23:59
jose vicente ortí
Españoles, soy el Rey. Espero que os encontréis bien de salud. Que es lo primero que hay que desear a la gente. Y una vez dicho lo anterior, permitidme que a través del blog del Mago, me dirija a vosotr@s, con la sana intención de hablar un poco de mis sentimientos, y haceros esbozar una tímida sonrisa.
Veréis, españoles. Yo, soy un hombre muy alto. Mi hijo Felipe, que mide dos metros y tres centímetros, sigue mi estela y características. Me llamo Juan Carlos, como sabéis. Y soy, Borbón. Pero, Borbón de pura cepa. Es decir, heterodoxo, un tanto inesperado en la forma de mostrarme a los demás, y tremendamente espontáneo.
Sí. Dicen de mí que soy un hombre campechano. Que da gusto ver mi sinceridad, y que a veces me dejo llevar por el corazón y soy capaz de saltarme demasiado alegremente los protocolos. Es muy posible que yo sea campechano. Y, creo, que son compatibles las dos facetas en mí, la de la campechanía y la de la solemnidad. Aunque otros monarcas puedan negar este último aserto.
Veréis, españoles. Yo me considero un Rey del pueblo. Me gusta reinar, pero con una forma de reinado lo más cerca de los ciudadanos de a pie posible. Mirad. Estoy con vosotr@s. Comprendo vuestros problemas, y en cuanto conozco casos delicados, allá que voy de corazón a abordarlos con presteza y autenticidad. Siempre trato de dar calor.
Caigo bien a la gente. Me lo reconocen, hasta los republicanos. Veréis. A los republicanos la Monarquía les cae como el culo, pero a Juan Carlos, que soy yo, le tienen mucha simpatía.
Ahora ando jodido de la rodilla,-de tanto desgaste y porque me voy haciendo mayor-, y el otro día les dije a los de la prensa que estaba enfadado con ellos porque habían dicho de mí poco menos que me estaba muriendo, cuando lo único que tenía era una cosa de rodilla. Fuí sincero, y ellos o la mayoría sé que lo entendieron. Como cuando mandé callar a Hugo Chávez, porque no dejaba hablar. Solo soy un hombre que tiene sus sentimientos y los expresa.
Sí, españoles y gente de todo el mundo que me leéis. No dejo a nadie indiferente, y soy hasta original y creativo. Por ejemplo, cuando mis mensajes de Navidad. Son muy esperados, aunque dicen de mí que todos los años suelto lo mismo, cosa que no es verdad. Y como mi voz es peculiar, soy uno de los personajes más imitados de este país. Y, veréis: me pone alegre que la gente me imite, porque sé que lo hacen para divertirse y para pasárselo muy bien. Vuestra alegría, es mi alegría.
Pienso seguir dando mucha guerra todavía. Y antes de dejaros, quisiera rogarle al Peñafiel que acercara posiciones hacia mi nuera Letizia, que si la conocieras, verías cómo es un pedazo de pan, y sé que reinará como los propios ángeles, y con la profesionalidad y compromiso que todos los españoles merecéis. Y poco más, amigas y amigos. Gracias.
¡VIVA ESPAÑA!
0:38
jose vicente ortí
Hoy no me voy a la cama sin escribir. ¡Ni hablar! Es mi obligación soltar en un papel todos mis sentimientos naturales, y hacer del escrito una sinceridad mía.
Eso es. Hoy no me retiro del día sin mi sello personal escribiendo, y sin que la oscura noche me deje sin mis deberes por hacer. Sin que la mala conciencia de la pereza, pueda perseguirme.
No pienso dejarme arrastrar por la noche de la apatía y de la renuncia. Porque, yo, soy luz y vitalidad. Porque quiero darle un buen corte de mangas a la muerte de la luz, y decirla que no cuente conmigo.
Adiós, luz. Pero, adiós, habiéndote ganado con la velocidad de la tinta de mi bolígrafo que absorbo del deseo de mi expresividad y de mi libertad. Luz, vida, crecer, manantial del brotar, escalar, progresar, seguir creciendo, y todo ese montón de verbos que huelen a deseo natural y admirable.
Escribir, amigas y amigos. Sí. Escribir se hace con luz. De día, o del día que nos propone una luz de artificio. Yo quisiera desde estas líneas alumbrar como una tea la fría noche del desheredado y del que sufre. Velar su sueño lloroso y aterido. Ser ambicioso con mi generosidad.
No. Hoy no me acuesto sin meterme un buen trago de letras escritas y fáciles, todas ellas cargadas con mis personales sentimientos. De los de vuestro José Vicente. De vuestro Mago y Poeta.
¡Ni hablar! Antes de que los ojos se me cierren y me impere el gigante irremediable del sueño de Morfeo, escribiré y seré agradecido. Y podré dar al mundo las gracias por estar vivo, y soñar con la verde esperanza de mi sinceridad en la conciencia.
Cuando los ronquidos me lleven a la desconexión y al descanso, nadie habrá podido parar el que os haya agradecido a todas y a todos el que estéis ahí, que sigáis fieles y felices con mis cosas y ocurrencias, y que alzéis al viento una sonrisa de ternura.
Pues nunca pude imaginar que sería leído. Que, más allá de mis seguidores de España, tendría fieles amig@s en Méjico, en Colombia, en Chile, en Argentina, en Perú, en Venezuela, en Guatemala, Ecuador, y todos vuestros territorios natales que me dejo por falta de espacio. Pero, que os tengo en cuenta.
Antes de que el sueño no me deje, me dirijo a tí. Sí. A tí de ese país pequeño, remoto y aparentemente imposible, desde donde me lees ahorita mismo. Me siento muy orgulloso, anónimo lector o lectora, de que con tus ojos y tu leer, mi escrito pueda seguir siempre y siempre vivo. Sin tí, nada sería nada.
-QUE LO SEPÁIS-
1:58
jose vicente ortí
Luces, actores, música, arte, palabras, ternura, todos tus sueños desbordados y en libertad. Teatro lleno de efectos especiales para el unido corazón. Sueño de focos y de sofocos enamorados. Evasión y relax. Reflexión eterna.
Payaso majestuoso en el escenario. Gestos chinescos bajo el cómplice aura de la creatividad. Te sales del guión, y haces casi lo que te da la gana aunque finjas. Sé un eterno infante. Lo mereces.
Sí, eterno actor. Eres capaz de ponerte en el lugar de los sentimientos de los otros, y de cantarnos tu eterna canción de sorpresa y de amistad.
Sí, sueño de teatro. Teatro de sueños, ilusiones, caminos, confianzas y esperanzas. Brillos necesarios de exhuberancia y amor. Halo generoso que llegas al sentimiento, a través de la palabra y de la postura. Estallido de aplauso que me sorprende hasta a mí. Sorpréndeme, actor. Muéveme, cómico de la legua. Transpórtame a otros mundos, a otros paraísos y universos de playa de coco y sin que yo mueva el culo de la butaca. Como en una magia de eterno arcoiris.
Lo estás haciendo muy bien, puro teatro. Humo embriagador con calma de niño que nunca contamina, sino que sabe a chocolate de broma y de sabor dulce.
Nariz roja y zapato grande y raído. Gústame y hazme feliz. Tiende tu ropa al calor del desnudo de un aforo con sentimientos humanos. Eres más revolucionario que el gran guerrillero montaraz. Tus giros, tus arabescos, son docentes y enseñantes. He aprendido esta noche mucho gracias a tí.
Sí, niña que tú sabes. Niña llamada amistad compartida. Niña que nació en la montaña del sentimiento y de la piedad. En la cumbre misma de tu amistad femenina. Hoy he querido escribir toda la magia del teatro para tí. Soñaré contigo ...
Teatro. Lo tuyo es puro amor sin edad. Monologuista entusiasta, joven, con tesón y laborioso. Destellos de pluma de Ave Fénix. Cuéntame lo que te dé la gana, bufón. Me lo creo todo. Necesito creérmelo todo. Me alimento de sueños, de hondura, de seres imaginados en el trópico excitante de mi fibra abierta y entregada. Y, sobre todo, déjame aplaudirte. Déjame hacer música expresiva a través del impacto rítmico y espontáneo de mis dos manos.
-DESDE LOS LABIOS DE UNA SONRISA-
1:56
jose vicente ortí
Hoy he vuelto a patear las calles más reales, de un pueblecito que está pegado a mi gran capital de provincia valenciana. Este pueblo, se llama Xirivella. Y yo, desde el año 79 hasta el 92, estuve transitando por sus calles, camino del interior de un almacén de lámparas.
¿Sabéis? El pueblo que hoy acabo de ver en este Mayo de magia y casi de verano, sigue conservando destellos y formas del que yo conocí. Allí, en uno de sus barrios raíz, continúa morando el encanto de sus sombras conocidas, o de unos rincones familiares, en lo que yo no pude por entonces ser feliz. Pero, aquellos rincones, siempre estuvieron bellos y con magia. Solo era cuestión de que abriera más los ojos, y pudiera vislumbrar aquella vida, gentío y luz que me perdí.
Sí. En el pueblo de Xirivella se me fueron los mejores y más prometedores años de mi vida. De mí. Mis circunstancias personales y penosidades, me llevaron a preguntarme que qué demonios hacía yo en medio de aquel almacén de lámparas, derrotado, detenida mi alma, sin ilusión ni esperanza, y ante la pasividad e incomprensión de unos y otros.
El pasado, y mis grandes asignaturas pendientes. Mas hoy , afortunadamente, voy vislumbrando nuevos detalles y nuevas noticias. Las noticias, provenientes de "Radio Desencuentro" ...
¿Dónde estaba yo?, ¿era yo aquel chico que no tenía ilusión?, ¿quién me había robado el yo?, ¿alguien realmente lo había hecho? Insisto. Ya voy teniendo muchas noticias de mí.
Ahora, ya veo otro universo diferente y matizable. Pero, buena parte de mí, sigue allí como siempre estuvo. Yo, alguna parte intensa de mí, sigue allí. En el pueblo de Xirivella.
Hoy me he atrevido a repasar mi vida, y a fijarme en la calle Maestro Palau, o en la de la Pelota, o en la calle de la Acequia o del Doctor Marañón. Entraña valenciana a mil. Y, sobre todo, me he dado cuenta de que ahora es otra persona con mi nombre y apellidos la que pisa exactamente aquellos lugares mágicos a la par que perdidos. Mas, no inalcanzables.
Mi juventud sigue allí. Me noto allí. Todavía debo resolver en mí muchas cosas y hablar con los enigmas pendientes del pueblo que me dió entretenimiento, espacio, lugar, vida, y trabajo. Del pueblo asombrado que yo nunca pude ver, ni oler, ni detenerme a escuchar, ni caminar con el sosiego requerido, ni tomar mi propia responsabilidad, ni mi propia vida, ni mi propia salud.
¡DAME TIEMPO, HERMOSA XIRIVELLA!
1:50
jose vicente ortí
En el recuerdo de mi torpe y apresurado crecer, te encuentras tú, Monique. ¡Oh, Monique! Siempre te recuerdo, y siempre te recordaré. No puedo evitarlo. Aunque sé que para tí nunca fuí una gran cosa, ahí queda mi recuerdo eterno. A veces las cosas se ponen inevitables, Monique. Quizás lo sospeches. ¡Qui lo sa! ...
Los primeros pensares que me vienen de tí, proceden de cuando coincidí contigo en una de las calles de la barriada de Patraix de mi Valencia. No te tomaba muy en serio. No te conocía. Solo me venían esbozos de tí; de cuando esporádicamente coincidíamos en los senderos de nuestra montaña dominical.
Recuerdo que charlamos un poquito. Que intercambiamos unas cortas frases, y que yo sonreía con curiosidad, y que tú, vaya a saberse por qué sonreías también. Nunca nadie podrá saberlo jamás. Quizás, ni nosotros dos podamos descubrir nunca ese secreto, Monique.
Ni siquiera sabía que te llamabas Monique, ni que nos veríamos con más frecuencia de la que nos vimos a posteriori, ni que pasarían las mil cosas que yo interpreté que pasarían más tarde, y que seguro que en tu recuerdo fueron empero bien pocas.
Lo que está claro, Monique, es que yo era un niño adolescente, y tú, otra ilusión juvenil. Aunque nuestra edad fuera otra bien distinta, admite Monique que por entonces no hacíamos otra cosa que crecer y crecer. Crecer mucho, y a gran velocidad.
Me gustabas, Monique. Y tras coincidir domingo tras domingo en la montaña, un día me armé de valor y te lo dije. Eras la cosa más maravillosa que en el mundo podía existir.
Pero, para tí, yo solo era uno más. Fue dura tu sinceridad cuando me lo dijiste unos días después. Y luego, llegó mi calvario. Muchísimos más domingos siendo rechazado por tí, Monique, en plena montaña, y yo soñando el dolor de la distancia con la ilusión absurda de un iluso. ¿No es en el fondo todo bien tierno, imposible Monique?
Ya no estás en mi Valencia. Ya no vienes. Pero el otro día te vi en una excursión, en las fotos que me mandan los amigos del sendero. Y, ¿sabes lo que hice? Pues, volver a sentir dolor, apagar el ordenador, y pensar que tú nunca exististe, y que yo fuí un perfecto bobo del capirote por tenerte con ternura en mi mente, Monique.
Luego, respiré hondo. Lo importante era el camino de la realidad. Y decidí quedarme con los bonitos recuerdos de tu sonrisa tímida y achinada, y desechar todo lo que significa la palabra imposible. Imposibles tus labios, tus manos, tu pequeño aunque fuerte cuerpecillo, el amor no correspondido, y los desencuentros, frutos de un azar demasiado maduro para mi ilusión adolescente.
-ASÍ ERA YO, MONIQUE-
1:41
jose vicente ortí
Comenzó a llover. Al principio, débil, imperceptiblemente. Luego, poco a poco, la lluvia ganó en intensidad. Pasaban las horas, y seguía lloviendo.
El planeta Tierra, se estaba mojando por completo. No había un solo territorio en el planeta, el cual se librase de aquella lluvia pertinaz. Pasaba algo inusual. La gente, se alarmaba. No era posible que estuviese jarreando a la vez y con toda la intensidad, en todos los lugares del Globo.
Los sorprendidos meteorólogos y científicos, no podían prever aquello. No daban crédito. Pero debían aceptar la ralidad. Porque, pasaban los días y más días, y la inundación era ya general. La gente buscaba desesperadamente salvar sus vidas. Y para éllo, se encaramaban a los lugares más elevados que podían.
El cielo se poblaba de aviones de todos los tamaños, en un intento desesperado de huír de la cruel realidad. En la superficie, una legión enorme de barcos de todas las dimensiones y modelos, acunaba a los supervivientes no aéreos. Eso era. De eso se trataba. De, sobrevivir. De no fenecer frente al capricho desbocado y cruel de los elementos de la indómita Naturaleza. Los muertos, se contaban ya por millones. Mejor dicho: ya no se contaban. Incontables cadáveres, que contaminaban paulatinamente el mar, condicionando por completo el ejercicio de la pesca y de los consiguientes víveres hipotéticamente extraíbles. Se atisbaban las primeras pulsiones de canibalismo ...
Y, de repente, se escuchó un enorme trueno. Sí. ¡Brutal! En todos los sitios del mundo se abrió por un momento un fogonazo eléctrico de estremecedora luz, y se escuchó una voz horripilante. Era, ni más ni menos, que la voz del Gran Satán.
Habló el Diablo. Habló entre risas, carcajadas, mofas y muecas. El ser maléfico y repugnante, comunicaba a todos los supervivientes de la Tierra, que lloraran amarga y desesperadamente porque el Gran Final y el triunfo de la Enorme Muerte colectiva, era cosa de horas. De, minutos ...
Afortunadamente, también aconteció algo positivo. Una hermosa y dulce mujer, ofreció su amor y de todo tipo, al Gran Satán. Comenzó a lanzarle besos, a desear hacerle el amor, a masajearle su cornamente horrenda, y a reír toda su femineidad para agradar así al Gran Diablo.
Transferido finalmente dicho amor, paró la lluvia, y un enorme claro en el cielo dió paso a la nueva llegada alegre del Sol. La gente, gritó alborozada la buena noticia. El nivel de las aguas cedió y cedió, y muy pronto pudo ponerse de nuevo los pies en la tierra. La gran pesadilla, había concluído.
Pero nadie sabe, que la mujer que ofreció todo su amor al Gran Maléfico, está ahora llorando en el Infierno. Violada, torturada, y su piel abierta entre mil heridas. Y, a este paso, muy pronto será erigida como un nuevo ser de muerte.
-A VECES ES HORRIBLE-
1:37
jose vicente ortí
Con veinticinco añitos, y ya nuestro supermán Rafael Nadal, tiene en su haber séis torneos de Roland Garros. El emblemático evento sobre tierra batida. Con Wimbledon, la mejor de las catedrales de tenis de la Historia.
¿Os acordáis del mito sueco Björn Borg? Pues, Nadal, ¡acaba de igualarle a triunfos en París! Empate a séis, frente al mítico y rubio vikingo sueco que revolucionó el tenis. Sin duda, que nuestro Rafa es actualmente el mejor deportista español, y con menos dudas todavía, uno de los mejores de la historia de todo nuestro deporte.
¡Menuda bestia parda este Nadal! ¡Qué grande es! Sí. Se acabaron todos los calificativos que ensalzan y admiran al de Manacor. Pero, es bien justo hacerlo. Por unos momentos, me ha venido a la mente la imagen del ciclista navarro Miguel Induráin. Otro mito magistral, lleno de fuerza y majestuoso poderío.
Sí. Ya sé lo que estáis pensando. Que Novak Djokovic no estaba en la pista central de Roland Garros, y que su ausencia, nos ofrecía una mayor asunción general de que esta vez Nadal se llevaría la final a casita.
Y también parece que pensábamos, que el elegante y mago suizo Roger Federer está ya mayor para estas cosas, y que si tal y que si cual. Menoridades. Se ha defendido como los propios dioses.
Me quedo con el tenis, como gran marathón mental. Les causa impacto psicológico, hasta a los que ganan. Todo es incertidumbre. Nunca sabes si vas a ganar, o si todo tu esfuerzo y energía será finalmente valdío. Hoy en día, jugar al tenis de élite y ganar, es una cosa solo para elegidos, en la que para salir airoso y campeón, hay que ser sencillamente, especial. Como Rafa.
No. No solo hay que jugar al tenis técnicamente de cine, o ser un portento físico. En absoluto. Y el caso de nuestro Nadal, no estriba únicamente en que juega muy bien al tenis, o en que tiene un cuerpo de supermán con una fuerza hercúlea y resistente. No. No solo es todo lo anterior.
La verdadera grandeza de Nadal, es que tiene una fuerza mental, y una solidez de cabeza bien amueblada, que asusta. Rafa parece tener una corteza en su cerebro, que le permite mantener siempre la concentración, y acusar muy pocos hundimientos anímicos. Como la costra mental de un enorme campeón que es.
Su "grandeur" o grandeza es, su convicción, su valentía, su absoluta concentración, su dominio del temple de sus nervios, el saber perdonarse los errores, y en quitarle drama a toda su enorme épica y relieve de Olimpo.
Esa es la clave. El seguir. El saber mantenerse. El no comerse la cabeza demasiado. El no dar una pelota por perdida. El saber que para ganar al tenis hay que disfrutar y ser feliz. El estar convencido de que esto solo ha de ser deporte. Un mero juego.
- ¡MIL ENHORABUENAS, RAFA! -
3:20
jose vicente ortí
Ya lo tenéis ahí en el gran foco mediático. La idea o el recuerdo de Zapatero y su liderazgo, se irá diluyendo, anodina y huerta en el tiempo.
Ahora, y en el Partido Socialista,- y con dedazo o sin dedazo-, el que lidera el partido, no es otro que Alfredo Pérez Rubalcaba. Todos los ojos están inevitablmente, puestos en él.
¿Quién será Rubalcaba?, ¿cómo se las gastará Rubalcaba?, ¿cómo manejará el timón de su consenso interno?, ¿tendrá capacidad de liderazgo?, ¿estará a la altura política que los socialistas desean?, ¿se meterá en charcos?, ¿no se meterá en líos?... Son, mil preguntas inevitables y en al aire.
Sabemos por ahora bien poco de Rubalcaba. Por el momento, Rubalcaba lo que hace es contenerse y tratar de asumir que le llega una enorme y colosal responsabilidad. Pero, de momento, va demostrando practicidad y empaque. Son bien pocas las voces que se dirigen en su contra dentro de su partido. Y, éso, es sin duda buena cosa.
Rubalcaba tiene pinta de estar bien metido en el meollo, y en las trastiendas políticas. Sí. Rubalcaba llega, te mira como queriendo hacerse explicar, y dándole lógica escénica y conductual a lo que hace, y en cuanto puede pasa página. Es habilidoso, escurridizo, sabe torear a lo mediático, tiene preparados los temas, y sigue su camino, dejando la sensación de laboriosidad en su derredor. Parece siempre ocupado, veloz, y responsable. No tiene pinta de ser un desahogado, ni un "viva la virgen". Entre otras cosas, porque esto ultimo, no le conviene.
La imagen de Rubalcaba, no es la mejor. No sabe sonreír bien, como sí lo haría un peso pesado político, no te mira largamente sino más bien con directa intensidad, y utiliza frente a las críticas del PP, una cierta ironía incisiva. Y corta, y se va. A otra cosa.
¿Liderazgo, Rubalcaba? No tiene carisma para tener dicha exhuberancia, pero está curtido en mil batallas. Lo que no es, Rubalcaba, es un niño o un emocional. Se las sabe todas.
Lo que sucede, es que Rajoy tampoco es un líder ortodoxo, sino que aparece más como un pacificador, o como un silente estratega de la nada, que gana muchos votos desde su silencio. El cuestionable liderazgo de Rajoy, se diluye entre un partido con éxitos electorales y con un mutismo eficaz y práctico.
Volviendo a Rubalcaba. Ahora va a tener que salir ahí afuera, y a toda velocidad "sprinter", intentar que el partido deje de estar hecho unos zorros, y que coja la musculatura habitual del partido colíder en España. No le será fácil a Rubalcaba. Por éso, estará bien el observar sus movimientos en las próximas semanas o meses. Habrá que ver cómo le sienta la puesta de largo, en medio de la carne caliente de la confrontación política inevitable. Duro reto.
- ¿SALDRÁ AIROSO Y FELIZ? -
23:34
jose vicente ortí
Nos acaba de dejar a la precoz edad de sesenta y dos años, el actor Manolo Otero. Descanse en paz.
Para la gente que no es de mi generación, quizás sorprenda lo que voy a escribir. Pero habéis de comprender, que el contexto en el que se desarrolló la subida al éxito de este país del citado Manolo Otero, era diametralmente distinto al actual. Nada que ver.
El franquismo, agonizaba. Pero la libertad, aún tardaría en estar con nosostr@s. Y de repente, como esa inusual magia, y de entre una de las radionovelas de la radio española que se llamaba "Lucecita", y en la que la protagonista se llamaba Carmen Hernández, -que por cierto y en pleno éxito y proyección decidió alejarse de este mundillo-, el galán de la citada novela radiofónica "Lucecita", Manolo Otero, sorprendió con una voz varonil,tremendamente seductora, y llena de matices.
Sí. Manolo Otero surgió al estrellato desde su voz de galán de noche, y desde las siempre enigmáticas ondas hertzianas. Y desde su voz inconfundible, se proyectó su rostro hermoso y su mirada directa a la par que tierna, y las mujeres españolas empezaron a dejarse llevar por su encanto evidente. Por su guapura y seducción casi juvenil, pero viril y potente.
Sí. España se movía. Cambiaba. Manolo Otero fue uno de los primeros "buenorros" del panorama artístico. Un sex symbol, un pionero en esto de la loa consensuada socialmente hacia la belleza de un varón.
Porque, hasta entonces, los hombres podíamos ser guapos y apuestos, pero jamás bellísimos, sensuales o seductores. Y las mujeres, reinvindicaron su derecho a mostrar a las claras su deseo. Se sentían, enamoradas y seducidas por un hombre. Por un galán español. Se acababa la idea de que solo una mujer y bella, podía, con ese bagaje, llegar bien arriba.
Manolo Otero se rodeó de mujeres bellas, se casó con la deliciosa María José Cantudo, y tuvo romances con decenas de chicas y bien atractivas.
Otero llegó a ser cantante. "Cantante", solo recitando canciones embriagadoras y de amor romántico. Era, su voz pegada a su belleza seductora. "Te deseo, te amo, quiero que estés aquí conmigo, solo deseo verte...", eran palabras que un varón ya podía soltar y ser aceptado por el consenso de aquel tiempo. El guapo Otero, abría el camino aparentemente inédito.
Pasó el tiempo, y con él toda su estética del recuerdo de la pasión. El boom Otero, el bombón seductor, entraba en arrugas, y su voz ya no enamoraba tanto y se perdía entre la anodina repetición. Su voz, empezó a alejarse de los teatros, escenarios, micrófonos y pantallas de la tele. El gran "buenorro", pasaba al olvido, y con él, su cara guapa y asombrosamente audaz. España, avanzaba hacia la liberación de su deseo femenino a través de él. Ser guapo, empezaba a estar bien dicho y aceptado.
-MASCULINA SEDUCCIÓN-
1:46
jose vicente ortí
De Jaén. Perlita Valdés. Todo cuanto hizo en su vida, fue siempre al revés. No acertó jamás. Todo fue al contrario. Y ya de pequeña se le atragantó el inglés. Y, a pesar, de que su profesor todo le enseñó, Perlita Valdés se mantuvo firme en su ineptitud. Solo sabe el yes, okey y veriwell.
Perlita Valdés. Ya de jovencita, todo un bellezón. Mas ella siempre lo negó, a pesar de que ni el más mínimo varón se resistió a sus pies. Siempre, la Valdés, le quitó valía a la belleza de su ser. Quería ser una más. Y con un explosivo cuerpo, no se puede ser. Y élla, contumaz , siempre lo negó. "Que soy una más, que soy una más. Y ya está"...
Perlita Valdés. Genio y figura. A los veinte años le llegó el amor. Mas no se enteró. Perlita no le creyó. Y solo pensó, que aquel apuesto varón hijo del dueño del gran olivar, solo la quería para en el suelo yacer. Y, le rechazó. Y se fue a enamorar de todo un figura. Casi ná. De un mozo más bien feo, de escasa estatura y de mal corazón.
Perlita Valdés. Siguió irresponsable y nada le importó. Se casó con él, nunca tuvo amor, le parió tres hijos y se separó. Un día, su feo, se fue a por tabaco y jamás regresó. Y la Valdés todo fue un lamento. Todo lo lloró. Pero ya era tarde por su miope visión. El mal ya estaba hecho. Y cuando Perlita pudo percatarse, se quedó con una mano detrás, otra delante, y tres nenes varones que dar de comer.
Perlita Valdés. A la casa de sus padres volvió toda derrotada y buscando el llanto. Se metió el orgullo en la saca del pan, y a sus padrecitos rogó e imploró. Hasta que lo consiguió. No cejó. A sus padres convenció de que no lo había hecho bien. Mas los padres de Perlita la tuvieron compasión. La ayudaron. Ella, siempre agradeció. Buen corazón. Buenos padres. Buen Dios.
Perlita Valdés. Andaluza y de olivar. De rompe y rasga, se puso a cantar. Y, ¡cómo cantó! Con la boca abierta a todos dejó. Hasta que un terrateniente, la contrató. Para una gala especial. Para triunfar y hacerse popular. Hasta global y mundial.
Pobre Perlita Valdés. Ni un solo segundo de su vida lo tuvo a favor. Pues cuando iba a triunfar en la televisión, le comunicaron que a su terrateniente le había dado un infarto y que terminaba de fallecer. Un nuevo revés. Como el de Nadal. Para solo mirarlo y no poder responder.
Genio y figura, Perlita Valdés. Intentó reponerse y volvió a luchar. Con los hijos ya crecidos, volvió al olivar. Pero su amargura en el corazón, no pudo dejarla apenas pensar. Ni razonar. Y con malas compañías se hubo de juntar. Con la droga, el exceso y el alcohol. Hasta que muy joven, murió. No supo vivir. Perlita Valdés.
-PENA, PENITA-
2:01
jose vicente ortí
Junio. Ahora que veo cómo al llegar este mes, los niños más pequeños dejan de tener clases escolares por las tardes, me ha venido a la memoria del recuerdo, mi niñez. Yo, de niño. Aquel pequeñajo y vitalista José Vicente. ¡Ya llovió !
Y, en seguida, se me ha aparecido mi abuela materna Carmen, que tenía el mismo nombre de mi madre. Mi abuela Carmen. Era natal del castellonense pueblo de Nules. Y tras su porte de orgullo y de una cierta dureza, se escondía una mujer animosa, práctica y tremendamente tierna. ¡¡ Mi abuela!! ...
¡Oh, los miércoles de Junio! Ese día. Cuando llegaba el mes de Junio, mi abuela Carmen nos tomaba de la mano a mi hermano y a mí, y allá que nos llevaba al cine.
Al cine, "Español", cine de barriada, el cual está a tiro de piedra de mi casa de siempre. Mejor dicho, estaba. Porque, actualmente, cines de barrio quedan bien pocos si es que queda alguno, y hoy están todos en la periferia, alejados de los barrios, y en forma de multisalas o de multicines.
Sí. El cine "Español". En la calle valenciana del Doctor Peset Cervera, esquina casi con la Gran Vía de Fernando el Católico. Y al lado del cine, había una "paraeta" estratégica, donde podías comprar altramuces, pipas, olivitas, papas, chicles, chucherías, y todo lo que quisieras para niños y mayores. Todavía estoy sintiendo el olor a calabaza de la citada tienda. Exquisitas.
Una vez nos metíamos la tarde de los miércoles en el cine "Español", ya no salíamos de allí hasta la noche. Aquello se llamaba: "Sesión contínua". Se trataba de la proyección de tres películas seguidas, las cuales se separaban por unos breves descansos de unos diez minutos. No muchos más.
La primera de las películas solía ser siempre de aventuras, ligera, o de acción fácil. Y a continuación, venía el plato fuerte que era la segunda de las películas. La buena, la de mejores actores, la más popular, o la de mejor calidad.
Y, para finalizar, la tercera peli era, o solía ser, de humor. De risa. Una especie de colofón de relleno, para terminar la tarde para mí festiva. Siempre festiva.
Me ha gustado hoy sacar del surco del tiempo, los recuerdos felices de mi infancia. Que también los hubo, y muchos. Como las botellas de naranjada que nos bebíamos para poder dejar paso franco en nuestros estomaguitos, a los altramuces, la sed y las pipas.
Pero, sobre todo, me ha gustado recordar el tacto y la presencia grandota, protectora y magna, de mi abuela Carmen. Maravilloso amor, maravilloso recuerdo. Mi abuela recia Carmen, siempre nos hablaba en valenciano, y tenía enormes dificultades para utilizar la internacional lengua de Cervantes. Siento el recuerdo grato, y la nostalgia de su ausencia. Era mi sangre, mi carne, mi ternura, y muchas cosas que me legó, todas para mí y para mi infancia.
-COMO UN CUENTO INOLVIDABLE-
1:57
jose vicente ortí
En la parte de atrás de mi casa, exactamente la que da a la fachada posterior y galerías, tengo desde hace unos años unas plantas que suelen crecer con fuerza durante todo el año, aprovechando que una sombra de protección permanente, las acompaña.
Pero, últimamente, algo les pasa que no me van bien. Y estoy intentando, a través de mi serena observación y perspectiva personal, vislumbrar y ver qué les está sucediendo.
Aunque las plantas siguen iterativas y animosas, no logran reafirmarse ni reinar sobre la superficie de la maceta. Están como esos deportistas, los cuales, a consecuencia de los excesos en el esfuerzo, no logran enderezar su forma ni su frescura.
Sí. A mis plantas les falta convicción. Están como cansadas y sin alegría. Parecen polvorientas y frágiles, y no logro entender lo que me están queriendo indicar. ¿Será descanso?, ¿ o acaso muerte? ... ¿Se habrán cansado de vivir?
A ver. Voy a centrarme en ver qué sucede con los tallos que no son ni muy altos ni muy menores. Creo, que puede que en las medidas intermedias se halla la clave de lo que les sucede.
Porque, me he dado cuenta, de que a estas plantas lo que les falta es fortaleza en la base. Llegadas a una cierta altura,-pongamos las medianas-, las plantas dudan. Sí. Dudan, y se va deteniendo y deteriorando su proceso vital.
Por éso, hablaba de la fortaleza en la base. Las plantas tiran hacia arriba, pero las raíces están efectuando un movimiento contrario. Las raíces tienen que estar sufriendo ante la inercia del crecer, y son arrastradas lastimosamente por el movimiento vertical. Se trata de un desequilibrio, provocado por dos fuerzas antitéticas o enfrentadas. Desacordes.
El porqué de ésto, ha de ser sin duda la calidad de la tierra de las macetas. Riego, tienen todo el agua que precisan, al igual que todos los demás cuidados que yo me afano en proporcionarlas.
Es, la tierra. La tierra de las macetas se me ha quedado sin vitaminas, minerales y fertilizantes. La tierra impide el proyecto del crecer. No le da consistencia a los tallos. Sí. La tierra de las macetas de mis galerías se abre en exceso, como si se rindiera su oxígeno interior abriéndose en agujeros de energía desde los cuales se expele hacia el inútil exterior toda la potente fuerza vital.
Voy a seguir en las próximas jornadas el transcurrir de las citadas plantas. Y lo haré son sumo placer. Porque en la medida que descubra la clave y los secretos de su lesitud, estaré del mismo modo descubriendo los míos propios. De esto último, estoy absolutamente seguro.
-Y ASÍ LO AFIRMO-