Benton caminaba en soitario por entre las montañas.Curtido en ellas,el montañero disfrutaba de su ocio favorito mientras caminaba por una zona,abrupta,arriesgada,y llena de peligros orográficos y naturales,bélicos,geoestratégicos,y de todo tipo.Pero con una sonrisa en los labios.
De repente,se abrió un cráter bajo sus chirucas,y el pobre Benton se desplomó hacia el interior de una sima profunda.Afortunadamente para él,sus lesiones no parecían revestir gravedad.Pero la gran dificultad consistía en salir de dicha sima.Sencillamente,no se podía. ¡Imposible!
A pesar de su pericia montañera,escalar 13 metros totalmente en vertical,con tierra resbaladiza en las paredes,sin arneses de agarres infructuosos e inválidos para la nueva situación, Benson pensaba que solo un azar podría variarle el destino hacia la luz y hacia la salida de aquella matriz letal.
Estaba atrapado,en una zona perdida,y sin cobertura de su móvil,pensar en el 112 en aquel país u otro número similar en aquel lar que no figuraba casi en los mapas era imaginar fantasías imposibles,y además solo llevaba el hombre agua y víveres para un solo día.Espanto.
Benton pensó en su mujer, en sus hijos,padres y demás familia,y reflexionó sobre lo que habría sido su vida.Una vida,que seguramente ya concluía.Su vida no había estado mal.
Pero una "balacera",le sacó de sus póstumas reflexiones.Unos bandidos le disparaban desde arriba creyéndole enemigo,dado que sus rasgos europeos invitaban a tal confusión frente a sus cetrinos enemigos agresivos.
Vinie Benton sí que pensó que ya todo había terminado.Las balas le rozaban el cuerpo sin el más mínimo de los miramientos.Estaba desnudo frente al fuego de aquellos tipos,y tan vulnerable como un niño chico.A merced de ellos y de todo.
Mas de repente,de nuevo el azar.Una tremenda explosión.Cesaron los disparos.Un volcán próximo,lanzaba rocas por doquier.Seguramente,sus enemigos habrían huído de aquel lugar. ¿Menos mal?
Las rocas comenzaron a caer en el interior de la sima.Rocas grandes,que se amontonaban a su lado,produciéndole escalofríos.Si Benton miraba hacia arriba,peligro.Y si no lo hacía,todavía más peligrosidad.Solo quedaba tener suerte. ¿Suerte?
La tuvo.Fue un milagro.Cesó el ruído.Las rocas dejaron de caer.Se habían posado en una de las paredes de la sima ,como a modo de escalera .¿Por qué no intentar escapar de aquella tremenda trampa natural?
Pensado,y hecho.Benton comenzó a trepar por entre las rocas,y logró encaramarse hasta un metro de la salida.De la libertad de su salvación.Entonces,dió un tremendo salto y logró salir de allí.Afuera,desolación.Un puñado de hombres muertos con fusiles en sus manos.
El montañero siguió,sin pensar.Era lo mejor.Cuatro horas más tarde alcanzaba una ruta que desembocaba en un campamento base.Otros montañeros pernoctaban allí,y le dieron cobijo, ayuda y todos los ánimos.Todo fue demasiado rápido.Y feliz.
A veces,Benton se pregunta si todo fue un mal sueño.Pero no piensa sino en volver a aquella zona.Le gusta el lugar.
-¡ESTE HOMBRE NO TIENE REMEDIO!-










