sábado, 28 de noviembre de 2015

- LA SEÑORA LAURA YA NO ESTÁ -



Hoy mi esfuerzo tuvo una necesaria compensación. Llevar a mi madre a la realidad,- que fuese por unos segundos-, fue sin duda todo un éxito. Acompañaba un día fastuoso con un clima más que primaveral y calmo, y yo me la jugué osado. Porque mi madre no quiere ver a nadie, y si la obligo se pone todavía más violenta y senecta. Por eso decidí lo aparentemente inadecuado y la llevé con la silla de ruedas a visitar a la única amiga verdadera que le quedaba. Vive aquí cerquita. En la Plaza Rojas Clemente de mi Valencia, hasta que ...
Al llegar a su coqueta planta baja, en donde vive la hija de la señora Laura y su señor padre, llamé al timbre. La hija de la citada señora Laura hizo un gesto extraño e inusual. Tenso y triste. Y tímidamente, nos abrió la puerta. Yo, pregunté de inmediato por su madre, y la hija me dijo emocionada: "La señora Laura ya no está. Hace dos meses que ..." Y no lograba ya proseguir la frase. Yo me acerqué y le di dos besos. Mensaje de la ley de vida captado. Las cosas, son las que son.
La señora Laura tenía la cara regordeta, quería muchísimo a mi madre, apenas tenía arrugas, era valenciana hasta la médula, y a pesar de una precoz cojera fruto de la artrosis mediterránea, siempre fue más que vital y culo inquieto.
Hace algunas décadas que llamaba a mi casa sin ascensor. Decía por la vieja escalera su nombre, y entonces mi madre se ponía toda nerviosa, alegre y precipitada, y bajaba corriendo los tres pisos de la escalera con el monedero en uno de sus bolsillos.
La señora Laura tenía el gesto de venir a casa con la excusa del cobro de la cuota de la Asociación de devotos de la Virgen del Socorro y la lotería correspondiente de cada mes. Era otro tiempo y el mismo cariño. La señora iba con su bastón a las procesiones de la barriada como clavariesa, y cuando llegaba Junio nos daba el librito de la Asociación, las peladillas, los cirios, las medallas conmemorativas, y un ticket para un pastel.
Triste y contrariado, me he dado la vuelta y tenía que decirle a mi madre que su amiga Laura había fallecido hacía dos meses. Y mi madre ha logrado salir de su demencia y me ha dicho con la cabeza que me había entendido, y algunos metros más adelante mi madre tesoro ha farfullado que: "vaya pues", "¡qué pena!", y cosas así.
Cuando hemos llegado a casa, entre vueltas mentales a la infancia y alguna que otra vera, me ha mirado mi progenitora y dicho: "Tengo dolor en el corazón ..." Y yo le he explicado que es la vida y que todo es normal porque cuando hay mucho cariño pasa ésto; sobreviene el dolor y la pena. Y los dos, emocionados, le quitábamos hierro aparente a la cosa.
No solo se ha muerto la entrañable y buena señora Laura. No. Se ha ido alguien que no solo existía, sino que nos tenía presentes siempre en su pensamiento. Nos quería. Y desde aquí afirmo, que la señora Laura sí formaba parte de nuestra familia real. Y que los familiares oficiales, han mostrado con su olvido de nosotros y de mi madre, una falta de sensibilidad inapelable y hasta repugnante.
Mi madre Carmen volvió a la realidad. Dejó atrás demencias y teclas propias de los ochenta y nueve años, y volvió por unos minutos a ser una mujer capaz de sentir y de pensar nuevamente. De, sentir ...
La muerte de la señora Laura lanzó coletazos de memoria emocionada en mi madre y eso siempre es bonito. Me he alegrado de que mi madre pudiese volver a recordar a su amiga  con la que en tiempos tanto charló y recharló. Y que la tristeza necesaria colocara un paréntesis de lucidez en mamá. Paradojas. Y el amor y el cariño que vencen a las particularidades de la senectud potente.
Tardaré yo en volver a pasar por delante de la Plaza Rojas Clemente, lugar en donde vivió siempre la entrañable finada. Por mi madre y por mí. Todo era y es irremediable. Mi madre no pudo despedirse de su amiga porque no logra ya conectar consigo misma. Son cosas de la vida y del azar y circunstancia. Atrás queda la lotería y la excusa, y las peladillas, pero esa relación de cariño mutuo hacen a mi madre y a la señora Laura aún más eternas.
-DESCANSE EN PAZ-

lunes, 23 de noviembre de 2015

- MANOLO "ENCUENTRALÍOS". -



Es ético Manolo. No lo puede evitar. Siente que sin su propia coherencia, no podría vivir. Es valiente, y arriesga. No se descompone ni pierde el gesto. Es valenciano, adora la música, y es de Vilamarxant, un pueblo cercano a mi capital valenciana.
Alto y aparentemente serio, no sabe vivir sin el humor porque sabe que sin tal humor la vida y las situaciones son insoportables. Es bueno, inteligente, perspicaz, y siempre osado. Divertido y traviesote. Humano, tierno y sacrificado. Trabajador.
Manolo no casa con su tiempo. Con el de hoy. Le conocí en la Coral a la que pertenezco desde hace dos años. Un amigo suyo se pasó de la raya y yo le fui contundente a tal amigo. ¿Fue un error mío? Seguramente, todo fue defensivo. Porque yo también trato de ser ético.
Manolo vino hacia mí y me dijo que estaba equivocado, y que su amigo era un buen tipo, y que yo me había excedido. Yo, le escuché con atención. Y le concluí diciéndole que le honraba la defensa convencida que hacía de su amistad. Y lo sellé todo con un apretón de manos.
Seguí yendo a los ensayos, y Manolo me trató siempre con respeto y humor. Me conoció mejor, y entendió que algunos de sus compañeros no habrían debido estigmatizarme sin siquiera saber de mí y de mi vida.
Había y hay un núcleo duro. Supongo que siempre lo hay en todos los grupos organizados. Pero Manolo es un maravilloso y necesario quijote al que no solo le apasiona lo musical, sino también el color recto del corazón de las personas. No cree ni en los elitismos ni en los selectivismos. Para él, todos los componentes del coro tenemos un valor. Entiende las diferencias, pero no tolera que a los nuevos les discriminen o que traten de cortarle a él su libertad efectiva y noble de expresión.
Lo que me pasó a mí, le ha pasado a él dos años después. Está desilusionado, y quiere irse. Va a irse. No sé si volverá ...
No quiere hacer daño a nadie, ni hablará de reproches. Se limitará a decir exactamente lo que piensa. Y lo que piensa es que hay un círculo y una pared dominante, y que si opinas lo contrario te la ganas.
Sí. Manolo es libre. Y dice sin el menor estrépito que él no estará ni formará parte de esa pared condicionada y desconsiderada. Afirma que la directora aprovecha la Coral para promocionar sus espectáculos, y que además se limita a hacer lo que en la sombra y por detrás otros le dicen que ha de hacer. "Los divinos", como él les llama.
Le duele todo, porque les quiere mucho. Lleva muchos años ahí en esa Coral, y dejar su casa de la música hará que llore en su hogar cuando su mujer y su hijo se hallen ausentes.
Yo le he dicho a Manolo que en todas partes allá a donde vaya encontrará habas parecidas. Y él me dice que sí, que es verdad, que claro, que por supuesto, que bien, que estuvo en la finada Radio Televisión Valenciana y que denunció a la dirección por cosas similares a las que ahora le afligen y contra las que lucha. Y, que algunos de sus compañeros a los que defendió, acabaron traicionándole.
Hoy se me ha despedido tras algún tiempo de extrañas ausencias y evasivas, para así no preocupar a nadie. Ha aprovechado las fiestas de Santa Cecilia,-patrona de los músicos-, para anunciar que deja la Coral. Pero me advierte que no me ponga triste, y que disculpa, y que que cada uno es como es, y que entiende las actitudes de algunos aunque nunca les va a justificar porque él es Manolo y no puede pensar de otra manera.
Manolo es grande porque representa a una ética y a unos valores que apenas se llevan. Porque es irreductible y claro; porque siempre se meterá en unos líos necesarios y profilácticos dado que es peleón y tiene las ideas más que claras.
¿RARA AVIS?

viernes, 20 de noviembre de 2015

- LLEGA UN MADRID-BARÇA, DISTINTO Y CONDICIONADO POR EL HORROR -



No será un partido mundial más. No será la SuperBowl española. Será historia que así referirán las crónicas en años venideros. Será un Madrid-Barcelona tristón y extraño. Tremendamente extraño. Porque faltará esencialmente concentración deportiva.
Estarán Messi y Cristiano como sedantes, y dos de las mayores escuadras futbolísticas del Globo, pero estas fechas no son de ánimos disparados y positivos, y la fuerza del Clásico se verá enlutada en cosa menor como casi un evento más cuando nunca lo es.
Es la canallada de los bárbaros que es social y se mete en todas las cocinas y en todas las galerías. Será morbo, y los locutores y periodistas deportivos impostarán voces y sonrisas de circunstancias. Los noventa minutos del Bernabéu pararán algo el desánimo general pero no serán decisivos ni suficientes. Solo abrirán pequeñas vías de fútbol.
Estará bien que haya gesta de los de Iniesta o que los del cuestionado Rafa Benítez se lleven finalmente el gato al agua. Pero habrá demasiado disfraz y latirán las preocupaciones de fondo. Ahora estamos de luto y muy recientemente e interior. El fútbol queda marioneta hasta que las cosas se suavicen y el opio del balón redondo logre invadir con músculo las tertulias y los bares de birras y de amigos.
El árbitro dará el pitido inicial tras el minuto humanista de rigor, pero el color blanco de las camisetas madridistas o el azulgrana de las catalanas tendrá que lucir menos. Ahora mola menos el fútbol. E incluso los separatismos pretendidos catalanes no serán del todo el escape previsto que ahuyente fantasmas y malestares. Se escuchará el grito: ¡Asesinos! ...
Escoltados por una muchedumbre de Seguridad perforando cual soldados el ocio estatal, los aplausos sonarán a rutina y a voluntarismo, y los goles a alimento que tendrá menos sabor.
Las jugadas podrán ser fastuosas y la habilidad futbolística, de lujo. Pero la concentración del espectador será menor, y la distracción, predominante. El ojo estará en el partido, y el pensamiento en lugares más importantes. La alegría de la rivalidad deportiva y ya casi atávica, será hilarante ante una realidad que devora y pone peros y pegas.
Las cosas del peligro y de los temores, la psicosis, producirá una visión pesimista y poco creativa del momento grato y de evasión.
La evasión. Esa excusa que proporciona el magno acontecimiento deportivo futbolístico de España, se verá turbado por las mentes que siempre temen el desgarro o el sobresalto. Y con poca paz mental y mucho desborde en el corazón, todo será atenuado y a la vez coherente con la realidad.
El contexto, el momento, la situación terrible que se atraviesa, la desazón, el abatimiento y las desconfianzas generales, llevarán a momentos puntuales y a brevedad en las celebraciones y en las euforias.
Porque por ahora huele a tristeza y a depresión, a desarme social, y a amenaza, y a mosca tras la oreja, y va y entonces el olor a fútbol es muy inodoro e insípido, y aparecen las ganas de saber el resultado comedido del partido, e irse a casa y descansar a ver.
-PREOCUPADOS-

lunes, 16 de noviembre de 2015

- EL SOBRESALTO DE PARÍS -



Noviembre negro. Sangriento. París. El corazón de la pureza, y el impulso democrático humanista e histórico. Extraña París que es el símbolo de la libertad de Europa. Duele París. Estremece la ciudad de la luz y de la Piaff. De Aznavour o Chevalier. 
Sangre y muertos. Siempre sorpresa. Siempre sobresalto. No puede estar pasando. El odio de los yihadistas alcanza como en el 11 de Septiembre neoyorkino extremos de récord de horror. Muchísimos muertos y heridos. El Medievo cruel en el medio de la libertad. ¿Qué coño pasa aquí? ...
Hay muchos mundos que están en éste. Radicales islamistas han ensuciado la libertad de los citoyens y pretenden acojonar al pueblo de la gran Revolución de la liberté, egalité et fraternité. La Democracia y la República por excelencia.
París también representa la forma de vivir del hombre moderno y liberado. Y en los simios del Medievo hay un odio incontrolado que no les deja ver el valor de la vida y de la felicidad. En medio de la realidad hay un surco de veneno y de sensación de exclusión. París somos todos nosotros. También son ellos. Porque toda la máxima expresión de la libertad es París. París es carisma y referencia, innovación y liberación, contundencia y belleza, mujeres bellísimas, y valentía de orgullo avanzado. Como toda la France pero más si cabe.
Los servicios de la Seguridad del Estado francés han sido un coladero preocupante. No se han enterado de la verdad real de las amenazas y del peligro. Hay más canallismo suelto y desatado del que se esperaba. Y doloridos de ser sobrepasados nuevamente, Hollande habla de un acto de guerra y de una militarización de las soluciones y de los blindajes. Mala cosa y decepcionante. Copia yankee.
El mundo, falla. No funciona. Los mercaderes que devoraron a los políticos de raza, sugieren soluciones menores. No quedan estadistas ni diplomacias. Falla la comunicación y el talento. Oriente y Occidente están mas alejados que nunca y no solo por los dioses respectivos, sino por los intereses económicos. Los pobres se mueren y los ricos viven en la holgura y en la comodidad en medio de eso que llaman crisis.
La peor y más desdichada noticia es sugerirle a un francés que se quede en en su casa y que no salga a la calle. Jugar al miedo. ¿Que un francés se quede en su casa cuando gracias a que salieron a las plazas, todos los democrátas pudimos ser más libres? ¡Eso es inadmisible! Alguien debería dimitir por tal deshonor y desconcierto errado.
No. París no ha de blindarse, sino mostrar orgullo y admirar arrobado las hojas del otoño que cimbrean con el invierno que ya va llegando. París es magia y bohemia, y los simios asesinos nunca lo van a sospechar. París es piernas de mujer bonita y labios sugerentes: Primavera. París es erotismo y clase, y Tour, y Folie Berger, y música y Molière, y Racine, y Balzac, y la Comedie, y la capacidad de decirle al mundo la referencia más filosófica y conveniente.
París llora ahora lágrimas injustas. Y en medio del shock general parirá el azar una rosa roja y un árbol gigantesco que abrazará de sonrisa de  enfant el panorama sombrío y siempre raro. París, la vie c´est jolie. Y el barrio latino de la libertad. ¡Las luces!
-LA MARSELLESA DE LA VERDAD -

domingo, 8 de noviembre de 2015

- J. LORENZO, BRILLANTE CAMPEÓN ENTRE LAS DUDAS -



Cheste. Valencia. Noviembre 2015. Carrera y rara. Llena de morbo. El mito Valentino Rossi debía salir en la última posición por actitud antideportiva. El Mundial de GP 2 , en juego. O al menos, ese era el apriorismo.
No fue una carrera más, sino significativa. Agridulce y hasta oportunista, a pesar de la enorme calidad y merecimientos de Jorge Lorenzo. Pero hubo mucha sonrisa cortés y poca carne de apasionamiento. La carrera del siglo fue casi un fiasco, porque los adelantamientos del penado Valentino le daban alas y segundos a los pilotos de delante. No es bueno para el motociclismo. Todos los grandes han de estar juntos y ahí.
Márquez la había liado en la carrera anterior. Había sacado de quicio al gran Rossi, y este le había cerrado y contactado demasiado. Marc se fue al suelo y entonces emergió toda la polémica y se elevó la rivalidad y la tensión hasta extremos de expectación mundial. Como en una final de Champions, o como en una gran lid de boxeo.
El forofismo dejó tocado al fair play y a la sensatez. Todo se masificó, y aparecieron los extremismos. Márquez no se arrepintió de su hostigamiento excesivo a Rossi, y el as italiano tampoco del todo de su presunta irregularidad. Se odiaron y enfriaron. Y esa pasión nunca puede llamarse deporte sino mutuo resquemor.
Me da igual que Cheste masificara la expectación y el monumentalismo emocional. Me es indiferente que hasta los periodistas del dios fútbol hablasen de motos, o que las audiencias se multiplicasen por mil en busca de la presunta bronca o de la audacia heróica prácticamente irrealizable. Esto nunca es bueno para nadie.
Hay que hablar de cosas y de intereses. Todo deporte es pasión y parece valer todo. Mas todo no cabe. El espíritu deportivo siempre contiene una sonrisa.
La carrera de Cheste empezó tras la patada presunta de Valentino a un Márquez excesivo e inmaduro en la carrera anterior.
Rossi es el rey de ésto, y tiene que dolerle que un chiquillo juegue sin respeto con su audacia genialoide. Márquez debe aprender a no ser papista ni pelota, a caerse menos, y a saber aceptar cuando no puedes en un momento determinado ganar todas las carreras. El catalán deberá madurar o se le cogerá antipatía.
El mito Valentino tiene treinta y séis años, y acariciaba uno de sus últimos títulos. Le dolió no llevarse el gato al agua en este postrero 2015 para él.
El mundo de las motos siempre ha de adorarle. No es un deportista más. Se ha ganado cronológica e históricamente con creces la admiración de todo el mundo motociclístico, incluídos españoles. Los mitos no conocen fronteras. Pero también es humano, y debió contener su lógico enfado.
Jorge Lorenzo es un luchador nato. Tenaz, poco expresivo, e interiorizador de las emociones. No tiene el carisma del italiano o el catalán; ni siquiera del excelente Pedrosa. Ha ganado sin apelativos pero entre un bosque de caras raras y diversas. Unos dirán que no ha sido justo campeón, pero yo diré que sí. No tendrá nunca ni de lejos la magia del mito italiano, pero eso nunca debe importar. Ha hecho exactamente lo que tenía que hacer para ser el brillante campeón: correr sin fastidiar a nadie.
Pero el tiempo emocional es variable y distante. Las carreras a veces se prolongan fuera del circuito casi inevitables. Y eso está de más.
¡ENHORABUENA, J. LORENZO!

domingo, 1 de noviembre de 2015

- ENTERRADO Y FELIZ -



Mi padre era ateo y antireligioso, pasota, tierno, olvidado, inocente y noble.
Cuando falleció en marzo de 1982, el desorden estructural en mi familia se potenció y pareció como si su pérdida no fuese tan importante y hasta decisiva. Mi padre fue un muerto casi inexistente y siempre abandonado y desasistido. Como mi madre, o como yo ...
Yo, existía pero no estaba. Mi hermano le hizo responsable de todas sus calamidades, y mi madre se hundió todavía más. Yo, casi ni me enteraba de lo que sucedía, ni de la importancia de su muerte, y ni siquiera de la importancia de mí mismo.
Esto de los cementerios y de los sentimientos, ha dado paso a muchos vaivenes y mucha dinámica comercial. Hay y había que estar muy atento y muy con recursos de actuación. Si no decías nada ni te informabas, ibas dado. El cementerio crecía y crecía, y somos muchos, y además todos moriremos, no valdrán excusas, y hay que moverse siempre. Que es la salud y la inteligencia.
Pronto sabré dónde está mi padre. Aunque, sea aproximadamente. Han pasado muchas décadas y afortunadamente he salido de mi Babia camino de mis sentimientos verdaderos, auténticos, progresivos y estables.
He averiguado que en el 1987, al no dar parte a la corespondiente empresa funeraria, los restos de mi padre fueron legalmente vertidos y juntados con los de otras personas en fosas comunes.
¿No he querido yo a mi padre? ¡Mucho más de los que podía imaginar! Comprendí finalmente su tremenda historia, a la vez que yo iba despertando de mi sueño fatal. He ido al cementerio, me han dado unos teléfonos de referencia para averiguar qué ha pasado con él, y el chaval de la empresa actual funeraria me ha informado bien con una sonrisa y simpatía más que profesionales. Trabaja bien en lo suyo este hombre. Es espontáneo y tal ...
A mi padre le quiero a mil y de modo progresivo. Cada día que pasa le quiero más porque he podido comprenderle y comprenderme a mí mismo.
Mi hermano no se entera, y para él es como si nunca hubiese existido. Ha pasado la página y ya está. Mi madre le perdió sin darse cuenta, sin ser ayudada, desde el olvido más comodón y miserable por parte de una familia peculiar y tremendamente nebulosota. Desde un desencuentro de espanto y terror y real. Mi familia más inmediata fue demoledoramente errada y ausente. Nunca entendió unas claves imprescindibles. Nunca vió ni le pareció especialmente mal lo que sucedía.
Paso página y vuelvo a mí. Yo he logrado sobrevivir al tsunami y a los brutales desencuentros que convirtieron a los míos en un barco a la deriva y sin la más mínima compasión ni presencia de nadie.
El pasado me da un carajo. Solo vale el presente. Nadie más que yo irá al cementerio a ver lo de mi padre. Pero yo sí iré a ese recuerdo, siempre iré a ese cariño, siempre iré a esa cita ritual y final aunque también sea ateo y hasta antireligioso como él fue siempre.
Y en 2015 alguien se interesará feliz y necesariamente por mi padre: yo. Un yo realmente definido y convertido al amor incondicional hacia él y al agradecimiento eterno. Los restos de mi padre podrán tener finalmente visita, dedicación y amor. Alguien preguntará por su nombre y por sus apellidos tras décadas de triste y terrible anonimato. Yo, le honraré. Y nunca mi padre morirá. Al menos mientras yo viva. Mientras yo viva se sabrá de él. Y cuando yo muera que el destino decida lo que quiera. Te escribo porque te quiero. Sí, papá. A tí.
-QUE TE LLAMAS SIEMPRE, ALFONSO ORTÍ FUENTES -