú quieras y me digas, pero no me conviene el asunto. Yo lo veo con impostura y ambigüedad. Somos demasiado guapos, correctos e impecables. Pero eso de tocarte o darte la mano, como que no. Como que me es excesivo.
Lo haces bien y tal. Pero yo soy yo, dentro de mi casa y sus paredes. Y aunque no me has hecho nada, cuando te veo por la escalera hay nervios de intrusismo o distancia. No sé lo que es, pero sé que está.
Sí. Ya sé que hablamos del tiempo y de cosas esenciales para la cortesía convencional, pero luego me temo que somos muy distintos. No podemos acercarnos, hay algo que no empatiza entre nosotros, y aunque siempre estará la risita y la sonrisa, creo que es mejor que nos nos acerquemos. No es que reñiríamos, pero creo que también no podríamos llevarnos. Necesitamos una máscara para podernos soportar, ¿sabes? ...
Por éso necesito querer a los feos y a la gente que no me muestre tanta cordialidad, quiero que realmente pueda fiarme de éllas y de éllos. Naturalidad. Libertad. No me fío de otra cosa que no sea espontaneidad. Me perdones tú.
No compartimos, no nos invitamos, no jugamos a soltarnos y a divertirnos, nuestras imprevisibilidades nos asustan a los dos, y eso no me gusta nada. Aunque seas listo, maravilloso, navideño, positivo, supermán o arreglacosas. Es igual, perdóname. No puede ser. Necesito otra luz, nunca te invitaré a un café, no te soporto aunque me caigas aceptable, déjame pelín en paz, no me vengas con piropos o lindezas personales porque lo llevas crudo, y es mejor para tí que no te coja ojeriza. Es mejor para tí, para mí, y hasta para mucha gente.
Prefiero comer con extraños que hagan cosas vegetales, a compartir contigo un opíparo asado. Me sentaría doblemente mal. Engordaría, y además la tensión forzada me impediría hacer bien la digestión. Y para comidas de empresa ya tengo la de Navidad y el tormento. Que se sepa que quiero estar en libertad, y poder descalzarme los pies sin una mínima mirada crítica.
Vale. Bien. Sé que te gusto. No soy boba. Y, ¿qué importa si yo te gusto a tí si tú nunca vas a ser correspondido, muchacho? Es que no es. No puede ser. Estás en la estratosfera de mi vida. No se puede. Y además, no tengo por qué darte la menor explicación de por qué me haces pasar mal rollo.
Dicen que del amor al odio hay un paso. ¡Un Everest es lo que hay! Tus ojos no me dicen nada, eres gris, seguramente poco inteligente y tres escalones debajo de mí. Y sepas que nunca soy presumida. Mas no quiero manolazos raros en mi casa ni en mi vida.
Casi es filosófico ésto. Sé que lo sabes. No puedo ser tu amiga, ni tu compañera, ni tu profesora de piano o de técnica vocal. Prefiero a otros. Y a otras, a otro tipo y manera de ser, no quiero muecas quedabién, ni miradas furtivas, no me gusta tu modo de ver las cosas, no eres delicado y sí demasiado bruto. Yo, no soy de ésas ...
Búscate otra cosa. Las hay y muchas. Las veo y las ves todos los días. Son lo que seguramente tú buscas, porque no se parecen en nada a mí. Y además son tipas demasiado distintas, que me miran como a un palo, y que les doy igual y hasta mucha envidia, y así te digo yo que con su pan se lo coman y que sean muy felices.
Añoro ahora mi relax y mi yoga, mi Pilates y mi intimidad, me gusta reírme no porque me lo digas tú, y si suelto alguna coquetería no quiero miraditas por encima de los hombros. Olvidemónos juntos que hay más oxígeno. Déjalo estar. Lo necesitas.
-YO EN MI CASA, Y TÚ EN OTRO SITIO-
10:11
jose vicente ortí
Siento una verdadera satisfacción cuando pasan las horas del día, llega la hora del dormir y del descanso, y observo claras modificaciones en mi visión de las cosas y aparece la claridad de mi realidad.
En mi proceso de crecer, se concretan actuaciones seguras e ineludibles, las cuales me reafirman que estoy en el camino más certero, personal y adecuado.
Es como si empezara a dejar de balbucear en mi proceso de escoger el método de las situaciones, y me abriera hacia un claro e imparable camino o recorrido de concreción de las cosas. De, mis cosas ...
Quizás pude dudar antaño de que pudiese superar muchos obstáculos. Sí. Os confieso que dudé. Y que incluso pensé que no lograría superar dichos obstáculos. Estaba equivocado. Sí. Voy pudiendo hacerlo.
Estoy pasando por un sitio duro y plagado de incomprensión y hasta de sorpresa e incredulidad, hasta que finalmente soy capaz de alcanzar a llegar a una comprensión por parte de los demás. Y esa aceptación de mi lógica, cómo no iba a llenarme de esperanza. Y además, de autoconvencimiento. De la sensación de que los duros obstáculos anteriores al despertar a las cosas, los voy lidiando de modo airoso y afortunado.
Tengo ejemplos bien recientes. No he dudado. El Coro de la música se ha cerrado, y no me he parado demasiado. No debe ocurrírseme caer en la pereza de la indecisión. Ni corto ni perezoso, he hecho las gestiones oportunas, y ya me he apuntado a un nuevo grupo coral. No quería quedarme este año varado en la mitad del camino de uno de mis hobiies o aficiones preferidas. La música seguirá conmigo este año, me he puesto en marcha, y no he perdido el tiempo.
También y de la misma manera, frecuento más mi casa por las noches, porque tengo la certeza y la capacidad valerosa de enfrentar mis miedos bisoños y mis indecisiones. Sé que mi vida es aquéllo, y que mi tiempo es el de mi casa, y que mi autogestión como ser humano adulto que crece imparable, pasa por ese trance y por ese fantástico a la par que cotidiano acto de libertad propia. Mi casa me da menos miedo, y todo aquello que en ella pueda suceder. Los temores se van desvaneciendo.
En paralelo a estos sucederes, abordo unas obras de mi comunidad y de mi finca, con una independencia distinta y diferente. Sí. Estoy hablando y en contacto con peritos y directores de obra, para hacerme desde mí con los presupuestos que luego presentaré en la Junta de Propietarios. Mis presupuestos, mis obreros, mis arquitectos, mis decisiones, mis aciertos o mis errores.
Estoy ahí. A unos le gusto cada vez más, y otros sé que nunca confiarán en mí. Y lo más bonito es aprender esa aceptación y asumir el rechazo, sin estridencias ni tristezas. Me importa un pito. Lo que me importa, es el camino de mi propia coherencia.
Es la conquista de mí mismo, el marcar mi propia personalidad y territorio, no limosnear a otros la dependencia o la demanda, medir mi libertad, y sentirme sujeto activo de mí mismo. Es realmente un camino iniciático, pero que me da una satisfacción que la letra y la voz no pueden definir. Son sentimientos míos e intransferibles. Soy, yo ...
Hay dificultad, temores, errores, timideces, mucho camino por recorrer, demasiada ansiedad por hacerlo bien, sensación de que las cosas válidas están un poco lejos, y hasta que no se es justo conmigo. En efecto, todavía en mí queda la queja fácil de quien no para de seguir creciendo.
Bendito crecer. Ya me creo capaz de cosas cotidianas, las abordo y gozo con ellas, no las escondo, y cuando me canso me echo a dormir.
-MAS LUEGO ESTOY MÁS DESPIERTO QUE NUNCA-
6:31
jose vicente ortí
El equipo pobre del fútbol de la ciudad de Valencia, es el Levante U.D. Un equipo dejado de la mano de las autoridades, apartado y sacado de su Estadio que tenía en el centro de la gran urbe,-todo lo contrario que el valencianista Estadio Mestalla-, y que según uno de sus grandes y fallecidos patriarcas que llegó a ser concejal de deportes como fue el carismático y levantinista acérrimo Paco Gandía, el cual afirmaba que el Levante "está forjado en el yunque de la adversidad" ...
Este escrito, es un homenaje a la afición granota, que siempre ha ocupado el segundo y postrero lugar en la ciudad valenciana del fútbol, y que de modo admirable ha ido y va cada partido a su Estadio Ciutat de València de la barriada de Orriols a animar a su equipo del alma. Pasando rigor climático e incomodidades. Sarna con gusto ...
El Levante. La falta de dinero, la gestión lamentable de sus dirigentes históricos, la nostalgia del añorado Campo de Vallejo, la falta de apoyos del Ayuntamiento que siempre se inclinó por la supermáquina del Valencia y sus negocios, la espalda de los medios de comunicación locales, y mil sucederes que han oprimido el carisma y la grandeza de este equipo de barrio obrero, de los Poblados Marítimos, y de pueblos cercanos a la gran capital del Turia.
Y de repente, la magia y el gran milagro. Tras unos años en un tris de ascender a la Primera División, y después de un periplo nefasto por la Segunda y la Tercera, el Levante está ascendiendo y viviendo el sabor y el esplendor de unos años realmente históricos e inolvidables. Sí. El Levante ya es conocido, ha salido del ostracismo nacional y regional, y ya en Primera División sigue asombrando a todos con logros casi inauditos.
Porque el equipo pobre de Valencia por el que nadie daba un céntimo, lleva tres años maravillando a toda España. Si bien su fútbol no es vistoso y no tiene grandes estrellas, posee una consistencia y una capacidad para ser un grupo fuerte y fondista, que nos deja a todos con la boca abierta por sus éxitos.
Ha llegado el año pasado a ser líder de la Liga por delante del Real Madrid, ha batido a equipos sensacionales, ha maravillado con delanteros como Koné o con futbolistas como el capitán Ballesteros, Barkero, Juanlu, y ahora Michel. Y tiene un entrenador como JIM, acrónimo de Juan Ignacio Martínez, que les ha llevado a clasificarse para la antigua Copa de la UEFA, que ahora se llama Europa League, y en cuya competición está saliendo airoso y derrotando rivales.
El Levante, está ahora por encima de su más que directo rival que es el Valencia Club de Fútbol, y sus seguidores no hacen más que frotarse los ojos. Llevan tres años jugando en Primera, y sorprendiendo positivamente hasta a sus fieles más optimistas.
Es evidente, que esta etapa actual e increíble del equipo azulgrana valenciano, cederá, y volverá la normalidad de su realidad y de su modestia. Pero, que sigan los agoreros fallando por ahora en sus pronósticos. El Levante de Valencia está logrando ilusionar a los más pesimistas, y le está diciendo al fútbol que también con ilusión y profesionalidad se pueden conseguir grandes logros.
Era necesario y de justicia, homenajear a este equipo modesto y pobre, a la vez que mostrar la felicitación y la glosa de sus extraordinarios éxitos totalmente impensables.
El Levante no sé lo que durará en el foco del éxito. Ya se verá. Pero parece tocado por la vara del buen azar. Y creédme, que este club histórico y más que simpático equipo valenciano, lo merece y con creces. Es el éxito del pobre en tiempos de aparentes barreras infranqueables.
¡MACHO LEVANTE!
7:58
jose vicente ortí
El señor Presidente, sigue en su línea. Afirmó que no tocaría las pensiones, pero a la hora de la verdad las ha tocado. Ha rebajado las pensiones a millones de ciudadanos españoles. Y como justificación, siempre la palabra Bruselas. Y Bruselas nos dice que, y las recomendaciones de Bruselas indican, y más Bruselas, y más Bruselas ...
Realmente, cuesta creer la desprotección. Son nuestros padres, nuestros abuelitos, son nuestros viejos de la tribu, y nuestros delicaditos. Es la gente que ya no puede trabajar, es la gente que nos ha parido y que ha dado hasta la última gota de sudor por nosotras y nosotros. Es la piel más vulnerable, es el resultado de la ley de vida y de los años, no se pueden defender de la guadaña de la enfermedad y de las contingencias cotidianas, como sí podemos los más jóvenes, y es la gente que justifica un Estado humano, cohesionado, social y entrañable. Son flores y árboles preciados.
Bruselas. Otra vez, Bruselas. Uno se pregunta que qué demonios les pasa a los de Bruselas. Porque, sin duda, que los de Bruselas no solo tienen nombre y apellido, y rostro, y presencia, sino que además estas personas del Parlamento Europeo que deciden las pensiones, también tienen abuelos, abuelitas, o personas con más fragilidad y menos recursos.
Bruselas parece una máquina imperial de hielo, en donde no cabe la excepcionalidad. Y a mí, ese modelo de España que no tiene miramientos, me parece despreciable y hasta repugnante. El mundo no es éso. El mundo es una cosa, y la caverna fría es otra bien diferente.
Quizás Rajoy o la ministra Fátima Báñez, no sean más que meras marionetas de las directrices que marca el Mercado. Es evidente, que hay que tener el corazón muy duro como para arrear a los viejitos sin el más mínimo miramiento. Lo mismo que con los deshaucios o la maravillosa Ley de Dependencia. Lo que pasa, es que a esto lo llaman Democracia y tal, pero en la práctica solo es una mera y vil dictadura económica. No se piensa en la gente que sufre. No se tiene el coraje para presentar la dimisión e irse a su casa. Siguen ahí. No sé si apesadumbrados, pero siguen ahí en el Poder. ¡¡ Dimisión!! ...
Sí. Estoy indignado y pido la dimisión de todos aquellos que han decidido ignorar de dónde vienen. Y de que todos hemos sido niños, y que unas señoras y señores con arrugas nos abrazaron y nos dieron todo el amor. Y nos contaron unos cuentos mágicos, y nos dieron besos de entraña y experiencia. Se abrieron en amor para todos nosotros y para sus descendientes venideros. Y nosotros, somos éllos ...
Prefiero dejarlo ahí para la reflexión. Ahí les véis. Con su paso lento, con su porte entrañable y delicado, dentro del Hogar del Jubilado, o hablando entre sí en la calle, o dentro de los ambulatorios porque la edad atiza, o en las farmacias adquiriendo sus medicamentos para no morir, o yendo al súper para ir tirando, o protegiendo con su mísera paguita a los familiares que tienen en el paro, o sencillamente cogiendo a sus nietos de las manos y llevándolos al colegio. Protegiéndoles ...
Mi viejo, mi amigo. El señor Antonio, la señora Pilar, los señores Fernández, el viejo viudo de la calle Lepanto, o todos los señores y señoras a las que desde aquí mando mi más tierno y sentido beso, lleno de compasión, ánimo y ternura. No se aflijan, por favor.
-YO, LES PIDO PERDÓN A TOD@S-
3:33
jose vicente ortí
La libertad. La primera libertad. Esa que no sabes muy bien qué hacer con élla, pero que ya adviertes que es el camino de tu futuro.
Ayer, tras el ensayo con mi nuevo Coro musical, miré el reloj de la vida y vi que al siguiente día mi hermano podía relevarme en los cuidados de mi maravillosa madre senil.
Es decir, que salía de mi afición preferida que es la música, y se abría una maravilloso espacio aparentemente desértico y de inquietud, pero que en realidad escondía la gran verdad de mi coherencia. Al acabar los ensayos, me volví a mi casa del alma. En otras palabras: de mi libertad a mi libertad. Podía haber una continuidad en mí y en mi yo, para poder hacer exactamente lo que considerara más oportuno.
Sin puentes, a toda dureza, sin ambages ni más historias. Estaba naciendo y creándose para mí un espacio nuevo, bisoño, a destiempo, y profundamente genial e intimista.
El reto, dado que no tengo costumbre de permanecer tanto rato de tiempo más que solo conmigo, me invita al gran contínuum. Lo estoy haciendo muy bien, y una enorme satisfacción interior me embarga.
Mi madre y mi pasado, me influyen solo lo que deben influírme. Es un corte quirúrgico y esperado, tierno, como cuando en un parto el niño sale de la vagina primeriza entre el susto y la necesidad. Así me siento yo. Como alguien que toca la tierra de su vida, que sea por ahora tímida y temblorosamente. Me noto raro, inaudito y con unos vestidos que me pongo por vez primera. Los vestidos auténticos de mi responsabilidad.
Crezco como una planta robusta e imparable, y puedo ver. Sí. Ya puedo aceptar y contemplar con holgura mi realidad. Ya no miro tanto a un pasado de drama y de espanto, sino que ya duermo a solas con mi cama y mi conciencia, y me siento adulto y apasionado.
Queda mucho camino. Todo el camino. Me esperan años de enorme dureza y paciencia, de pisar unos senderos que se han concretado y se concretarán todavía más. Es apasionante el descubrir mi mundo y que no me lo cuenten o canten por la televisión. Me hago a destiempo, cuando parece que ya no puede tocar, y que a la vez es imprescindible para poder tener mi dignidad y mi orgullo de ser persona como tod@s. Ni más, ni menos ...
Me honro de mí, al haber pasado este Rubicón terrible en mi vida. Mi noche está conmigo al lado de mi vida, y ahora lo que debe hacer el soldado de mi coherencia es caminar y soñar.
Y gustar, y reír, y abrazar y saludar mi novedad con un agrado y hasta con una franca carcajada de ternura.
Sí. Camino y marcho. Y puedo permitirme agarrar las riendas de mi caballo fuerte y tenaz, y corretear por la realidad de un tiempo mío lleno de obstáculos y de asignaturas pendientes que van a caer como las barreras que ya no sirven.
Peleando. Aquí andamos. La noche es parte del día, y el miedo también convive con la alegría, o la sorpresa con la zozobra, o la diferencia con lo común, o el escribir con la modestia, o mis pequeños placeres con mis legítimos sueños. Y entonces vivo conmigo y contigo, me sueño a mí mismo y a todo lo bello y amable que está.
-COMO EL AMOR EN MIS OJOS-