Rock de los setenta, británico y de calidad. ¡Descubridles aquell@s que no podáis hasta ahora conocerlos!
¡ OH, YES !
Inga acaba de terminar su desfile de modelos en Nueva York, la gran ciudad de los rascacielos. Pero su mirada está seria. No esperaba la, para ella, "traición" de Vanessa. ¿Qué habrían estado haciendo su José Alberto y la joven promesa de la pasarela, bien juntos y llenos de carne de asado, parrillada y vino peleón en casa de unos amigotes?... Lo curioso es que allí, en la misma terminal del aeropuerto de Barajas, la está esperando a Inga José Alberto. ¡Será posible! ¡Tendrá cara!...
JOSÉ ALBERTO: ¡Enhorabuena,Inga! Me ha dicho tu agente Daniel, que has estado majestuosa en Nueva York y...
INGA: ¿Era preciso que vinieras a recibirme,José Alberto?
J.ALBERTO: Sabes que lo he hecho con sumo gusto,Inga...
INGA: ¿Has venido solo o con Vanessa?...
J.ALBERTO: Ja,ja. ¡Qué cosas se te ocurren! Vanessa es una chiquilla...
INGA: ¿Hubo sexo después de la parrillada de Valencia, José Alberto? ¡Y dime la verdad!...
J.ALBERTO: ¿Sexo,Inga? Pero, qué cosas dices, je,je,je...
INGA: No le veo la gracia,José Alberto. Y te he hecho una pregunta que no contestas,¿sabes?...
J.ALBERTO: ¿De verdad me crees capaz de ponerte los cuernos, Inga?...
INGA: ¡De tí ya lo espero todo! Y ahora, me voy. Ciao.
J.ALBERTO: Pero, déjame ayudarte con las maletas, mujer. Además he traído mi coche y todo para que...
INGA: ¡Para lavar tu mala conciencia! Adiós.
J.ALBERTO: Pero,Inga...
Ni Inga, ni gaitas. Ella es mujer. Y lo huele todo. Seguro que esa zorrilla de piernas interminables ha pasado por la cama de José Alberto. Pero ella asimismo reconoce que es una boba. ¿Y qué más da?
Que se dediquen al porno si es preciso. Inga no esperaba a Vanessa cuando llamó al teléfono de José Alberto. Y no va a tolerar substituciones. Que les den a los dos...
Pasaron cuatro días. Sin noticias de José Alberto. ¡Qué raro!, reconoce Inga. ¿Encima se habrá ofendido y la culpa será de ella? Pues el niño bonito se equivoca de medio a medio. Inga sabe que si chasquea un dedo, bloqueará de glamour y de chicos toda la santa Gran Vía de Madrid.
¿Séis días sin noticias de José Alberto?, ¿estará enfermo y por eso no la llama? Esto no es normal. Dicho y hecho: Inga llama al lugar en el que trabaja José Alberto, y haciéndose pasar por otra mujer, sonsaca que José Alberto se ha caído y que está recuperándose de un leve traumatismo en un pie. A tal hospital decide acudir Inga. Le habrá dado vergüenza al hombre o quizás mala conciencia y por eso no la ha dicho nada. O pretenderse hacerse el chuleta, para que ella no sepa que no es Dios y que no es inmune a los golpes y al deterioro.
Pero, cuando se dispone a entrar en la habitación del hospital, sus ojos andan como platos. ¡Esa es Vanessa con gafas de sol! Sí. La que está saliendo de la habitación es ella...
VANESSA: Hola,Inga. No te preocupes. José Alberto está bien. Acabo de estar con él...
INGA: ¡Ajá!...
VANESSA: ¿Te ha llamado él, imagino,no?...
INGA: ¡Claro!...
VANESSA: Pues yo ya me voy. Enhorabuena por tu éxito en nueva York. He de dejarte, que me acaba de llamar Daniel y...
INGA: Adiós.
VANESSA: Adiós,Inga. Hasta luego.
Ganas le dan a Inga de decir mil cosas. Pero ella es madura emocionalmente y siempre lo será, y ha decidido morderse la lengua. ¿Y si no entra y se va a casa, que es lo que ella debería de hacer?... ¡Ayss, generosa que una es! Por eso Inga avanza hacia la puerta de la habitación, la franquea y...
INGA: ¡Pero cabronazo! Si estás desnudo...
J.ALBERTO: No,Inga. Solo en calzoncillos. Aquí hace un calor brutal y...
INGA: Ponte la ropa o me voy,José Alberto...
J.ALBERTO: Vale. Sal y llama en un minuto.
Inga abandona el lugar. Pero a los setenta y cinco segundos ya está la mujer de nuevo adentro de la estancia hospitalaria.
INGA: ¿Tienes el pie escayolado,José Alberto?
J.ALBERTO: Sí. Ha sido una pequeña intervención en este dedo del pie. Pero todo ha ido de perlas afortunadamente,Inga...
INGA: ¿Cómo te lo hiciste?...
J.ALBERTO: Fue al acabar la parrillada de Valencia. Tropecé con una puñetera piedra y...
INGA: ¿A qué hora fue éso, José Alberto?...
J.ALBERTO: Francamente tarde,Inga. Había un ambientazo, y creo que nos pasamos con la bebida,¿sabes?...
INGA: Por lo menos has sido sincero,¡borracho!...
J.ALBERTO: Oye,Inga. Haz el favor de no faltar y tal...
INGA: Ja,ja,ja. Es que te lo mereces, por tonto...
J.ALBERTO: ¿Sabes que has venido bellísima de Nueva York,Inga?...
INGA: Eres un rematado pelota,José Alberto. ¡Inmaduro! Je,je,je...
- Fin del capítulo 6. -
Un misterio. Sí. La conocí a través de la caja tonta del ordenador y sin sospechar que vivía en mi misma ciudad. Entablamos conversación, y creo que ha sido con la única persona del internet que concerté una quedada.
Lo recuerdo bien. Era un día de lluvia primaveral y hasta bucólica, en los jardines de Viveros de mi ciudad valenciana. Ella llegó con su pequeño e independiente coche. Recuerdo su sonrisa. Cordial y educada. Serena, vital, y a la vez comprensiva y clara. Experienciada la amiga Takiara. Sin duda. Alegre.
También recuerdo que me pasé de protector. Traté de sostenerla y guiarla yo su paraguas para que no se mojase, pero Takiara no quería. Era reticente al principio. Luego, poco a poco, me dejó que la llevase el paraguas. Fue generosa.
Cuando la cita concluyó, supimos ambos dos, cosas bien distintas. Yo, supe que me había gustado aquella mujer, y Takiara supo que yo no le había agradado. Pero nunca lo dijo. La mujer supo estar. Aunque esa misma tarde breve y fugaz ella ya había decidido que, nones.
Yo, insistí. No me conformaba con aquel visto y no visto con Takiara. Quería verla más, y sonreír con ella durante más jornadas. Pero ella, amagaba y no daba. Y como me sabía atraído, no quería desilusionarme el sueño irreal.
Al final, y al ver que ella no quería, me puse un poco pesado, y entonces ella me dijo que no pensara en ella porque me hacía daño. Y toda la razón que tenía.
Takiara me ayudó. Decidió poner distancia y dejar de aparecer por el internet. Quería que el tiempo curase mis heridas absurdas, preñadas de impaciencia y de imposibilidad. Dolía el tema, pero sin duda era lo mejor que me podía pasar.
Ya han pasado muchos meses; quizás un año o más. Cuando pienso en Takiara hoy, ya no me hace daño. Takiara pertenece al pasado de la verdad y de lo conveniente. Mujer inteligente.
¿Qué ha sido de Takiara?... Vaya usted a saber. Se habrá cambiado de apodo, se habrá emparejado de nuevo, ya no le atraerá tanto el internet y el chat, o sabe Dios qué habrá sido de ella. Pero, es lo de menos. Ojalá sea todo lo feliz que merece.
Lo más importante es que su distancia sabia, fue el mejor camino para guiarme desde mi sacro respeto a su libertad de mujer libre e indomable. Porque Takiara tenía los cabellos rubios , rizados, la melena media y juvenil, y su recuerdo eterno.
- GRACIAS, SUEÑO IMPOSIBLE -
Robert Mavericks era un modesto montañero, cuyo mayor logro era el haber podido escalar algún que otro pico pirenáico y poco más. Pero un día puso la tele y contempló fascinado otras montañas imposibles. Cuánta épica y belleza...
Robert se dijo a sí mismo, que si otras personas habían sido y eran capaces de sumar y alacanzar todas las alturas mayores del mundo,¿por qué no él igualmente el poder lograrlo?...
Al principio no tenía mucha confianza, y solo eran deseos. Pero poco a poco, Mavericks, se sorprendió a sí mismo con su capacidad para el progreso y la mejora. Lo conseguía.
Logró coronar las cumbres africanas y andinas, y algunos meses más tarde, Robert decidió que iba a atacar todos los Himalayas que se le pusieran por delante. De modo que siguió y siguió entrenándose y curtiéndose, convirtiendo poco a poco a su cuerpo en una máquina de granito y agilidad, imparables...
Y con una convicción eufórica y majestuosa a un tiempo, comenzó a hacerse con el K-2, con el Annapurna, y por supuesto y finalmente, con el Everest.
Mientras ascendía con potencia el Everest, Robert Mavericks decidió coronar sin oxígeno. Y cuando le faltaba un kilómetro para hacer cumbre, se quitó la escafandra, y siguió hacia arriba y hacia ariba. La cosa era seguir subiendo. Continuar como hechizado hacia el mágico objetivo. A pesar de la escasez de oxígeno, del tremendo frío, y de las condiciones climatológicas extremas, Robert logró coronar el Everest.
Al llegar a dicha cumbre, una fuerza extraña invadió a Mavericks. Y siguió deseando subir más arriba. Pareció como si oyese cantos angelicales o celestiales, o trompetas de desesfuerzo excitantes y sugerentes, y Mavericks comenzó a levitar camino del cielo deseoso.Seguía subiendo. Primero, nueve mil metros. Después, once mil. Así, hasta alcanzar los 11.882 metros.
En ese punto de altitud, Robert comenzó a notar que le fallaban las fuerzas. Y lo malo era que no solo no podía seguir subiendo, sino que estaba nada menos que a unos tres mil metros de poder bajar y hacer pie. ¡En el aire!...
El desfallecimiento era tan integral en Robert, que no lograba saber si descansaría y tomaría nuevo resuello si decidía seguir ascendiendo, o si por el contrario decidía bajar a la altura del mítico Everest, si es que esta misma posibilidad era posible. El cansancio acechaba, y Robert decidió finalmente la decisión de dejar de pensar en nada ni en nadie. Y que fuese el destino quien decidiese a las suertes su exacto lugar.
- ¿QUIZÁS UN MANICOMIO? -
Amables amigas y amigos de la "Quiniela del Mago". Un jueves más estamos aquí juntitos en mi sección favorita como ya sabéis. Veréis. Hoy he ido a la cuna donde nació el mago virtual y cibernético. Mi entrañable sala Agua que me dió a conocer y a dar mis primeros pasos informáticos. Tras unos años allí, todo ha cambiado. El chat ha dado paso a gentes nuevas. Todo se ha renovado. Como la vida misma.
Qué tiempo más distinto. Qué circo más diferente y clásico. Lo de la metáfora de domar leones es verdaderamente significativa. Se entendía como la idea de quitarles maldad a los animales fieros, para que así los niños como yo pudiéramos entre inquietarnos y sentir emociones intensas y encontradas. Eso de domar la fiera interior. Excelente idea.
Lo primero que agradezco cuando me levanto es que tengo la capacidad de agradecer que estoy vivo. Sí. "Gracias a la vida", que diría la gran canción eterna. Agradezco. Es importante dar las gracias, porque también pasan cosas muy agradables y naturalmente.
Me levanto, y agradezco la brisa húmeda y llena de oxígeno de estos primeros días de Mayo. Huelo el azahar y el olor de las flores ya en eclosión. Veo pasar a los niños sonrientes y bulliciosos, trotando camino de sus colegios respectivos de la mano de sus padres. Agradezco el revivir en ellos y sus cosas, mi extraña y azarosa infancia.
Y los árboles ya imperializan con sus ramas, llenando y formando de nuevo las copas de sus casas caducas y desnudas. Todo muta, cambia, y se renueva. En la calle empieza el gran trasiego de los coches y de los colapsos de las Avenidas. Tocan a trabajo. La ciudad parada se impulsa hacia lo laboral, casi como un relámpago de misterio. El capitalismo también es uniforme y mediático.Casi todos a la vez, y haciendo ruído. La mañana se muere. Llega el día. La luz y el dinamismo.
Los pajarillos de la mañana ya partieron. Agradezco. Agradezco la puntería y la dulzura de sus trinos al alba. Cuando todavía los trabajadores no habían dado buena cuenta de sus europeos y convenientes hábitos del desayuno opíparo. El pan nuestro agradecido.
Y luego vas y te metes en una gran organismo funcionarial, del orden que sea. Gente laborando, caminando en trasiego hasta las diferentes oficinas y despachos, realizando gestiones, hablando una y otra vez por el teléfono; la gente esperando su turno de atención. Agradezco mal que pese a algunos, esa funcionalidad de papeleos y adecuaciones. Las normas. Lo ordenado.
Si te sientas en un parque, con el solecillo de la primavera, yo agradezco ver a los abuelos allí, jugando a la petanca, o hablando entre sí, o sencillamente comunicándose con las miradas.
A veces se agradece esa madurez que proporciona el paso del tiempo y la jubilación. Se agradece el saber envejecer, y el aceptar que la senectud o decrepitud forman parte de nuestro contrato vital.
Hasta que, finalmente, pasa a mi lado una mujer hermosa. No sé sus edades sino su belleza. Agradezco el ser varón y heterosexual, para que así me gusten las señoras. Son verdaderos estimulantes humanos para mi. Cuando veo en Mayo a una mujer hermosa y sin edad, agradezco a la vida la suerte que he tenido. ¿Qué será la belleza?...
El otro día tomé un autobús, el conductor dió un frenazo brusco y un hombre se cayó en el suelo. Le agarré con fuerza del brazo y le puse de pie. Estaba aturdido. Le hice sentarse. Cuando el hombre logró recuperarse, me dió las gracias. Quizás yo fuí un egoísta. Cuando sea mayor y no me valga, también me gustaría agradecer a alguien una ayuda.
- ¿Hmm? -
Pues a la Liga le quedan tres jornadas. "Don Merengue" y "Don Barret", son conscientes de ello. Sus respectivos Real Madrid y F.C. Barcelona no aflojan. A los dos hinchas les veo sonrientes en esta mañana de lunes.